Revista Digital Universitaria
10 de noviembre de 2005 Vol.6, No.11 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  Introducción

Si la consideramos desde una perspectiva histórica, la gran revolución tecnológica producida a partir de la segunda mitad del siglo XX se nos aparece como una etapa de aceleramiento sin precedente histórico, fundamentalmente en cuanto se refiere a la velocidad y espectacularidad con la que se producen las innovaciones tecnológicas. Muchas veces ni siquiera tomamos real conciencia del impacto de la denominada obsolescencia tecnológica y de algunas de sus consecuencias en el campo, por ejemplo, de la conservación de parte de nuestro acervo cultural.

Estar actualizado en esta vorágine científico tecnológica que nos ha tocado vivir, constituye un dificilísimo reto. Una de las exigencias para lograr este objetivo es el ser usuario real de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Ello nos lleva directamente a un tema que muchas veces se deja de lado en los análisis sobre tecnología y desarrollo: la denominada brecha digital. Si la brecha analógica era de por sí ya grande entre los países desarrollados y los países atrasados, en nuestros días la brecha digital es espantosamente gigantesca y con una tendencia creciente realmente incontenible. Debemos precisar, que los inforicos y los infopobres en una sociedad caracterizada como sociedad de la información (no del conocimiento) no solo se refiere a una división bipartidista del mundo, sino, cosa que agrava el panorama futuro, entre los inforicos e infopobres de cada una de las sociedades existentes.

Algunos estudiosos consideran que esta brecha es tan solo un mito, pero esa posición se explica porque son intelectuales que pertenecen a los países más desarrollados del mundo y que no pueden comprender, diríamos mejor, no quieren ver la inicua realidad del mundo actual, que no por digital deja de ser extremadamente injusta e injustificable, por donde se le analice. Si Bill Clinton pudo prometer a su pueblo que en el lapso de su gobierno todas las escuelas poseerían computadoras y estarían conectadas a la red de redes, es porque podía disponer de la astronómica suma de 200 billones de dólares, inalcanzable para los países pobres o atrasados. Éstos, que son la mayoría, no pueden ni soñar con esa posibilidad. Sin embargo, de todo lo anteriormente señalado no se colige que los países atrasados del mundo no podamos hacer nada, que no debemos hacer nada, que simple y llanamente tenemos que limitarnos a vivir y convivir en un mundo de inequidad creciente en todos los campos. Una actitud conformista o nihilista sería realmente suicida, porque sólo conseguiríamos extremar las injusticias de todos los tipos, aumentándose la deuda económica, social y cultural con los desposeídos del mundo.

El objetivo del presente trabajo es lograr una aproximación a la problemática de la educación peruana en su intento de modernización acorde con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Conocer y comprender las limitaciones del desarrollo socioeconómico peruano. Valorar los esfuerzos que está haciendo tanto el Estado como las instituciones privadas para el logro de ese objetivo. Motivar a estudiosos de la sociedad peruana a emprender un análisis, en profundidad, de la realidad educativa peruana.

 
 
   

 

 

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