10 de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079
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Más allá de la divulgación científica

Existe otra dimensión en la Literatura, explorada desde antaño por Luciano de Samosata, Johnathan Swift, H. G. Wells, y tantos más. El terreno de tal dimensión linda con la utopía, y en la mayoría de los casos, sólo encuentra justificación –y comprensión- a través de la metáfora, necesitada siempre de un referente a la realidad “objetiva” (realidad, por cierto, rigurosamente cuestionada por Heisenberg). La colección Micromegas de las prensas de la Facultad de Ciencias tiene como eje axial la Ciencia y la Literatura, cuerpos compatibles, pero en extremo inestables; queriendo demostrar al lector, tal vez, que la literatura científica también posee otra dimensión que merece ser divulgada.

Shahen Hacyan, físico y literato, conocido por sus obras de divulgación en la colección La ciencia desde México, editada por el Fondo de Cultura Económica, intenta explorar, a través del personaje de Apolinar Arenas las venturas y desventuras de un físico en la Academia. La novela tiene una intensa carga realista, a veces con tintes de sátira, y otras, de denuncia: la burocracia y el gobierno universitarios son sus principales blancos. También explora el terreno del amor y del deseo, el del hábito y la moral, y la peligrosa agonía –usada esta palabra en su pura acepción griega: “competencia”- que desencadena en la endeble psyché del científico.

“Es prácticamente imposible -escribía Ortega y Gasset en 1925- hallar nuevos temas. He ahí el primer factor de la enorme dificultad objetiva y no personal que supone componer una novela aceptable en la presente altitud de los tiempos”. Sin embargo, la realidad, y con ella sus temas, ha sido replanteada; la física la ha explicado en parte, pero como nos dice Shahen Hacyan: “la mecánica cuántica, como teoría que explica el comportamiento de la materia a nivel atómico, funciona perfectamente, hasta demasiado bien, diría yo, a pesar de que sus fundamentos filosóficos permanecen en la oscuridad”. ¿Si esto es así, habrá la necesidad de una nueva filosofía y un nuevo arte, para expresar y entender tal realidad? ¿Qué validan y qué invalidan las investigaciones de Einstein, Heisenberg y Schrödinger? Estas son preguntas que sólo el paso del tiempo podrá contestar.