Revista Digital Universitaria
10 de febrero de 2006 Vol.7, No.2 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 

 

 

 

El tercer Intermezzo fue hallado en la parte interior del citado Boletín de la S.E.P. (julio de 1943), pocos meses antes de la donación del acervo Ponce a la Escuela Nacional de Música, y durante el acto oficial de la entrega se realizó su estreno. La fecha del Boletín anuncia el primer aniversario de la creación del Seminario, siendo Ponce uno de los fundadores. Es interesante observar que esta obra fue compuesta en 1921 bajo el título Alma triste y con el Nº XI del Glosario íntimo . Con el nombre de Intermezz o ya había compuesto dos: el primero, de estilo plenamente romántico, que no está numerado y encabeza nuestra lista de publicaciones, y el segundo, único con numeración, escrito en los años de París y bello ejemplo de impresionismo. El que aquí se edita sería por lo tanto el número tres, tomando en consideración que cuando apareció con este título ya existía el segundo; sin embargo, como ya vimos, pertenece a otra época, a los últimos años de su fase romántica. De hecho, bien podemos considerarlo –en la vida musical de Ponce– como de un romanticismo tardío, pero con la presencia de sonoridades que vienen a ser el preámbulo de etapas posteriores.

Vier Kleine Fugen für den Anfänger , para piano.
Revisor crítico: Paolo Mello
Fuentes: Edición Otto y Arzoz, México.

Las Cuatro pequeñas fugas para los principiantes son un ejemplo de construcción formal y de admirable dominio contrapuntístico. Como el mismo título lo indica, están pensadas con una finalidad didáctica y pueden servir para iniciar a los alumnos en la música en estilo imitado. Nuestra edición consta de dos partes: la primera presenta el texto original y la segunda propone una versión de estudio en donde se sugieren digitaciones, dinámica, se ofrece una semblanza analítica a lo largo de la partitura y se expone un esquema estructural de cada fuga.

El Mtro. Jesús Herrera presenta una interesante disertación sobre el origen de esta pieza, datos que vienen a puntualizar la descripción anecdótica que aparecía en diversas publicaciones. Malgré Tout , fue escrita posiblemente en 1900 como un homenaje al escultor aguascalentense Jesús Contreras, autor de la hermosa escultura en mármol (que lleva en la parte inferior el epígrafe homónimo), la cual se exhibe en el Museo Nacional de Arte del INBA (hasta hace dos décadas se encontraba en la Alameda Central de la Ciudad de México). Contreras llevó esta obra a la Exposición Universal de París de 1900 y obtuvo la Cruz de la Legión de Honor de la República Francesa y el Gran Premio de Escultura. El artista había perdido el brazo derecho dos años antes y aún así logró su exitoso objetivo, tal vez de allí el nombre de “Malgré Tout” (A pesar de todo). Ponce, seguramente inspirado por tales sucesos, escribe esta danza para ser tocada con la mano izquierda sola.

Desde el punto de vista composicional la Sonatine es sin duda la obra más compleja del compositor, pero a la vez encierra un especial interés por sus intrincadas armonías. Fue concebida en tres movimientos y concluida en 1932, último año que Ponce permanece en París. Nunca había sido publicada anteriormente y en uno de sus manuscritos el autor anota como título Sonatine neoromantique , lo cual nos revela que aun en las obras más audaces permanecía fiel a su ideal estético.

La partitura de Ponce de mayores dimensiones hasta ahora publicada por la Escuela Nacional de Música es la colección de Mazurcas, integrada por un total de veinticinco piezas que reflejan la intimidad propia de la música de salón, corolario del arte pianístico mexicano de fines del siglo XIX . Las fuentes consultadas, como podemos observar arriba, fueron varias: manuscritos autógrafos, de copistas, así como ediciones impresas. Resulta interesante hacer notar la existencia de esa partitura de cincuenta y cinco páginas que reúne las primeras diecinueve mazurcas en un manuscrito no fechado que probablemente, por el punto, sea de Ponce, aunque no se descarta la posibilidad de que lo hubiese copiado la propia esposa del compositor. La maestra Lourdes Rebollo, en el prefacio, nos dice al respecto: “...ella [Clema Ponce] fue lo suficientemente cuidadosa como para haber realizado el trabajo de recopilación de las mazurcas para una futura publicación.” Sin embargo, ésta nunca se llevó a cabo y sólo ahora finalmente la podemos apreciar, más o menos setenta años después de la posible idea original...
 

 
   

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