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Breve homenaje a Julio Cortázar

Francisco Cabanillas
 
 

You Tube

Desde 2006, te veo tantas veces como quiero. Al alcance, como te tengo, de la computadora, llego a tu imagen viva con sólo pulsar el dedo índice derecho. Un mandato informal al cabo del cual, como una lluvia de conejos blancos, surge una multiplicidad de videos que te rinden tributo.

Como ahora, que, al escribir tu nombre en el buscador de You Tube, leo que en el último mes se han sumado 45 videos sobre ti y que desde hace un año han subido 74, una relación numérica en aumento vertiginoso. Bajo tu nombre, hoy, un día inopinado de la primera parte del año 2009, se suman 653 clips, una cantidad que sabes, por todos esos tics que te marcaron, hechizada. ¿Te sorprende el énfasis cuantitativo de nuestra cultura digital?

Porque nos conocemos, sé que este dato cualitativo, ¿producto del azar que tanto respetaste?, te parecerá interesante. De los 653 videos que responden a tu nombre (lo que no quiere decir que todos sean sobre ti), el primero en la lista, con más de 46,000 reproducciones, es uno de 4 minutos y 9 segundos que combina un fragmento del audio que grabaste de “El perseguidor” (1959), con diversos clips fílmicos y fotográficos de Charlie, tu otro hermano, en pleno performance melómano.

Un video en el que, como si fuera la mejor portada de un libro, aparece de golpe, en un claroscuro con dos centros, tu fotografía con la trompeta en la boca, junto a la de Charlie con el saxo de boquilla blanca entre los labios. ¡Qué época! Sobre un fondo azul que mitiga el trasfondo negro, aparece en rojo con letras grandes el título de tu cuento, "El perseguidor", debajo del cual, en blanco con letras más pequeñas, cae tu nombre como la mejor promesa del clip. Una vez puesto el video en marcha, te oímos leer sobre imágenes y clips de Charlie la parte del cuento en la que Bruno se da cuenta de que Johnny no es perseguido sino perseguidor.

Íntegra, como reina de todos los videos que te convocan en You Tube, está la entrevista de 1 hora y 27 minutos que te hizo para Televisión Española Joaquín Soler Serrano en 1977; ahora a mi disposición cotidiana para verte los dientes manchados de nicotina todas las veces que quiera, para no decir nada sobre tus erres afrancesadas, para seguir de cerca tu diálogo secreto con la cámara, que te apunta y que desde acá, me parece, a veces sientes que te persigue.



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