• PRESENCIA UNIVERSITARIA •

Los Mayas de Yucatán: La pérdida, intercambio y legado

David Flores Guerrero
Pueblo maya
  • Uno
  • Dos
  • Tres

Introducción

Desde la ocupación de los españoles y su arribo al Nuevo Mundo a través de la Península de Yucatán, el pueblo maya de México ha sufrido todo tipo de cambios en su cultura; todo esto como resultado de la perspectiva hegemónica de los conquistadores. De una población indígena de más de 20 millones en 1519 en Mesoamérica, se redujo a dos millones en los tiempos modernos (Gallenkamp, 1985). Meyer (1985) nos menciona: “para fines de 1546 los españoles controlaban la mayoría de Yucatán”. Esta disminución desafortunada de sus habitantes, constituye una de las catástrofes demográficas más grandes en la historia de la humanidad.

Poco a poco, Guerrero aprendió el lenguaje de sus captores, y, gracias a sus propias estrategias militares, consiguió la amistad del cacique y del pueblo en general.
Cuando los exploradores españoles entraron por primera vez a este territorio a inicios del siglo XVI, vieron una de las maravillas geográficas más grandes de su época. No solamente descubrieron los esplendores de la civilización Maya, sino también vieron la gran oportunidad de acceso a México y Centro América. Asimismo, tomaron ventaja de la tierra y sus abundantes recursos naturales (Gallenkamp, 1985), especialmente por las oportunidades de esclavitud que vieron en la gente indígena tal y como lo menciona Jean Descola (1957) en su libro “Los Conquistadores”. Cabe destacar que la civilización maya no solo se encuentra en la península de Yucatán, los podemos encontrar en Guatemala, Honduras y algunas áreas de Chiapas (Figura 1). Todos ellos presentan características físicas y otros aspectos bastantes similares (Stuart, 1977). Algunos ejemplos de pueblos originarios de la península de Yucatán los encontramos en Chichén Itzá y Mayapán. En el periodo postclásico, hasta la llegada de los españoles, la civilización maya tenía su centro en estas dos ciudades. Chichén Itzá fue sin duda la más grande del periodo postclásico (Foster, 2005). Mayapán, la cual se convertiría en una de las ciudades más grandes de la península (Cooper, 2012), fue sin duda, parte esencial de la historia cultural de los mayas.

Zona maya.
Figura 1. Zona maya. Tomado de Wikicommons.

Es importante tomar en cuenta los acontecimientos pasados, así como la evidencia arqueológica para poder entender este trascendental evento. La mayoría de los recuentos históricos que tenemos hoy en día de dichos sucesos, vienen de conquistadores y misioneros de ese tiempo y de gente que se ha dedicado a traer a luz la vida de la cultura Maya. Restall (1998), hace referencia al respecto: “fuentes en español son primordialmente recuentos hechos por la conquista española, de…los Montejos y sus compatriotas, hasta la famosa relación de Diego de Landa, de historias secundarias, desde la crónica de López de Cogolludo del siglo XVII, hasta 1948 en el estudio de Chamberlain basado en fuentes españolas.” Esta es tan solo una evidencia de muchas otras que tenemos de los españoles. Gracias a la colonización española y la fusión de estas dos civilizaciones, los mayas perdieron significantes partes de su cultura, tales como su religión, escritura y gobierno. Sin embargo, no están completamente separados, algunos aspectos todavía se mantienen intactos de influencias extranjeras.

El contacto

El primer encuentro registrado que tuvieron los españoles con los mayas fue en 1502 por Cristóbal Colón. Meyer (1985) nos menciona sobre esto cuando Colón vio “…una canoa con comerciantes indígenas de la provincia llamada Maia o Maiam, a orillas de la costa de Honduras”. No obstante, el resto del mundo no escucharía de este pueblo hasta, “…quince años después de una banda de españoles comerciantes de esclavos, se convirtieran en los primeros hombres blancos en pisar territorio maya, un área de 125,000 millas cuadradas que incluía Guatemala, Belice, y partes de México, Honduras, y El Salvador, aproximadamente el tamaño del estado de Nuevo México”. Un ejemplo de estos primeros encuentros entre los españoles y el pueblo maya se da con Francisco de Montejo, quien fuera otro de los capitanes de Cortés, llegaría a la península antes de empezar a explorar y conquistar. En 1527 se daría este primer atentado de conquista. En Aké, al norte de Yucatán, españoles liderados por Montejo, mataron a más de 1000 mayas en una sola batalla, la cual le daría control sobre los pueblos circunvecinos (Foster, 2005). Fue hasta 1541 cuando Motejo el joven emprendió la conquista definitiva. El primer encuentro y los que le seguirían, cambiarían la historia para siempre. Otro ejemplo seria el explorador Francisco Hernández de Córdoba, quien era uno de los encomenderos más ricos asentados en la isla de Cuba a raíz de su conquista en 1511.

Los españoles eran motivados por un espíritu de aventura, inspirados por sus creencias religiosas e ideales, ansiosos por encontrar riquezas y favores de la realeza al conquistar tierras sin fronteras. Ellos miraban estas nuevas tierras con gran interés, sin saber que esta nueva aventura les traería una prolongada muerte y lucha contra los mayas, la cual, eventualmente resultaría en la destrucción de lo que una vez fue la civilización más brillante de la América antigua. Tampoco esperaban que esto fuera el primer capítulo en un evento histórico de una magnitud extraordinaria: La conquista de México y Centro América por un puñado de soldados españoles intrépidos que irían en contra de toda probabilidad, en tierras desconocidas.

Guerrero, pura corporalidad extraña y transformada, es el traductor, el cuerpo intercalado entre el español y el indio cuya nueva función social es la de conocer y prever las tácticas de guerra de sus antiguos congéneres.
Valeria Añón
Los náufragos Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero son parte de los primeros contactos entre Europa y los Mayas de Yucatán y de la historia Maya. Guerrero nació en el puerto de Palos alrededor de 1470. Partió para América en la primera década del siglo XVI a buscar fortuna, como la mayoría de los españoles que emigraron al Nuevo Mundo. En 1511 (Mueller, 2001), en un viaje entre el Darién y la isla La Española, la embarcación en la que iba Guerrero naufragó frente a la isla de Jamaica. Cuando llegaron a tierra en las hoy costas de Yucatán, son atacados y la mayoría es sacrificada por una tribu maya (Rodríguez, 2010); únicamente cinco sobrevivieron, entre ellos Gonzalo Guerrero y el religioso Jerónimo de Aguilar quien se convertiría en pieza fundamental (Sharer, 2005) de la conquista de México al ser uno de los traductores de Hernán Cortés (Restall, 1999). Aguilar conocía buena parte de las costumbres de algunos pueblos indígenas debido a que estuvo ocho años en cautiverio, razón por la que su participación resultó muy importante. A través de él, Cortés pondría de su lado a quienes se mostraron dispuestos a luchar. Se involucró bastante en la labor de exploración y conquista.

Poco a poco, Guerrero aprendió el lenguaje de sus captores, y, gracias a sus propias estrategias militares, consiguió la amistad del cacique y del pueblo en general. Al contrario de Aguilar, Guerrero se adaptó con facilidad a esta nueva cultura e incluso se enamoró y caso con “una mujer maya” (1999). Tal y como lo menciona Añón (2006), “Guerrero, pura corporalidad extraña y transformada, es el traductor, el cuerpo intercalado entre el español y el indio cuya nueva función social es la de conocer y prever las tácticas de guerra de sus antiguos congéneres”. Para Guerrero, su aculturación fue fácil, es descrito como un “renegado”, “enemigo peligroso”, e incluso como “traidor” de los “suyos” (Mueller, 2001). Guerrero fue una pieza importante en las victorias e historia Maya, puesto que tenía la perspectiva europea y la indígena.

Guerrero por ejemplo, hoy en día es un “símbolo cultural” (Mueller, 2001) en cuanto al mestizaje. Mueller continúa hablando sobre el impacto que ha tenido Guerrero en el país, por ejemplo, menciona al presidente Luis Echeverría Álvarez en los 70, y su “mexicanidad” relacionado con etnicidad y nacionalismo. Todo este fervor atribuido a Gonzalo Guerrero. Aguilar murió en Nueva España en 1531, y Guerrero lo haría poco tiempo después en Puerto de Caballos, Honduras. Estos dos personajes juegan un papel valioso en la historia de los mayas.

La religión

Para poder hablar de las partes que la cultura maya perdió, primero debemos entender que pasó durante ese periodo en el tiempo. Tenemos que analizar algunas de las cosas que los mayas tuvieron que pasar y cuáles fueron las razones de los colonizadores para justificar sus acciones. Los primeros conquistadores estaban asombrados por las cosas que vieron en las tierras vastas de los mayas como sus enormes palacios, pirámides coronadas por templos, patios enormes y bien elaborados, así como sus caminos pavimentados. Fray Diego de Landa (1978) nos da una descripción detallada de lo asombroso de estos templos y palacios, eran “edificios de gran belleza… construidos de piedra finamente ornamentadas”. Esta grandeza que los colonizadores españoles vieron, es lo que los llevaría a la subordinación de los mayas.

Los mayas fueron reducidos a una vida miserable de persecución y pobreza. Se les quitó sus tierras por los colonizadores españoles y las tomarían para ellos mismos. Los colonos hicieron que los indígenas estuvieran al servicio de ellos. Tal y como lo explica Landa en sus escritos, los nuevos dueños se suponía que cuidarían de esta gente, en cambio, eran “severamente castigados o vendidos como esclavos”. Hubo varios intentos de otros misioneros para abolir la esclavitud y ayudar a los mayas de sus cargas. Sin embargo, eran los dueños de las tierras quienes protestaban. No sólo la cuestión de esclavitud fue un problema para este pueblo, sino también las enfermedades que los europeos traerían con ellos hacia el nuevo mundo les haría daño. En aquella época, no contaban con inmunidad natural contra la influenza, tuberculosis, viruela, sarampión o disentería. Estas enfermedades golpearon a la población y se convirtieron en una muerte inminente. Esto devastó a la población, afectando a millones de ellos. Los reyes de España, establecieron la inquisición española en 1478. Los frailes franciscanos y dominicanos, instruidos por la inquisición, creían que habían sido llamados a convertir a los indígenas idolatras a la fe cristiana. Con el propósito de encontrar y castigar a los conversos de otras religiones que no se les consideraba verdaderos cristianos. De acuerdo a documentos históricos, judíos o musulmanes no fueron los únicos perseguidos por la inquisición, cualquier español podía ser perseguido, arrestado y llevado a juicio (Roth, 1964).

Cabe destacar los objetivos de estos frailes en esta adoctrinación. De hecho, “los franciscanos tuvieron apoyo de la Corona española para poder estudiar las lenguas nativas y así realizar la enseñanza franciscana del cristianismo en las lenguas propias de los naturales” (Jarquín, 2002). Por ejemplo, Bartolomé de Olmedo, fué un fraile que acompañó a Hernán Cortés en la conquista de México, y quien constantemente dió consejo al mismo en esta conversión (Bernal, 2010). Otro más es el religioso franciscano, Juan de Herrera, quien como lo menciona Ramos (2003), fue “…traído a Yucatán para educar a los niños mayas, es el típico caso del educador que llega a la Nueva España para trasladar al mundo indígena las formas de instrucción nacidas en Europa”. Uno más fue Lorenzo de Bienvenida, quien acompañaría a De Landa a establecer una misión en la región de Chel, en la península de Yucatán, para poder “predicar la palabra” (Restall, 2012). Ellos y otros más, dieron comienzo a lo que fuera la otra conquista por los españoles. Es importante reconocer que la mayoría de estos frailes franciscanos, estuvieron más del lado de los “indios” que de los encomenderos. Por ejemplo, Fray Luis de Villalpando escribió una carta a la corona española, en la cual nombraba y daba una lista de los crímenes de diez encomenderos (Clendinnen, 2003). Los franciscanos fueron maestros y pacificadores al educar a los niños y jóvenes indios, aunque definitivamente lo hicieran con dureza en sus maneras, fue con el objetivo de ser lo mejor para ellos y así darles oportunidades para su vida futura ante los españoles. Fray Jerónimo de Mendieta lo hizo saber al rey Felipe II el 1 de enero de 1562 en una carta en donde expresó: “...estos naturales son puramente niños, naturalmente sujetos y tímidos, y así, con tener padre y maestro verdadero cristiano y prudente, que los amase como a niños y como a tales los corrigiese, y como maestro los enseñase e instruyese en la fe cristiana y política humana, no sería más una provincia entera debajo de la mano de un religioso que una escuela de muchachos debajo de la mano de su maestro” (Jarquín, 2002). Este y otros reportes se dieron a la corona por parte de otros frailes.

El primer aspecto que los mayas perdieron debido a la colonización española fue el lado religioso. La religión cambió para ellos. No más sacrificios humanos, no mas ídolos (o por lo menos la adoración de ídolos cambiaria por la sustitución de otros ídolos). Por ejemplo, los sacrificios jugaban una parte vital en el ritualismo como parte de sus creencias religiosas. Animales eran asesinados y ofrecidos a los dioses, pero la ofrenda suprema era una vida humana. Todo esto como parte de sus ceremonias y rituales. Diego de Landa, tercer obispo de Yucatán, conocía el país muy bien, puesto que pasó años estudiando a esta gente y así describe algunos de estos rituales de una manera vivida, cómo el sacrificio humano era un método común. George (2010) nos menciona como el cuerpo de la víctima era pintado de azul (el color sacrificial), untado con plomo, llevado hacia la cima de la pirámide y estirado sobre un altar de piedra, con sus manos y piernas firmemente sostenidas. Después, usaban un cuchillo para abrir su pecho y arrancar su corazón, para de esa manera utilizar su sangre para pintar las caras de sus ídolos. Sin embargo, se vieron abrumados por las crueldades de los españoles y forzados a adorar un “Dios” que no veían como tal, fueron obligados a seguir un camino que no entendían, pero tenían que hacerlo para poder sobrevivir. Levantamientos de los mayas ocurrían esporádicamente, pero siempre eran aplacados. Las crueldades hacia ellos a veces sorprendía y conmocionaban a los sacerdotes que acompañaban a los soldados españoles, tales como la brutalidad, conversión forzada al cristianismo, tributo mandatorio y servicio a señores foráneos. Fray Diego López Cogolludo lo describe muy bien al decir, “el principal aborrecimiento de los indios, se originaba de la mudanza de religión, y costumbres” (1957). El maya que conocemos ahora asiste a misa los domingos, y sin embargo ruega a sus dioses ancestrales por favores, antes de plantar su milpa, (Meyer, 1985).

La escritura

Jeroglíficos tallados por mayas
Figura 2. Jeroglíficos tallados por mayas. Tomado de George (2010).
El segundo aspecto es la pérdida del estilo de escritura maya, su propia manera de comunicación como parte de su legado a generaciones futuras. La investigadora Maricela Ayala nos menciona un aspecto importante de la forma de leer los jeroglíficos, “de izquierda a derecha, por columnas dobles y de arriba hacia abajo, regularmente, aunque a veces se encuentran otras combinaciones (2004).” Por miles de años, esta población había utilizado un sistema bastante complejo de escritura con el uso de jeroglíficos, aunque también tenían documentos donde no los utilizaban (Jakeman, 1945).

A pesar de ese hecho, muchos de los códices se destruyeron por distintas razones, tales como factores climáticos y por los mismos conquistadores españoles. Dichos códices o libros estaban hechos de tiras de papel, de ocho o nueve pulgadas de ancho y varios metros de largo, fueron quemados en una enorme fogata (Meyer). Sabemos que la “escritura maya fue clasificada por los epigrafistas, desde un principio, como “jeroglífica” por comparación con la egipcia (Figura 2). Su desciframiento se inició en el siglo XIX y aún no concluye, pero todos los epigrafistas han aportado algo (Ayala, 2004).” Académicos piensan que estos documentos tenían una importante clave o llave para descifrar los jeroglíficos. A pesar de los varios esfuerzos para interpretar el complejo sistema de escritura, el poder hacerlo por completo todavía es una de las metas para los intelectuales (Jakeman, 1945). Solo una porción de esos símbolos supuestamente que tratan sobre calendarios, astronomía, matemáticas, religión o mitología, actualmente se comprenden.

Gobierno

El tercer y último aspecto que sufrieron fue un cambio parcial y transformaciones completas en su gobierno. Agregado a las otras desgracias sufridas, el esfuerzo sistemático por los españoles de imponer y erradicar su cultura en los mayas produjo que la mayoría de sus pueblos y aldeas fueran abandonados. La gente que vivía en ellas, fueron removidas de sus hogares, ya sea por asentamientos establecidos por encomenderos o a grandes centros donde las tareas de control administrativo y conversión al cristianismo, podían ser fácilmente llevadas a cabo. Conceptos de gobierno y planeamiento urbano se rediseñaron al modo europeo. Los colonos buscaron imponer sus propias instituciones sociales, políticas y económicas, usualmente con advertencias hacia cualquier tipo de reacciones negativas por parte de los nativos. Antes que el sistema político español fuera introducido a ellos, exhibían una rígida estructura de clases dominada por poderosos sacerdotes y nobles, en la que toda autoridad recaía (De Landa, 1978). Bajo su dirección, la vida para el hombre común era un ciclo sin fin dedicado a cultivar la tierra y al servicio público, necesario para la construcción, mantenimiento y expansión de centros ceremoniales y de adoración a los dioses, mediante una observancia estricta hacia los rituales, ofrendas y sacrificios (Wright, 1991). Con la llegada de los españoles, la estructura gubernamental cambiaria, así como la manera de hacer tributos, un ejemplo es la encomienda, práctica que con frecuencia era aplicada con brutalidad, prisa y a menudo (Restall, 1998), también significaba algo casi insoportable para los mayas, puesto que representaba no solo un pago tributario a los dirigentes extranjeros, pero también una práctica parcial, que solo beneficiaba a los españoles. Varios frailes reportarían esta brutalidad a la Corona Española, por ejemplo, Fray Luis de Villalpando escribió una carta a la misma, en la cual nombraba y daba una lista de los crímenes de diez encomenderos (Clendinnen, 2003). Vemos entonces, un cambio de gobierno liderado por los nuevos amos.

Los mayas de hoy en día

Desde la perspectiva española, la conquista fue estructurada alrededor de una serie de expediciones de exploración e invasión, cada una nombrada en honor del capitán español que lideraba el esfuerzo. La civilización maya –una de las expresiones más extraordinarias de gran logro en la América pre-colombina- fue totalmente eliminada del escenario de los asuntos del ser humano.

Aunque hubo muchas partes que la cultura maya perdió, se las arreglarían para mantener su identidad. Muchas tribus todavía se aferran a tradiciones antiguas. Por ejemplo, la manera en que el granjero de antaño cultivaba su milpa era cortando su vid y árbol con sus herramientas de piedra. Aunque hoy en día el proceso ha cambiado levemente, el propósito sigue siendo el mismo, cultivar maíz (Meyer, 1985).

Otro aspecto que los mayas no han perdido por completo y que ha sido pasado de generación en generación a otras culturas es su “pan”. El pan de los mayas siempre ha sido y es hecho de maíz, formado en tortas delgadas llamadas tortillas (Figura 3). Cocinar y especialmente el hacer tortillas, fue y es, la actividad principal de la esposa del campesino (Meyer, 1985). Hoy en día, en México y otras muchas partes del mundo, la tortilla es una parte inseparable de la cocina mexicana. Como podemos ver, no todo cambio para los mayas; todavía hay aspectos culturales que no han cambiado para ellos.

Mujer prepara tortillas en Playa del Carmen.
Figura 3. Mujer prepara tortillas en Playa del Carmen, Quintana Roo. Foto: Frank Kovalchek (cc)

La mezcla de culturas representa una pérdida parcial, pero no completa. Por ejemplo, los mayas de hoy en día, visten pantalón, una camisa, sandalias y un sombrero de paja encima de su cabello corto. Por otro lado, sus ancestros, usaban solo un taparrabo llamado ex, una tira de algodón tejido que iba alrededor de la cintura y que pasaba entre las piernas (Meyer, 1985).

Definitivamente fueron destrozados por los españoles, pero no completamente. Excelentes descubrimientos, revelaciones emocionantes, y una infinidad de misterios sin resolver, son el legado dejado por los mayas (Figura 4). Enormes áreas todavía permanecen sin explorar y docenas de sitios clave, esperan ser investigados. No obstante, existen siempre nuevos proyectos, nuevas excavaciones, nuevos estudios y nuevos avances. Hoy en día, existen instituciones y museos que ayudan a preservar el arte y cultura de esta civilización antigua. A pesar de todo lo que los científicos han aprendido sobre ellos, hasta ahora se presentan a menudo, preguntas sin contestar de importancia fundamental. Tampoco entendemos por completo los numerosos detalles pertenecientes a la organización social, religión, gobierno, y vida diaria de este pueblo. Información nueva nos ayuda a entender de mejor manera sus orígenes a través de descubrimientos arqueológicos y desciframientos de jeroglíficos.

Tulum.
Figura 4. Las ruinas de la antigua ciudad maya, Tulum, en la península de Yucatán.

Los mayas de la actualidad, tienen un pie en el pasado y el otro, en tiempos modernos. Podemos ayudar de alguna manera a responder las preguntas sobre su gran imperio. Mientras tanto, académicos seguirán explorando las ciudades en ruina, hasta que los secretos de la civilización perdida sean revelados, y los misterios de la maya antigua sean resueltos. Está ahora en las manos de hombres y mujeres por la curiosidad sobre el pasado, de sacar a este pueblo de una obscuridad permanente. Son las personas con menos ambiciones mundanas que la de sus predecesores españoles, exploradores, historiadores, y arqueólogos, a quienes la búsqueda por conocimiento sea tan tentadora, como la atracción por oro fin

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David Flores Guerrero
Maestría en Educación Basada en Competencias por la Universidad del Valle de México (UVM).

David Flores Guerrero Licenciatura en Estudios Culturales Internacionales con énfasis en comunicaciones por la Brigham Young University– Hawaii (BYU), con tesis en “Los Mayas de Yucatán”.

Profesor en la licenciatura en Enseñanza del Inglés en la Universidad Estatal de Sonora (UES), impartiendo clases de Investigación Educativa, Taller de Evaluación por Competencias, Taller de la práctica docente en la educación superior, entre otras.

Participación en el sábado académico de MEXTESOL con la ponencia: “EFL on our flat new world”, el día 29 de septiembre del 2012

Comisionado como representante del consejo editorial del Programa Educativo de Licenciado en Enseñanza del Inglés.

Actualmente se cursa TEFL/TESOL Teacher Training Certification por la University of Arizona.

FLORES Guerrero, David "Los Mayas de Yucatán: La pérdida, intercambio y legado" Revista Digital Universitaria [en línea]. 1 de junio de 2013, Vol. 14, No.6 [Consultada:]. Disponible en Internet: <http://www.revista.unam.mx/vol.14/num6/art12/index.html> ISSN: 1607-6079.

Los Mayas de Yucatán: La pérdida, intercambio y legado

David Flores Guerrero

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