Chaac
Otra epifanía más del dios creador es como Chaac,
el dios del agua y de la lluvia, generadora de vida por excelencia.
El culto a Chaac alcanzó mayor importancia en Yucatán
debido a la escasa precipitación pluvial de esta zona. Al
brindar la lluvia a los hombres, se le vincula con la agricultura.
Es una deidad con rasgos humanos y de animal, como la serpiente.
Se le representa como un ser antropomorfo con larga nariz que parece
deriva de la trompa de la danta o tapir; su ojo es muy similar al
de la deidad solar; bajo el párpado inferior tiene una voluta
semejante a la de la nariz, que se curva sobre la sien; en la boca
se destacan los dientes; a veces un colmillo sale bajo el labio
superior, y en las comisuras aparece el colmillo enrollado, lengua
o cuerpo de serpiente. Generalmente aparece de color azul. Tiene
además animales a su servicio ligados con la lluvia, como
ranas, sapos y tortugas. En ocasiones se le representa con un hacha,
que parece simbolizar los rayos, o bien puede presentarse con una
antorcha, símbolo de sequía y de la polaridad del
dios.
En
Yucatán el dios también se representó en piedra,
labrado en forma de un gran mascarón geométrico que
decora buena parte de los edificios de estos estilos y que parece
ser una cara esquematizada de la serpiente. Las fuentes coloniales
se refieren a él como un hombre de gran estatura que enseñó
a los seres humanos la agricultura, por tanto, también es
héroe cultural. Es al mismo tiempo uno y cuatro, se vincula
con las cuatro direcciones del mundo y con sus respectivos colores.7
|
Figura
19. El dios Chaac se modeló en cerámica
con una larga nariz que parece derivar de la trompa de la
danta. Estas eran vasijas usadas como incensario y proceden
de Mayapán. |
•
Regresar a Los dioses |