Introducción

Partiendo de un trabajo de Espinosa Carvajal y Mesta Martínez1 y siguiendo el derrotero planteado por ambos autores de ir desde la propuesta humboldtiana del siglo XIX sobre la convergencia docencia -investigación hasta su disgregación progresiva en el siglo XX e inicios del XXI, dable es preguntar, como lo hacen ellos a la luz de estas tendencias disgregadoras; si en un país con enormes problemas sociales, de salud, de desnutrición, de pobreza extrema y de creciente desigualdad, como el de ellos y el nuestro, es posible renunciar a hacer ciencia e investigación para encontrar soluciones a esos problemas; si el criterio de la empresa es el único válido para determinar la pertinencia de una investigación; si el costo - beneficio es el criterio básico para determinar la política de investigación; si con instituciones educativas masivas se puede desarrollar el vínculo docencia – ciencia e investigación; si se debe poner el acento en mantener sólo la cobertura estudiantil en la docencia y no en la investigación; si todas las instituciones deben desarrollar tal vínculo o exclusivamente algunas y, por último, cuál es el lugar adecuado dentro de esas instituciones para desarrollarlo.

En el referido contexto y sustentado en propia y ajena bibliografía,2 el presente trabajo responde a los citados interrogantes, focaliza su análisis tanto en las bondades del vínculo docencia – ciencia e investigación cuanto en lo imprescindible que resulta, a su través, que el mismo retorne a sus fuentes convergentes y propone sitios adecuados para su desarrollo vincular.