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La minificción iberoamericana

Breve recorrido por la minificción dominicana, ecuatoriana y peruana

Rony Vásquez Guevara
  • Uno
  • Dos
  • Tres

Introducción

La minificción es el último género literario narrativo. Su presencia en Latinoamérica es incuestionable, pues su nacimiento con Ensayos y poemas (1917) de Julio Torri, su universalidad con “El dinosaurio” de Augusto Monterroso y su boom en los últimos años, conlleva a sentenciar que éste es el género literario actual por excelencia. Sin embargo, el fenómeno no se registra simultáneamente en todos los países de Latinoamérica y, por ello, en el presente trabajo se propone un registro de algunas actividades literarias y publicaciones de libros de minificción en República Dominicana, Ecuador y Perú. El primero y el segundo, por ser una narrativa brevísima poco conocida en el panorama de estudios de minificción y, el tercero, por su reciente boom literario en esta modalidad textual.

Minificción dominicana

La minificción dominicana aún carece de un estudio académico pormenorizado, sin embargo, en su narrativa se pueden encontrar escritores que practican esta modalidad textual, así como eventos literarios que permiten su desarrollo escriturario. Entre los escritores destacados de la minificción en el país caribeño están Ibeth Guzmán (Yerba mala), Pedro Antonio Valdez (Mitología de bolsillo), Valentín Amaro (Mariposas negras) y Nan Chevalier (El domador de fieras y otros nanorrelatos). Entre los eventos literarios que dedican un espacio a la minificción se encuentran la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, en la cual se han dictado talleres de minificción, y el Concurso Nacional de Minificción, con varias ediciones.


La minificción dominicana aún carece de un estudio académico pormenorizado, sin embargo, en su narrativa se pueden encontrar escritores que practican esta modalidad textual [...]
Además, cabe mencionar que en los talleres literarios también se escribe esta modalidad textual, por ejemplo, los miembros de los talleres Triple Llama y el de Francis Livio Grullón (Andrés Gabino Concepción, Pedro Carreras Fernández, Ramia Esteves, Wilton Goris, Leoni Disla, Luis Alfredo Jiménez, Pedro Ramos Bencosme, Carmith Herrera y Luciano Abreu), practican la minificción como parte de su quehacer literario. También cabe mencionar la antología Gente de pocas palabras (2013) compilada por Alexis Peña y Shortstop. Antología de microcuentos sobre béisbol dominicano (2014).

Minificción ecuatoriana

El estudio de los textos brevísimos ecuatorianos se trabajó parcialmente en la tesis de Solange Rodríguez titulada Estudio y recopilación del microrrelato ecuatoriano del siglo XX (2005) y, en fechas recientes, la de Nancy Elizabeth Mendieta Cabrera denominada Antología crítica del microrrelato: un vistazo sobre la producción ecuatoriana (2015). De la lectura de estos trabajos se puede señalar que la minificción ecuatoriana tiene sus orígenes en la producción literaria vanguardista presentada en la obra de Pablo Palacio, Humberto Salvador, Hugo Mayo y Jorge Carrera Andrade. Posteriormente, en la década de los ochenta se presentan los textos primigenios de Iván Egüez, Jorge Dávila Vázquez y Raúl Vallejo.


Foto: cuivie
No obstante, hay proyectos literarios concretos de minificción como La muerte por agua (1980) de Oswaldo Encalada, Cuentos breves y fantásticos (1994), El arte de la brevedad (2001) y Minimalia: cien historias cortas (2005) de Jorge Dávila Vázquez, ¡Qué chiste! (2002) de Francisco Delgado Santos, Esmog (2006) de Huilo Ruales, Microcuentos (2012) de Leonor Bravo, Balas perdidas (2010) y Caja de magia (2013) de Solange Rodríguez, y entre otros, De ladridos y palabras (2013) de Roberto Armendáriz Rueda.

Aunado a esto, existen actividades literarias dedicadas a la minificción como Ciudad Mínima, dirigida por Adelaida Jaramillo y el grupo de trabajo denominado PalabraLab. Sin duda alguna, este festival literario congrega la presentación de algunos libros y promueve la conversación entre escritores de minificción. En este evento han participado los argentinos Ana María Shua, Andrés Neuman y Raúl Brasca, el peruano Fernando Iwasaki, el mexicano Alberto Chimal y la española Patricia Esteban Erlés. Además, el festival ha publicado digitalmente varias antologías de minificción, cuyo jurado estuvo integrado por reconocidos escritores, investigadores y promotores de la minificción latinoamericana.

Minificción peruana

Al realizarse un rápido recorrido por la minificción latinoamericana resulta necesario detenerse en la narrativa brevísima peruana, pues ésta coexistió paralelamente al desarrollo de esta modalidad textual en otros países de lengua hispana. Frente a su desconocimiento, en los últimos años Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana, Fix 100. Revista de ficción breve hispanoamericana y el Grupo Literario Micrópolis han colocado a la minificción en el centro de atención de la literatura peruana.

En ese sentido, y desde la perspectiva de este trabajo, se considera que la minificción peruana se ha desarrollado en las siguientes etapas: a) periodo de iniciación o primeras aproximaciones (aprox. 1900-1952), b) periodo de arquitectura mínima o de las primeras estructuras (aprox. 1953-1989), c) periodo de fortalecimiento o de vigorización (1990-2010), y d) periodo del miniboom de la minificción (2011-2015).


Foto: condesign

El periodo de iniciación o primeras aproximaciones (aprox. 1900-1952) se caracteriza por una apuesta mínima e importante por la brevedad narrativa, aunque ésta sea temeraria desde una óptica editorial, pues los libros integrados por minificciones fueron publicados póstumamente pese a conocerse su año de creación, producción e incluso circulación clandestina entre otros narradores y poetas peruanos.

Durante este periodo son notables los trabajos precursores de Manuel González Prada (El tonel de Diógenes, 1945) y Celso Víctor Torres Figueroa (Tradiciones en salsa roja, 2003), aunque su producción no fue pensada como libro de minificciones. Cabe mencionar que el primero dedicó dos partes de su libro a las ficciones brevísimas, mientras que en el segundo el género literario denominado “tradición” comparte la brevedad como característica estructural. No obstante, el momento fundacional de la minificción peruana se produce con la publicación oficial de Tradiciones en sala verde (1973) de Ricardo Palma, que ya circulaba desde 1901 en los claustros literarios de Lima.

Otros escritores que también fueron seducidos por la brevedad narrativa son César Vallejo (Contra el secreto profesional, 1973) y Abraham Valdelomar (Neuronas, recogidas en la revista Studium Núm. 2, 1920). Además, la hemeroteca peruana también cedió un espacio para la narrativa brevísima, tal y como se aprecia en las revistas Rascacielos (1926), Amauta (1928) y Presente (1930), donde se publicaron textos brevísimos de Serafín Del Mar, Gamaliel Churata y Martín Adán, respectivamente. En general, se puede señalar que los textos correspondientes a este periodo se caracterizan por su hibridez genérica y predomina su narratividad.


Al realizarse un rápido recorrido por la minificción latinoamericana resulta necesario detenerse en la narrativa brevísima peruana, pues ésta coexistió paralelamente al desarrollo de esta modalidad textual en otros países de lengua hispana.
El segundo momento de la minificción peruana denominado periodo de arquitectura mínima o de las primeras estructuras (aprox. 1953-1989), se caracteriza por coincidir con la publicación de Cuento breves y extraordinarios (1953) de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares y el surgimiento de los escritores de la Generación del Cincuenta quienes, valiéndose de los recursos técnicos de la vanguardia, lograron renovar la narrativa peruana. Entre los escritores que experimentaron conscientemente con las brevedades narrativas tenemos a Carlos Mino Jolay (Escoba al revés, 1960), Manuel Velázquez Rojas (Isla de otoño y fábulas, 1966), Luis Loayza (El avaro, 1974), Antonio Gálvez Ronceros (Monólogo desde las tinieblas, 1976), Juan Rivera Saavedra (Cuentos sociales de ciencia-ficción, 1976), Jorge Díaz Herrera (Alforja de ciego, 1979), entre otros. Estos escritores publicaron libros de minificción en los cuales se aprecia un proyecto de brevedades narrativas.

En este periodo también resaltan las revistas de literatura, tales como Mar del Sur, La crónica, Cultura Peruana, Letras Petras. Revista de Humanidades (dirigida por Jorge Puccinelli) y Literatura (dirigida por Mario Vargas Llosa, Luis Loayza y Abelardo Oquendo). Hay que precisar que estas dos últimas fueron las de mayor trascendencia.

El tercer momento de la presencia de esta modalidad textual en la narrativa peruana, intitulada periodo de fortalecimiento o de vigorización (1990-2010), se caracteriza por una mayor apuesta de las editoriales por la publicación de libros de minificción y el surgimiento de revistas literarias dedicadas a estos tipos de textos narrativos.

Se puede afirmar que el momento histórico más importante de este periodo es la publicación de El ñandú desplumado. Revista de narrativa breve, dirigido por Luis Vargas Chirinos (1990). Esta revista propició en 1992 el Primer Concurso Nacional de Cuento Breve, Brevísimo, sin embargo, la vida de El ñandú desplumado fue breve y sólo se publicaron dos números. Años posteriores, se publicó Amor y Llaga. Semanario chotano de opinión, dirigido por José López Coronado, quien desde 1997 concede un espacio a la minificción denominado “El breve narrar”.


Foto: BirgitR
En ese camino siguieron Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana (2008), Fix 100. Revista de ficción breve hispanoamericana (2009) y Suplemento Solo 4 (2010). Además, es necesario resaltar el surgimiento del Grupo Literario Micrópolis en 2008, cuyas actividades iniciaron a partir de 2011. Asimismo, la constante narrativa se presenta en los textos de Fernando Iwasaki (Ajuar funerario, 2004), Ricardo Sumalavia (Enciclopedia mínima, 2004), José Donayre (El horno del reverbero, 2007; Ars brevis, 2008; y Haruhiko & Ginebra, 2009), Ítalo Morales (El cielo desleído, 2006 y El aullar de las hormigas, 2007), Harry Belevan (Cuentos de bolsillo, 2007) y el recordado Carlos Eduardo Zavaleta (Cuentos brevísimos, 2007); Lucho Zúñiga (Cuatro páginas en blanco, 2010), entre los más sobresalientes.

Aunado a esto, se produjo la publicación de varias antologías de minificción en Perú a cargo de Gerardo Temoche (Antología del cuento breve, 2003), Giovanna Minardi (Breves. Brevísimos. Antología de la minificción peruana, 2006), Ricardo Sumalavia (Colección minúscula. Cinco espacios para la ficción breve, 2007) y Ricardo Ayllón (Pocas Pulgas. Imagen de la microficción anchashina, 2010).

El último momento de la minificción peruana que hemos denominado periodo del miniboom de la minificción (2011-2015), se caracteriza por la creación de la editorial Micrópolis, especializada y dedicada a la minificción, y los textos que colindan con otros géneros narrativos brevísimos. En 2011 se iniciaron las Jornadas Peruanas de Minificción, en las cuales empezaron a reunirse escritores e investigadores (nacionales e internacionales) de esta modalidad textual y producto de éstas se realizó el Primer Concurso Nacional de Microcuento Solo 4 y se publicaron los libros de William Guillén Padilla (Microcuentos, 2011), César Klauer (La eternidad del instante, 2011), Jomar Cristóbal Barsallo (El dos veces nacido, 2011), Alberto Benza González (A la luz de la Luna, 2011) y Maritza Iriarte (Aztiram. Un mundo de brevedades, 2013).

En este periodo sobresalen Circo de pulgas. Minificción peruana. Estudio y antología (1900-2011) de Rony Vásquez Guevara, Territorio muerto de Sandro Bossio Suárez, El microrrelato peruano. Teoría e historia de Óscar Gallegos, Entre vivos y muertos de Alberto Benza González, y Ars brevis, vita longa de Carlos Germán Amézaga.

Por su parte, los eventos de minificción se infiltraron en las ferias internacionales del libro, cuya máxima cúspide se alcanzó en la Quinta Jornada Peruana de Minificción, donde participaron los escritores Ana María Shua (Argentina), José Leandro Urbina (Chile) y Huilo Ruales Hualca (Ecuador), así como el teórico Lauro Zavala (México), con lo cual se marcó un hito sin precedentes en la historiografía de la minificción peruana, toda esta brevísima historia, al parecer, no tiene fecha de caducidad.

Conclusiones

Finalmente, estas brevísimas anotaciones sobre la narrativa de corto palabraje en República Dominicana, Ecuador y Perú nos llevan a garantizar que la minificción sigue conquistando lectores en todos los países latinoamericanos, acaso por ser herederos de "El dinosaurio" de Monterroso, o tal vez, porque la actual vida vertiginosa de los lectores exige textos comprimidos de extensos universos narrativos. fin

Bibliografía

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2016 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Rony Vásquez Guevara
Editor y estudiante de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.

Rony Vásquez Guevara Director de Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana. Miembro de Internacional Microcuentista y del Grupo Literario Micrópolis. Fundador y Editor de Editorial Micrópolis. Estudiante de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú) y miembro del Seminario de Estudios de Minificción de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ha sido jurado en concursos de poesía y microcuento y fue finalista del Concurso “Relámpago” de Tuit-ficción del Festival Internacional de Escritores y Literatura de San Miguel Allende (Guanajuato, 2014). Organizador de las Jornadas Peruanas de Minificción. Fue editor invitado de Ekuóreo. Revista de minicuentos (2013). Presidió el Coloquio Internacional de Minificción “Homenaje al Dr. David Lagmanovich” (2012). Miembro Honorario del Grupo Literario Micrópolis (Perú). Ponente en temas de minificción en diversos congresos nacionales e internacionales.

Sus artículos y micorrelatos han aparecido en diversas revistas especializadas. Su taller de minificción se ha dictado en la Universidad Nacional mayor de San Marcos (Perú, 2014), Librería Sur (Perú, 2014), en el I Encuentro Nacional “Jorge Díaz Herrera”, en el III Encuentro Regional “Nidal de colibríes” (Perú, 2015) y en Ferias del Libro en Perú, República Dominicana y Venezuela. Publicó Cuadernillo de pulgas. Colección personal (2011), Cuaderno de pulgas (2011), Circo de pulgas. Minificción peruana. Estudio y antología (1900-2011) (2012), En pocas palabras. Antología del microcuento liberteño (2012) y En pocas palabras. Antología del microcuento cajamarquino (2013). Participó en el libro colectivo Collage (2015) y sus microrrelatos han sido traducidos al francés, inglés y ruso.

Actualizado hasta julio, 2016.


VÁSQUEZ GUEVARA, Rony "Breve recorrido por la minificción dominicana, ecuatoriana y peruana", Revista Digital Universitaria, 1 de julio de 2016, Vol. 17, Núm. 7. Disponible en Internet: <http://www.revista.unam.mx/vol.17/num7/art48/index.html> ISSN: 1607-6079.

Breve recorrido por la minificción dominicana, ecuatoriana y peruana

Rony Vásquez Guevara

Desde hace más de treinta años comenzaron los estudios sobre la minificción como un género literario narrativo autónomo, cuya presencia fundamentalmente está en la literatura latinoamericana, por ello, el presente trabajo consiste en un brevísimo recorrido por la minificción dominicana, ecuatoriana y peruana, pues estos corpus empiezan a ocupar un lugar importante en la historiografía de la minificción latinoamericana, ya sea por su producción, actividades culturales y calidad textual.

Palabras clave: minificción, minificción peruana, minificción dominicana, minificción ecuatoriana, minificción latinoamericana.