Sol, energía para este mundo azul
I
Me quedé maravillado al ver cómo viven los habitantes
de ese pequeño mundo azul, con los recursos que tienen
disponibles. Hemos constatado que esa inmensa bola a la que llaman
sol provee la energía que acciona las funciones de todos
sus seres vivos y las condiciones que sostienen su entorno. Antes
utilizaban un líquido negro que yacía en su corteza,
pero un día finalmente se acabó. Ahora usan la
energía del sol para sostener su modo de vida. Por cierto,
durará así otras cinco mil millones de vueltas
(ellos las llaman años). Algún día esa bola
de energía crecerá tanto, alcanzará un color
rojo, y se tragará a los dos primeros mundos que giran
alrededor de él, luego a este mundo azul, y quizá incluso
a ese cuarto de color rojizo. Hasta donde vemos, ese planeta
azul es el único habitado en este sistema solar. Es muy
pronto para preocuparse por ese momento
II
Día, así llaman a la parte de su mundo iluminada por
el sol; y noche a la que está oscura.
Mira, vaya que son prácticos esos seres, aprovechan la energía
calorífica del sol para elevar la temperatura del agua, que
utilizan en su aseo, diversión o trabajo. Gracias a los descubrimientos
de unos tales Becquerel y Seebeck, se puede transformar la luz del
día en electricidad, por lo que esa energía está disponible
prácticamente en cualquier sitio del planeta. Pero también
utilizan la energía solar en forma pasiva, orientando sus
casas y edificaciones para calentarlas con esos rayos solares, y
los evitan cuando quieren enfriarlas.
III
Al aire en movimiento continuo lo llaman viento, éste impulsa
unas máquinas: los aerogeneradores, que inyectan (en grandes
cantidades) energía a las telarañas gigantescas que
son las redes eléctricas, para que la gente, que se encuentra
a grandes distancias, consuma la energía producida en los
lugares donde el viento mejor sopla.
En el ciclo de vida que el sol mantiene vemos que los seres nacen,
crecen, se reproducen y mueren. El sol interactúa con el agua
(como dicen ellos en su mundo) y produce, por ejemplo, vegetales.
En ese mundo utilizan los residuos de otros seres vivos como combustible,
ya sea sus restos o el gas que emana de sus cuerpos muertos.
IV
Pregunta: Oye, pero ¿qué no ese sol está fluyendo
en el líquido transparente, que a veces toma colores azules
o verdes?
Respuesta: Sí, a ese líquido le dicen agua, el cual
es sustento de vida combinado con la energía que viene del
Sol, que prácticamente todos los seres de ese mundo azul utilizan
para vivir. Tiene muchas virtudes, por ejemplo, sirve para mover
unos aparatos que llaman turbinas hidráulicas, éstas
mueven generadores eléctricos que producen energía.
El agua puede ser almacenada en lagos artificiales, llamados embalses,
o fluir libremente moviendo turbinas, según el tipo de energía
requerida. En ocasiones una cantidad de este líquido infiltra
a la corteza del planeta que emana calor desde su interior más
recóndito. El agua se vaporiza con esa cantidad de energía,
y vuelve a la superficie, donde es captada y entubada hacia otros
generadores eléctricos, conformando lo que llaman una central
geotérmica.
V
Ese mundo azul no está solo en su andar alrededor del Sol,
un pequeño mundo rocoso gira alrededor de el: lo llaman Luna,
y detectamos que esas grandes masas de agua, que llaman océanos,
se mueven con ella. Esos seres llaman a la variación del movimiento
oceánico “mareas”, y ¿qué crees?,
aprovechan el ir y venir de las olas en otras instalaciones, llamadas
precisamente mareomotrices, para mover turbinas y generar electricidad.
Además, las masas internas del océano, conocidas como
corrientes submarinas, son aprovechadas también para este
fin. Y no se diga la influencia del viento en el oleaje, que mueve
esas máquinas oscilantes para producir energía.
VI
La civilización de este mundo azul utiliza, en la mayoría
de sus aplicaciones de trabajo y diversión, un fluido de partículas
microscópicas llamadas electrones, mismos que se obtienen,
desde su fuente primaria, por la energía que se deriva de
esa inmensa bola de luz y calor, llamada Sol. La utilizan directamente,
a través de su propia luz o por el calor que produce en la
superficie del planeta, o indirectamente, a través del movimiento
de su gas atmosférico, que llaman viento. También,
en el ciclo evaporación-condensación del agua, y no
se diga auxiliándose del movimiento de ese mundo rocoso alrededor
del planeta azul, al que llaman Luna.
Autor: Omar Guillén Solís
Omar Guillén es Ingeniero Civil por la UNAM y Maestro en Energías Renovables, por la Universidad Internacional de Andalucía, España. Colabora en el Instituto de Investigaciones Eléctricas como investigador de tiempo completo en las áreas de Energía Solar Fotovoltaica, Energía Eólica y Sistemas Híbridos. Es autor de algunos artículos de divulgación sobre el tema y del libro: Energías Renovables, una perspectiva ingenieril con la editorial Trillas.
Voz narradora: Carlos G. Escobar Delgadillo
Diseño grafíco y animación: Jorge Roberto Lara Varela
Comentarios del jurado:
Esta obra presenta una crónica realizada desde el punto de vista de un visitante ajeno al planeta Tierra. En este sentido, puede asociarse al género de la ciencia ficción. Pero el tono de la narración —fragmentado, en ocasiones coloquial— remite igualmente tanto al género de las notas de viaje como a las apreciaciones —muchas veces disparatadas — que solían realizar los viajeros y naturalistas que, desde el siglo XVI hasta fines de la época moderna, visitaban tierras extrañas
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