Revista Digital Universitaria
10 de febrero de 2007 Vol.8, No.2 ISSN: 1607 - 6079
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Lipset señala que de la guerra de independencia estadounidense surgieron no uno, sino dos países: Estados Unidos y Canadá.

 

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El nacimiento de dos naciones con una sola revolución

Con una historia compartida, con una geografía similar, con raíces étnicas y lingüísticas comunes, el nacimiento de Canadá como nación ha estado estrechamente ligado al surgimiento de los Estados Unidos.

Lipset señala que de la guerra de independencia estadounidense surgieron no uno, sino dos países: Estados Unidos y Canadá.1 De hecho, en 1776, poco antes de que se independizaran las 13 colonias de Inglaterra, para dar lugar posteriormente a los Estados Unidos de América, el propio Benjamín Franklin junto con una comitiva fueron a persuadir a la colonia del norte para que se integrara en la guerra de independencia, pero Canadá era en ese tiempo fundamentalmente francófona y la mayoría de sus habitantes eran católicos. De entre las 13 colonias, Maryland era la única donde la religión católica tenía peso. La Comisión, encabezada por Franklin, aseguró a los clérigos de Montreal “completa libertad en el ejercicio de su religión”, pero ellos respondieron que ésto no se podía reconciliar con un documento público reciente, que el Congreso Continental había publicado, que acusaba a la iglesia católica romana de “impiedad, persecución, asesinato y rebelión en todo el mundo”.2 De modo que fue debido, fundamentalmente, a los recelos religiosos que decidieron no aliarse con los “protestantes” del sur.

No obstante su negativa a formar parte de las Trece Colonias, en la redacción de la primera Constitución de la Nueva República, conocida como Los artículos de la Confederación, se cita la siguiente declaración: “Canadá puede acceder a esta Confederación, pero ninguna otra colonia puede ser admitida a menos que su admisión sea aprobada por los estados integrantes”.3

A pesar de las raíces que comparten, existieron diferencias considerables en el génesis de las sociedades canadiense y estadounidense: mientras que en Estados Unidos, en una clara ruptura con la Corona Británica, se enarbolaban los valores de libertad, independencia y búsqueda de la felicidad, la Norteamérica Británica defendió los valores del imperio al que pertenecía; se hablaba de paz, orden y buen gobierno.4 Canadá fue el refugio de miles de loyalist o leales a la Corona, que salieron huyendo de Estados Unidos. Y esta es la base de algunas de las diferencias actuales entre ellas: “Canadá se muestra…más dispuesto a reivindicar la presencia del Estado…que sus vecinos del norte”.5


 


 
   
 

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