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La cena está servida

I
Lo ronda como un Tiburón. En círculos alrededor del que reposa, en círculos con un cuchillo en la mano. Cuando no haya testigos brincará sobre él, hundirá la navaja, lo cortará en pedazos. Cuando los fluidos empiecen a gotear los limpiará con cuidado para no dejar restos ni huellas que puedan incriminarlo. Clavará el cuchillo. En la herida hundirá su propia lengua. Y cuando lo haya destazado tomará los trozos a puñados y los devorará. Se escabullirá en la noche. En silencio regresará a su habitación. Se meterá en el agua. Se lavará hasta limpiar el último resto. Nadie sabrá qué fue del pastel que reposaba sobre la mesa de la cocina.

 

II

Acerco mis labios. Suavemente lo acaricio con la punta de mi lengua. Degusto su geografía. Humedezco sus protuberancias. Y cuando lo tengo cerca su olor inunda mis sentidos, un dulce mareo me embriaga. Mi lengua prosigue su viaje. Lo introduzco dentro de mi boca. Con el movimiento de mi paladar lo estrecho y lo suelto en rítmicas contracciones. Lo gozo dentro de mi boca en el abrazo de mis labios, humedecido en mi paladar, acariciado por la punta de mis dientes y entonces un líquido cremoso es liberado. El placer se desborda en el fluido que desciende por mi garganta. Cuando el fin es inminente yo quiero seguir, quiero más, hasta sentirme del todo satisfecha. Introduzco otro chocolate dentro de mi boca.

 

III

¿Creíste que no lo notaría? Desde el primer momento me di cuenta de cómo la mirabas. Esas furtivas miradas que no podían ocultar tu deseo, aunque trataras de disimularlo. Y me dolió, porque yo había creído en tus promesas. Creí que cumplirías tu palabra, por eso decidí espiarte. Y así sólo confirmé el peor de mis temores. Te vi acercarte a ella. Te vi tocarla y acariciarla cuando pensabas que nadie te miraba. Y mi corazón se rompió porque yo creía en tu lealtad, en tus promesas. Te vi recorrerla con los labios, y no lo sabes aún, pero pagarás muy caro tu traición. Arruinaré tu vida. Podrás esconderte de todos menos de mí. Yo soy esa voz interna que no te va a perdonar haberte comido esa quesadilla.

 

IV
Y ellos decían que estaba loco. Que no había nada que descubrir. Que explorar otros mundos era insensato. Que debía conformarme con lo conocido. Que caería en un abismo si trataba de ir más allá de lo experimentado. Que lo que sentiría seria peor que el dolor. Que me arrepentiría. Sin embargo, el nuevo mundo con el que soñaba está aquí, y me sorprende al hacerme experimentar sensaciones que no conocía. Y puedo decir que abre las puertas a un entendimiento de algo que es distinto a mí. Geografías salvajes y maravillosas, secretos guardados por generaciones sacuden con violencia hasta la última fibra de mi ser, hoy que por primera vez me arriesgo y muerdo un chile.

 

V

Lo haré hasta ahogarme. Hasta callar todas esas voces internas que me sofocan. Silenciaré todas sus bocas. Las rellenaré cual serpientes hasta que revienten. Las sepultaré hasta olvidarlas. Seré el tornado que devore todo lo que encuentra a su paso, sin mirar que, sin sentir, sin degustar. Me llenaré como a un animal vació que es disecado. Como llorar hacia dentro, con hambre imposible de saciar aunque lo sigo intentando. Ya devoré toda la comida que había en el refrigerador, pero las voces no se han callado.

 

VI
Cree que estoy sola pero no es así. Cree que me encerró en la casa, sin compañía, según ella para asegurarse de que estoy a salvo de los extraños, o tal vez porque no puede pagar a nadie que me cuide y me acompañe. Ni siquiera un televisor. Cree que me quedo temerosa y que no juego con nadie. No sabe si estoy enojada. Cree que una niña como yo no experimenta deseos ni tiene sus propias necesidades. Y si, estoy sola. Encerrada en casa. Y nadie me cuida. Y tengo miedo. Y estoy enojada. Y no juego con nadie. Y tengo deseos y necesidades. Pero él me acompaña. Y lo abrazo todos los días. El me consuela y me hace sentir querida. Día tras día, él lo es todo para mí: querido queso con tortilla.

fecha

Autor: Rosa Aurora Chávez-Eakle

 

Rosa Aurora Chávez-Eakle es Médico, Psiquiatra y Doctora en Ciencias egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM y del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. Cursó además el diplomado de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México y obtuvo el premio Universitario de Poesía UNAM 1994. Ha publicado en la Jornada Semanal y Alforja entre otros y ha realizado investigaciones sobre creatividad, personalidad y psicopatología, asi como sobre la neurobiología de la creatividad. Actualmente es profesora del curso de postgrado de Creatividad en Johns Hopkins University

 

Voces: Guillermo Henry y Libia Brenda Castro

Agradecemos a la Lic. María Teresa Moya Malfavón, subdirectora de producción y programación de radio UNAM, así como a la Lic. Mary Paz Gener, jefa de producción, por las facilidades prestadas para la grabación de las voces de este relato.

 

Diseño grafíco y animación: Jorge Roberto Lara Varela

 

Música: http://www.sphericlounge.de/

 

Comentarios del jurado:

En esta obra, la autora juega con conceptos como deseo, celos, perversión, soledad, ligados todos a la sensualidad y lo sensorio de la comida. Cada una de las caras del cubo nos presenta una suerte de “drama gastronómico”.


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