10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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Mapa lingüístico

El espacio geográfico que ocuparon los mayas, en su máxima expansión, cubría un territorio de casi quinientos mil kilómetros cuadrados. Abarcaba los estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y la parte este de Chiapas y Tabasco. Así como todo Belice, gran parte de Guatemala y la porción occidental de Honduras y El Salvador.

Cuando se observa un mapa de lenguas (figura 10) de esta área cultural, la diversidad se hace más compleja conforme nos desplazamos de norte a sur. Lo primero que salta a la vista es la gran extensión que ocupan los hablantes del maya peninsular o yucateco. Estos habitan prácticamente toda la península de Yucatán, terrenos llanos, sin ríos y carentes de accidentes topográficos significativos que impidan la comunicación. Esta homogeneidad lingüística acaso también tiene que ver con la situación geográfica de la península, rodeada por el mar en tres de sus lados, lo cual no limita pero si dificulta el contacto lingüístico de masas, fenómeno generador, en parte, de la diversidad lingüística.

Figura 10. Distribución lingüística maya actual

Las tierras bajas centrales, donde ocurrió la gran eclosión cultural del periodo Clásico (250 a 900 d.C.), corren desde las costas del Golfo, en Tabasco y Campeche, hasta las arenas del Mar Caribe, en el Golfo de Honduras. Limitan al norte con la base de la península de Yucatán y al sur con las primeras estribaciones de las tierras altas de Chiapas y Guatemala. Este espacio fue ocupado por hablantes de cholano, nombre que se da a una antigua lengua del cual derivaron el chol, chontal, chortí y choltí, grupo de lenguas que se originaron en esa porción central del área maya después del colapso. Según los epigrafistas3 el cholano, ahora extinta, fue la lengua utilizada en las inscripciones jeroglíficas del periodo Clásico y, por lo tanto, una reconstrucción de ésta es la que se utiliza para las actuales lecturas.

Por su parte las tierras altas de Chiapas y especialmente las de Guatemala muestran una gran diversidad lingüística, producto en parte del accidentado paisaje, surcado de cañadas y altas estribaciones, o por el contacto con lenguas de otras familias, ya sean mixe-zoques y otomangues (chiapaneca) en el occidente y en el sur, como por hablantes lenca, xinca, jicaque y pipil que habitaban en Honduras, El Salvador y el sur de Guatemala. Aquí existe la mayor diversidad lingüística de toda el área maya, muchas de las lenguas que ahora conocemos se localizan en este accidentado territorio de Chiapas y Guatemala.

 

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