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La
muerte es una separación, una experiencia de desprendimiento
tanto para el que muere como para los que quedamos vivos.
Morir no es sólo perder el cuerpo, es algo más
profundo y doloroso, que implica siempre la posibilidad
de un aprendizaje. Morir es aprender a despedirse y lo
curioso es que el hombre sabe desde niño que la
muerte ocupa un lugar en su vida y en cierto modo se
prepara para ese acontecer, pero la muerte, por mejor
dispuesto que se esté hacia ella, siempre sorprende.
Esta investigación tiene como objetivo principal el ayudar a los lectores a encontrar, a través de la elaboración del proceso de duelo, un nuevo sentido de su vida sin la presencia del ser querido, principio fundamental de la Logoterapia sumado a la Tanatología.
Víctor E. Frankl psiquiatra y escritor, precusor de la Logoterapia, cita en su libro: El hombre en busca de sentido, a Nietzsche: “Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”.
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