10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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El paisaje tatuado en el temperamento maya

El tercer y último bloque temático "Los habitantes del paisaje", inicia con el análisis iconográfico de Claude-Francois Baudez sobre "Las aguas terrestres entre los antiguos mayas: representaciones y rituales". Robert M. Laughlin, en su ensayo titulado "La rama dorada", analiza el sincretismo cultural en los mitos de origen entre tzotziles y tzeltales. Referido también al ámbito tzotzil de las tierras altas de Chiapas es el trabajo de Lourdes de León Pasquel cuyo nombre "Ta xtal xa xch’ulel: Ya viene el alma. El miedo en la socialización infantil zinacanteca". En éste se explora el universo de las ideas y el aprendizaje de las nociones sobre el espacio cotidiano que rodea a los niños, y en el cual tienen que crecer.

Michel Boccara, con una amplia experiencia de campo entre los mayas de la península de Yucatán, nos habla de la noción maya de la palabra Ik, que lo mismo designa viento que antepasado mítico y nos dice que "Vivir es hacer. Volverse viantepasado o el dominio del espacio tradicional". La dinámica social de los pueblos establecidos en torno del lago Atitlán, ha generado interesantes expresiones sobre la conceptualización del espacio. Esta es estudiada por Perla Petrich en su trabajo sobre la "Tipología nocturna en los pueblos mayas de Atitlán".

Pedro Pitarch Ramón, con sus "Dos puntos de vista, una sola persona: el espacio en una montaña de almas", nos regresa nuevamente a las tierras altas de Chiapas para hablarnos de la residencia en el cuerpo y fuera de éste, de un tipo de alma, denominado chulel entre los tzeltales de Cancuc. Finaliza este último bloque temático con el trabajo de Mario Humberto Ruz sobre "Paisajes de muerte, paisajes de eternidad", en el que se analizan y presentan poéticamente distintas ideas que sobre el transito y la residencia de los muertos se han gestado entre los distintos pueblos del área maya en los últimos quinientos años. Los comentarios a este grupo de ponencias fueron realizados por Johann Broda. En su reflexión final considera que una aportación valiosa de este coloquio consistió en haber demostrado las raíces terrenales de los paisajes rituales mayas. Y que el paisaje cultural tiene una historia antigua vinculada con las actividades agrícolas.

Un comentario final de Gérard Toffin, titulado "Modelos arquitectónicos y orden espacial. Observaciones sobre los espacios mayas y la antropología del espacio" hace las partes de conclusión y recapitulación de los trabajos reunidos en este volumen.

En fin, Espacios mayas. Usos, representaciones, creencias es un libro con un alto grado de aportaciones novedosas y será imprescindible para quien quiera adentrarse por los numerosos y complejos caminos del territorio natural, cultural y sobrenatural del área maya.

 

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