Revista Digital Universitaria
10 de enero de 2007 Vol.8, No.1 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 
 
 

Proyecto jardín

En nuestro proceso artístico, a finales del 2002, mientras un interés en el espacio público generaba posibles redes de intercambio entre conocimiento y forma, una propuesta se comienza a desarrollar, entre notas e ideas; durante la realización del proyecto “jardín” , donde la intención de crear un híbrido entre una mascota virtual (tammagochies) y una planta contempla una dinámica similar a las granjas de cultivo; aquí un joven migrante del campo es integrado fungiendo como granjero, labor desarrollada naturalmente, pero poco posible de retomar en una ciudad.

La escultura híbrida mitad mascota virtual, mitad planta se vierte como un ser-objeto, natural-sintético que nos obliga a programar actividades alrededor de éste (alimentarlo, regarlo, y hasta jugar con él de manera virtual) como si se tratara de una actividad de laboratorio, una serie de datos son retomados de la interacción entre el “granjero” y el “jardín”. Ahora, nuestro laboratorio se ha convertido en la galería donde se realiza el experimento, por así llamarlo, de proyecto artístico. Y el granjero, individuo social especifico que sin ningún interés en la ciencia contribuye en su emulación.

El interés por combinar materia orgánica en propuestas artísticas comenzó aquí, dejando por un momento de lado el laboratorio. Este laboratorio que se enclaustra entre materiales químicos, utensilios y equipo es ahora vertido por nosotros sobre las posibilidades de relación entre el público y la obra, aquí nuestro laboratorio es la realidad misma.

En un primer ejercicio, esta relación que se comienza a formar en algunas piezas como el caso de “naturalezas muertas”, donde se intercambia como una reflexión que posibilite la idea del arte como vida misma, la naturaleza muerta es ahora una posibilidad para explorar la materia orgánica como medio o lenguaje.

Durante meses, un proceso de selección de cultivos de bacterias, retomadas en lugares públicos y seleccionados por sus características físicas como su coloración, es ahora el pretexto. Una serie de imágenes del proceso de muerte de un árbol adulto funge como una de las primeras pinturas con bacterias, la materia donde se realiza este cultivo, previa selección, consta de productos caseros, glucosa en altas cantidades, siguiendo conocimientos generales de cultivo e involucrando las técnicas de pintura al fresco, siendo ahora el fresco las bacterias y el lienzo un porta objetos, la figura nuestra emulación. Un video de laboratorio desde un microscopio registra el proceso de vida y muerte de las bacterias, que en su momento se presentan con texturas y colores apreciables a simple vista, dejando en el laboratorio el espectro de material orgánico y dejándolo sólo como objeto de contemplación.

Ahora, la propuesta se vierte entre una serie de pinturas vivas y su interpretación en el plano de las artes; pero el esquema se amplía, dentro de nuestras mismas reflexiones de trabajo encontramos que no es la forma sino la evidencia que se hace realidad la que genera un punto de encuentro, un espacio posible.

 
   
 

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