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Dicen
que el Dolor, es el hijo del aire y de la
tierra, que son elementos indispensables
para la vida; dicen… que se viste
con amplios ropajes blancos y emblade un
puñal, y que se hermana con aquella
que viste de negro y siempre lleva una guadaña...
Leyenda Maya.
¿Qué
es el dolor?
El
dolor es un problema frecuente que afecta
a nuestra sociedad; tiene diferentes formas
y diversas caras, su presencia daña
nuestra capacidad de relacionarnos con quienes
nos rodean, nuestras actividades diarias
y nuestra economía. Además,
perjudica a personas de cualquier edad sin
importar el sexo, edad, creencias y estado
socioeconómico. Así mismo,
su ocurrencia repercute en el núcleo
familiar y social, ya que en éstos
se presentan diversos sentimientos ante
el sufrimiento en que se encuentra el paciente
con dolor.
La
Asociación Internacional para el
Estudio y Tratamiento del Dolor (IASP, por
sus siglas en inglés) lo ha definido
como una experiencia sensorial y emocional,
no placentera, que se asocia a un daño
de los tejidos, el cual es real o potencial,
o bien descrita en términos de dicho
daño1.
Lo anterior, nos hace reflexionar en que
el dolor es una experiencia, es decir, el
hecho de haber sentido, vivido o presenciado
algo relacionado con los órganos
de los sentidos y con las emociones. De
tal forma que el dolor, además de
los procesos biológicos que lo transmiten,
también repercute en nuestros sentimientos
y cosmovisión.
Más
aún, el dolor suele ser una advertencia
de nuestro organismo de que algo “no
funciona bien”, de que existe algún
daño o lesión en nuestros
tejidos. Es una señal de alarma,
la cual nos motiva a realizar uno rápida
acción evasiva. Un ejemplo de lo
anterior es lo que sucede cuando nos pinchamos
el dedo con una aguja o ponemos la mano
en contacto con algo extremadamente caliente,
nuestra reacción inicial es retirar
la mano del estímulo nocivo. Sin
embargo, cuando el estímulo doloroso
persiste, y se vuelve crónico, pierde
su función de alarma y se convierte
en un estímulo deletéreo.
¿Es
frecuente el dolor crónico no maligno?
El
dolor crónico no maligno es actualmente
un problema de salud pública en algunos
países2,3.
El motivo por el cual el dolor crónico
ha tomado esta connotación es debido
a su alta prevalencia; al alto impacto que
presenta tanto en la funcionalidad del individuo
como en los sistemas de salud3.
La prevalencia internacional del dolor crónico
no oncológico se ha estimado en un
rango del 8 al 80%4,
esto posiblemente se relacione a la actual
controversia generalizada respecto a su
definición, lo que dificulta la realización
de estudios epidemiológicos más
complejos. No obstante lo anterior, no debemos
perder de vista que una proporción
importante de la población general
padece esta entidad.
Un
ejemplo utilizado para representar la magnitud
del problema es el dolor de espalda baja
(lumbalgia), el cual se ha estimado que
afecta al 70% de la población adulta
en los países desarrollados, con
una incidencia anual del 45%. De igual forma,
esta entidad afecta predominantemente a
personas entre los 35 y 55 años de
edad; así mismo, el 90% de los episodios
de dolor de espalda baja desaparecen en
6 semanas y sólo 7% desarrolla dolor
lumbar crónico5.
Otro ejemplo es la osteoartritis (enfermedad
articular degenerativa), la cual tiene una
prevalencia del 13% en personas mayores
de 55 años en la Unión Americana
y en Inglaterra cerca de 3 millones de personas
presentan sintomatología dolorosa
6,7.
¿Es
frecuente el dolor por cáncer?
El
cáncer es considerado un problema
mundial de salud pública8.
En el 2002, se estimó que 24.6 millones
de personas en el mundo lo padecían
y la mortalidad asociada a esta enfermedad
causó el deceso de 6.7 millones de
individuos durante ese año9,10.
En México, de ha documentado que
el cáncer es la segunda causa de
muerte11.
El dolor en el paciente oncológico,
se presenta del 80% al 90% de los casos.
Por lo que su aparición, es el principal
temor de los pacientes y de sus familiares,
condicionando dificultades en su terapéutica12.
Si
el dolor es tan frecuente, ¿quién
se encarga de atenderlo?
La
respuesta a esta interrogante es el objetivo
primario de este documento, es decir: proporcionar
una visión general acerca de: (a)
el surgimiento de las clínicas del
dolor en México y en el mundo, (b)
la actividad que realizan las clínicas
del dolor y (c) sobre la labor de los médicos
algólogos que se encargan del alivio
del dolor por diversas causas.
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