La empresa virtual es una nueva forma de organización funcional,
que se describe entorno a la evolución dinámica de la
tecnología y de la globalización. Su estructura organizativa
se apoya en el uso de Internet para ampliar sus transacciones y operaciones
en el mercado del ciberespacio. En el mundo contemporáneo está proliferando
y se ha transformado en una nueva organización básica
de trabajo asociado de individuos y empresas que se instalan utilizando
la tecnología Internet.
Este modelo de organización contemporáneo crea una transformación
en la empresa tradicional y, en particular, en las transnacionales,
que en la búsqueda de una ventaja competitiva, impulsan esta
forma de organización –para bajar sus costos a través
de las subcontrataciones (outsourcing) y el mejoramiento de
la coordinación interna–, de igual forma, aumentan la
velocidad de procesamiento, la satisfacción del cliente y la
seguridad efectiva de las transacciones virtuales; aseguran su presencia
y operación en diferentes niveles del mercado mundial.
La empresa virtual fortalece la mundialización de la economía,
puesto que beneficia al desarrollo del proceso de globalización
al crear condiciones para que las empresas transnacionales tengan un
desempeño superior al que presentan otras en países en
desarrollo. También favorece la regionalización de tipo
trilateral, considerando a los países de la triada como conductores
de estos procesos (Estados Unidos, Europa y Japón).
Antecedentes de la empresa virtual
El concepto de Empresa Virtual comienza con la organización
trébol propuesta por Charles Handyen su libro The age of
unreason, de 1989; en él, manifiesta:
Las organizaciones solían ser consideradas como piezas gigantes
de ingeniería, con partes humanas intercambiables en gran parte.
Hablamos de sus estructuras y de sus sistemas, de las entradas y salidas,
de los recursos de control y de su administración, como si el
total fuera una gran fábrica. Hoy en día, el lenguaje
no es de ingeniería, sino de política, se habla de culturas
y redes, de equipos y coaliciones, de influencia o poder antes que
de control.
En este sentido, notamos que Handy hablaba de la visión paradigmática
de la globalización en que hoy nos encontramos; no obstante,
observaba la necesidad de nuevas formas de organización empresarial.
Charles Handy (1989) define esta organización como un trébol
Irlandés de tres hojas: la primera son los trabajadores
centrales de la organización, conformada por profesionales
calificados, técnicos y administradores, que son imprescindibles.
Estos perfiles son esenciales porque representan el conocimiento organizacional
que es específico para esa empresa en particular, hoy lo llamamos
Inventario de Talentos. Resulta ser un recurso caro, ya que redunda
en mejores pagos, desarrollo y condiciones privilegiadas; son recursos
que las organizaciones han apenas descubierto para dirigir con menos
gente, como resultado de la reestructuración (ver figura 1).
La segunda representa el aumento de las operaciones de contratación
externa, para que todo trabajo no esencial sea realizado por
una fuerza laboral que no es parte de la organización central
(ver figura 1).
La tercera hoja representa la fuerza laboral flexible, es
decir, empleados sobre una base temporal o por horas, conforme ocurran
fluctuaciones o niveles máximos en la demanda (ver figura 1).

Figura 1.- Organización Trébol.
Lo anterior expuesto no nos relaciona en nada el aspecto tecnológico,
no obstante, Handy expresa que "deben adelantarse al cambio y
explorar siempre nuevas opciones y nuevas tecnologías. Deben
crear una verdadera cultura de aprendizaje"
Handy, en resumen, describe una organización abierta que se
fortalece mediante el uso de otras fuerzas laborales para que actividades
no esenciales sean realizadas por ellas, con esto interpretamos el
uso de lo que hoy conocemos como subcontratación u outsourcing.
Lo anterior es una contraposición a lo que Gary Hamel y C.K.
Prahalad exponen en relación las actividades fundamentales,
básicas o nucleares, ya que a través de éstas
se identifican plenamente las corporaciones virtuales, mediante las
cuales se asocian, sin tener la figura de alianzas estratégicas
mencionadas por Michael Porter. Por tanto, el contexto teórico-
metodológico, requiere de esta realineación para conformar
el esquema requerido sobre la empresa virtual deseada.
Posteriormente, en 1992, Davidow y Malone,en su libro The
Virtual Corporation, presentan su particular visión
del tema, y circunscriben el concepto a la década de los
ochenta, desvirtuando y desorientando la realidad de la empresa
virtual,1 ya que la exponen como una red de empresas en torno a
un núcleo
central. Esto lo podemos observar cuando dicen que: "A
diferencia de sus predecesoras contemporáneas, la corporación
virtual va a parecer menos una empresa discreta y más un bloque
continuamente variante de actividades comunes en medio de una red
de relaciones";2
y en "el proceso de convertirse en una corporación virtual
es, primero y antes que nada, un proceso de aprendizaje".3
El 6 de febrero de 1993, la revista The Economist publica
el artículo: "La empresa global: ha muerto", considerando
la Empresa Virtual como "una red temporal de empresas que se unen
para explotar una oportunidad específica de mercado apoyada
en las capacidades tecnológicas que componen la red".4
El 8 de febrero, la revista Fortune denomina esta idea como
Corporación Modular, mientras que la revista Business Week la
llama Corporación Virtual; con estos antecedentes se abren nuevas
posibilidades para estudiar el tema de la empresa virtual.
De acuerdo a la definición de la revista The Economist, los
conceptos básicos que determinan una empresa virtual son:
Se trata de una empresa, compuesta por varias en colaboración,
aceptando, en principio, cualquier fórmula instrumental, alianzas
estratégicas, subcontratación, outsourcing,
etc.
Cada una de ellas aporta lo que sabe hacer mejor que ninguna otra,
a lo que Hamel y Prahalad han denominado Core Business -actividades
fundamentales o nucleares- en su libro Compitiendo por
el futuro, en 1994.
En el libro de Félix Cuesta La Empresa Virtual.La
Estructura Cosmos, publicado en 1998, presenta una variante
sobre la definición propuesta, aceptando el concepto de
red, pero en torno a un núcleo central, lo que permite resolver
uno de los principales problemas de la llamada empresa virtual
de la época, la reducción de los costos de coordinación,
fuera de toda visión tecnológica contemporánea.
Previamente revisados estos conceptos, podemos observar que no atienden
a los tiempos tecnológicos modernos, razón tal, hemos
propuesto la siguiente definición de empresa virtual:
La empresa virtual es una organización de trabajo asociado que
utiliza la red de Internet como una base de comunicación entre
los socios que conforman esta empresa. Entendiendo que la estructura
organizativa está definida en funciones y procesos, se apoyan
en Internet para ampliar sus transacciones y operaciones en el mercado
del ciberespacio. También representa una mejor coordinación
y relaciones con el recurso humano que la integra, facilita el control
de activos y pasivos de la empresa, desarrolla una mayor interacción
con otras empresas que están en la red e incursiona en mercados
internacionales a menores costos, mayor calidad y eficiencia (Luis
Inostroza y S. Sotres, 2005).
La empresa virtual es un sistema de software que opera sobre la red
Internet, donde es posible tomar decisiones mediante algoritmos previamente
diseñados para el fin, y que con esta asociación tecnológica,
se ve intrínseco el concepto de una empresa, lo cual modifica
los paradigmas de organización, trabajo, producción,
comercialización y marco jurídico. (Salvador G. Sotres
Arévalo, 2002)
1 Félix
Cuesta, “La realidad de la empresa virtual”, [en
línea]. http://tecnologia.monster.es/articulos/virtual/ [Consulta:
el 1 de septiembre 2008]
Davidow,
William y
2 Malcom Malone. "The virtual corporation", N.Y.:
Harper Business, 1992., Pág. 7.
3 Idem.
Pág. 194.
4 Félix
Cuesta, “La realidad de la empresa virtual”, [en línea]. http://tecnologia.monster.es/articulos/virtual/ [Consulta:
el 1 de septiembre 2008]
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