Hablar de la historia de la
Revista Digital Universitaria, RDU, es hablar de las publicaciones digitales en la UNAM, las cuales dieron inicio a mediados de los noventa, cuando poca gente tenía acceso a la Internet y, por lo tanto, a una de sus principales herramientas: la World Wide Web, sin menoscabo del resto, la más amigable y funcional de todas. Los principios eran sencillos: se basaban en la digitalización de la
Gaceta UNAM y su puesta en línea mediante un sencillo índice para poder ver sus páginas, la publicación del periódico
La Jornada en HTML y la transcripción de algunos libros que ciertos autores amablemente –e ingenuamente, me atrevo a decir– accedieron a publicar en la Web. Evidentemente, esta idea tenía que evolucionar y, más allá de mostrar versiones digitales de publicaciones impresas, las necesidades de la Universidad de exponer la labor académica que en ella se hacía orillaron a que, hace más de 15 años, durante la época de la huelga que inició en 1999, en las oficinas de la entonces Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA), hoy Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC), se gestara la primera revista digital de divulgación de la UNAM.
Un grupo de investigadores, académicos entusiastas y otros más que “iban pasando” (entre los que me incluyo), se vieron envueltos en una lluvia de ideas para la conceptualización de un experimento: la Revista Digital Universitaria, RDU, para, finalmente, en marzo del 2000, ya durante el incipiente periodo de Francisco Barnés de Castro como rector, saliera el número cero de ésta. Adrián Estrada (primer asistente editorial y posterior editor de la misma) describe estos procesos en el artículo “Revista Digital Universitaria, origen y evolución de un experimento digital”, que publicamos en este número de aniversario.
Una de las características que definen a la RDU es que fue concebida, antes de que el mismo término se acuñara como tal, como una revista de acceso libre y gratuito. Por lo tanto, así como por su relevancia y actualidad, este movimiento es un tema inherente cuando hablamos de publicaciones académicas como ésta. Es por ello que, para esta edición de la revista, Rosario Rogel Salazar escribe el artículo “Acceso Abierto, información científica disponible en línea sin barreras”, en el que ofrece un panorama acerca del proceso histórico del movimiento, su evolución en América Latina y México.
Otro aspecto a considerar es que, en la era del conocimiento, la información es pieza fundamental; también lo es la forma en que ésta se hace visible y accesible a través de su recuperación en buscadores y cosechadores y, por lo tanto, su diseminación entre la sociedad o público objetivo. Si bien la RDU ha dejado de ser un experimento, el ejercicio de mejora constante y la natural congruencia con su origen, han llevado a sus directores, editores y colaboradores a la búsqueda de nuevas herramientas para la optimización de la visibilidad y accesibilidad de su información; algunos con elementos multimedia para la exposición creativa de los contenidos, otros con la exploración e implementación de aplicaciones útiles para su gestión. En el artículo “Aspectos relevantes durante la transición de las revistas al entorno electrónico”, Bardo J. García Martínez examina algunas de esas herramientas que pueden ayudar, tanto a un incipiente equipo editorial digital como al más experimentado, para la gestión de los procesos adyacentes a una revista de esta naturaleza.
Muchos proyectos digitales han surgido desde que la RDU publicó por primera vez, y fueron pocos los aventureros que voltearon a ver a la Internet, por la razón que fuera, como una oportunidad para proporcionar información y conocimiento de forma estructurada y organizada, que de otro modo serían poco asequibles a la sociedad en general. Carmen Fragano, autora del artículo “Reconstruir la historia en medios digitales. El caso del portal Poblar el Septentrión. Construyendo la historia del norte de México
www.septentrion.unam.mx”, nos muestra los esfuerzos realizados dentro del Instituto de Investigaciones Históricas para presentar en un portal web algunos documentos, concretamente un manuscrito del siglo XVIII, relacionados con la historia del Nuevo Santander, como se le conocía en la época colonial a Tamaulipas, a los cuales podremos tener acceso gracias a la iniciativa de la doctora Patricia Osante y a su equipo multidisciplinario de trabajo.
La razón de ser de una publicación son sus contenidos, y los autores, como creadores de los mismos, proporcionan la materia prima que formará cada número. Uno de los primeros autores que apostaron al medio digital, sin sospechar el alcance que éste podía tener, es René Hernández Rivera, quién así lo expresa en la entrevista que presentamos, titulada “Publicación digital: valiosa herramienta para la divulgación de la ciencia”. Paleontólogo reconocido principalmente por sus múltiples aportaciones al estudio de los dinosaurios en México, expone su experiencia en las primeras publicaciones digitales y describe las aportaciones de esta iniciativa en su vida profesional, así como su opinión acerca de compartir el conocimiento y el trabajo colaborativo que se ha encargado de fomentar en cada uno de los proyectos que ha emprendido.
Cabe recordar que el entorno digital es diverso, el contenido y el acceso pronto y expedito a él para su posterior uso o impresión, como en el caso de trámites oficiales, es fundamental. El artículo “Aplicación del modelo de satisfacción del usuario final de cómputo (EUCS) y su medición en kioscos digitales: caso Aguascalientes”, de Ángel Mier Garza, Martha González Adame y Gonzalo Maldonado Guzmán, profesores e investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, habla de este asunto y los resultados obtenidos en un caso en concreto. Con este tema cerramos el número de aniversario.
Por último, es pertinente mencionar que la historia de la revista es ecléctica: cada director, editor y colaborador ha buscado explorar nuevos temas y alternativas de comunicación dentro del medio y su implementación en ella. Ningún esfuerzo ha sido desechado en el desarrollo de la RDU, cada gestión ha aportado a la evolución de la misma y retomado los aciertos, así como enfrentado los retos presentados, lo que se convierte en un mérito y redunda en la permanencia y mejora de sus contenidos e imagen. Esta característica le ha permitido a la revista ser un semillero de jóvenes valores. La formación de recursos humanos ha sido clave en el desarrollo de la publicación. Se suman hasta ahora aproximadamente 100 colaboradores, entre los que se encuentran jóvenes prestadores de servicio social y becarios que, sin duda, aportan frescura y creatividad en el día a día de la revista. En nuestra sección de Presencia Universitaria, una de nuestras becarias, Giobana Flores Sánchez, aporta una reseña del texto "Bibliotecas y publicaciones digitales" escrito por el experimentado investigador en publicaciones digitales, el doctor Voutssás. Con ello se ofrece la oportunidad a nuevos profesionistas de adentrarse en este medio con el compromiso, responsabilidad y formalidad que amerita el escribir para una publicación arbitrada como la RDU y, sobre todo, promueve la consulta de bibliografía valiosa dentro del medio digital.
El equipo de la RDU da las gracias a todos los que han colaborado de forma directa o indirecta en la revista, por supuesto, a sus lectores de México, Estados Unidos, Latinoamérica y España, principalmente, que nos han proporcionado más de 2 millones de visitas al año, así como a la Institución y sus autoridades que han creído en este proyecto que mes a mes ofrece un nuevo reto para los que colaboramos en ella. También, aprovecho la ocasión para despedir al doctor Agustín López Munguía, quien fungió como director de la revista durante dos años en los cuales se logró la renovación al índice de Conacyt, y además proporcionó un apoyo contundente para la elaboración de artículos de divulgación científica y tecnológica de alta calidad. El doctor continuará con nosotros como parte del Comité Editorial.
Por la propia naturaleza de la RDU se seguirá buscando su renovación y evolución, y acorde con ello, te presento nuestra nueva sección de Descargas, en la que podrás obtener nuestras infografías –las cuales habían sido publicadas sólo en nuestras redes sociales–, fondos de pantalla y carteles diseñados especialmente para esta ocasión. También te invito a que colabores con nosotros enviando tus artículos, para ello puedes seguir las instrucciones en nuestra sección renovada Colabora, dentro del mismo sitio.
Que este 15 aniversario sea la pauta para muchos años más de la revista y sirva de incentivo para que nuevas publicaciones digitales divulguen el quehacer universitario en línea y compartan el conocimiento construyendo espacios de creación y reflexión.