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Punto de partida
Para la mayoría de los lectores un libro es un objeto físico, con cierta estética y ciertas características: actualmente los libros son también otra cosa. Lo más importante es el contenido, sí, pero la presentación cuenta mucho a la hora de desembolsar una cierta cantidad de dinero. Parece una perogrullada decirlo, pero ya es muy común que cualquiera entre a un sitio como Amazon.com (o Gandhi o el FCE, aquí en México), busque alguna novedad editorial y la encargue para que le sea entregada en la puerta de su casa. Otra cosa muy común (aunque menos publicitada por razones de derechos de autor) es que alguien anónimo digitalice un libro que le gusta o algún título muy de moda, lo transforme en .pdf, .doc o .txt y lo suba a la red, para compartirlo con miles de usuarios-lectores. Sin embargo, desde que existen proyectos como el Gutenberg, los lectores con acceso a Internet hemos tenido oportunidad de ver el crecimiento de una rama paralela: la de los libros de dominio público (libres de derechos) en formato electrónico.
Ahora bien, si quiero buscar alguna referencia bibliográfica por Internet tengo que saber a qué página o sitio web acudir, y ¿en dónde se realizan la mayor cantidad de búsquedas en el mundo?, la respuesta es sencilla: en Google. A menos de una década de su aparición es el motor de búsqueda en Internet más importante a nivel internacional y hace poco más de un año lanzó Google Book Search. Es una búsqueda dedicada, especializada. En el motor “normal” de Google se pueden hallar autores, referencias, librerías y sitios literarios, pero en el buscador de libros uno encuentra justamente eso: los propios libros.
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