Sensibilización en cómputo, una comunidad virtual

Las universidades han invertido grandes cantidades de dinero en crear laboratorios de cómputo que acerquen las TICs a los investigadores, docentes y alumnos, pero invertir en los espacios de cómputo es sólo el inicio de lo que puede ser un gran problema, hay que garantizar la capacitación de los usuarios para tener un nivel aceptable de la tecnología y sacarle provecho a inversión.

Capacitar en el uso efectivo de los equipos de cómputo frente a las actuales de generaciones de alumnos que ingresan en nuestras universidades es casi inútil los alumnos ya se encuentran sensibilizados en los usos efectivos cómputo para la educación. Pero esto no sucedía hace 7 años y la UNAM FES Iztacala iniciaba sus grandes procesos de inversión en equipos de cómputo para los laboratorios escolares, 70 equipos en tres laboratorios, <<cantidad considerable para una facultad que se dedica a la enseñanza de disciplinas del área de las ciencias biológicas y de la salud>>, la inversión estaba hecha, los equipos instalados y las promociones al uso de los laboratorios tenían poco impacto.

Ofrecer cursos de la forma tradicional implicaba por lo menos 90 horas (20 de uso de Windows básico, 40 de Office básico y 30 de usos de Internet), demasiado tiempo si se quiere sensibilizar a una población estudiantil de 10,000 alumnos y 1800 profesores. Ante tal problema Alfonso Bustos, Felipe Tirado y yo (Bustos, Miranda y Tirado, 1999a, 1999b, 1999c) implementamos una metodología de enseñanza que llamamos “Laboratorio en Línea de Enseñanza de Cómputo (LLEC)” y que permitía enseñar los mismos contenidos en cursos de 20 a 40 horas.

El LLEC descansaba entre nociones básicas: aprendizaje situado, tutelaje cognoscitivo y el aprendizaje colaborativo, así como rescatábamos las nociones de experto novato y comunidades virtuales de aprendizaje.
Los alumnos podían elegir por cursar el LLEC en una línea estructurada (se enfrentaban a una secuencia de contenidos preorganizada) o de forma exploratoria (los participantes decidían que necesitaban aprender). En cualquiera de las dos opciones se desarrollaran habilidades de interacción con los diferentes componentes funcionales de la computadora.

Los componentes principales del diseño de la comunidad virtual de aprendizaje eran:

  • Las tarjetas guía. La primera herramienta en que los actores del LLEC tenían contacto, se diseñaban para elicitar procesos para la solución de problemas, luego, para la apropiación del conocimiento y el intercambio de ideas por internet.

  • Los Facilitadores Presénciales. Que eran los encargados de guiar las acciones y apoyar a los participantes para cumplir con los objetivos del laboratorio. Los asesores presénciales auxiliaban en los componentes más básicos de interacción con la computadora y privilegiaban en la mayoría de los casos promover el contacto con los tutores en línea y el resto de los actores, además de ser la primera fuente de modelamiento y retroalimentación del alumno. El apoyo que brindaba el facilitador se desvanecía progresivamente conforme el alumno actuaba con mayor independencia y se apoyaba mayormente en el flujo de información generado en nuestro Ambiente Virtual de Aprendizaje.

  • Los Tutores en Línea que ayudaban a los participantes por correo electrónico en una lista de discusión en la que todos los participantes estaban inscritos.

  • Y por ultimo teníamos la página de preguntas y respuestas frecuentes y el trayecto del estudiante. Se recolectaban las dudas mas frecuentes de los foros y las respuestas de la comunidad a las mismas, la comunidad construía con sus preguntas y respuestas las nuevas actividades (objetos) del curso y ampliaba así las actividades de trabajo disponibles. También se disponía de una bitácora de accesos a las actividades del estudiante que le permitan llevar un control de las actividades realizadas en el transcurso del curso.

Figura 1. Muestra la interacción entre la herramienta, alumnos y facilitadores en el Laboratorio en Línea de Enseñanza de Cómputo

Cabe resaltar que las herramientas tecnológicas disponibles eran paginas web estáticas, un programa en perl que graficaba a partir de las bitácoras de acceso del servidor, los correo electrónicos de los participantes, una lista de discusión y un programa que almacenaba todos los correos generados en la lista.

La metodología de trabajo obligaba a los estudiantes a redactar un correo electrónico a su tutor asignado, que día a día revisaba y comentaba sus avances. Si el alumno tenia dudas respecto a las tareas asignadas mandaba sus preguntas a las lista de discusión, donde los mismos compañeros de curso o los tutores en línea daban respuesta a la pregunta y comentaban posibles alternativas podrían tener. Conforme egresaban estudiantes algunos de ellos asumían el rol de tutor en línea de forma voluntaria y sin mediar petición alguna por parte de los coordinadores, el resultado final fue un par de asesores presénciales que apoyaban en los más esencial en el laboratorio de cómputo mientras teníamos usualmente entre 3 y 6 tutores línea designados mientras contábamos con 7 a 20 tutores alumnos de participación voluntaria.

El LLEC fue aplicado cuatro años de forma in interrumpida tiempo en que se almaceno una considerable cantidad de mensajes y páginas web, elementos que eran usados por los nuevos estudiantes de manera recurrente para realizar actividades sugeridas, resolver dudas y hacer comentarios.

El éxito del LLEC radicaba principalmente en la idea de situar el aprendizaje, bajo el supuesto de que el cómputo como muchas más actividades, se aprende haciendo, si vinculamos esta práctica con el soporte de una tutoría presencial y en línea que modela un discurso, formas de uso y actitudes hacia la tecnología el resultado era una comunidad de alumnos, docentes e investigadores sensibilizados de manera eficiente en los usos del cómputo aplicados a la educación.

El LLEC nos mostró que una metodología de trabajo y una planeación educativa clara son las partes más importantes en la implementación de las TICs en la educación, con los sistemas de administración del conocimiento disponibles hoy en día seguro hubiera facilitado el flujo de información en la comunidad, sin embargo ese no fue un impedimento para tener una exitosa experiencia. Explotar las ventajas del uso de las TICs y de las comunidades de aprendizaje en línea, como lo es poder extender las discusiones temáticas e imaginar los posibles usos tecnológicos de las herramientas que tenemos disponibles es uno de los que tenemos actualmente, para ello debemos de proponer modelos psicopedagógicos que hagan uso de las TICs.