Revista Digital Universitaria
10 de diciembre de 2005 Vol.6, No.12 ISSN: 1607 - 6079
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Desde el comienzo de nuestra historia las imágenes han sido una herramienta para comunicar lo que hacemos y lo que pensamos en un determinado momento. Se han encontrado incluso pinturas que datan de hace más de 30,000 años, en donde la gente de esa época plasmó interesantes bocetos de la forma en que se organizaban para cazar1. No es de sorprender que las imágenes sea hayan usado desde tiempos inmemoriales pues se sabe que el sentido más desarrollado por el humano es la vista. Se estima que el 50% de las neuronas está dedicado a la visión. Además, la densidad de información por unidad de área en una imagen es notablemente mayor a la de un texto y por lo tanto, la manera más fácil en que el humano se comunica es a través del uso de imágenes, especialmente cuando la información que desea explicar es compleja o viene en grandes cantidades.

La visualización científica se basa en el uso de imágenes. En palabras simples la visualización científica consiste en la transformación de datos o información en imágenes para explicar y comunicar ideas. Desde este punto de vista, la visualización en general ha existido desde siempre. El uso de herramientas de visualización en la ciencia data de hace varios siglos: los mayas por ejemplo, ya usaban dibujos esquemáticos de calendarios, operaciones aritméticas e incluso de observaciones astronómicas2. En estos casos se requería de una habilidad especial para realizar las bellas pinturas que aun se pueden observar en algunos sitios arqueológicos.

Conforme el método científico se fue desarrollando, ciertas maneras de visualización de información se convirtieron en prácticas aceptadas. Por ejemplo, el uso de gráficas XY para representar relaciones entre dos cantidades es una forma de explicar comportamientos y tendencias dentro de un conjunto de datos. Sin embargo, es necesario conocer el área de estudio de donde provienen los datos para entender estas gráficas y comunicar los resultados a investigadores de la misma área.

El advenimiento de las computadoras digitales trajo consigo la posibilidad de generar y almacenar cantidades de información nunca antes pensadas. Esta nueva tecnología generó además una forma nueva rama de la ciencia: el cómputo científico, con el que se puede simular un subconjunto relevante de leyes de la naturaleza en una computadora. Por ejemplo, la simulación de un tornado requiere resolver un conjunto ecuaciones matemáticas muy complejas, las cuales se resuelven de forma numérica mediante algoritmos implementados y ejecutados en poderosas supercomputadoras. Debido a que estas simulaciones computacionales producen una vasta cantidad de información numérica, un científico no puede ver, y mucho menos interpretar los resultados de este proceso. Afortunadamente, conforme el poder del cómputo se ha incrementado, también se han desarrollado técnicas para transformar la información en imágenes. Estas técnicas son el núcleo de lo que hoy llamamos visualización científica.

Las técnicas de visualización no sólo se aplican a datos provenientes de simulaciones numéricas, si no que también es posible transformar datos de aparatos de medición. Por ejemplo, de telescopios, microscopios, satélites, aparatos médicos como tomografía (CT), resonancia magnética (MRI), entre otros. Dada la sofisticación actual de estos aparatos, hoy en día se puede generar información muy compleja y de grandes dimensiones. Lo importante en la visualización científica es saber elegir la técnica adecuada para transformar la información en una imagen o conjunto de imágenes, que describan fielmente el fenómeno que se esté estudiando.

 


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