VC-test

Volumen 19
Número 5, septiembe – octubre

natalinadi@yahoo.com.mx

Profesora de tiempo completo en el Departamento de Anatomía de la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde es co-
responsable del laboratorio de Ritmos biológicos y Metabolismo. Pertenece al
Sistema Nacional de Investigadores (SNI nivel I). Es Bióloga por la Facultad de
Ciencias, UNAM (2009) y doctora en Ciencias, UNAM (2015). Participa en
actividades docentes en la UNAM y en la Universidad Panamericana. Ha publicado
diversos artículos en revistas internacionales y ha presentado su trabajo de
investigación en congresos nacionales e internacionales. Su línea de investigación
se enfoca en entender como diversos procesos que alteran los ritmos circadianos
promueven el desarrollo de enfermedades.

Profesor de tiempo completo y Jefe del Departamento de Anatomía de la Facultad
de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es
responsable del laboratorio de Cronobiología. Pertenece al Sistema Nacional de
Investigadores (SNI nivel I). Es Médico Cirujano. Egresado de la Facultad de
Medicina y Cirugía de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca (1991-1997) y
doctor en Ciencias Biomédicas (2005) por la UNAM. Es miembro regular de la
academia nacional de medicina de México. Sus líneas de investigación:
contribución del alimento palatable (chocolate) en los mecanismos centrales de re-
sincronización del sistema circadiano, después de un avance de fase de seis
horas.

escocarolina@gmail.com

Profesora de tiempo completo en el Departamento de Anatomía de la Facultad de
Medicina UNAM, donde actualmente funge como coordinadora de investigación y
es responsable del laboratorio de Ritmos biológicos y metabolismo. Es profesora
de asignatura en la Facultad de Psicología de la misma universidad. Pertenece al
Sistema Nacional de Investigadores (SNI nivel III). Cuenta con más de 140
publicaciones. Fungió como editora en dos números de la revista Biological
Rhythms Research (1998 y 2005) y para un número especial la revista Ciencia
(2008) de la Academia Mexicana de Ciencias titulado “Ritmos biológicos”. Desde el
2013 es miembro del Comité editorial de la revista Biological Rhythms Research.
Sus líneas de investigación: el alimento como factor de desincronización
circadiano, modelos de desincronización circadiana para el estudio de la obesidad,
la sincronización por alimento como desencadenante de adicción.

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Introducción
Test
Titulo dos
Titulo tres

Los efectos adversos de la luz artificial por la noche

Adverse effects of artificial light at night 

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http://doi.org/10.22201/codeic.16076079e.2018.v19n4.a3

Subtitulo 1

Subtitulo 2

Subtitulo 3

“La mucha luz es como la much adqwdq wdqwwqdwqdqwdqwdqwdw qdwqdwqdwqdq wdwqdqdqwdqwdqw dqwdqwdqwdqwdqwdq sombra: no deja ver… wdqdqdqwd qwdqwdqwdqwdqw”. Octavio Paz

Cita a bando
Nuestro cuerpo tiene un reloj biológico y todos los tejidos son osciladores que siguen al ciclo diario de luz-oscuridad para poder cambiar la intensidad de la conducta y nuestras funciones fisiológicas y de esta forma hacernos más eficientes según si estamos
despiertos o dormidos.

  • uno
  • dos
  • tres
  • cuatro
  1. uno
  2. dos
  3. tres
  4. cuatro

Hipervinculo 

 

The negative effects of artificial light at nightNuestro reloj biológico reconoce cuando está oscuro y cuando hay luz y lo interpreta como día y noche. Con el uso de la luz eléctrica, que comenzó alrededor del siglo pasado, este sistema temporal ha sido alterada.

Los científicos han
comenzado a señalar que la exposición a la luz por la noche confunde al reloj biológico lo
cual puede tener consecuencias sociales, ecológicas, conductuales y para la salud. Las
personas que se exponen a la luz eléctrica por largas horas durante la noche son las más
afectadas, particularmente los trabajadores nocturnos. Sin embargo, cambios en el estilo
de vida han llevado a que jóvenes y niños se expongan desde edades tempranas a este
fenómeno conocido como “contaminación lumínica”. En este texto pretendemos exhibir las
evidencias clínicas y experimentales que indican que la luz artificial por la noche es un
factor adverso, promotor de alteraciones en el sistema circadiano, en la fisiología y, por lo
tanto, la contaminación lumínica es un factor de riesgo para la salud pública.
Palabras clave: ritmos circadianos, contaminación lumínica, depresión, alteraciones
circadianas, síndrome metabólico, cáncer.

Abstract
Our body has a biological clock and all tissues are oscillators that follow the daily light-dark
cycle in order to change the intensity of behavior and physiological functions and make us
more efficient according to whether we are awake or asleep. The invention and use of
electric lights, which began around the last century, have affected this temporal
organization. Light exposure at night has social, ecological, behavioral and health
consequences that just now begin to be apparent. People with nocturnal habits are mostly
exposed to light at night, and among them night workers are at risk. Due to changes in life
style, young people, including children, are now individuals exposed to this factor that
affects their physiology. The excess of light at night, also called “light pollution”, is the
cause of diverse health problems. The aim of this paper is to present evidence from
clinical studies and experimental models that points out the deleterious effects of light at
night as a factor that affects the circadian system, physiological systems and behavior
leading to disease. Here we offer evidence that light at night is a risk factor for public
health.
Keywords: circadian rhythms, light pollution, depression, circadian disruption, metabolic
syndrome, cancer.

Introducción: el sistema circadiano y la luz como señal de tiempo
(St1)

La sociedad moderna ha adoptado un estilo de vida que violenta la organización
temporal de nuestra conducta y fisiología. Las condiciones ambientales del día y la
noche que se requieren para ajustar las diversas funciones fisiológicas en nuestro
organismo se respetan poco y esto afecta la eficiencia con la que nos adaptamos
y respondemos a los cambios del medio ambiente externo.
Nuestra adaptación al ciclo luz-oscuridad depende del sistema circadiano,
que tiene la función de monitorear señales temporales externas y transmitirlas al
resto del cuerpo. El sistema circadiano consiste en una especie de reloj principal
(Buijs y Kalsbeek, 2001), localizado en el cerebro llamado núcleo
supraquiasmático (NSQ) y por su interacción con tejidos del cuerpo con
capacidad de oscilar con ciclos de 24 horas, conocidos como osciladores
periféricos (Buijs, van Eden, Goncharuk y Kalsbeek, 2003).

4

Figura 1. Esquema del sistema circadiano.

Este reloj biológico transmite ritmos de 24 horas a todos los tejidos por
medio de señales neurales y señales hormonales (melatonina y corticosterona).
Por este proceso se logra que la conducta y las funciones internas respondan de
forma coordinada dependiendo de la hora del día, lo cual se conoce como
sincronización circadiana. Cuando el individuo realiza actividades en conflicto con
las señales del reloj biológico, por ejemplo, encender la luz cuando debería de
estar oscuro, se provoca una desincronización circadiana, lo cual lleva a que
muchas funciones se realicen con una intensidad inadecuada para los
requerimientos del ambiente (ver figura 1).
La referencia temporal más potente que rige al sistema circadiano es la
alternancia del ciclo luz-oscuridad y son las células 1 de la retina las que le
comunican al reloj biológico el estado de luminosidad correspondiente al día y la
noche. La señal de luz activa a las neuronas del NSQ y activa genes cíclicos
1 Las células ganglionares son un tipo de neurona localizada en la retina del ojo.

5
conocidos como genes reloj, que miden el tiempo a nivel celular (Golombek y
Rosenstein, 2010). Otros eventos externos cíclicos que también afectan al sistema
circadiano son los cambios de temperatura, sonidos sociales, el consumo de
alimento, etcétera (Danilenko, Cajochen y Wirz-Justice, 2003; Klerman et al.,
1998).
El NSQ impone ciclos de
actividad a otras áreas cerebrales
para darle tiempo a la conducta y
para transmitir señales de tiempo
al resto del organismo a través
de proyecciones del sistema
nervioso autónomo y por medio
la producción de la hormona
melatonina –secretada por la
glándula pineal– y la
corticosterona –producida por el
eje hipotálamo-hipófisis-adrenal–
(Kalsbeek et al., 2006). Los
tejidos del cuerpo reconocen estas señales neuronales y hormonales y según su
intensidad emiten respuestas convenientes para la fase del día o la noche (como
se puede ver en la figura 1). Para la adecuada sincronización del sistema
circadiano se requiere que las señales de luz-oscuridad que recibe el reloj
biológico concuerden con las señales que recibe del resto del cuerpo sobre las
actividades que realiza. Cuando estas señales están descoordinadas confunden al
sistema circadiano y lo llevan a perder el orden temporal, lo cual repercute en la
conducta y en la fisiología del individuo.
Hoy en día, nuestras casas, lugares de trabajo y calles están iluminadas por
luz artificial brillante durante el día y durante la noche. La exposición a la luz
artificial de noche provoca la pérdida de una alternancia del ciclo día-noche y
representa un factor de riesgo para la coordinación del reloj biológico. El mal
funcionamiento del sistema circadiano a largo plazo desencadena padecimientos

6
crónicos, entre ellos enfermedades metabólicas, cáncer y alteraciones del estado
de ánimo (Escobar et al., 2011).
Son varias las condiciones que pueden desencadenar alteraciones
circadianas, entre ellas, la más común es el trabajo nocturno, también el
síndrome de jet-lag resultante de los viajes trasmeridionales, el alimento y los
estímulos luminosos durante la noche. Existe amplia literatura que aborda la
relación de la alteración circadiana principalmente asociada con el trabajo
nocturno y el jet-lag. Sin embargo, los efectos de la exposición a la luz artificial
durante la noche sobre el sistema circadiano y la salud apenas comienzan a ser
estudiados.
Este artículo tiene como objetivo definir en qué consiste el problema de la
contaminación lumínica asociada a la luz artificial por la noche. Presentaremos
evidencias clínicas y experimentales que indican que la exposición a la luz por la
noche es un factor adverso, promotor de alteraciones circadianas y de problemas
de salud.

El problema de la contaminación lumínica: el exceso de luz por la
noche (St1)
La luz es esencial para la vida en la Tierra, es una fuente de energía, de calor, y
mantiene los niveles de oxígeno en la atmósfera debido al importante papel que
juega en la fotosíntesis.

7

Por miles de años el
hombre ha vivido en un
ambiente donde la luz
corresponde a la fase de
actividad y la noche a la
fase de descanso. A lo
largo de la historia, la
posibilidad de alumbrar la
noche dependió de la
flama tenue de una
hoguera o de una
antorcha y fue apenas
hace poco más de 100
años que Tomás Alba
Edison (1879) inventó la bombilla eléctrica y fue posible alumbrar la noche con una
mayor intensidad. El siglo XX se caracterizó por la implementación de luz eléctrica
en casas y sitios de trabajo, permitiendo extender las horas de trabajo y estudio a
la noche (Chepesiuk, 2009), lo cual modificó también el estilo de vida. Actualmente
en las ciudades y pueblos se abusa del uso de la luz por la noche, proceso que
conocemos como “contaminación lumínica”. El abuso de iluminación es tal, que se
irradia a muchos kilómetros más allá de las ciudades, iluminando los campos, las
montañas y la naturaleza en general. Esta luz nocturna afecta patrones de
migración de algunas aves e insectos y en algunas especies altera los ritmos de
reproducción (Navara y Nelson, 2007). La iluminación urbana también produce
“invasión lumínica”, que ocurre cuando la luz del alumbrado público irradia hacia el
interior de las casas, ocasionando un nivel de luminosidad constante aun teniendo
las luces apagadas (Falchi, Cinzano, Elvidge, Keith y Haim, 2011). Otra fuente de
luz nocturna proviene de los aparatos electrónicos como pantallas de televisión,
computadoras, teléfonos celulares y tabletas, que irradian luz directamente a los
ojos del individuo que los está empleando (ver figura 2).

8
Figura 2. El teléfono celular es una fuente de luz nocturna, que irradia luz directamente a los ojos

del individuo que los está empleando. Foto: Vladyslav Dukhin.

¿Cuánto es mucha luz? (St1)
En un día soleado, la iluminación puede llegar a alcanzar hasta los 100,000 lux 2 ,
pero en un cuarto bien iluminado la intensidad de la luz alcanza los 1000 lux.
Preferentemente en la recámara en donde vamos a dormir y con la luz apagada, la
intensidad debiera ser menor a 10 lux.
Inicialmente los especialistas en ritmos circadianos consideraron como
dañina una intensidad de luz de 7 000 a 13 000 lux debido a que alteraba al reloj
biológico y con ello la expresión de los ritmos circadianos (Boivin, Duffy, Kronauer
y Czeisler, 1996). Sin embargo, tomando como referencia el ritmo diario de
melatonina, hormona que se secreta solamente por la noche y es inductora del
sueño, se determinó que intensidades de hasta 0.2 lux de luz blanca inhiben
inmediatamente su producción (Nathan, Burrows y Norman, 1999; Pauley, 2004).

2 Unidad estándar de medida de la intensidad de la luz.

9
Al respecto se ha determinado que la longitud de onda de 440 a 460 Hz que
corresponde a la luz azul, aún con intensidad baja de 1 lux, es suficiente para
suprimir la secreción de melatonina (Stevens, Brainard, Blask, Lockley y Motta,
2013). Es importante resaltar que las pantallas de televisión, de computadoras y
tabletas emiten principalmente longitudes de onda correspondientes al espectro
azul (Zeitzer, Dijk, Kronauer, Brown y Czeisler, 2000).

En fuentes de luz con un espectro más amplio de longitudes de onda (por
ejemplo, lámparas del alumbrado público) una intensidad de 100 lux tiene
el mismo efecto. Esta luz también modifica la actividad del NSQ el cual,
como ya se describió, utiliza como referencia temporal la alternancia día-
noche para sincronizar sus oscilaciones diarias y coordinar los ritmos
circadianos del organismo. Actualmente en la mayoría de las casas
durante la noche, las fuentes de luz emiten iluminación de hasta 1000 lux,
intensidad suficiente para retrasar el inicio del sueño, causar alteraciones
circadianas e inhibir la secreción de melatonina (Reiter, 2006).
Consecuencias de la luz por la noche: estudios clínicos (St2)
La luz por la noche promueve un estado de alerta conductual, que retrasa el inicio
del sueño y promueve al desvelo. En días de trabajo o escuela estos desvelos
tienen como consecuencia que se acorten las horas de descanso y ello ocasiona
una privación de sueño crónica, que afecta el rendimiento escolar y laboral (van
Cauter et al., 2007). Una preocupación actual es que en sujetos jóvenes, la
exposición a luz artificial durante la noche (5 a 10 lux) afecta la calidad del sueño,
aumenta la frecuencia de los despertares, la cantidad de sueño superficial y
disminuye la cantidad de movimientos oculares rápidos (Cho et al., 2016). En un
trabajo pionero de Lewy, Wehr, Goodwin, Newsome, y Markey (1980), se
exploraron los efectos de la exposición a diferentes intensidades de luz por la
noche en un rango de 0.03 hasta 9.5 lux y se observó que la exposición a todas
las intensidades de luz provoca a corto plazo efectos adversos sobre los ritmos
hormonales y de temperatura (Boivin et al.,1996). En un estudio más reciente se
reportó que, en personas jóvenes la exposición a la luz por la noche, con una
intensidad equivalente a la pantalla de una computadora, suprime la liberación de
melatonina (Gooley et al., 2011).

10
La noche en nuestro organismo (St3)
Actualmente un 30% de la población mundial trabaja por la noche (Rajaratnam y
Arendt, 2001) y esta es la población más expuesta a la luz nocturna. En
trabajadoras nocturnas se ha descrito una mayor propensión a desarrollar cáncer
de mama (He, Anand, Ebell, Vena y Robb, 2015) y se ha determinado que el
haber trabajado 15 años o más en turnos rotatorios o nocturnos incrementa hasta
un 28% el riesgo de padecer cáncer de pulmón en mujeres fumadoras
(Schernhammer, Feskanich, Liang y Han, 2013). En enfermeras que trabajaron
turnos nocturnos y estuvieron expuestas a la luz brillante mientras dormían, se
demostró que los niveles de melatonina eran menores en comparación con
enfermeras que trabajaron turnos diurnos (Grundy et al., 2009). Igualmente, entre
los trabajadores nocturnos masculinos hay mayor propensión a padecer cáncer de
próstata, además de presentar un mayor riesgo de eventos cardiovasculares con
riesgo de infarto (Sigurdardottir et al., 2012). El trabajador nocturno también tiene
mayor predisposición a la acumulación de adiposidad, sobrepeso y elevada
predisposición a desarrollar enfermedades metabólicas incluyendo diabetes
(Knutsson, 2003).
A nivel de la conducta, se ha reportado mayor propensión a cambios en
el estado de ánimo, caracterizados por mayor irritabilidad, fatiga y
dificultad para concentrarse, además de mayor vulnerabilidad a
desencadenar depresión (Edgar y McClung, 2013; Germain y Kupfer,
2008). En estos individuos también se ha reportado mayor vulnerabilidad
de incurrir en la ingestión de drogas y alcohol (Morikawa et al., 2013).
Es difícil discernir la contribución de la luz por la noche sobre la cantidad de
alteraciones que presenta el trabajador nocturno, ya que estos individuos además
de la contaminación lumínica, están expuestos a privación de sueño y alteraciones
circadianas, que por sí mismos son factores que desencadenan muchas de estas
alteraciones fisiológicas y de la conducta.

ENTRA GALERÍA FOTOGRÁFICA

11

(envío una serie de fotografías, incluir 6 imágenes)

Para lograr deslindar el efecto de la luz nocturna sobre el metabolismo, un
estudio realizado con una población de la región de Nara, en Japón, comparó
personas que se exponían a bajos o nulos niveles de luz por la noche (menos de 3
lux) con personas que se exponían a niveles mayores de 3 lux (Obayashi et al.,
2013). El grupo que se exponía a mayor intensidad de luz presentó una mayor
incidencia de obesidad y alteraciones en los niveles de lípidos circulantes,
confirmando que la exposición a la luz por la noche desencadena disfunción
metabólica.
Un espacio para determinar los efectos nocivos de la luz por la noche, son
las unidades de cuidados intensivos en los hospitales, ya que en general éstas se
mantienen siempre con la luz prendida para permitir al personal médico y de
enfermería una supervisión eficiente de los pacientes. En un estudio realizado en
la unidad de terapia intensiva neonatal del Hospital Juárez de México, nuestro
grupo demostró que los bebés prematuros internados debido a bajo peso corporal
crecen y maduran más lentamente en condiciones de luz constante, en
comparación con los bebés prematuros expuestos a un ciclo de luz-oscuridad.

12
Para lograr esto, a algunos bebés se les colocó durante la noche un casco de
acrílico con una cubierta de tela que producía penumbra sobre su cabeza y ojos.
Comparados con bebés que no recibieron este tratamiento, a las tres semanas de
estancia en la unidad, los bebés expuestos a la oscuridad por la noche habían
ganado 150 g más de peso y el tiempo de estancia hospitalaria se redujo a la
mitad, siendo para este grupo un promedio de 30 días para ser dados de alta y
para el grupo testigo de 60 días (Vasquez-Ruiz et al., 2014). Otros estudios
realizados en diferentes unidades de terapia intensiva han reportado efectos
similares, demostrando que la oscuridad por la noche mejora la capacidad de los
bebés para asimilar el alimento y por lo mismo logran aumentar de peso para ser
dados de alta (Blackburn y Patteson, 1991; Rivkees, Mayes, Jacobs, y Gross,
2004). Estos hallazgos son un claro ejemplo de la importancia que tiene la
oscuridad nocturna desde los primeros días de vida.

 

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TITULO CON SEPARADOR

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Es posible propiciar el pensar desde la misma Universidad. Es decir, enseñar a pensar para valorar la vida. También es posible generar una nueva actitud de pensar que promueva el respeto por los principios y valores universales, si enseñamos de tal forma que orientemos hacia un proceso auténtico y autónomo de pensar, si dejamos de controlar excesivamente, si permitimos que el alumno pueda pensar por cuenta propia.

Es posible propiciar el pensar desde la misma Universidad. Es decir, enseñar a pensar para valorar la vida. También es posible generar una nueva actitud de pensar que promueva el respeto por los principios y valores universales, si enseñamos de tal forma que orientemos hacia un proceso auténtico y autónomo de pensar, si dejamos de controlar excesivamente, si permitimos que el alumno pueda pensar por cuenta propia.

Referencias (St1)

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DiLaura, D. (2006). A History of Light and Lighting. EE. UU.: Illuminating Engineering Society.
DiLaura, D., Houser, K., Mistrick, R. y Steffy, G. (2011). The Lighting Handbook. 10th Edition. Nueva York, EE. UU.: Illuminating Engineering Society.
Donoff, E. (2006). Richard Kelly’s Three Tenets of Lighting Design. Architectural
Lighting, AL 30th Anniversary.
James, P. (2018). Editorial. Mondo ARC. ILDS, 18.
Kelly, R. (1952). College Art Journal. EE. UU.: College Art Association.

13
LIB Chaslin, F. (2017). La Conception Lumière. París, Francia: Moniteur.
Major, M., Speirs, J. y Tischhauser, A. (2005). Made of Light. Basel, Switzerland:
Birkhauser.
Haidar, J. (2006). Debate CEU-Rectoría. Torbellino pasional de los argumentos.
México: UNAM. Recuperado de
http://www.posgrado.unam.mx/publicaciones/ant_col-
posg/31_Debate_CEU.pdf
Pedroza, M. (2010). Identidades urbanas de taggers y graffiteros: análisis
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Federal. D.F., México: ENAH/INAH. Recuperado de
https://www.academia.edu/35991973/Identidades_Urbanas_de_Taggers_y_
Graffiteros_An%C3%A1lisis_transdisciplinario_de_la_producci%C3%B3n_s
emi%C3%B3tica_del_graffiti_en_el_Distrito_Federal
Pedroza, M. (2012). Semiosis visual en el graffiti de escritores: Producción cultural
urbana alternativa. D.F., México: ENAH/INAH. Recuperado de
https://www.academia.edu/35992064/Semiosis_visual_en_el_graffiti_de_es
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Pedroza, M. (2016). La unitas multiplex del graffiti planetario: cultura urbana
alternativa Ciudad de México, México: ENAH/INAH.
Pedroza, M. (2016). Pixação: protesta y transgresión . Discurso & Sociedad , 10
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http://www.dissoc.org/ediciones/v10n02/DS10(2)Pedroza.pdf

Fecha de recepción: 12/12/12   Fecha de aceptación: 12/12/12

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079