Revista Digital Universitaria
10 de junio de 2006 Vol.7, No.6 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 
 
 
Nuevo canal de distribución para medios tradicionales

Cuando Internet actúa como canal de distribución para medios tradicionales, se convierte de algún modo, en una réplica digital de su original. Es cierto que con el transcurso del tiempo se ha ido ganando experiencia sobre cómo manejar este medio, cómo hacerlo más interactivo y también, cómo diferenciarlo del original. Pero hay situaciones que conspiran contra un desarrollo auténtico de los medios digitales: la falta de recursos económicos se ha convertido en una amenaza para su supervivencia y la carencia de recursos humanos calificados a veces impide sacar el mejor provecho de las redes. Adicionalmente, cada medio tiene una limitación frente a lo digital: en el caso de la prensa es difícil reemplazar el soporte material (papel) por uno virtual (pasar de los átomos a los bits como diría Nicholas Negroponte); la radio debe reconvertir sus sistemas productivos de manera que pueda incorporar el concepto de la imagen, además de desarrollar software que permita bajar mejor y más rápido sus mensajes; en cuanto a la TV, hasta ahora los sitios en red se han enfocado más a reforzar o promover las programaciones tradicionales, que a desarrollarse a sí misma como una televisión en res.

El espacio ilimitado de Internet permite contar con un mayor volumen de información. Esta información, sin embargo, suele ser poco confiable y volátil, ya que su permanencia es discrecional. La participación de los receptores, la posibilidad de contextualizar los acontecimientos, los mensajes masivos, grupales o personales, el acceso a información original, son recursos que están ahí, esperando que cada vez más seamos capaces de sacarles provecho.

Creemos que esta función de distribución que ejerce Internet con los medios tradicionales, tenderá a ser transitoria en la medida que se superen las limitaciones de manejo de las redes. Esto no significa, sin embargo, que desaparezca. Se trata de una transformación que en algunos casos ya ha sucedido o está en proceso, lo que llevaría un Internet ideal que dejará de ser distribuidor de otros, para convertirse en un medio masivo en si mismo.

Cuando Internet opera como distribuidor de otros medios (radio, prensa y TV), experimenta las presiones que según James Curran (1998), se establecen en la relación sociedad-medios de arriba hacia abajo. Entre ellas destacan las restricciones de la estructura empresarial de los medios tradicionales: en la entrada al mercado, debido a que los medios ya establecidos impiden o dificultan la aparición otros nuevos que implican competencia; aumenta el corporativismo en la propiedad de los medios por cuanto son reflejo de una realidad existente en los formatos tradicionales; y se fortalece la concentración de los medios de difusión en pocas manos, fenómenos que se han ido acentuando en los últimos veinte años. Esto puede verse de manera clara en la red: las grandes cadenas de medios tradicionales son las que hasta ahora tienen posibilidades de permanecer en ellas.

Curran agrega otros factores: como producto de las presiones del mercado de masas y la competencia, los medios tienden a colocarse en el centro en materia de interpretaciones sobre hechos y situaciones, lo que contribuye a empobrecer las posiciones críticas frente a los fenómenos sociales, a la vez de propiciar una coincidencia entre los diferentes discursos mediáticos que poco contribuye a la reflexión. En Internet esto se manifiesta en la poca credibilidad que alcanzan fuentes no legitimadas, justamente porque representan interpretaciones diferentes de los hechos y realidades.

El peso económico de la demanda de los consumidores con mayor poder adquisitivo que termina reflejándose en los discursos de los medios, así como la censura publicitaria que puede dejar fuera mensajes que lesionan a los anunciantes, son otras de las presiones que según Curran se ejercen sobre los contenidos mediáticos. Menciona además, que en el caso de los periódicos, los más débiles o desorganizados suelen ser castigados con un bajo prestigio y por lo tanto, con bajas audiencias. Curran agrega que los medios promueven el individualismo más que una lógica colectiva; que los sistemas de pensamiento representados en los medios están influidos por los de los grupos dominantes; y que las elites al tener un acceso privilegiado al Estado, se colocan en una posición ventajosa para ejercer su influencia en los medios.

Las grandes cadenas de telecomunicaciones y de medios, poco a poco están trasladando esta lógica al movimiento de las redes. A pesar de nuevos recursos de expresión (weblogs por ejemplo) todavía tendemos a reproducir las presiones de las cuales son objeto los medios de comunicación tradicionales, dudando de las voces emergentes y sus construcciones de la realidad. Internet experimenta ahora, entre otros, dos peligros acerca de los cuales es necesario estar advertidos: un creciente proceso de privatización y el traslado a su ámbito de las presiones que históricamente se han ejercido sobre los sistemas mediáticos tradicionales.

 
 
 

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