Vol. 19, núm. 5 septiembre-octubre 2018

José Vasconcelos. Diferencia y continuidad del proyecto de nación

Martha Cecilia Calderón Pichardo Cita

Resumen

El proyecto de nación propuesto por Vasconcelos no se agota únicamente en la comprensión político-histórica de su momento ni en su aportación educativa. En el presente artículo se expone la importancia del proyecto cultural y artístico de Vasconcelos y la relación intrínseca con su propuesta política y educativa, tomando como caso de estudio la Escuela Mexicana de Pintura.

Palabras clave: Vasconcelos, Ateneo de la Juventud, Escuela Mexicana de Pintura, arte.

Jose Vasconcelos. Difference and continuity of the nation project

Abstract

The project of nation proposed by Vasconcelos is not only exhausted in the political-historical understanding of its moment nor in its educational contribution. This article aims to expose the importance of the cultural and artistic project of Vasconcelos, the intrinsic relation with his political and educational proposal, taking as a case study the Mexican School of Painting.

Keywords: Vasconcelos, Ateneo de la Juventud, Mexican School of Painting, art.

Introducción

Cuando se habla del pensamiento de José Vasconcelos se pueden ver dos etapas de su vida. Por un lado, sus inicios como estudiante en donde se atienden, con cierto tono de romanticismo, las crónicas en las que recuerda a los jóvenes que, por amor y gusto al conocimiento, decidieron formar el Ateneo de la Juventud. Por otro lado, a un Vasconcelos maduro que participa activamente en la vida política mexicana hasta obtener diferentes cargos en el gobierno posrevolucionario.

En ambos casos, el pensamiento de Vasconcelos muchas veces se considera subordinado al contexto político y sólo se recupera la trascendencia de sus ideas en lo educativo. Sin embargo, se debe estudiar a este personaje desde su propio pensamiento y al mismo tiempo relacionar el contexto político, social y cultural que lo enmarcan. De esta manera, se podrá advertir el cambio y la transformación de éstas áreas a partir de sus ideales.

Figura 1. José Vasconcelos en su juventud, al egresar de la Escuela Nacional de Jurisprudencia (ca. 1907). Fuente: Discurso del maestro.

El objetivo de este trabajo es analizar la repercusión cultural que tuvo el pensamiento de Vasconcelos en el país y las artes. El análisis parte de una revisión documental de fuentes teóricas y asociación con eventos históricos, tomando el caso particular de la Escuela Mexicana de Pintura. Dicha institución tuvo la influencia de Vasconcelos y heredó su pensamiento (a pesar de que con el tiempo fue tomando su propio camino hasta convertirse en una propuesta distinta), lo que permitió extender el campo de consecuencias y derivaciones de su pensamiento, más allá de la época posrevolucionaria y el ámbito educativo.

El Ateneo de la Juventud

Vasconcelos, como miembro del Ateneo de la Juventud, expresaba que “solamente la filosofía cuenta con una tradición de pensamiento selecto; sólo el pensamiento filosófico que abarca a la vez los tres problemas –la sensibilidad, el intelecto y la moral– ha podido subsistir sin interrupciones de importancia, a través de los siglos, renovándose constantemente en escuelas y en sistemas siempre fecundos” (Vasconcelos, 2000: 13). Es por esta razón que sus proyectos, a pesar de estar inscritos en un contexto político particular, no se pueden desvincular de la propuesta filosófica integral a la cual aspiraba; para Vasconcelos todo proyecto educativo debe tener como punto de partida una filosofía (Bernal, 2006). El Ateneo de la Juventud criticaba el positivismo y buscaba una educación humanista, una apertura cultural, que permitiera la preparación más integral y libre. El interés del Ateneo y de Vasconcelos por hacer énfasis en lo cultural se vio reflejado en la creación de la Universidad Popular Mexicana, que se convirtió en una de las primeras evidencias de la Revolución en el país. Sin embargo, con la dispersión de los miembros del Ateneo de la Juventud por el proceso revolucionario, no se pudo continuar con el proyecto de fundar instituciones y de tener maestros para el pueblo; en la etapa posrevolucionaria sólo se identifica a José Vasconcelos y a Alfonso Reyes (Curiel, 2001). El proyecto de los ateneístas de enriquecer la cultura mexicana y regenerar la sociedad continúa en 1912, cuando Vasconcelos es elegido presidente del Ateneo de la Juventud y propone fomentar las humanidades y la cultura. Fernando Curiel relata que el “momento culminante de la vinculación Ateneo-Siete Sabios será el vasconcelismo cultural y educativo de 1920-1924. Primero en la Universidad Nacional de México, y acto seguido, en la Secretaría de Educación Pública, llevando a la práctica el programa del Ateneo” (2001: XXII).

Construcción de la identidad nacional

Antes de hablar de su programa educativo y la repercusión que tuvo en la Escuela Mexicana de Pintura, es necesario plantear su concepción de lo nacional y de la identidad como partes del proyecto de nación que se plasmó activamente en la educación y en las artes.

Cuando Vasconcelos habla del proceso histórico de formación del mexicano, menciona que “desde el inicio en que hubo mestizaje ambas partes se separaron de su tronco y que cualquier intento por volver a uno u otro temperamento es renegar de los hechos y asustarse de la vida. Porque no tenemos pasado, nuestra patria y nuestro imperio es el porvenir” (Vasconcelos, 1916: 3).

Figura 2. Vasconcelos en su madurez. Fuente: Archivo General de la Nación.

Este planteamiento se hizo evidente en el tipo de manifestaciones artísticas y educativas que promovió, enfocadas principalmente en los aspectos históricos de la Independencia y Revolución como parte de la identidad nacional. Más adelante incluirá también en su proyecto aspectos populares y raíces indígenas; sin embargo, es curioso notar que este valor que privilegia a lo histórico como imagen del mexicano en el siglo XX, moderno e independiente de los cánones europeos, es uno de los postulados estéticos y positivistas del siglo XIX. Vasconcelos propone formar un sentimiento nacional, “Porque pensando se forman las conciencias colectivas, igual que las individuales, y el pensamiento de un grupo corrige, estimula y vigoriza la especulación del grupo análogo; así, por acción y reacción recíprocas, se forman los caracteres y se organizan las culturas” (Vasconcelos, 1916: 3). Parte de su proyecto nacional fue crear, y en muchos casos reinventar los fundamentos de la identidad nacional. Los íconos nacionales y los estereotipos de lo mexicano fueron en gran medida parte de un proyecto de Estado para unificar, consolidar y legitimar el gobierno y su imagen a nivel nacional e internacional. En este aspecto es fundamental el papel de los artistas que lograron materializar este proyecto teórico en un proyecto visual.
El principal objetivo del a filosofía elaborada por Vasconcelos es rescatar la estirpe mexicana, el modo propio y específico del ser y hacer mexicano, para consolidar la propia unidad e identidad nacional (Bernal, 2006:18).
En 1921, Álvaro Obregón inauguró la Exposición Nacional de Arte Popular –que marcó los festejos oficiales del Centenario de la Independencia– con la intención de otorgar reconocimiento a quienes habían peleado en la Revolución. Este tipo de difusión de lo nacional sustentado en lo popular también fue promovido por la Escuela Mexicana de Pintura. Aunque en principio la encomienda de Vasconcelos fue mostrar la historia de las revoluciones, por convicción de los propios artistas se terminó mostrando un orgullo por las raíces indígenas, lo popular y las tradiciones. Diego Rivera fue quien tuvo mayor interés por formar el imaginario colectivo de la identidad nacional a partir de una manifestación artística que fuera empática desde sus valores estéticos con los grupos marginados socialmente, trabajadores e indígenas. En el caso de los trabajos de Siqueiros y Orozco (ver figura 3) éstos estuvieron más enfocados a la crítica social y política a través de sus obras. Algunas de estas pinturas fueron difundidas por Vasconcelos en los libros de texto gratuitos para promover masivamente una imagen heroica de la Revolución, valores compartidos, tradiciones, el paisaje nacional1 y un sentido de pertenencia a una raíz ancestral.

Figura 3. Hidalgo, José Clemente Orozco, Palacio de Gobierno, Guadalajara. Fuente: Francisco Juárez.

[…] los presentes de las sociedades, pueden ser tan disgustantes que, siempre ha sido costumbre de poetas buscar alivio en las leyendas de pasados mejores, y afición de sabios remitir a la esperanza del porvenir, ya sea este consuelo un engaño de las fuerzas que mantienen la vida terrestre o bien porque un instinto presagia que realmente guarda algo el porvenir en una entraña misteriosa (Vasconcelos, 1916).
Este sentimiento de angustia frente al porvenir después de una Revolución, fue plasmado en dos sentidos en su proyecto cultural: un país que se integraba al desarrollo internacional con una cara nueva, pero que a su vez retornaba lo prehispánico para cimentar su identidad. De ahí que esta doble lectura de un país renovado pero ancestral quedara plasmada en la Escuela Mexicana de Pintura. La imagen que se manejaba dentro del país era de desarrollo y un mejor porvenir, fundado en lo indígena como elemento unificador de todas las clases sociales. Esta difusión por parte del gobierno, de Vasconcelos y de la Escuela Mexicana de Pintura logró insertar el tema de lo indígena dentro de las reflexiones y gustos de la esfera intelectual y artística mexicana de manera que llegó a ser afín a la “alta sociedad” y se convirtió en moda, sustituyendo los valores de miseria atribuidos a lo indígena por valores artístico-culturales. A pesar de que esto, la valoración de lo indígena nunca atendía las necesidades sociales reales de ese sector de la sociedad. Por otra parte, elevar la producción popular a “arte popular” permitió convertir estos productos en objetos coleccionables, que dejaban atrás la necesidad de estéticas europeas. Otro proyecto que Vasconcelos promovió dentro de la Secretaría de Educación Pública fue la incorporación, en 1923, de un método de dibujo (método Best Maugard) en los libros de texto de las escuelas públicas del entonces Distrito Federal. Tenía el objetivo de difundir un arte “auténticamente mexicano” y estandarizar la producción de arte popular para consolidar una imagen artística nacional. Muchos de estos diseños y dibujos del método Best Maugard son los que aún hoy conforman las manifestaciones de arte popular más características del país.2 Es ahí donde podemos observar parte de las repercusiones contemporáneas del pensamiento de Vasconcelos hecho proyecto. Como puede observarse, la dimensión formativa cultural del proyecto de educación estética vasconceliana se cimentó en las raíces mexicanas y en un área de oportunidad, hasta ese entonces, ignorada. Tal proyecto fue promovido de forma integral y buscó generar un cambio de mentalidad en la manera de concebir el arte, no sólo entre los educadores, sino en la población en general (Bernal, 2006: 69).

Filosofía y educación

El proyecto cultural de Vasconcelos tanto en lo educativo como en lo artístico, no fue un proyecto simplista, pues estuvo impregnado de su pensamiento filosófico que se vislumbraba desde la época del Ateneo de la Juventud.

Vasconcelos tuvo como objetivo formar una conciencia de lo mexicano, aun cuando esto implicara crearla. Este interés de renovación se observa en su siguiente declaración:
Probablemente muchos de ustedes juzgarán reprobable todo este empeño de cambiar bruscamente las bases ideales de un pueblo. Yo me atreveré a decir que es ventaja de los pueblos jóvenes el poder prestarse a las experimentaciones más atrevidas… (Vasconcelos, 1916).
Vasconcelos pensaba que cuando un país no tiene bases firmes de identidad, fácilmente cambia de postura política, religiosa, filosófica o estética según el gobierno que esté en el poder. Por lo tanto, era necesario establecer bases independientes de la política que no cambiaran tan fácilmente y donde se pudieran desarrollar proyectos. Esta reflexión deriva del proyecto de la Reforma que él considera interrumpido una vez iniciada la política positivista de Porfirio Díaz y Gabino Barreda. En su propuesta educativa el componente emocional era prioritario, y la educación estética era el medio adecuado para hacerlo. La razón era que las obras de arte incluían aspectos sensibles y emotivos, manifestaciones de discernimiento lógico, de intuición, de reconocimiento y de asociación. En toda vivencia estética siempre hay una referencia emocional y racional, aspectos psicológicos y sociales privativos del ser humano que merecen la pena de ser educados (Savín, 1972: 142). Es por esta razón que su proyecto educativo y artístico fue tan importante. Con la educación no sólo se logró alfabetizar gran parte del país, también se logró difundir una misma historia, imagen y esperanza de porvenir a nivel nacional. Al ser una educación adquirida en la niñez difícilmente podría ser olvidada o suplantada por otro tipo de concepción nacional. Tanto en éste proyecto, como en su labor como Rector de la UNAM, Vasconcelos retomó y desarrolló las ideas sobre educación cultural del Ateneo y el proyecto inconcluso de la Universidad Popular Mexicana. Una de las principales fuentes de inspiración de Vasconcelos fue Anatoly Lunarchasky, comisario de Bellas Artes en la Rusia Soviética, del cual retomó varias apreciaciones: la idea de que un pueblo empieza a ser civilizado cuando se convierte en creador; de que el arte es para todos; de la importancia de acercar a los trabajadores la cultura, y de utilizar el arte del pasado para formar el proletariado culto, recurriendo a las raíces y la tradición como elementos de formación de identidad cultural (Bernal, 2006). De esta manera, las imágenes jugaron un papel muy importante en la conformación de la identidad nacional y en el proyecto de nación de Vasconcelos, pues éstas llegaban más rápido y más directo al imaginario del pueblo mexicano que la ideas, además, los artistas supieron cómo transmitir el mensaje político y nacional a través de manifestaciones con las que las personas se identificaban.

Escuela Mexicana de Pintura

La Escuela Mexicana de Pintura fue un caso excepcional de pintura con contenido político a favor de las clases trabajadoras o grupos segregados. Diego Rivera menciona casos en Europa donde observó los fracasos del arte revolucionario que los gobiernos estaban implementando para las masas. El fracaso no se debía a que las obras fueran malas, sino a que se quería transmitir un mensaje revolucionario a partir de expresiones de arte burgués que resultaban ajenas e incomprensibles para la sociedad en general. Diego Rivera consideraba que era necesario tener un acercamiento directo con las tradiciones estéticas de las clases trabajadoras para poder retomar esos elementos y hablar en el mismo lenguaje. Cuando Diego Rivera, con la invitación de Vasconcelos, pudo implementar sus ideas sobre el arte revolucionario logró mostrar el éxito de su enfoque para captar la atención de la sociedad (ver las figuras 4 y 5).


Figura 4. Balada de la Revolución, Diego Rivera, 1928, Secretaría de Educación Pública, Ciudad de México. Fresco 2.03 x 3.98 m. Fuente: Shannon.

Figura 5. La epopeya del pueblo mexicano, Diego Rivera, 1935, Palacio Nacional, Ciudad de México. Fuente: TJ DeGroat.
Estos hechos cambiaron por completo la visión que se tenía del arte mexicano en el mundo, porque fue hasta ese momento que se le reconoció a México tener un arte propio. Las obras de este período tenían dos lecturas, por un lado, era la legitimación de un país y de una sociedad que lograba tener manifestaciones artísticas propias como evidencia de ser una civilización compleja y consumada; por otro lado, mostraban un país culturalmente atractivo que atraía inversión y turismo. La Escuela Mexicana de Pintura es un caso especial por la utilización del gran formato en las pinturas. Las imágenes monumentales claramente tenían una función social, política y educativa implícita. Vasconcelos declaraba: “Comenzaremos por la imagen para explicar la transformación del mundo senso-intelectual-ético en estético. La imagen es el comienzo de la estética porque mientras la idea representa la parte formal de la realidad, ella representa ‘el sentido sobrenatural de la realidad’” (Vasconcelos citado en Carreras, 1970: 303). Las obras de la Escuela Mexicana de Pintura tuvieron tal éxito que aún hoy son un atractivo turístico que retrata la cultura del país; representan la imagen que los propios mexicanos tienen del arte, e incluso en el ámbito artístico constantemente se retoman los temas nacionalistas, ya sea para exacerbarlos o para criticarlos, pero son obras profundamente vigentes y que no han sido superadas, aun cuando ciertas tendencias artísticas las consideren anacrónicas.

Figura 6. El hombre controlador del universo, Diego Rivera, 1934, fresco sobre bastidor metálico transportable, Museo del Palacio de Bellas Artes, INBA. Fuente: Wikipedia.
Las artes tienen un influjo directo en la vida cotidiana de las personas y para Vasconcelos era importante llevar lo artístico a todos los niveles de la sociedad, por ello fomentaba su encuentro mediante el impulso que da a la gastronomía, la moda, la decoración de edificios (casas y lugares de trabajo), el fomento de las artesanías, del folklore mexicano y de los festivales al aire libre como medio de diversión y esparcimiento. Además, para reafirmar la difusión de ese imaginario político salieron un sinfín de productos de uso común, desde los calendarios, novelas y propaganda. Sin embargo, no descuidó la música, la pintura, el dibujo, la literatura y la danza (Bernal, 2006: 75). De esta manera, el alcance del pensamiento de Vasconcelos, traducido en sus proyectos, sigue presente gracias a su concepción de la filosofía como un proyecto integral, que necesariamente debía incluir lo cultural y cuyas ideas supo transmitir a los sectores mayoritarios de la sociedad. Vasconcelos pensaba que “las grandes transformaciones de los pueblos determinan un violento impulso hacia adelante en que coinciden el despertar moral, la rebelión política y la renovación de las ideas” (Vasconcelos en Caso, 1962). La Escuela Mexicana de Pintura tenía como objetivo la creación de un arte pedagógico con contenido político que difundiera valores nacionales. Diego Rivera pensaba que sólo cuando el proletariado lograra tener una sensibilidad propia –independiente de la burguesa– que le permitiera desarrollar su contenido estético de acuerdo a sus intereses económicos, se habría logrado la revolución cultural (ver figura 4).

Figura 7. Abrazo, Diego Rivera, Palacio Nacional, Ciudad de México. Fuente: Wikipedia.
Vasconcelos buscaba, mediante la educación, que los seres humanos vivieran rectamente, hicieran justicia a la realidad y fueran capaces de actuar libremente expresando en ello su propia y original forma de ser. Dicho de otro modo, buscaba que aprendieran a conducir su vida sin dejarse llevar irracionalmente, que salieran del encierro de sí mismos y conocieran a fondo la realidad que les rodea. Es en este sentido que la educación, como proceso de mejora personal y permanente, prepara para la vida e incide directamente en la transformación de la sociedad (Bernal, 2006: 21).

Conclusión

Vasconcelos junto con el Estado llevaron a la práctica una ambiciosa renovación educativa y artística en la que estuvieron involucrados muchos artistas que aportaron sus propias ideas, su propia concepción del arte y la educación. Sin embargo, fue el pensamiento filosófico detrás del proyecto el que permitió plantearse el objetivo y fueron los artistas los que lo difundieron y materializaron. Es por esta razón que no se debe leer a Vasconcelos únicamente desde el contexto político, hay que tratar de seguirle la pista en sus proyectos y en las consecuencias que derivaron de éstos, pues es en ellos que se plasma su pensamiento y que podemos valorar el alcance que tuvieron sus propuestas. Las aportaciones de Vasconcelos no se pueden estudiar sin tomar en cuenta su influencia en el ámbito artístico, los éxitos y alcances que tuvo su proyecto en esa área, así como por la propia vinculación con lo cultural y el enfoque filosófico integral que manifestó desde el Ateneo de la Juventud y en la Escuela Mexicana de Pintura.

Figura 8. El pueblo a la universidad, la universidad al pueblo, David Alfaro Siqueiros, 1952-1956, junto a la torre de Rectoría de la UNAM. Fuente: Mr. Theklan.

Si quieres saber más sobre el tema, te pueden interesar las siguientes fuentes:

Referencias

  • Azuela, Salvador (1980). La aventura vasconcelista 1929. México: Editorial Diana.
  • Bernal, María del Carmen (2005). La teoría pedagógica de José Vasconcelos. México: Trillas.
  • Cárdenas, Joaquín (1982). José Vasconcelos 1882-1982: Educador político y profeta. México: Ediciones Océano.
  • Carreras, Francisco (1970). José Vasconcelos: Filosofía de la coordinación. España: Ediciones Anaya.
  • Caso, Antonio (1962). Conferencias del Ateneo de la Juventud. México: UNAM.
  • Curiel, Fernando (2001). Ateneo de la Juventud, de la A a la Z. México: UNAM.
  • Savín, Francisco (1972). La educación artística en el sistema educativo nacional. Revista de Bellas Artes. 1(6), 141-146. México: SEP. Recuperado de https://issuu.com/cnl-inba/docs/72_01_01_06_completo_opr.
  • Vasconcelos, José (2000). Conferencias del Ateneo de la Juventud. México: UNAM.
  • Vasconcelos, José (1916). El movimiento intelectual contemporáneo de México. Conferencia leída en la Universidad de San Marcos, Lima, Perú, 26 de julio de 1916.

Recepción: 1/5/2017. Aprobación: 6/8/2018.

Vol. 19, núm. 5 septiembre-octubre 2018

La iguana negra, un nuevo habitante en la UNAM

Edmundo Pérez-Ramos Cita

Resumen

Por primera vez se registra la presencia de esta especie exótica en la Reserva Ecológica de San Ángel (REPSA). Dentro del campus Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la Ciudad de México se avistó una iguana negra o garrobo (Ctenosaura pectinata).

Palabras clave: especie exótica, Iguana, Ctenosaura pectinata, Ciudad de México, REPSA.

Black spiny tailed iguana, a new inhabitant in UNAM

Abstract

For the first time the presence of this exotic species is registered in the San Ángel Ecological Reserve (REPSA). Within the campus of the University City of the National Autonomous University of Mexico (UNAM), Black Spiny-tailed Iguana (Ctenosaura pectinata) was sighted in Mexico City.

Keywords: exotic species, black spiny-tailed Iguana, Ctenosaura pectinata, Mexico City, REPSA.

Introducción

En una ciudad tan concurrida y popular como lo es la Ciudad de México (CDMX), se concentra una gran cantidad de fauna, en el caso de los anfibios y reptiles se reconocían 45 especies habitando en el Valle de México a principios del siglo XXI, pero sólo una especie introducida, la serpiente ciega Typhlops braminus (Uribe-Peña et al., 1999). Posteriormente, entre ambos grupos se reconocieron 69 especies, resaltando dos que no son nativas: la rana toro (Rana catesbeiana) y la serpiente ciega o pulsera (T. braminus) (Ramírez-Bautista et al., 2009).


Figura 1. El Valle de México cuenta con un ambiente netamente templado y adornado con paisajes de bosques templados en las cimas y algunas áreas con matorrales y vegetación secundaria, sus elevaciones oscilan en los 2200 msnm (en las partes bajas).
Al sur de la Ciudad se encuentra la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), donde se reportan 30 especies de anfibios y reptiles que conforman la diversidad de su fauna (Méndez-de la Cruz et al., 2009).

Figura 2. Panorámica de la REPSA, desde la zona de amortiguamiento A12 (vista de sur a norte), en temporada de lluvias.
Entre la fauna que habita en la CDMX y en la REPSA se incluyen especies exóticas que no son nativas, como los gatos (Felis catus), perros (Canis lupus), ratas (Rattus rattus y Rattus norvegicus), ratones (Mus musculus), conejos (Oryctolagus cuniculus), pájaros (Columba livia, Myiopsitta monachus en el área del Pedregal de Santa Úrsula, Coyoacán), serpiente (Indotyphlops braminus), lagartija (Hemidactylus frenatus) y la rana (Rana catesbeiana). También cohabitan las tortugas (Kinosternon sp., Trachemys sp.) y la boa o mazacuata (Boa sp.) (Gil, comunicación personal).

Figura 3. Acercamiento de dos tipos de hábitat en la REPSA vistas de este a oeste. Izquierda: temporada de sequía, cortesía de Ernesto Navarrete Arauza. Derecha, temporada de lluvias.
Ahora bien, en la lista de especies habitantes en la Ciudad de México, hasta ahora, no se había registrado la iguana Ctenosaura pectinata, esta especie se avistó en la REPSA y se reporta por primera vez en el presente artículo. Con esta aportación, el número de especies nativas y exóticas de anfibios y reptiles en Ciudad de México y sus alrededores, se incrementa a 70, lo cual representa el 6% del total nacional. Mientras tanto, en la REPSA se adiciona una especie más, llegando a 31 anfibios y reptiles contabilizados.

Figura 4. Riqueza de anfibios y reptiles en la CDMX (gris obscuro) y la REPSA (gris claro). Ver texto para valores totales de cada muestra.

¿Cómo y dónde?

A partir del avistamiento de un individuo de especie exótica, en este caso conocida como iguana negra o garrobo, y con el uso de una guía especializada en iguanas (IRCF Iguana ID Guide, 2010) se logró identificar el espécimen como Ctenosaura pectinata (ver figura 5). Sin embargo, el género está en revisión taxonómica (Zarza et al. 2008 y 2016; Buckley et al. 2016), por lo que se recomienda tomar con reserva el nombre de la especie, hasta que se establezcan los posibles parentescos.


Figura 5. Ejemplar adulto, macho de Ctenosaura pectinata sobreviviendo en la Ciudad Universitaria, 25 marzo 2014, 14:30 h; 19º 19’ 32’’ N; 99º 10’ 32’’ W, 2273 m.

El ejemplar se observó dentro de las instalaciones de UNAM, en la esquina poniente del Instituto de Fisiología Celular, de la Ciudad Universitaria (19º 19’ 32’’ N; 99º 10’ 32’’ W; en una elevación de 2273 msnm), en un reducto del gran ecosistema de la REPSA, donde hasta el momento se han contabilizado más de 1 500 especies nativas –entre plantas, animales, hongos, algas y microorganismos–, además de la mencionada serpiente exótica (Nava, 2015). La especie C. pectinata es exclusiva de México, pero ha sido introducida en Estados Unidos (Zarza et al. 2008; Buckley et al. 2016). Naturalmente se distribuye en la zona mesoamericana de la vertiente del Pacífico y penetra tierra adentro, en la gran cuenca del Río Balsas que cubre varios estados al sur de la ciudad capital. Su hábitat se encuentra en zonas cálidas con altitudes desde bajas hasta intermedias, en climas cálidos y semicálidos. Puede extenderse desde el nivel del mar hasta 1 800 metros sobre el nivel del mar (msnm), en áreas cubiertas por bosques tropicales caducifolios, espinosos y mixtos, o matorral xerófilo (plantas adaptadas a la escasez de agua), y subperennifolios (bosque tropical); aunque algunos ejemplares se han visto en bosques de encinos, mixtos de pino-encino y algunas zonas boscosas de pinos que descienden hasta 800 msnm y otros cerca del nivel del mar. La iguana observada, es un ejemplar macho adulto que aproximadamente tiene una longitud total de un metro, fue visto y fotografiado al deambular sobre los pedregales en la temporada de sequía el viernes 15 de abril del 2016, aproximadamente a las 14:30 horas, exploraba un área rocosa de 30 m2 (jardín artificial), tal vez en busca de alimento. Por sus movimientos conductuales, al parecer saboreaba el ambiente al sacar y meter la viscosa y húmeda lengua constantemente, momentos después consumía flores de buganvilla. Aparentemente, este individuo como especie introducida, no nativa, se escapó o la dejaron en libertad, pero se desconoce su origen.

Figura 6. Iguana negra deambulando en las inmediaciones del Instituto de Fisiología Celular, UNAM.

El hábitat de Ciudad Universitaria y de la REPSA es considerado como matorral xerófilo (como se observa en la figura 3), muy parecido a los que naturalmente habita este iguánido, sin embargo, el hábitat no cuenta con las especies de plantas que normalmente consume la iguana. Esta especie no ha logrado ascender los valles o cimas de las montañas del Valle por los requerimientos ecológicos y los impedimentos geológico-geográficos, además, se debe destacar que la dispersión del ser humano es un factor de consideración. Se tiene la hipótesis de que la permanencia de esta iguana negra o garrobo en la megalópolis va a ser temporal, debido principalmente a características biológicas y requerimientos ecológicos. Sin embargo, podría acondicionarse bien a una estancia en cautiverio donde, en teoría, podría reproducirse, ya que es ovípara, pero carece de un consorte y el clima de la CDMX (templado, de cálido a frío) no concuerda con los requerimientos ecológicos de reproducción (climas cálidos, semicálidos, húmedos y secos).

Cuija besucona, Hemidactylus frenatus. Autor: Miguel Ángel Sicilia Manzo, CONABIO.

En cambio, otras dos especies han sacado ventaja de este ciclo cálido en la ciudad y al nivel global, una es la lagartija cuija o besucona de la especie Hemidactylus frenatus, y otra es la serpiente pulsera o ciega de la especie Indotyphlops braminus. Ambas especies, actualmente cosmopolitas y abundantes, son ovíparas y cuentan con ventajas evolutivas que les han permitido vivir en ambientes aparentemente inhabitables. Cabe mencionar que la serpiente ciega se puede reproducir por sí misma (partenogenética).

Serpiente pulsera o ciega de la especie Indotyphlops braminus. Autor: David V Raju, Wikipedia.org.

¿Qué pasará con la iguana?

Este gran saurio se ha logrado mantener en cautiverio como mascota domesticada, por lo tanto, cabe la posibilidad de que, al ser monitoreada y conseguirle una pareja, pueda continuar viviendo en la REPSA e incluso reproducirse, pasando a ser residente permanente. Incluso, si hay necesidad, se podrían incubar sus huevos, como en las granjas para iguanas que existen en varios estados del país. Este espécimen se puede adaptar al clima de la CDMX mientras dure el ciclo sumamente cálido que vivimos a nivel mundial.

Sin embargo, el ecólogo Zenón Cano Santana (en comunicación personal), sugiere que se extirpe del área de la REPSA, debido principalmente a la experiencia que se tiene sobre los estragos ecológicos que han provocado las especies invasoras, entre ellas este iguánido en varias partes de América (Zarza et al. 2008, 2016; Buckley et al. 2016).

Estado de conservación

Todas las especies de anfibios y reptiles son importantes biológicamente hablando, pero existen diversos reglamentos y normas que nos indican las especies que están consideradas en alguna categoría de conservación. En el caso de la iguana negra, la International Union for Conservation of Nature (IUCN) la reconoce como especie amenazada-vulnerable; la Norma Oficial Mexicana (NOM-59-SEMARNAT-2010) la cataloga como especie en riesgo; mientras que The Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna & Flora (CITES) la ubica en la categoría de prioridad con manejo especial.

Tomando en cuenta todos estos criterios, se puede apuntar la importancia de la conservación de la especie Ctenosaura pectinata, tanto en su hábitat natural como en lugares alterados o en cautiverio, e incluso en lugares aparentemente inhóspitos.

Agradecimientos

A Hilda Marcela Pérez Escobedo, Guillermo Gil, Azucena Pérez Saldaña, Carina Itzel Gálvez García y a los revisores anónimos que apoyaron en diferentes etapas del estudio y fueron esenciales para mejor sustancialmente la publicación.

Referencias

  • Buckley, L. J., De Queiroz, K., Grant, T. D., Hollingsworth, B. D., Iverson, J. B., Pasachnik, S. A. y Stephen, C. L. (2016). A Checklist of the Iguanas of the world (Iguanidae: Iguaninae). Herpetological Conservation & Biology. 11 (Monograph 6. Iguanas: Biology, Systematics, and Conservation), 4-46.
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  • Stephen, Catherine (ed.) (2010). Ctenosaura Identification Guide. Utah Valley University, IRCF Iguana ID Guide,. Recuperado de www.caftadr-environment.org/wp-content/uploads/2016/04/IRCF-Iguana-ID-Guide-Spanish.pdf.
  • The Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES).
  • Uribe-Peña, Z., Ramírez-Bautista, A. y Casas-Andreu, G. (1999). Anfibios y Reptiles de las serranías del Distrito Federal, México. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Biología. Cuadernos 32. 119 pp.
  • Zarza, E., Reynoso, V. H., y Emerson, B. C. (2016). Genetic Tools for assisting sustainable Management and conservation of the Spiny-Tailed Iguana, Ctenosaura pectinate [Supplementary Materials]. Herpetological Conservation & Biology. 11(Monograph 6, Iguanas: Biology, Systematics, and Conservation): 255-264.
  • Zarza, E., Reynoso, V. H., y Emerson, B. C. (2008). Diversification in the north neotropics: mitocondrial and nuclear DNA phylogeography of the iguana Ctenosaura pectinata and related species. Molecular Ecology. 17: 3259-3275.

Recepción: 6/3/2017. Aprobación: 9/8/18.

Vol. 19, núm. 5 septiembre-octubre 2018

El conocimiento y su implicación en nuestra vida cotidiana

Carina Itzel Gálvez García Cita


En una sociedad democrática, […] los ciudadanos necesitan tener unos conocimientos básicos de las cuestiones científicas, de modo que puedan tomar decisiones informadas y no depender únicamente de los expertos
Stephen Hawking

La Revista Digital Universitaria representa un esfuerzo por comunicar la infinidad de investigaciones que se producen en diferentes universidades, espacios educativos y centros de investigación. Tenemos la certeza de que todos los sujetos involucrados en el quehacer universitario, tanto investigadores como docentes y estudiantes, poseen y son productores de información valiosa que es digna de divulgarse, en este sentido, abrimos las puertas de la RDU a la participación plural y diversa con el objetivo de conocer y transmitir el conocimiento, las experiencias y los descubrimientos que se originan en diferentes instituciones del país.

De tal manera, en este número podemos encontrar una gran diversidad de temas y formas de producir y expresar conocimiento; pero, a pesar de sus diferencias, cada uno de los artículos contenidos tienen algo en común: que nos muestran las aplicaciones concretas que puede tener la investigación y la búsqueda de conocimiento científico.

En principio, nos adentramos a entender qué son los isótopos (esos gemelos gordos de los elementos químicos) y de la pluma de Fabiola Murguia y Guillermo Murray descubrimos cómo han servido para estudiar desde el origen de la Luna, la historia de la Tierra, los caminos de la humanidad a través del tiempo, hasta la medicina nuclear y sus diferentes aplicaciones.

Por su parte, Stéphanie Thébault hace una importante aportación en la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas para atender el edema macular por diabetes, una enfermedad común entre la población mexicana, que tiene como consecuencia la pérdida de visión. Esperamos que estas aportaciones den frutos y se cristalicen en una mejor calidad de vida para los pacientes.

El equipo conformado por Laura Escobar, Priscilla Avalos y Mara Medeiros expone un panorama acerca de cómo se ha implementado el uso de redes sociales para proporcionar a la población información acerca de una enfermedad rara, la acidosis tubular renal, creando una comunicación entre investigadores y pacientes.

A partir de preguntarse cómo nos enfrentamos a la realidad, Eneyda Suñer nos introduce en el universo de las matemáticas como la manera que tiene el ser humano de abstraer su entorno y objetivarlo. Y, siguiendo en la línea de las matemáticas, Atahualpa Solórzano hace un recorrido por la historia del número π, las aproximaciones que se hicieron para llegar a él y los problemas que quedan abiertos al respecto.

En la sección Continuum educativo se presentan dos artículos en los que se da voz a los docentes. En el primero, Mónica Sánchez y Diego Serrano exploran un modelo de aprendizaje colaborativo en el que se esboza a los estudiantes como agentes activos de su propio proceso de aprendizaje; se expone el trabajo realizado con futuros arquitectos como una manera de beneficiar a la sociedad con el conocimiento adquirido durante la licenciatura. En el segundo artículo, Jesús García Reyes apunta a la inclusión de temas relacionados con la ciudadanía en los programas pedagógicos del bachillerato, en específico en la UNAM.

Para la sección Universidades se retoma el legado de José Vasconcelos como ideólogo de un proyecto de nación que incluía los aspectos educativo, cultural, político y artístico como parte de un pensamiento filosófico. En el artículo de Martha Cecilia Calderón se analiza la repercusión cultural que tuvo en el país y las artes, en especial en la Escuela Mexicana de Pintura.

Por último, pero no menos importante, en la sección Caleidoscopio se presenta a una nueva habitante en los terrenos del campus de Ciudad Universitaria de la UNAM, nada menos que la iguana negra o garrobo, una especie exótica que no pertenece a este hábitat, fue registrada por Edmundo Pérez en las inmediaciones de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), ¿por qué se encuentra aquí?, ¿cuáles son las posibles consecuencias de su estadía en la UNAM?, éstos son algunos de los temas que se abordan en la nota.

Esperamos que con los artículos aquí presentados se interesen en aspectos fundamentales de la ciencia y los invitamos a que lean, compartan y utilicen la información en ellos contenida.

Vol. 19, núm. 6 noviembre-diciembre 2018

¿Qué es la evaluación educativa? Perspectivas y experiencias

Dr. Enrique Graue Wiechers Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Cita

Cuando el Dr. Melchor Sánchez Mendiola, Coordinador de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular de la Secretaría General de la unam, me solicitó una introducción a este número sobre la evaluación en la Revista Digital Universitaria, acepté con mucho gusto por la importancia del tema y por las características de este medio de difusión.

Empezaré por esto último. La Revista Digital Universitaria está ya cumpliendo un año de su nueva época y con ella llegaron nuevos ímpetus y alientos que se han materializado en lo que la Revista hoy en día es: un medio contemporáneo de comunicación, dirigido a todos los miembros de nuestra comunidad, fresco y original, con rigor académico, provocador, de fácil lectura y comprensión, y accesible en todo momento y lugar.

Es una revista que hay que celebrar.

Se trata de introducir este número que versará sobre evaluación. Tema, por cierto, en el que cualquier universitario es o cree ser experto, o al menos conocedor, pues nos hemos pasado la vida siendo evaluados o evaluando a otros miembros de la comunidad.

Nos evaluamos constantemente para superarnos en diversas actividades académicas, en el salón de clases, aportaciones científicas, estudios comparativos, calidad de difusión del conocimiento y de la cultura o nuestra eficiencia administrativa.

En una institución como nuestra casa de estudios los sistemas de evaluación son tantos y tan variados como lo son las labores de la Universidad. Por ello, sólo a través de la comprensión y mejoría permanente de las distintas formas de evaluación es que podremos tener una visión integral del cumplimiento de nuestras misiones sustantivas.

Este número de la Revista Digital Universitaria analiza las experiencias de alumnos, profesores y académicos sobre diversas pruebas y modos de evaluación. Con ello, desde una diversidad de perspectivas, aporta elementos necesarios para que la cultura de la evaluación crezca y se fortalezca, pues ésta es un elemento inherente e indisoluble de los efectos de la educación.

Vol. 19, núm. 6 noviembre-diciembre 2018

La evaluación del aprendizaje de los estudiantes:
¿es realmente tan complicada?

Melchor Sánchez Mendiola Cita

Resumen

El proceso educativo incluye diversos elementos como los métodos de enseñanza, el aprendizaje y la evaluación. Frecuentemente se privilegian los métodos de enseñanza en la formación de los profesores, y la adquisición de conocimientos y habilidades sobre evaluación del aprendizaje en educación es limitada o se lleva a cabo de manera informal. Es importante que los participantes del proceso educativo, estudiantes, docentes, autoridades, así como la sociedad en general, conozcan algunos de los conceptos básicos de evaluación del aprendizaje, ya que como cualquier área técnico-científica, posee una terminología propia. Los actores de la educación debemos adquirir conciencia de los alcances y limitaciones de los instrumentos de evaluación del aprendizaje. Este escrito presenta algunas de las definiciones relevantes en el área de la evaluación del aprendizaje.
Palabras clave: evaluación educativa, evaluación del aprendizaje, evaluación para el aprendizaje, validez, amenazas a la validez.

The assessment of learning in students: is it really so complicated?

Abstract

The educational process comprises several important elements, including teaching methods, learning and assessment. Teaching methods are frequently emphasized in faculty development activities, while the acquisition of knowledge and skills in educational assessment is limited or undertaken informally. It is important that all stakeholders of the educational process, students, teachers, authorities and society have a basic understanding of some educational assessment basic concepts. This area, like any other technical-scientific discipline, has its own terminology. We need to develop conscience about the virtues and limitations of the educational assessment tools. This paper presents some of the relevant definitions in the area of educational assessment.
Keywords: educational assessment, assessment of learning, assessment for learning, validity, threats to validity.

“El aprendizaje no es una calificación”
Roman Nowak

“Evaluación es un intento de conocer a la persona”
Derek Rowntree

“Colectar datos para evaluación es como recoger la basura.
Más vale saber lo que vas a hacer con ella antes que la recojas”
Mark Twain

¿Qué es la evaluación del aprendizaje?

Si le preguntamos a un estudiante probablemente nos dirá: “exámenes”, y si le preguntamos a un profesor podría contestarnos: “es algo difícil que toma tiempo y experiencia, por lo que generalmente no me pagan, y para lo que no fui capacitado”. Pensamos que la mayor parte de lo que enseñamos es aprendido por los estudiantes, aunque la única manera de conocer los efectos de la enseñanza es realizar una evaluación continua y técnicamente adecuada, alineada con los planes de estudio y métodos de enseñanza, que incluya al estudiante como actor activo en el proceso. Esta evaluación debe idealmente arrojar resultados interpretables y utilizables por el mismo estudiante, el docente, la institución educativa y la sociedad.

Existen varias definiciones de evaluación, una de las más utilizadas es: “término genérico que incluye un rango de procedimientos para adquirir información sobre el aprendizaje del estudiante, y la formación de juicios de valor respecto al proceso de aprendizaje” (Miller, 2012). Dichos juicios necesitan algún referente, como puede ser el plan de estudios. Evaluación implica obtener información de diferentes fuentes como realimentación, exámenes, tareas y diversas interacciones con el educando. Los profesores que interactuamos con estudiantes debemos incorporarla desde una visión más profunda, como sugirió Derek Rowntree: “cuando una persona, con algún tipo de interacción directa o indirecta con otra, obtiene e interpreta información de manera consciente sobre el conocimiento y la comprensión, habilidades y actitudes de la otra persona. Hasta cierto punto evaluación es un intento de conocer a esa persona” (Rowntree, 1977). No debemos olvidar que a quienes evaluamos son seres humanos, con todo lo que ello implica.

Las siguientes son algunas recomendaciones para que la evaluación del aprendizaje se lleve a cabo de forma apropiada (Miller, 2012):

  1. Especificar claramente lo que se va a evaluar es fundamental.
  2. La evaluación es un medio para un fin, no un fin en sí mismo.
  3. Los métodos de evaluación del aprendizaje deben elegirse por su relevancia para las características que se van a evaluar del estudiante.
  4. Requiere de una variedad de procedimientos e instrumentos.
  5. Su uso adecuado requiere tener conciencia de su propósito y de las bondades y limitaciones de cada método.

Tipos de evaluación del aprendizaje

Evaluación diagnóstica, formativa y sumativa

Una de las clasificaciones tradicionales de la evaluación educativa es desde el punto de vista de su objetivo: diagnóstica, sumativa y formativa.

La evaluación diagnóstica se realiza al principio de un curso o actividad académica con la finalidad de determinar el nivel de conocimiento, habilidad o actitud del educando. Esta información puede ser de utilidad para el docente, ya que le permite hacer adecuaciones en el contenido y en la implementación de las actividades académicas programadas. Un ejemplo de este tipo de evaluación es el Examen Diagnóstico de Ingreso en las licenciaturas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el que se valoran los conocimientos generales de Español y de Inglés de los estudiantes de nuevo ingreso. Los resultados se envían a cada facultad o escuela, para su uso y difusión. Recientemente colocamos estos resultados en la página de la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular (CODEIC), como material de acceso abierto para cualquier persona que quiera explorar los datos, incluyendo además del reporte oficial, unas tablas dinámicas que permiten al usuario realizar comparaciones y visualizarlas.

La evaluación sumativa es aquella compuesta por la suma de valoraciones efectuadas durante un curso, para determinar, al final del mismo, el grado con que los objetivos de la enseñanza se alcanzaron y así otorgar calificaciones. Ejemplos de esta evaluación son los exámenes de fin de curso, los exámenes de certificación de profesionistas, el examen profesional de fin de carrera. Estos exámenes son eventos de alta trascendencia para la vida del estudiante, quien en ocasiones los percibe como obstáculos a sortear para alcanzar un objetivo, en lugar de oportunidades para identificar su estado real de aprendizaje. Un tipo de exámenes sumativos que merece atención especial, son los llamados “exámenes de altas consecuencias o de alto impacto” (high-stakes testing, en inglés), que han generado una intensa controversia en las últimas décadas (Sánchez Mendiola, 2017).

La evaluación formativa es la que se utiliza para monitorear el progreso del aprendizaje y proporcionar realimentación al estudiante sobre sus logros, deficiencias y oportunidades de mejora. Es un proceso mediante el cual se recaba información sobre el proceso de enseñanza aprendizaje, que los maestros pueden usar para tomar decisiones sobre cómo enseñan y los alumnos para mejorar su propio desempeño, convirtiéndose en una fuente de motivación para ellos. Esta evaluación idealmente debería ocurrir a lo largo de todo el proceso educativo del estudiante. Puede ser formal si está oficialmente programada y es esperada en determinados momentos del proceso, o informal si ocurre de manera espontánea, no programada. Si se reconoce un logro del estudiante para estimularlo y reforzar su conducta se le llama positiva, y si critica de manera explícita algo que se hizo mal o que se puede mejorar se le llama negativa. La evaluación formativa tiene un poderoso componente educativo, ya que durante las actividades del día a día permite identificar aquellas que se hacen bien, así como aquellas que tienen alguna deficiencia, para detectarlas a tiempo y corregirlas (Martínez Rizo, 2009 y 2013). Este tipo de evaluación forma parte de la llamada “evaluación para el aprendizaje”, en la que el enfoque no es verificar, sino apoyar y motivar al estudiante, al mismo tiempo que proporciona al profesor información sobre el aprendizaje del educando.

Desafortunadamente, se ha creado una diferencia artificial entre la evaluación sumativa y formativa, que ha generado mucha controversia. A la sumativa se le ha etiquetado como excesivamente cuantitativa, centrada en los números; punitiva y discriminatoria; usada con fines políticos; de ejercicio del poder o de control; demasiado estandarizada e inaplicable en los seres humanos que somos individualmente diferentes. Por el contrario, la evaluación formativa ha surgido como la heroína de la película, la parte buena, positiva, nutritiva educacionalmente, que toma en cuenta los aspectos afectivos y emocionales de los estudiantes, y que ayuda a los educandos a salir adelante y aprender mejor, sin importar sus limitaciones personales y de contexto. Este debate ha creado una situación que recuerda la frase de George Orwell en Rebelión en la Granja: “Cuatro patas bueno, dos patas malo”. Creo que debemos ver a estos dos tipos de evaluación como un continuo, ya que todas las evaluaciones pueden tener un componente sumativo y formativo, que dependerá del uso de los resultados (Man Sze Lau, 2016).

Por ejemplo, un examen de ingreso a la universidad tiene un fuerte componente sumativo, pero también puede usarse como evaluación diagnóstica e incluso formativa si se provee de alguna manera la información a los docentes y estudiantes. En cambio, una sesión de realimentación durante el curso puede ser principalmente formativa, pero si esta información cuenta para la calificación, adquiere una dimensión sumativa. Debemos hacer un esfuerzo por lograr un balance razonable, que promueva una mayor integración de la evaluación con el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Evaluación referida a norma y criterio

Otra manera de clasificar la evaluación es de acuerdo con la interpretación de los resultados. Puede ser con referencia a norma (relativa) o con referencia a criterio (absoluta). Cuando la evaluación se interpreta con referencia a norma, el resultado se describe en términos del desempeño del grupo y de la posición relativa de cada uno de los estudiantes evaluados (Miller, 2012; Sánchez Mendiola et al., 2015). Este tipo de evaluación se utiliza para colocar a los alumnos en listas de rendimiento y puntaje, para asignarles un lugar en el grupo. Un ejemplo en México es el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM), evaluación sumativa que presentan los médicos graduados que desean realizar una especialidad. La puntuación obtenida por el aspirante se evalúa en relación a lo que obtuvieron los demás y de su lugar secuencial en la lista para aspirar a una de las plazas, y no en un criterio de nivel de conocimientos previamente definido.

En cambio, la evaluación con referencia a criterio describe el resultado específico que se encontró, de acuerdo a criterios o metas preestablecidos. Este tipo de evaluación busca la comparación del estudiante con relación a un nivel o estándar establecido previamente. Un ejemplo es el examen de inglés como segundo lenguaje, Test of English as a Foreign Language (TOEFL), en que hay niveles de desempeño previamente determinados y los resultados se interpretan de acuerdo con dichos estándares, no de acuerdo al desempeño del grupo de sustentantes.

Uno de los retos de la evaluación criterial es que si el nivel exigido es muy alto para la población que toma el examen pueden fracasar todos los aspirantes, por lo que este tipo de exámenes deben “calibrarse” para plantear metas de evaluación congruentes con la realidad. Además, la evaluación criterial nos permite tener mayor claridad sobre nuestra situación educativa real, ya que no depende del desempeño del grupo sino de la meta a lograr. En cambio, en la evaluación por norma o relativa si tenemos un grupo de estudiantes con muy baja preparación, de cualquier manera aprobarán el examen o serán seleccionados los que tengan las puntuaciones más altas, dando una imagen arbitraria del nivel de aprendizaje de los estudiantes.

Instrumentos de evaluación del aprendizaje

Los instrumentos de evaluación son técnicas de medición y recolección de datos que tienen distintos formatos, atendiendo a la naturaleza de la evaluación. Existe una gran variedad de instrumentos con diversas ventajas y limitaciones para documentar el aprendizaje de los conocimientos, habilidades y destrezas de los estudiantes. Los instrumentos de evaluación del aprendizaje pueden clasificarse en estas categorías:

  • Evaluaciones escritas: ensayos, preguntas directas de respuesta corta, exámenes de opción múltiple, relación de columnas, disertaciones, reportes.
  • Evaluaciones prácticas: exámenes orales, prácticas con casos, examen clínico objetivo estructurado (ECOE).
  • Observación: reporte del profesor, listas de cotejo, rúbricas.
  • Registros del desempeño: libretas de registro, portafolios, registros de procedimientos.
  • Autoevaluación y evaluación por pares: reporte del educando y de los compañeros.
  • Cada uno de estos métodos tiene sus ventajas y desventajas, así como recomendaciones para su implementación. Es responsabilidad de los profesores y responsables de la evaluación en las instituciones educativas diseñar, seleccionar y utilizar los instrumentos más apropiados para evaluar el aprendizaje de los estudiantes, de acuerdo al plan de estudios y las características del contexto local.

    Criterios para una buena evaluación

    La evaluación educativa es tan buena como la metodología utilizada y el uso que se hace de los resultados. Varias organizaciones internacionales han propuesto criterios sobre las “buenas prácticas” en evaluación (American Educational Research Association [AERA], American Psychological Assocation [APA] y National Council on Measurement in Education [NCME], 2014; Norcini et al., 2011). Estos criterios son: validez, confiabilidad, justicia, equivalencia, factibilidad, efecto educativo y aceptabilidad.

    Validez

    Uno de los conceptos más importantes para que los resultados de los procesos de evaluación tengan sustento sólido y uso apropiado es el de validez. La validez de un proceso de evaluación es el grado con el que mide lo que se supone que mide. La validez es un concepto unitario, y actualmente se considera que toda la validez es validez de constructo (AERA, APA y NCME, 2014; Downing, 2003; Kane, 2013). La palabra constructo significa colecciones de conceptos abstractos y principios, inferidos de la conducta y explicados por una teoría educativa o psicológica, es decir, atributos o características que no pueden observarse directamente (por ejemplo: inteligencia, timidez, conocimientos sobre química) (Brennan, 2006; Downing, 2003).

    Validez es un juicio valorativo holístico e integrador que requiere múltiples fuentes de evidencia para la interpretación del constructo evaluado, ya que intenta responder a la pregunta “¿qué inferencias pueden hacerse sobre la persona basándose en los resultados del examen?” (Downing, 2003; Mendoza Ramos, 2015). No es el examen el que es válido per se, ya que la validez de un examen es específica para un propósito, se refiere, más bien, a lo apropiado de la interpretación de los resultados. En otras palabras, la validez no es una propiedad intrínseca de los exámenes, sino del significado de los resultados en el entorno educativo específico y las inferencias que pueden hacerse de los mismos. Por ejemplo, los resultados de los médicos que sustentan el examen para ingresar a las residencias médicas (ENARM), no deben interpretarse como evidencia de la calidad de las escuelas de medicina de donde provienen, ya que el examen no está diseñado con ese propósito.

    Las cinco fuentes importantes de validez en evaluación del aprendizaje son (AERA, APA y NCME, 2014; Downing, 2003):

    1. Contenido. Debe utilizarse una tabla de especificaciones de la prueba y el proceso seguido para elaborarla, la definición de los temas, la congruencia del contenido de las preguntas con las especificaciones del examen, la representatividad de las preguntas de las diferentes áreas a examinar, la calidad de las preguntas, las credenciales de las personas que elaboran las preguntas, entre otros.
    2. Procesos de respuesta. Se requiere evidencia de integridad de los datos, de manera que las fuentes de error que se pueden asociar con la administración del examen hayan sido controladas en la medida de lo posible. Por ejemplo, el control de calidad de la elaboración del examen, la validación de la clave de la hoja de respuestas utilizada, el control de calidad del reporte de los resultados del examen, la familiaridad del estudiante con el formato de evaluación (lápiz y papel o computadora).
    3. Estructura interna. Se refiere a las características estadísticas del examen y de las preguntas que lo componen, como son el análisis estadístico de reactivos, el funcionamiento de los distractores en las preguntas de opción múltiple, la confiabilidad del examen, entre otros. Muchos de estos datos debieran obtenerse de rutina como parte del proceso de control de calidad del examen, principalmente en los exámenes de alto impacto.
    4. Relación con otras variables. La relación de los resultados en el examen con otras variables se refiere a la correlación estadística entre los resultados obtenidos por medio de una prueba con otra medición de características conocidas. Por ejemplo, la correlación entre el examen de admisión a la licenciatura y las calificaciones obtenidas en los exámenes parciales durante la carrera y el examen profesional.
    5. Consecuencias. Se refiere al impacto en los estudiantes de las puntuaciones de la evaluación, de las decisiones que se toman como resultado del examen, y su efecto en la enseñanza y el aprendizaje. Por ejemplo, el método de establecimiento del punto de corte para aprobar o reprobar un examen, las consecuencias para el estudiante y la sociedad, las consecuencias para los profesores y las instituciones educativas.

    Validez implica una aproximación científica a la interpretación de los resultados de los exámenes, es decir, probar hipótesis sobre los conceptos evaluados en el examen. La información proporcionada por un instrumento de evaluación no es válida o inválida, sino que los resultados del examen tienen más o menos evidencia de las diferentes fuentes para apoyar o rechazar una interpretación específica (por ejemplo, pasar o reprobar un curso, certificar o no a un especialista, admitir o no a un estudiante en la universidad) (Downing, 2003; Kane, 2013). Las organizaciones que elaboran e implementan el examen (entidades gubernamentales, instituciones educativas, consejos de certificación) son los candidatos obvios para validar las afirmaciones que hacen sobre la interpretación de los resultados de un examen, ya que generalmente son quienes tienen los elementos y recursos para hacerlo (Brennan, 2006). Quienes elaboramos exámenes tenemos la obligación ética y el imperativo educativo de documentar qué tan defendible es la interpretación de los resultados, en beneficio de los estudiantes y de la sociedad en general.

    Confiabilidad

    La confiabilidad o fiabilidad tiene un significado técnico en evaluación educativa, que no debe confundirse con el significado coloquial de la palabra. La confiabilidad de un examen se refiere a la consistencia de las puntuaciones obtenidas por las mismas personas en ocasiones diferentes o con diferentes conjuntos de preguntas equivalentes, es decir, la reproducibilidad de la prueba (Downing, 2004). Es un concepto estadístico, que representa el grado en el cual las puntuaciones de los alumnos serían similares si fueran examinados de nuevo. Generalmente se expresa como un coeficiente de correlación, siendo 1.0 una correlación perfecta y cero ninguna correlación. Mientras más alta es la cifra de confiabilidad, generalmente es mayor su peso como evidencia de validez. La cifra de confiabilidad suficiente para aceptar los resultados de un proceso de evaluación depende del propósito de la misma, el uso que se hará de los resultados del examen y de las consecuencias que tendrá la evaluación sobre los estudiantes.

    Para exámenes de muy alto impacto, la confiabilidad debe ser alta para que las inferencias de los resultados del examen sean defendibles. Varios expertos recomiendan una confiabilidad de por lo menos 0.90 para evaluaciones de muy altas consecuencias. Para exámenes de consecuencias moderadas, como las evaluaciones sumativas de fin de curso en la escuela, es deseable que la confiabilidad sea de 0.80 a 0.89. En exámenes de menores consecuencias, como la evaluación formativa o exámenes parciales diagnósticos, es aceptable una confiabilidad de 0.70 a 0.79. Estas cifras no representan rangos absolutos, ya que hay diferencias de opinión entre los expertos, pero pueden servir de marco de referencia (Downing, 2004).

    La confiabilidad de una medición es necesaria para obtener resultados válidos, aunque puede haber resultados confiables sin validez (es decir, la confiabilidad es necesaria, pero no suficiente para la validez). La analogía con la diana de un blanco de tiro es útil para entender la relación entre los dos conceptos, como se muestra en la figura 1. Si las flechas están muy dispersas entre sí y lejos de la diana, la medición es poco confiable y no es válida; si las flechas están muy juntas pero lejos del centro la medición es reproducible (confiable) pero no es válida; y si las flechas están juntas en la diana, la medición es confiable y válida.



    Figura 1. Esquema visual de los conceptos de validez y confiabilidad, con el símil de un blanco de tiro.

    Justicia y equidad

    En las últimas décadas las principales organizaciones de evaluación educativa del mundo han hecho mucho énfasis en la necesidad de justicia y equidad en todo el proceso educativo, incluyendo la evaluación del aprendizaje, para ser congruentes con el sentido social de la educación (AERA, APA y NCME, 2014; Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [INEE], 2017). Existe controversia sobre el tema, ya que los exámenes estandarizados en gran escala –que por necesidad se aplican y analizan en contextos altamente controlados para que cada estudiante se enfrente al mismo reto en igualdad de condiciones–, por definición, tratan a todos los estudiantes de la misma manera. Si queremos promover la evaluación formativa para el aprendizaje, deberíamos individualizar el uso de los instrumentos de evaluación para cada caso específico. Esta permanente tensión entre lo ideal y lo real continúa sin resolverse. Podríamos ampliar el abanico de estrategias de evaluación educativa que utilizamos en la práctica, y capacitar a los profesores en el uso de diversos instrumentos de evaluación para promover el aprendizaje a lo largo del proceso.

    Equivalencia

    La equivalencia se refiere a que los exámenes proporcionen puntuaciones o decisiones equivalentes, cuando se administran en diferentes lugares o tiempos (AERA, APA y NCME, 2014; Norcini et al., 2011). La mayoría de los docentes y estudiantes no conocemos este concepto, a pesar de su importancia para interpretar exámenes aplicados de manera periódica que pretenden evaluar lo mismo, o exámenes en diferentes contextos en los que queremos asegurar que sean de la misma dificultad, sobre todo en evaluación sumativa de alto impacto (Carter, 1984; Moreno Olivos, 2010). Para lograr equivalencia se requiere de procedimientos estadísticos sofisticados, que caen en la familia de métodos de equiparación o “igualación” de exámenes. Uno de estos métodos es el uso de “reactivos ancla” (preguntas con un grado de dificultad similar y comportamiento estadístico bien documentado) en un porcentaje de reactivos de cada versión del examen. Para estas técnicas se requieren profesionales en dichos procedimientos.

    Factibilidad y aceptabilidad

    Las evaluaciones deben ser prácticas, realistas y apropiadas a las circunstancias del contexto, incluyendo las instalaciones físicas y los recursos humanos y financieros disponibles. Por ejemplo, el método más utilizado en el mundo para evaluar la competencia clínica en medicina es el Examen Clínico Objetivo Estructurado (ECOE), que consiste en una serie de múltiples estaciones estandarizadas, en las que cada estudiante se enfrenta a un reto que requiere que aplique algunas competencias específicas, como pueden ser las habilidades de comunicación, el hacer un diagnóstico, o interpretar radiografías y estudios de laboratorio (Boursicot et al., 2011). Este tipo de examen requiere gran cantidad de recursos humanos, instalaciones apropiadas y mucha dedicación en disciplina, tiempo y organización. Esta disponibilidad de recursos puede no estar al alcance de algunas escuelas, de manera que, aunque el examen sea excelente y se use en muchas partes del mundo, si no se puede hacer en una institución hay que buscar alternativas. Otros ejemplos podrían ser el uso de exámenes adaptativos por computadora, simuladores de alta fidelidad y tecnología de punta, herramientas que requieren una gran inversión inicial y de mantenimiento. Las evaluaciones también deben ser aceptables tanto por los estudiantes como por los profesores. Si hay un rechazo de la comunidad a algún tipo de evaluación –por ejemplo, la evaluación por pares que implica ser evaluado por sus compañeros–, se hace difícil su implementación.

    Efecto educativo, efecto catalítico

    Todos los métodos de evaluación, sobre todo los sumativos, pueden tener efectos en los métodos de estudio y prioridades de aprendizaje de los estudiantes (Newble, 1983). Aunque los profesores les digamos a nuestros alumnos que un tema o concepto es fundamental, la pregunta común es: “¿y eso va a venir en el examen?”. La cultura de algunas escuelas es que si algo no cuenta para el examen no se le da mucha importancia, así que la manera cómo se aplica la evaluación tiene consecuencias en la motivación de los estudiantes y en sus métodos de estudio. También la evaluación puede tener un efecto “catalítico” en el contexto educativo, ya que puede influir en los demás docentes, en los departamentos académicos y en la institución misma (Norcini et al., 2011). Si se privilegian los exámenes escritos de opción múltiple, habrá un efecto en cascada en los diferentes participantes del proceso educativo. Si se fomenta la evaluación formativa, de la misma manera, habrá influencia en las actitudes hacia la evaluación de los participantes, sobre todo cuando vivan sus efectos positivos.

    Amenazas a la validez

    Existen diversas “amenazas” para la validez de un proceso de evaluación del aprendizaje, que disminuyen la credibilidad de las inferencias que se pueden hacer de los resultados de un examen. Al ser la validez uno de los principales elementos de una buena evaluación, todo lo que ponga en riesgo la veracidad de las conclusiones que podamos tener sobre los resultados de una prueba o examen debe identificarse y, en la medida de lo posible, evitarse o corregirse. Pueden clasificarse de la siguiente manera (Downing y Haladyna, 2004):

    • Infrarrepresentación del constructo (IC). Se refiere a una representación inapropiada del contenido a evaluar por los exámenes, teniendo en mente que el constructo es aquello que queremos investigar (como los conocimientos de química en el bachillerato). Son ejemplos de esta amenaza: muy pocas preguntas en el examen, que no exploren apropiadamente el área de conocimiento; uso de preguntas que exploren principalmente memoria o reconocimiento de datos, cuando las metas de la enseñanza son la aplicación o solución de problemas.
      Otra amenaza a la validez es el fenómeno de “enseñando para la prueba” (teaching to the test, en inglés), en el que se enfatiza demasiado lo que va a venir en el examen, distorsionando el plan de estudios y el proceso educativo, y generando resultados incompletos que no preparan al estudiante para enfrentarse al ejercicio profesional (Popham, 2001). A veces ocurre al grado que algunos profesores utilizan reactivos del examen en clase para aumentar artificialmente las calificaciones de sus alumnos, y mejorar las evaluaciones de su grupo o escuela.
    • Varianza irrelevante al constructo (VIC). Se refiere a elementos que interfieren con la capacidad de interpretar los resultados de la evaluación de una manera significativa, y que causan “ruido” en la evaluación. Por ejemplo, las preguntas elaboradas con fallas, gramaticales o de otro tipo; y las que dan pistas al estudiante sobre cuál es la respuesta correcta, aunque no sepa el concepto explorado en la pregunta. Recordemos que escribir buenas preguntas de examen requiere entrenamiento y experiencia. Otro ejemplo son los problemas de seguridad del examen y fuga de información, de manera que el resultado del examen no refleja los conocimientos de los estudiantes. Este problema invalida los resultados de los exámenes, con diversas implicaciones éticas y de uso de recursos, como es repetir el examen con otra versión.
      La “astucia” o habilidad para responder los exámenes (en inglés, testwiseness) ocurre cuando los estudiantes se preparan con estrategias para responder exámenes y pueden obtener puntajes que no reflejen lo que realmente saben. Se ha creado un mercado de organizaciones que dan cursos para pasar exámenes, en los que el objetivo es adiestrar a los asistentes en métodos para obtener la mayor puntuación posible. Las familias de los estudiantes pagan un precio alto por estos cursos, que son de efectividad cuestionable y que además promueven una competencia poco sana.

    Algunas reflexiones y conclusiones

    El eterno problema de los usos e inferencias inapropiados de los resultados de la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes es uno de los retos más importantes que enfrenta la comunidad de profesionales de evaluación educativa. Aún hay un largo trecho por caminar en el incremento de una cultura de la evaluación en alumnos, docentes, directivos y funcionarios gubernamentales, así como de la sociedad en su conjunto. Uno de los efectos negativos más frecuentes de los exámenes es afirmar y diseminar conclusiones de los resultados que no son congruentes con los objetivos iniciales del mismo, por lo que dichas conclusiones carecen de validez. Con facilidad, las declaraciones breves y sensacionalistas se propagan en los medios de comunicación, generando malentendidos y distorsión sobre las conclusiones, limitaciones e implicaciones reales de los exámenes.

    La comprensión clara del concepto moderno de validez es fundamental para entender las limitaciones de los resultados de los exámenes, ya que extrapolar conclusiones y decisiones más allá de lo académicamente obtenible es inapropiado e incluso puede ser peligroso. Si un estudiante tiene un desempeño deficiente en una aplicación de un examen sumativo de alto impacto, eso no significa que sea “mala persona”, “incompetente”, alguien que “no debió estudiar esa carrera”, entre otros muchos calificativos que se asignan como etiquetas y que tienen un impacto emocional importante.

    Una de las principales recomendaciones de los expertos mundiales en evaluación es: “Los desarrolladores del examen son los candidatos obvios para validar las afirmaciones que hacen sobre la interpretación de los resultados de un examen” (Brennan, 2006), por lo que la responsabilidad de realizar buenos exámenes e informar a la sociedad sobre sus limitaciones recae en nuestras organizaciones y grupos de expertos, en colaboración con las autoridades y los medios de comunicación. La asimetría de poder intrínseca en los procesos de evaluación conlleva una enorme responsabilidad de las autoridades académicas e institucionales.

    Los instrumentos de evaluación y el uso que se hace de ellos en las universidades y otras instituciones son la declaración pública más importante de “lo que realmente cuenta” para la institución. Los estudiantes están muy alertas a estas señales, que a veces son sutiles y en ocasiones explícitas y visibles, sobre lo que deben aprender y cómo lo deben aprender, por lo que las instancias evaluadoras deben hacer lo posible para que estos procedimientos de evaluación se realicen con profesionalismo educativo en un entorno de calidad y atención a las facetas humanas y sociales de los estudiantes. Al final del día, el uso de la puntuación de un examen definitivamente implica consecuencias; de otra manera “uso” es sólo una abstracción. Los exámenes han adquirido un enorme grado de sofisticación técnica y metodológica, y llegaron para quedarse. Tal vez lo más importante es encontrar un balance entre este tipo de evaluación y la evaluación formativa. Por otra parte, es relevante tener conciencia de que aún existen grandes retos para evaluar de forma adecuada varios atributos fundamentales de los profesionistas que requiere la sociedad moderna, como empatía, liderazgo, asertividad, creatividad, trabajo en equipo, entre otros muchos, por lo que el campo de estudio de la evaluación educativa debe seguir modernizándose para enfrentar los constantes cambios de nuestra sociedad.

    Como ha dicho un académico mexicano, el Dr. Tiburcio Moreno, la evaluación tiene muchas caras, y en países como el nuestro ha estado permeada por una visión empirista que descansa en el principio: “Todos sabemos de evaluación, porque alguna vez hemos sido evaluados” (Moreno Olivos, 2010). Debemos mejorar nuestros conocimientos y habilidades en evaluación, como una obligación ética y moral de todos los docentes, e informar al resto de la sociedad sobre las virtudes, alcances y limitaciones de este fascinante y controversial tema.

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    Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079