Introducción

Desde 1984, el Instituto de Ingeniería de la UNAM, con el apoyo de instituciones internacionales, opera y conserva una red de acelerógrafos en el estado de Guerrero, a través de la cual se produce información útil para investigar la generación y los efectos de los sismos fuertes de subducción. El resultado del estudio sismológico de la región, entre Acapulco y Zihuatanejo, Guerreo, muestra que en esa región puede ocurrir un sismo con magnitud entre 7.9 y 8.2 (Anderson, et al, 1989) y se estima que sus posibles efectos podrían superar los que sufrió la Ciudad de México en 1985, (Rosenblueth, et al, 1989). Estas investigaciones permiten confirmar la existencia de la “Brecha de Guerrero” y el peligro de que se genere un sismo de gran magnitud (figura 1). La red Guerrero permitió el registro del terremoto M8.1 de Michoacán, el 19 de septiembre de 1985, que causó alrededor de 10,000 muertos y 30,000 heridos en la Ciudad de México (Esteva, 1988). El estudio del evento mostró que las características del terremoto y la resonancia con las estructuras de los edificios, causaron el colapso de éstas y el alto costo en vidas, de quienes, por otra parte, no tuvieron alguna señal de prevención ni la capacidad para una respuesta rápida.


Figura 1. Epicentros de sismos estudiados con la Red de Guerrero entre junio de 1985 y 1987

Con el propósito de mitigar los eventuales desastres sísmicos que sufre la Ciudad de México, en 1986 la Fundación Javier Barros Sierra auspició la creación del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, A.C. (CIRES), en el que, con el apoyo de la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno de la Ciudad de México, se inició en 1990 el desarrollo y la operación del Sistema de Alerta Sísmica (SAS), herramienta que ha permitido avisar a la población del Valle de México, con una anticipación promedio de sesenta segundos, el inicio de algunos sismos importantes que ocurren en Guerrero (Espinosa-Aranda, et al, 1989).

El SAS inició su funcionamiento experimental en agosto de 1991 y su existencia se hizo pública el 14 de mayo de 1993, después de alertar, con avisos anticipados de 65 y 73 segundos, el inicio de sendos sismos de magnitud M5.8 y M6, ocurridos a las 21:10 y 21:12 horas en Guerrero (Espinosa-Aranda, et al, 1995). Después de esta prueba, en agosto de 1993 las autoridades del Gobierno del Distrito Federal anunciaron el inicio de este servicio público, para el que se ha contado con el valioso apoyo de la mayoría de las estaciones comerciales de la Asociación de Radiodifusores del Valle de México y los canales de televisión: 7, 11, 13 y 22, más la Televisión Mexiquense y las estaciones de AM y FM del Estado de México.

El SAS de la Ciudad de México consiste en un Subsistema Sismo-Detector formado por doce Estaciones Sensoras de Campo, implantadas a lo largo de la costa de Guerrero, entre Papanoa y Punta Maldonado (figura 2), capaces de evaluar parámetros sísmicos del evento en desarrollo. Cada Estación Sensora puede estimar y transmitir su información en forma instantánea, vía los canales de radio del Subsistema de Comunicaciones Guerrero-DF, hasta la Estación Central de Registro del SAS en la Ciudad de México, a más de 300 kilómetros de distancia. En este sitio un sistema computarizado registra, analiza y confirma la información recibida y, en su caso, emite el aviso de advertencia. El SAS transmite automáticamente avisos de alerta “Preventiva” cuando pronostica que la magnitud del sismo en desarrollo será moderada, en 5<6, y alerta “Pública”, cuando pronostica que el sismo será fuerte, M>6.


Figura 2. El Sistema de Alerta Sísmica de la ciudad de México.

Es oportuno destacar que hasta octubre de 2009, después de casi 17 años de funcionamiento continuo, el SAS ha logrado detectar poco más de 2115 sismos de magnitud entre 3.4 y 7.3 y que de esos eventos, sólo 66 sismos fueron de importancia para ser advertidos automáticamente por el SAS en los valles de México y Toluca: 13 con rango de alerta “Pública” y 53 como alerta “Preventiva”; sin embargo, muchos no olvidan que al inicio de su servicio, el SAS no alertó un sismo, y que el 16 de noviembre de 1993 generó un aviso falso, y menos son los que señalan el poco avance logrado en la definición y la práctica de planes de emergencia que requiere la Ley de Protección Civil. <M <6, y alerta “Pública”, cuando pronostica que el sismo será fuerte, M>6.

 

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