Revista Digital Universitaria
10 de abril de 2006 Vol.7, No.4 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual
RDU
 
   
 
Inicio

Dicen que el Dolor, es el hijo del aire y de la tierra, que son elementos indispensables para la vida; dicen… que se viste con amplios ropajes blancos y emblade un puñal, y que se hermana con aquella que viste de negro y siempre lleva una guadaña...
Leyenda Maya.

¿Qué es el dolor?

El dolor es un problema frecuente que afecta a nuestra sociedad; tiene diferentes formas y diversas caras, su presencia daña nuestra capacidad de relacionarnos con quienes nos rodean, nuestras actividades diarias y nuestra economía. Además, perjudica a personas de cualquier edad sin importar el sexo, edad, creencias y estado socioeconómico. Así mismo, su ocurrencia repercute en el núcleo familiar y social, ya que en éstos se presentan diversos sentimientos ante el sufrimiento en que se encuentra el paciente con dolor.

La Asociación Internacional para el Estudio y Tratamiento del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) lo ha definido como una experiencia sensorial y emocional, no placentera, que se asocia a un daño de los tejidos, el cual es real o potencial, o bien descrita en términos de dicho daño1. Lo anterior, nos hace reflexionar en que el dolor es una experiencia, es decir, el hecho de haber sentido, vivido o presenciado algo relacionado con los órganos de los sentidos y con las emociones. De tal forma que el dolor, además de los procesos biológicos que lo transmiten, también repercute en nuestros sentimientos y cosmovisión.

Más aún, el dolor suele ser una advertencia de nuestro organismo de que algo “no funciona bien”, de que existe algún daño o lesión en nuestros tejidos. Es una señal de alarma, la cual nos motiva a realizar uno rápida acción evasiva. Un ejemplo de lo anterior es lo que sucede cuando nos pinchamos el dedo con una aguja o ponemos la mano en contacto con algo extremadamente caliente, nuestra reacción inicial es retirar la mano del estímulo nocivo. Sin embargo, cuando el estímulo doloroso persiste, y se vuelve crónico, pierde su función de alarma y se convierte en un estímulo deletéreo.

¿Es frecuente el dolor crónico no maligno?

El dolor crónico no maligno es actualmente un problema de salud pública en algunos países2,3. El motivo por el cual el dolor crónico ha tomado esta connotación es debido a su alta prevalencia; al alto impacto que presenta tanto en la funcionalidad del individuo como en los sistemas de salud3. La prevalencia internacional del dolor crónico no oncológico se ha estimado en un rango del 8 al 80%4, esto posiblemente se relacione a la actual controversia generalizada respecto a su definición, lo que dificulta la realización de estudios epidemiológicos más complejos. No obstante lo anterior, no debemos perder de vista que una proporción importante de la población general padece esta entidad.

Un ejemplo utilizado para representar la magnitud del problema es el dolor de espalda baja (lumbalgia), el cual se ha estimado que afecta al 70% de la población adulta en los países desarrollados, con una incidencia anual del 45%. De igual forma, esta entidad afecta predominantemente a personas entre los 35 y 55 años de edad; así mismo, el 90% de los episodios de dolor de espalda baja desaparecen en 6 semanas y sólo 7% desarrolla dolor lumbar crónico5. Otro ejemplo es la osteoartritis (enfermedad articular degenerativa), la cual tiene una prevalencia del 13% en personas mayores de 55 años en la Unión Americana y en Inglaterra cerca de 3 millones de personas presentan sintomatología dolorosa 6,7.

¿Es frecuente el dolor por cáncer?

El cáncer es considerado un problema mundial de salud pública8. En el 2002, se estimó que 24.6 millones de personas en el mundo lo padecían y la mortalidad asociada a esta enfermedad causó el deceso de 6.7 millones de individuos durante ese año9,10. En México, de ha documentado que el cáncer es la segunda causa de muerte11. El dolor en el paciente oncológico, se presenta del 80% al 90% de los casos. Por lo que su aparición, es el principal temor de los pacientes y de sus familiares, condicionando dificultades en su terapéutica12.

Si el dolor es tan frecuente, ¿quién se encarga de atenderlo?

La respuesta a esta interrogante es el objetivo primario de este documento, es decir: proporcionar una visión general acerca de: (a) el surgimiento de las clínicas del dolor en México y en el mundo, (b) la actividad que realizan las clínicas del dolor y (c) sobre la labor de los médicos algólogos que se encargan del alivio del dolor por diversas causas.

 
   
D.R. © Coordinación de Publicaciones Digitales
Dirección General de Servicios de Cómputo Académico-UNAM
Ciudad Universitaria, México D.F.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos aquí presentados,
siempre y cuando se cite la fuente completa y su dirección electrónica.