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Plantas medicinales: un complemento vital para la salud de los mexicanos...

Patricia Muñetón Pérez
 
 

Consumo

RDU: En su opinión, la población en general ¿posee suficiente información para llevar a cabo un consumo responsable y adecuado de plantas naturales?

ESL: En mi experiencia, la población en general no posee los conocimientos suficientes para un consumo responsable de las hierbas. Me he percatado cientos de veces que las amas de casa no distinguen un cocimiento de una infusión; no saben que las plantas aromáticas no se hierven, no saben que de la manzanilla sólo se usan las flores y que sólo se preparan en infusión. Tampoco saben que los tés,  ya hechos, no se deben guardar y mucho menos con la planta, ya que con el tiempo se extraen taninos que pueden ser tóxicos al hígado, principalmente en niños. Tampoco saben que plantas muy comunes como el epazote no se deben administrar a niños menores de 6 años porque pueden causar convulsiones. Para niños mayores y los adultos no representa ningún riesgo en las dosis normales, al igual que recomiendan los médicos alópatas de no automedicarse.

Nosotros los especialistas en herbolaria tampoco recomendamos la automedicación. Hemos impartido clases de herbolaria durante 30 años en Chapingo y los últimos 10 años se han  clases gratuitas en el Centro Médico Nacional siglo XXI. Además de ofrecer como servicio universitario consultas gratuitas con seis especialistas en herbolaria durante el día de las clases.

RDU: En la actualidad, muchas plantas medicinales se consumen sin restricción alguna, incluso muchas se ostentas como “suplementos alimenticios”. Qué aspectos es necesario considerar antes de consumirlos.

ESL: Las plantas medicinales no deberían considerarse como suplementos alimenticios, pues no lo son. Ya existe un reglamento de ley que regula a las plantas medicinales como remedios herbolarios o como medicamentos herbolarios, y ya no como en la antigüedad; que al no haber reglamento para la herbolaria, ésta se incluía en los suplementos alimenticios. Afortunadamente esto ya está cambiando y ya debería de haber cambiado, pues los alimentos nutren y las hierbas curan.

Desgraciadamente el 99% de la herbolaria que se comercializa es silvestre, que se caracteriza por la variabilidad; es decir la  planta medicinal y su eficacia es un concepto regional, pues no se puede separar a la planta medicinal de las características del suelo y el tipo de clima donde crece con las propiedades curativas. Por ejemplo: la Damiana crece en todo el país, pero sólo la de Baja California Sur y Sonora tiene el efecto estimulante para la circulación; en el resto de los estados no funciona.

Es fundamental cultivar las plantas para evitar tanta variabilidad, hace falta desarrollar agroindustrias que lo hagan, por eso la herbolaria de los mercados y tiendas naturistas a veces funciona y a veces no, en general falta mucho control de calidad, desde las regiones de colecta hasta los procesamientos, pues muchas pequeñas y grandes empresas asolean las plantas al secarlas, lo cual baja mucho la calidad, o no se tiene la higiene requerida: las plantas se contaminan con tierra, plumas, pelo de animales, etcétera. Amén de la confusión que genera el uso de los nombres populares: hay 26 uñas de gato, 20 colas de caballo, 18 valerianas, 9 hierbas del sapo, 18 zarzaparrillas, etcétera. Por eso,  en nuestro programa nos vimos obligados a procesar y producir nuestras propias fórmulas herbolarias para tener la seguridad de que el paciente, al tomar nuestra hierba del sapo cultivada en nuestros campos experimentales y con control de calidad, tenga la certeza de su eficacia para el colesterol y los triglicéridos, tanto los depositados como los que están en la circulación.

 

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