H@bitat puma. Entrevista con Marina Kriscautzky Laxague

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H@bitat puma

Hábitat Puma surge a finales del 2008 con el propósito de ayudar a desarrollar habilidades digitales en la comunidad universitaria. El objetivo principal es promover el desarrollo de habilidades con una perspectiva muy específica. Por eso se llama hábitat como una metáfora de pensar que si vives en un entorno rico en oportunidades de uso de tecnología se van a desarrollar las habilidades que necesitas para ser un buen estudiante que sabe aprovechar la tecnología para su mejoramiento académico.

En entrevista Marina Kriscautzky Laxague, coordinadora del programa H@bitat puma de la UNAM, comenta las implicaciones y retos que tiene impulsar el uso de la tecnología en las aulas de la UNAM en los niveles medio y superior entre maestros y alumnos.


¿En qué consiste el proyecto Hábitat Puma?

Hábitat Puma surge a finales del 2008 con el propósito de ayudar a desarrollar habilidades digitales en la comunidad universitaria, un poco con la idea de que más allá de la excelencia académica que tiene la UNAM nuestros actuales estudiantes necesitan ser también ciudadanos digitales y la escuela, digamos, el entorno educativo, es un lugar ideal para que desarrollen aquellas habilidades digitales que tienen que ver con el aprovechamiento académico y con el desempeño profesional. Entonces se creó la coordinación y nuestro objetivo principal es ayudar, promover el desarrollo de habilidades con una perspectiva muy específica. Por eso se llama hábitat, muchos nos preguntan si tenemos algo que ver con la ecología, pero no, el nombre viene de una metáfora de pensar que si vives en un entorno rico en oportunidades de uso de tecnología se van a desarrollar las habilidades que necesitas para ser un buen estudiante que sabe aprovechar la tecnología para su mejoramiento académico. Entonces, transformar la UNAM o las aulas universitarias en esos ambientes ricos en las oportunidades de uso de tecnología fue la idea con la que emprendimos este proyecto que está dirigido básicamente a los profesores universitarios, con la idea de que el profesor es un agente de cambio y que es el profesor el que puede impulsar el uso de tecnología como herramienta de aprendizaje y de esta manera ir obligando de una manera a los alumnos y a ellos mismos a desarrollar estas habilidades.

¿Son para profesores de bachillerato y licenciatura?

Sí. Nosotros inicialmente trabajamos fuertemente con el bachillerato porque es uno de los grandes pendientes de la universidad, pero también poco a poco hemos incorporado prácticamente todas las licenciaturas y algunos posgrados. Entonces realmente es como un servicio de la UNAM para la UNAM para fortalecer la planta académica, y puede ser de cualquier nivel educativo. Básicamente atendemos a aquellos profesores o investigadores que por alguna u otra razón no se han animado demasiado en tecnología y le tienen un poco de miedo, o todavía no intuyen demasiado cómo eso les puede beneficiar en su labor docente. De pronto hay gente que sí usa el correo o tiene algunas otras prácticas, todos están en Internet, por ejemplo, pero no es tan claro cómo eso les puede ayudar a mejorar la habilidad de enseñar.

¿Qué implicaciones conlleva la implementación de un modelo de formación apoyado en las TIC?

Las implicaciones son muchas, sobre todo en una institución tan grande como la UNAM. En principio implicaba, o implica todavía, que sea una necesidad de cambio identificada por el profesor como necesidad, pero también acompañada por las autoridades. Un profesor solo, con mucho entusiasmo y muchas ganas, muchas veces no tiene la oportunidad de formarse o de mejorar; y cuando solamente es la institución o la autoridad la que dice ahora vamos a hacer eso, pues tampoco. Entonces necesitas trabajar desde que el profesor se da cuenta de que es una necesidad personal, profesional, docente, como que la autoridad también lo identifique como una prioridad y ayude a que los profesores tengan ese espacio de formación. Nosotros siempre decimos esto es una beca para el profesor, porque el gasto corre por cuenta de la UNAM y en ese sentido necesitas el apoyo de las autoridades de las distintas dependencias. Nosotros siempre trabajamos en los planteles, ya sea de bachillerato o las licenciaturas del campus CU o de las cinco FES, incluso hemos trabajado con la ENES León. Y nuestra política siempre es ir a las otras dependencias. Siempre es mejor mover a un asesor que hacer venir cien profesores a ver el campus de CU. Y esto implica que la autoridad tiene que estar muy comprometida en brindar las instalaciones, brindar el tiempo para que el profesor pueda no estar frente al grupo y acudir a las distintas instancias de formación. Entonces implica un poner de acuerdo a muchos niveles a mucha gente. Creo que ha sido bastante exitoso porque este modelo de “nosotros vamos” les ha creado mucha comodidad, por un lado, en el buen sentido. Es decir, ustedes ponen una parte pero la dependencia pone la otra, que es el espacio físico y bueno ahí nos hemos encontrado con otras implicaciones como la infraestructura tecnológica, la infraestructura de cómputo de redes que no siempre es la mejor, por lo menos en el bachillerato, y que hace que uno se tenga que ajustar a las condiciones, es arcade. Y esa es otra de nuestras premisas. Nosotros preferimos formar al profesor en su ámbito que traerlo y que diga, pero claro, en CU funciona la red pero me regreso a mi plantel y no puedo. Entonces vamos y hacemos lo que se puede hacer en el plantel con lo que hay. Este es un desafío muy grande, y también implica una gran colaboración de las autoridades para que los espacios mínimos, los espacios físicos de los bachillerato, que están repletos, entonces nos hacen un huequito para que el profesor pueda formarse.

Retos

¿Qué retos existen a la hora de acercar herramientas tecnológicas a profesores y alumnos?

Retos, muchísimos. Podría sintetizártelos en algunos. Son distintos retos con los profesores que con los alumnos. Con los profesores, básicamente, es romper una barrera de miedo al uso de la tecnología, romper esa cosa de “yo no sé” y “tampoco tengo muchas habilidades y me siento como un extraño frente a este mundo”. Ese es el primer reto: cómo hacer para introducirlos al uso de la tecnología sin que sientan, primero, que es muy difícil; segundo, que les va a implicar mucho más trabajo porque entonces es obvio que van a decir que no. Que le vean los beneficios y que se animen practicar y a echar a perder, que es como se aprende en este tema. Ese es uno de los principales retos y te diría que es maravilloso ver cuando lo logran, porque un profesor que te dicen al principio “es que yo no soy para computadoras, a mí estas cosas no me interesan” termine abriendo un grupo de Facebook para trabajar con sus alumnos y no sale de internet, del correo electrónico. Ese tipo de cosas son las que hay que romper.

Otro reto con los profesor es que se animen, y esta es otra de las grandes premisas de trabajo de hábitat, que es, sí vamos a usar tecnología pero la vamos a usar como herramienta. Esto implica muchas veces decirle al profesor que piense en una actividad en la cual ponga la tecnología en las manos de sus alumnos para que resuelvan un problema, y ésta es una transformación didáctica que cuesta mucho trabajo. El profesor está más acostumbrado a decir, ah, bueno, yo voy a desarrollar mi material y es mi exposición, mi Power Point, puede ser video y puede ir progresando la herramienta tecnológica, pero siempre es del profesor a sus alumnos. En cambio, decirle que piense en una actividad donde el alumno, usando tecnología, resuelva algún problema que lo ayude a aprender mejor la química, la historia, la filosofía, las matemáticas, el español o la materia que usted imparta. Ese es el segundo reto grande, porque tenemos una tradición de exposición frente a los alumnos y no tanto de ponerles problemas.

Con los alumnos te diría que el reto más importante es que se den cuenta de que tienen habilidades que pueden transferir del ocio y el entretenimiento, que es donde están acostumbrados a usar la tecnología y están conectados todo el día, y que esas mismas habilidades pueden hacerlos mejores alumnos, y que pueden transferir habilidades y pueden hacer cosas con eso que saben. El otro reto es que tomen conciencia de lo que es comunicarse a través de la tecnología en muchos sentidos, desde la protección de sus propios datos hasta la ética que implica que, si yo tomo información de la red o de otra persona, la cito; que si voy a tomar una imagen también voy a decir de quién es, que tengo que hacer un uso de TIC o de información. Esas son las cosas que ellos tienen menos desarrolladas, menos presentes. Y después, con los alumnos hay muchas herramientas que no conocen, simplemente por que cuando entran, por lo menos al bachillerato, pues vienen de alguna experiencia previa, pero que escolarmente muchos no han trabajado con ninguna herramienta. Pero esto es relativamente fácil, los chicos tienen bastante facilidad para aprender a usar las cosas. No todos, eso de que los muchachos de ahora vienen con un chip incorporado porque son nativos digitales realmente no es cierto. Saben algunas cosas, hay chicos que tienen más oportunidades que otros y ha tenido experiencia, pero muchos llegan a la universidad con muy poco manejo de la tecnología. El reto ahí es darles también la infraestructura y la oportunidad de que aprendan a usar la tecnología. Claro, para la escuela, ya después de la escuela es asunto de ellos. Necesitan mucha guía, mucha formación de parte de sus profesores, sobre todo en el manejo de la información y esto que te digo, cómo usar la información, cómo apropiarse de la información y cómo resolver problemas. No es simplemente “ah, bueno, le pregunto a Google”, sino cómo resuelvo, por ejemplo, un problema de física usando una hoja de cálculo.

Habilidades e impacto

¿Qué habilidades tecnológicas se deben fomentar en la práctica pedagógica?

Nosotros apuntamos a varios ejes. Unos son las habilidades de comunicación. La tecnología tiene sus grandes ventajas, muchas muchas, nos permite comunicarnos con mucha gente de cualquier lugar del mundo prácticamente en un instante, pero requerimos de habilidades de comunicación y reforzar, sobre todo, las escritas. La mayor parte de los intercambios que tenemos a través de la tecnología, ya sea en un mensajito de texto, en un correo, en una red social o incluso en un foro, ya más académico, es la escritura. Y no somos buenos escribiendo. Entonces tenemos que aprender a mejorar la escritura y sobre todo aprender cómo expresarnos por escrito en un medio como éste, donde, por ejemplo, si escribes todo en mayúscula el otro va a interpretar que le estás gritando, y entonces hay que modular la comunicación.

¿Qué otro tipo de habilidades? Pues aquellas que tienen que ver con la búsqueda y evaluación de la información que decía: todos saben preguntar en internet, de eso no hay duda, pero qué hacemos con los resultados que nos regresa el internet, y ahí sí, profesores y alumnos necesitamos aprender a plantear la pregunta correcta para que no nos salgan cinco millones de resultados, y una vez que nos sale un millón de resultados tenemos que saber evaluar cuáles son las fuentes confiables de información, y éste es un problema a nivel mundial, no sólo en México, y es algo que nosotros tratamos de atender con los profesores para que sepan trabajar con los alumnos. Y después, habilidades de tipo instrumental, que es cómo manejar la herramienta pero siempre con un propósito, no es aprender a usar una herramienta de marca o libre por la herramienta sin porque me va a servir para algo. Voy a hacer un ejemplo: puedo aprender a usar un editor de video porque tengo que hacer un video donde hago un registro de un trabajo de campo de biología y lo tengo que presentar a mis compañeros. Entonces esta habilidad del tipo más instrumental del manejo de la herramienta tienen una razón de ser, que es que yo tengo que comunicar algo que trabajé previamente. Serían las básicas.

¿Cuál ha sido el impacto de H@bitat puma a nivel institucional y a nivel académico?

Haciendo como un recuento de todo el trabajo que llevamos haciendo prácticamente desde 2009, llevamos poquitos años en comparación con otros proyectos, yo creo que has ido un impacto importante. Te podría hablar de números, tenemos a la fecha 6100 profesores que han pasado por alguna de nuestra variada y extensa gama académica de información y los números a veces no dicen mucho pero creo que lo más importante es que hemos logrado que muchos profesores que estaban como reacios a usar tecnología se han integrado y eso tiene un impacto interesante en sus alumnos. Por ponerte un ejemplo, tanto en el CCH como en la ENP, a partir del trabajo que hemos hecho con los profesores, se han generado programas propios de las dos entidades que ya no tienen que ver como nosotros pero que ellos organizan y nosotros los acompañamos donde ponen a prueba situaciones de enseñanza con el uso de tecnología y al final del ciclo escolar se reúnen y los alumnos presentan lo que hicieron y después se reúnen los profesores y comentan cómo les fue.

Hay otras maneras en las cuales hemos visto el impacto y es que en este momento casi toda la oferta que nosotros tenemos funcionando en el bachillerato y en casi todas las licenciaturas se imparte ya no con asesores nuestros sino con los egresados de nuestras formaciones anteriores que ahora lo replican con sus colegas y nosotros los acompañamos, es decir, los formamos como asesores, para que sepan impartir los talleres, los cursos. Pero ya son ellos mismos, y esta es una manera de pensar que nos tenemos de que ese proyecto se vaya quedando en cada plantel y ya ,o dependa de que exista la instancia hábitat puma, sino que ellos puedan ir generando sus propias estrategias de formación. Creo que a nivel institucional ese es un impacto grande.

El otro es que hemos impactado en los 14 planteles de bachillerato por igual, o en las cinco FES o en casi todas las licenciaturas y creo que esto es bastante novedoso en el sentido de que tratamos de estar más allá de que si un sistema es distinto del otro y que si a mí no me parece cómo funciona el de al lado, sino de tratar de adaptarnos a las necesidades de cada una de las dependencias y tratar de trabajar en sus términos. Y eso también es un impacto institucional importante. Otro que considero también importante es que a partir del trabajo que se ha hecho sobre todo en bachillerato con este programa de formación docente y con otra actividad que nosotros desarrollamos que es la aplicación de un diagnóstico de habilidades digitales a todos los chicos de nuevo ingreso a bachillerato, que implica, ahí sí institucionalmente, una coordinación impresionante, se aplica en los planteles, entonces cada inicio de ciclo escolar alrededor de 32000 alumnos contestan el cuestionario en la hora de cómputo, con la infraestructura de cómputo y redes que tienen los planteles y eso ha traído una consecuencia colectiva, pro supuesto n es por esto, pero es por esto y muchas cosas más que se ha hecho muy patente la necesidad de mejorar la infraestructura, de actualizarla. Y eso nos da mucho gusto. A veces decimos, es que estamos en la UNAM, sí, pero damos clase de cómputo casi con una computadora obsoleta y sin red. Entonces, ese tipo de impacto, no es que nosotros seamos la causa, pero sí que ayudamos a que fuera más patente.

Y a nivel académico creo que sí es importante este número que te doy, porque es un número importante donde, si bien el profesor desde los tres niveles, la mayoría es de bachillerato y te diría que ya llevamos como el 50% de la planta docente de bachillerato, con algún acercamiento a la tecnología. Siempre habrá aquellos que digan gracias, yo no. Hay muchos que no los necesitan porque ya la usaban, ya la usan y son trabajos innovadores, muy inquietos y más bien ellos ayudan a impulsar a sus compañeros. Pero sí es un buen porcentaje de la planta de bachillerato y esta estrategia de que después son ellos los que la multipliquen, que empezamos en licenciatura, ha hecho que si bien a nivel licenciatura no es tan grande el porcentaje sí ha generado dinámicas propias de las dependencias. Académicamente yo creo que es un impacto interesante cuando el profesor logra decir, sí voy a hacer mi presentación, y voy a pasar mi video, pero también voy a pensar en una actividad donde mis alumnos puedan resolver un problema y la tecnología esté involucrada porque facilita la resolución del problema. Y bueno, esto sí que es un trabajo a muy largo plazo pero creo que es un granito de arena para empezar a transformar un poco la dinámica de la clase, que tiene otras mucha variantes, dar clase con 70 u 80 alumnos es una cosa muy difícil, mis respetos, pero hay veces que lo que encuentran en la tecnología es justo una herramienta que apoya a que puedan manejarse con tantos alumnos y que no se queden los alumnos nada más escuchando, sino que puedan de alguna manera participar.