10 de septiembre de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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Dios existe realmente

En consecuencia, Señor, que das fe al intelecto, dámela, para que entienda todo lo que tu sabes que es conveniente. Porque tú existes es por lo que nosotros creemos, y tú eres eso en lo que creemos. Y ciertamente creemos que tú eres algo tal que nada mayor a ti puede pensarse ¿Acaso puede dudarse de esta realidad porque algún indocto dice "Dios no existe"? Ya que indudablemente este mismísimo indocto, cuando escucha que eres "algo tal que nada mayor puede pensarse" comprende lo que escucha, y porque lo comprende, ya está de por sí dentro de su intelecto, aun si no lo comprendiera, aquello existiría. Porque una cosa es que cierta cosa exista dentro del intelecto y otra que se entienda que tal cosa existe. Pues cuando el pintor concibe la obra que está a punto de realizar, la tiene sin lugar a dudas dentro de su intelecto, pero de ninguna manera comprende aquello que todavía no está hecho. Pero cuando ya lo ha pintado, entonces lo tiene dentro de su intelecto y también lo comprende.

El indocto entonces está convencido de que existe en su intelecto "algo tal que nada mayor puede pensarse" porque comprende esto al momento en que lo escucha y cualquier cosa que sea comprendida necesariamente está dentro del intelecto. Y en verdad, eso que es tal que nada mayor puede pensarse, no puede existir únicamente dentro del intelecto. Pues si está dentro del intelecto puede pensarse que existe fuera de él, ya que es mayor que todo. Por tanto, si eso que es tal que nada mayor puede pensarse existe únicamente dentro del intelecto eso mismo que es tal que nada mayor puede pensarse es lo mayor que puede pensarse. Pero obviamente esto no puede ser. Por tanto existe sin lugar a dudas algo tal que nada mayor puede pensarse, tanto dentro del intelecto como fuera de él.

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La simbiosis de la era moderna: hombre y computación