Revista Digital Universitaria
10 de junio de 2006 Vol.7, No.6 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 
 
 
Inicio

Al hacer un recorrido por la programación de la televisión en los últimos años, nos encontramos con que seguimos contando con una programación centrada en el entretenimiento, sin olvidar que hemos tenido algunos periodos interesantes en cuanto a programas noticiosos “alternativos” (como el Canal 40) pero que se ha quedado en eso, episodios que no han llegado a concretar un cambio en nuestra televisión.Si hacemos el recuento de los canales de televisión de señal abierta encontramos algunas horas dedicadas a programas informativos, unas cuantas más a la difusión de la cultura y casi nulas horas a programación de divulgación científica; por otro lado tenemos un gran número de horas destinadas al entretenimiento.Lo anterior no es nada nuevo, ha sido la constante en la historia de la televisión mexicana y es un tópico sobre el cual se han escrito numerosas páginas a lo largo de diversas investigaciones en el terreno de la comunicación y los medios de comunicación colectiva.

Es así que a este breve ensayo decidí encaminarlo más hacía una revisión del concepto de audiencia y vincularlo a la televisión, pues es justamente la audiencia la que aparentemente no juega un papel fundamental cuando hablamos de medios, pero es a la vez la que establece preferencias sobre la programación.

Para hacer este recuento sobre lo del concepto de audiencia debemos comenzar con el concepto de masa, pues es un apelativo que se ha empleado constantemente para hablar de la gente que atiende la programación de los medios colectivos, especialmente aquellos que prefieren la televisión. Charles Wright en La Comunicación de Masas, afirma que la comunicación colectiva es diferente de otras manifestaciones comunicativas porque se dirige a un auditorio relativamente grande, heterogéneo y anónimo, los mensajes son transmitidos públicamente y llegan simultáneamente a una gran cantidad de personas.De ese brevísimo pero completo resumen de las características de la comunicación colectiva, destaca, como su principal característica, no su enorme capacidad de difusión o salida (que lleguen sus mensajes a numerosos individuos instantáneamente) sino el tipo de mensajes que transportan esos portentos de la comunicación moderna: son públicos, abiertos, no privados y yo añadiría un aspecto más: el estudio de eso que Wright llamó auditorio y que en el terreno mediático es conceptualizado como audiencia. La televisión, la radio, el cine, los carteles, los anuncios espectaculares, los periódicos, las revistas, son medios de comunicación colectiva porque están diseñados precisamente para eso, para promover y establecer procesos de comunicación de ideas, saberes y creencias con grandes colectividades simultáneamente; están articulados al desarrollo de grandes economías mundiales, casi sobra decir que son una característica de nuestros tiempos porque contribuyen, en gran medida a darle celeridad a las comunicaciones intercontinentales, y a globalizar procesos políticos, económicos y sociales; fenómeno que en ninguna otra época tuvo lugar.

Otra característica de estos instrumentos mediáticos es que ni su gestión ni la elaboración de sus mensajes suele ser tarea de un solo individuo como ocurre con otros medios. Si bien esta no es una característica definitoria fatal (por ejemplo, con las técnicas modernas un volante puede ser elaborado, diseñado, reproducido y hasta distribuido por una persona, sin embargo, el volante no es un medio que represente lo más granado de la categoría), si prevalece una gran desproporción de la entrada con respecto de la salida. Es decir, pocos emisores y una gran audiencia o "masa" receptora.

 
 
 

D.R. © Coordinación de Publicaciones Digitales
Dirección General de Servicios de Cómputo Académico-UNAM
Ciudad Universitaria, México D.F.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos aquí presentados,
siempre y cuando se cite la fuente completa y su dirección electrónica.