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La
presente serie de ilustraciones bajo el nombre
Objetos de Viaje representan la primera
entrega de un trabajo aún en progreso.
Objetos
de Viaje, se cuestiona sobre la posibilidad
de asumir la existencia como un constante
desplazamiento, a través del cual se
desencadenan diversas transformaciones emocionales:
Nos transformamos a través del espacio
y de igual modo nuestra lectura del entorno
construye el espacio. La situación
geográfica demanda situaciones y personajes,
actitudes y emociones que se retroalimentan
mutuamente.
Bajo
esta óptica, la realidad demanda ser
abordada como una compleja Road Movie
en la que situaciones contradictorias coexisten
en paralelo. Así, imágenes de
una anciana indigente se conjugan con las
ramas secas de un árbol en una metáfora
del entramado de conexiones cerebrales; números
telefónicos y frases breves, como notas
tomadas a prisa por un viajero que sólo
alcanza a ver la vida a través de la
ventanilla del tren (¿acaso hay otra?);
visas y pasaportes alterados a través
de medios tradicionales o digitales, en referencia
irónica a las paranoias de control
gubernamental que buscan concretizar en cada
persona una identidad fija, inalterable y
localizable.
"Yo
no soy el mismo, y sin embargo, mis documentos
niegan esa transformación para oficializar
y legitimar mi estancia ante la oficina
de extranjería"
Jacob
Müller
Asumir
la vida como un viaje es asumirse como extranjero,
y en tal sentido ser sujeto de desconfianza
(el recelo al extranjero que en su extremo
se vuelve xenofobia), de ahí el papel
central que ocupa la identidad. Al viajero
se le reclama, se le exige, encasillarse en
un personaje estable, ser alguien en específico,
y por lo tanto, menos peligroso.
Así,
como una suerte de mirada que registra su
paso por una realidad que le resulta foránea
se busca establecer un espacio que sirva como
un diario en tránsito y un registro
abierto a la multiplicidad de la realidad.
De esto van las presentes imágenes.
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