Revista Digital Universitaria
10 de noviembre de 2006 Vol.7, No.11 ISSN: 1607 - 6079
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Los anostracos (‘fairy shrimps’ y ‘brine shrimps’) (Fig. 1) son un grupo muy antiguo de artrópodos pertenecientes a la clase Branchiopoda, con características probablemente muy similares a la forma marina ancestral de los grupos de crustáceos actuales. Son animales sin caparazón, blandos (poco esclerotizados y no calcificados) e indefensos, con aspecto de pequeños camarones, que miden normalmente de 1 a 2 cm. En cierto momento de su historia evolutiva, probablemente durante el Paleozoico, invadieron el agua dulce. Tal vez tuvo mucho que ver en el pasaje a este nuevo ambiente, la adquisición de un mecanismo osmorregulador altamente eficaz, que les permitió regular su contenido iónico y eliminar el exceso de agua que ingresaba pasivamente por ósmosis a través de las partes permeables de su cuerpo. Sin embargo, probablemente por su gran indefensión, sólo pudieron permanecer en cuerpos de agua temporarios, ambientes extremos y muy desfavorables, de muy baja diversidad biótica, donde los predadores escasean, pero también escasea el alimento. La colonización del agua dulce probablemente se vio facilitada por la presencia en estos organismos de un tipo de alimentación por filtración, ya que las partículas de detrito eran el único alimento disponible en este medio (Fryer, 1996). Así pudieron evadir la acción de los pequeños predadores (insectos acuáticos, peces, etc.) pero tuvieron que aclimatarse a grandes exigencias ambientales: gran amplitud térmica diaria, con fuerte insolación durante el día y temperaturas muy bajas de noche; temperaturas extremadamente bajas (en lagos y lagunas árticos y antárticos); fuertes vientos; grandes variaciones en el contenido de oxígeno y el pH; grandes variaciones en la salinidad del agua, pudiendo llegar a adaptarse a salinidades extremas de hasta casi 10 veces la salinidad del mar; variaciones del nivel de agua, desecación o congelamiento, estacional o imprevisto, de su biotopo. Sin embargo, la gran tolerancia a las variaciones del medio no fue suficiente para garantizar la continuidad de las poblaciones cuando el cuerpo de agua se secaba (física o funcionalmente). La aparición de mecanismos de detención metabólica (diapausa y quiescencia) condujo a la producción de estructuras de resistencia, los quistes, para pasar la época desfavorable. Según Fryer (1996) la aparición de estos mecanismos en los branquiópodos fue determinante para poder alcanzar su actual preeminencia en cuerpos de agua temporarios.


Fig. 1. Pareja de Artemia franciscana

 
   

 

 

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