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ETIOLOGÍA.
Dado que es un acto en parte biológico,
se cree que es influenciado por factores genéticos
ya que se ha notado la reincidencia entre
familiares de quienes lo llevaron a cabo.
Por otra parte puede existir deficiencia de
la serotonina, ya que dicho neurotransmisor
está presente en la conducta impulsiva
que sería la que le lleve a consumar
el acto. Hay muchas razones posibles para
la ocurrencia de la conducta suicida, por
ejemplo: desesperación e impotencia
al hacer frente a los problemas de la vida,
un final “razonado” al sufrimiento
físico o emocional o el padecimiento
de algún trastorno mental.
EPIDEMIOLOGÍA.
En los pacientes psíquicamente perturbados
el riesgo de suicidio es mayor. Un 80% de
pacientes que padecen trastornos depresivos
tienen probabilidad de consumar el suicidio;
mientras que de los pacientes con esquizofrenia
un 50% lo intentan y entre un 10 y un 15%
logran suicidarse; un 5% de pacientes con
demencia, con trastorno bipolar o con trastorno
de ansiedad intentan suicidarse.
Entre la población, el suicidio es
una de las principales causas de muerte para
las personas entre 15 y 44 años. Las
personas con carácter impulsivo, rígido,
aislado, no sociable, con dificultad de expresión,
son individuos con mayor riesgo suicida, mientras
que cuando son sociables y adaptados, es decir,
cuando tienen facilidad de palabra y de expresión
de sus emociones tienen un riesgo menor. Por
otra parte si las personas que quieren atentar
contra su vida cuentan con el apoyo de amigos
o familiares serán menos propensos
a llevar a cabo el acto suicida. Cabe mencionar
que las mujeres son más propensas que
los hombres a intentarlo, mientras que los
hombres son dos veces más propensos
a consumar el suicidio.
SÍNTOMAS
Y EVOLUCIÓN. La mayoría
de la gente que se suicida no lo hace de manera
impulsiva e inmediata, es más bien
un proceso que ofrece advertencias o indicios
de sus intenciones antes de consumar el acto.
Entre las manifestaciones que puede presentar
son: verbalizaciones constantes acerca del
suicidio o la muerte, o de la próxima
realización de un viaje largo; cambios
en la conducta, suelen verse alterados, desesperanzados,
deprimidos, confundidos respecto a qué
hacer con su vida, retraídos, y en
muchas ocasiones se preparan para su muerte
por ejemplo: hacen testamento, regalan las
cosas queridas, pagan su funeral, se despiden
de las personas más significativas
para ellos, etc. Hay que estar atentos cuando
una persona que padece depresión refiere
que no quiere seguir viviendo, cuando una
persona alcohólica manifiesta que está
perdido y que así no puede seguir viviendo,
y cuando un individuo con trastorno bipolar
dice que a pesar de las cosas lindas que tiene
(como hijos, amigos, profesión, etc.),
nada le causa placer.
TRATAMIENTO. El tratamiento
ante el suicidio está principalmente
enfocado a la prevención, pretendiendo
evitarlo en la medida de lo posible se busca
evitar la planeación del suicidio y
el brindar un tratamiento óptimo de
los trastornos mentales que lo subyacen. En
ocasiones se presenta la necesidad de hospitalizar
a una persona que tuvo intentos de suicidio
o que, por algún motivo, el psiquiatra
considera que presenta riesgos de suicidarse.
Hay 3 tareas importantes que el profesional
de la salud mental debe realizar para prevenir
el suicidio:
1.
Reducir la angustia del paciente.
2. Crear una fuente de apoyo real.
3. Ofrecerle alternativas al suicidio para
resolver los problemas.
Mitos del suicidio: Las personas
que manifiestan suicidarse no lo hacen nunca.
El suicidio se produce sin un aviso previo.
Todos los que se suicidan son enfermos mentales.
El suicidio se hereda. Las personas suicidas
están decididas a morir. La persona
mejora luego de que intenta suicidarse.
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