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Trastornos
Trastorno
distímico
El
término distimia que proviene del griego
“distimia” significa estado de
ánimo defectuoso o enfermo y fue introducido
en 1980.
DEFINICIÓN. Es un trastorno crónico
caracterizado por un estado de ánimo
deprimido (o irritable en niños y adolescentes)
que se mantiene durante la mayor parte del
día y la mayoría de los días
que no es lo suficientemente grave como para
cumplir los criterios de otros episodios depresivos.
Según el DSM-IV las características
principales del trastorno son los sentimientos
de inadecuación, culpa, irritabilidad
e ira, aislamiento social, pérdida
de interés y descenso de la actividad
y productividad.
EPIDEMIOLOGÍA. Es
frecuente en la población en general,
oscila entre un 3 y un 5% de la misma. Se
diagnostica en un tercio a la mitad de los
pacientes de clínicas psiquiátricas.
Es más común entre mujeres de
menos de 64 años que entre los hombres
de cualquier edad y se observa con más
frecuencia entre personas solteras, jóvenes
y con ingresos bajos. Además coexiste
comúnmente con otros trastornos mentales,
especialmente el trastorno depresivo mayor,
los trastornos de ansiedad, el abuso de sustancias
y, probablemente el trastorno límite
de la personalidad.
DIAGNÓSTICO. Para diagnosticar
este trastorno debe existir la presencia de
un ánimo deprimido la mayoría
del tiempo al menos durante dos años
en adultos, y uno en niños y adolescentes.
El paciente no debe presentar síntomas
que permitan diagnosticar un trastorno depresivo
mayor y no haber sufrido ningún episodio
maníaco o hipomaníaco.
SÍNTOMAS. Los síntomas
de este trastorno son estables aunque pueden
experimentar variaciones temporales en la
gravedad de los mismos. Los pacientes con
trastorno distímico pueden ser a menudo
sarcásticos, nihilistas, sórdidos,
exigentes y quejarse constantemente; pueden
mostrarse tensos, rígidos e incluso
resistirse a la intervención terapéutica
aunque acudan regularmente a las consultas;
pueden quejarse del mundo y de que son maltratados
por sus familiares, hijos, padres, amigos,
y por el sistema. Existen síntomas
de un ánimo deprimido caracterizado
por sentimientos de tristeza y una disminución
por el interés ante las actividades
cotidianas, sólo que estos síntomas
son menores a los del trastorno depresivo
mayor. Se producen cambios en el apetito o
en los patrones de sueño, presentan
baja autoestima, pérdida de energía,
sensación de cansancio constante, lentitud
psicomotora, disminución del impulso
sexual y preocupación obsesiva por
asuntos de salud.
EVOLUCIÓN. Generalmente
comienza al inicio de la vida adulta y evoluciona
a lo largo de varios años, y puede
llegar a ser de duración indefinida.
TRATAMIENTO. La combinación
de terapia cognoscitiva o conductual y farmacoterapia
puede ser el tratamiento más efectivo
para este trastorno.
PRONÓSTICO. Es variable.
Los antidepresivos y/o determinados tipos
de psicoterapia tienen efectos positivos sobre
el curso y pronóstico de este trastorno.
Los datos sobre tratamientos anteriores indican
que únicamente del 10 al 15% de estos
pacientes han remitido al año del diagnóstico
inicial, y un 25% de los pacientes nunca consigue
una remisión completa.
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