|
Inicio
El
entendimiento de la naturaleza se basa en el estudio
de los objetos o sistemas que la componen, y en
las conclusiones que de ellos se obtienen a través
de los experimentos y la teoría involucrados
en su descripción. Estos cuerpos poseen dimensiones
que van desde los Angstroms Å
(10-10 metros) que es el tamaño característico
de los átomos, hasta los miles de metros,
que es por ejemplo la magnitud del diámetro
de la tierra. Todos estos objetos y otros de dimensiones
aun menores y mayores son el propósito de
estudio de la física.
Nuestro
interés en este artículo es describir
las propiedades y el comportamiento de sistemas
compuestos de una cantidad macroscópica de
átomos, y que aun estando a muy bajas temperaturas
se encuentran en su fase de vapor. Estos son los
denominados gases atómicos ultrafríos
que se componen típicamente de 107 átomos
y ocupan un espacio de alrededor de 1 mm3. La temperatura
de uno de estos gases es de alrededor de 50 nK (10-9
kelvins), es decir solamente unas billonésimas
de grado arriba del cero absoluto. El hecho que
un conjunto tan grande de átomos a esta temperatura
permanezcan en una fase gaseosa se debe a que su
densidad es muy baja. Por ejemplo, comparados con
el aire que respiramos, una de tales muestras producidas
en el laboratorio posee una densidad 100,000 veces
menor.
El
comportamiento de los gases atómicos ultrafríos
es cualitativamente distinto dependiendo del tipo
de átomos que componen el gas. Existen dos
tipos de átomos en la naturaleza: fermiones
y bosones, y todos los átomos de la tabla
periódica pertenecen a una de estas dos categorías.
La diferencia entre fermiones y bosones tiene su
origen en el número total de electrones,
protones y neutrones que posee el átomo en
cuestión; si la suma de electrones, protones
y neutrones es impar, el átomo es un fermión,
mientras que si esta suma es par, el átomo
es un bosón. La consecuencia esencial de
ser fermiones es que dos partículas idénticas
no pueden ocupar el mismo estado; esto significa
que las variables que caracterizan cada una de estas
partículas tendrán siempre valores
distintos. Esta propiedad es también conocida
como el Principio de Exclusión de Pauli.
En contraparte, la propiedad más importante
de los bosones, es que dos o más partículas
idénticas pueden ocupar el mismo estado.
Cabe recalcar que los protones, electrones y neutrones
son en sí mismos fermiones, y que las partículas
de luz, llamadas fotones, son bosones.
Si
los átomos que componen el gas ultrafrío
son bosones, entonces, al llegar a una cierta temperatura,
el gas sufre el fenómeno conocido como Condensación
de Bose-Einstein, que significa que un porcentaje
significativo de los átomos se van al estado
base, es decir el estado de más baja energía,
y se dice que todos estos átomos se han condensado.
En tanto que si los átomos que conforman
el gas son fermiones, y la temperatura del gas es
los suficientemente baja, los átomos se acomodan
cada uno en la escala energética de menor
a mayor valor para formar un gas degenerado de Fermi.
Debemos hacer énfasis en que un gas de Bose
tiene una energía mucho menor que un gas
degenerado de Fermi como consecuencia del hecho
de que en el gas de Bose la mayoría de las
partículas pueden tener la misma energía,
la cual en el caso de los gases atómicos
ultrafríos es muy baja. Explicaremos más
ampliamente las propiedades y comportamiento de
dichos gases atómicos ultrafríos.
|
|