Lenguas extranjeras y las NTIC

Después de la Segunda Guerra Mundial la enseñanza de lenguas extranjeras empezó a convertirse en una profesión sustentada en teorías de campos del conocimiento tales como la lingüística, la educación, la pedagogía, la psicología y la sociología, entre otros. A lo largo de su evolución esta profesión ha desarrollado enfoques teóricos y metodologías propias, que han reflejado los paradigmas del pensamiento conductista, el cognitivo y el constructivista y en esa transición, ha concebido a los medios y a la tecnología como apoyos para el logro de los objetivos del proceso de enseñanza y aprendizaje. Paralelamente, ha desarrollado esquemas de formación de profesores que incluyen en sus programas curriculares el diseño de materiales didácticos.

En la actualidad, en el nivel de educación superior en nuestro país, podría afirmarse que el profesor de idiomas generalmente es un profesional formado para la docencia, lo cual le proporciona el conocimiento y las capacidades para tomar un papel activo en todos los momentos del proceso educativo, incluyendo la selección, la adaptación y la creación de sus propios recursos didácticos.

Han quedado muy atrás los tiempos en que el profesor tenía que poseer habilidades malabáricas para manipular al mismo tiempo una grabadora de audio, un rollo de filmina y un libro de texto, mientras seguía la secuencia de contenidos de un tema y promovía la participación del grupo durante la clase. En nuestros días, en un aula de idiomas comúnmente se cuenta con equipos audiovisuales, tales como televisores, videocaseteras, reproductores de DVD, de casetes y de discos compactos de audio; y más aún, existen sofisticados laboratorios multimedia, cuya tendencia de uso se está difundiendo rápidamente en las instituciones de educación superior. Además, han surgido espacios alternativos de aprendizaje como los centros de autoacceso o mediatecas, los cuales ofrecen recursos tecnológicos como parte de su infraestructura.