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Internet
ha supuesto un giro copernicano en las comunicaciones,
en el acceso a información y en el desarrollo
de la enseñanza y de la tele-enseñanza.
Internet representa la comunicación internacional
instantánea y el idioma de este medio es el inglés
puesto que el 70 por ciento de sus usuarios son angloparlantes.
La lengua inglesa continua siendo la de mayor difusión
en internet, por lo que científicos, ingenieros,
arquitectos, etc., se ven obligados a entenderla si quieren
mantener sus conocimientos actualizados, estar en contacto
con colegas extranjeros o exponer sus ideas en congresos
internacionales.
Sin
embargo, la mayor ventaja de una computadora conectada
a internet consiste en la ingente cantidad de información,
equivalente a tener la mejor biblioteca disponible al
alcance de la mano. Entre otras ventajas de los ordenadores
con conexión a red, Larsen (1995:62) menciona
el acceso a las diferentes variedades del español
mientras que Bou (1995:50) se centra en las variantes
fonéticas a partir de películas.
Pero
aparte del uso mayoritario de la lengua inglesa, la red
de redes ha creado un lenguaje nuevo basado en la acuñación
de términos tales como los que llevan el prefijo ciber-(cibernauta,
ciberespacio), la utilización de un espanglish semitécnico
(surfear, clickear, deletear) y la introducción
de anglicismos aclimatados (formatear). Según
Rivas (1995:1), la causa del nacimiento del ciberespanglish es
la siguiente: “CyberSpanglish is produced by Spanish-speaking
computer communities who resort to adopt certain English
words whose translations into Spanish do not exist in
the Spanish language.” (el ciberespanglish se
origina de la comunidad hispano parlante de usuarios
que adoptan ciertas palabras en inglés, cuya traducción
no existe en el idioma español)
Un
inconveniente de los ejercicios presentados mediante
programas informáticos es que son muy repetitivos,
ya que no suelen pasar de pruebas de elección
múltiple, responder verdadero o falso,
y rellenar espacios en blanco. Además estos programas
suelen ser caros, necesitan la existencia de una computadora
por estudiante (Rodríguez, 1994:533-536) y demandan
la familiarización del estudiante con la máquina.
Desde esta situación, la única solución
viable es la formación del profesor de español
para fines específicos en el manejo de tecnología
informatizada y en la elaboración del material
de apoyo correspondiente (Soria, 1996:40).
Los
cursos multimedia se empezaron a propiciar por parte
de diversas instituciones a medida que se desarrollaron
las aplicaciones de la informática. El Consejo
de Europa, a partir de los años setenta, auspició los
cursos multimedia institucionales con soporte en cadenas
de televisión y emisoras de radio que se complementaban
con manuales y casetes para el estudio autónomo,
uno de los grandes alicientes de internet que, al mismo
tiempo, propicia, en muchas ocasiones, la gratuidad en
el acceso a los instrumentos de aprendizaje.
Marcos
Marín (1996:87,111), sostiene en el informe Fundesco
que los ámbitos de la educación y la formación
son los principales consumidores de materiales multimedia,
pero que el material presentado en disquet, si bien
tiene la posibilidad de poder adaptarse por los profesores
a las necesidades de los estudiantes, no puede considerarse
multimedia porque sólo incorporan texto y gráficos,
además de estar pensados únicamente para
el autoaprendizaje individual y no como un complemento
a la clase.
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