Pensamiento crítico en educación
Patricia Ducoing Watty
La idea de esta línea de investigación surge en el marco del trabajo emprendido en la Asociación Francófona Internacional de Investigación de Ciencias de la Educación (AFIRSE), sección mexicana, con la intención de cuestionar las concepciones de educación, los saberes, los discursos establecidos y las prácticas educativas vigentes, ya sea aquellas que aludan a los conocimientos legitimados, métodos de enseñanza, políticas educativas o a los sistemas de evaluación, entre otros, y que apuntalan los acercamientos teóricos y epistemológicos reduccionistas, simplificadores, unidimensionales y lineales de la realidad educativa y, por tanto, de la realidad humana y social. Se trata de un intento por repensar las temáticas educativas desde una óptica menos unidimensional, fragmentaria y mutilante, capaz de dar cuenta de la complejidad (Edgar Morin) y multireferencialidad (Jacques Ardoino) de lo educativo, como una alternativa de pensamiento que abrigue la posibilidad de un análisis crítico de tópicos y problemas educativos relevantes con base en el reconocimiento de un sistema categorial eludido por otras lógicas, teorías o epistemologías. Hacemos referencia, por ejemplo, a categorías tales como la contradicción, la articulación, la incertidumbre, la diferencia, la singularidad, a partir de las que, rompiendo con los esquemas simplificadores y homogeneizantes, es posible avanzar en el conocimiento y la aprehensión lo educativo.
La noción de “pensamiento crítico en educación”, tal como la conceptualizamos en este proyecto, consiste sobre todo en una posición, un compromiso, si no es que en una actitud de los participantes, para elucidar, reflexionar y debatir de manera seria y rigurosa las temáticas clásicas y emergentes que atraviesan el campo teórico y epistemológico de la educación, al igual que el vasto escenario de las prácticas educativas que actualmente se despliegan en consonancia con las reformas liberales, que se suceden a la fecha en nuestra sociedad y, en general, en el mundo educativo globalizado, innegablemente dominado por la ideología neoliberal. En efecto, con rigor se ha constatado que en este mundo educativo globalizado se utiliza falsamente la denominación “pensamiento crítico”, como un vocablo aparentemente progresista y de avanzada, que enarbola las banderas del sujeto, de la diversidad, de la ciudadanía, entre otros, pero que convoca al sometimiento, a la sumisión del hombre y de las prácticas sociales y educativas a las fuerzas del mercado.
El pensamiento crítico en educación, desde nuestra perspectiva, puede situarse en la confluencia de varias tradiciones teórico-disciplinares como epistemológicas, que han nutrido la labor siempre inconclusa de la crítica en este ámbito. Sin duda alguna, los trabajos de la Escuela de Frankfurt, a través de sus diferentes aportaciones de índole filosófica, antropológica, sociopolítica y psicoanalítica, constituyen una base fundacional del quehacer de conocimiento, de comprehensión y de acción en educación, pero también las fértiles y ricas contribuciones de teóricos, practicantes y militantes de otras latitudes del viejo continente y de la propia Latinoamérica (Freire), quienes desafiando la entronización de la racionalidad científica y técnica en general y, en particular, la de la educación, así como su universalización, han marchado en el interminable camino de la búsqueda de la liberación del hombre y de la transformación social y cultural de la sociedad.
Este proyecto representa, en suma, un espacio proclive a afrontar los problemas educativos, sociales y humanos no desde la certeza intelectual que nos caracteriza, sino desde la construcción de un camino accidentado, incierto y abierto, tendiente a construir un pensamiento alternativo y a desplegar una praxis basada en la dialógica y en el reconocimiento de la indiscutible complejidad de lo educativo.
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