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Revista Digital Universitaria
10 de marzo de 2007 Vol.8, No.3 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 
 
 

El lanzamiento de la tendencia indie fue a manos de MTV, y el primer grupo promocionado fue The Strokes. Después ya vendrían otros grupos como The Kaiser Chiefs o los geniales The Raptures. El pop rock también cobra auge en la presente década. El maniquí rockero es retomado para incursionar en el mercado musical a estrellas mutimillonarias de reconocido auge como Ashley Simpson, o bien se fabrican más Joan Jett o muñequitas Bratz rockeras. En ese sentido nace Avril Levigne que es promocionada con una imegen entre dark y rockera pero con muchas imágenes donde aparecen muchachos en patineta. Por supuesto, Avril, al igual que su antecesora, aparece con guitarra en mano, incluidos los gestos de mujer en busca de golpes.

Otra tendencia propia de la presente década es el denominado “rock nerd”. Sucede que aparece una nueva generación de rockeros que nos son músicos de calle (como pudo ser Elvis Presley o Kurt Cobain) sino estudiantes de prestigiosas universidades (que si no lo son, lo fueron) si no doctorados en alguna ciencia. Grupos como los punketos, Bad Religion son un ejemplo de esta tendencia, pero músicos como Franz Ferdinand, Keane o Coldplay son la real constitución del rock nerd. Su sonido está lleno de letras a la cotidianidad, sencillas y emotivas. Su antecedente directo es el rock de Radiohead. Los acordes constituyen círculos muy sencillos y la instrumentación está alejada de las guitarras distorsionadas y muy tendientes al uso del piano.

Sus videoclip muestran imágenes muy sencillas y es frecuente la puesta en escena basada en tonos básicos. La moda de los grupos de rock nerd es igualmente sobria y sencilla. Nada de cabellos largos, sólo en mujeres que aparecen con cabellos lacios, minivestidos y calentadores multicolores en el más estrafalario de los casos (no hay un tipo común sino la sobriedad).

La moda de los grupos nerd no es detonante con la cotidianidad, sino armoniosa, su imagen no es subversiva pero sus letras sí cuestionan situaciones cotidianas como la ciencia, el progreso, el estar con una pareja por dinero o incluso la sexualidad ortodoxa castrante en más de una situación.


 
   
 

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