Conclusiones

Hemos observado como a lo largo de la historia los terremotos han ido proporcionando al hombre un nivel de conocimiento que se ha ido perfeccionando y que actualmente permite construir edificios muy seguros contra los terremotos. Esto se pone de manifiesto en países con gran actividad sísmica, pero con pocas víctimas mortales, como ocurre en Estados Unidos o Japón. En la mayoría de las regiones que sufren estas catástrofes se tiene acceso a la normativa sismorresistente, ya sea propia o copiada de otros países, de forma que tienen la posibilidad de acceder al conocimiento técnico necesario para resolver el problema. Sin embargo, se necesita también contar con la experiencia suficiente para diseñar con criterios antisísmicos, la capacidad para realizar una buena ejecución de la construcción y el empleo de los materiales adecuados, y sobre todo, el potencial económico que lo haga posible.

Una solución a este problema en los países menos desarrollados podría consistir en buscar soluciones técnicas usando los materiales propios de cada zona y que permitiesen diseñar y construir viviendas con bajo coste.

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