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Las opciones de la arquitectura bioclimática

En España es posible desarrollar arquitectura bioclimática, o energéticamente responsable, ya que en este país se cuenta con climas relativamente cercanos a los confortables, además de la opción de captar y manejar valores de radiación solar.

 

Para llegar a aportar soluciones concretas y, buscar pautas de diseño y su aplicación en los elementos constructivos, que signifiquen una mejora del comportamiento energético de los edificios, previamente se necesita conocer las necesidades de climatización del edificio a tratar, considerando el uso al que va a estar destinado.

 

La posibilidad de evaluar zonalmente este tipo de necesidades, y de ser representadas gráficamente, se confirman en los mapas elaborados sobre el territorio de la Comunidad de Madrid, donde se plasman mes a mes, las estrategias de diseño necesarias para cubrir las necesidades de climatización, que pueden ser aplicadas en cada localidad.

 

Después de analizar los mapas referidos, se ha observado que los territorios estudiados, en algún momento del año, es necesaria la aplicación de algún tipo de estrategia, con sistemas de adecuación bioclimática, para conseguir un confort climático en los edificios, sin un consumo de energía convencional.

 

Las estrategias extremas, aquellas que necesitan de equipos de climatización, aire acondicionado o calefacción convencional, tienen un comportamiento diferenciado, mientras que la calefacción convencional se ve como necesaria en la mayor parte del territorio, durante un largo periodo. La necesidad de aire acondicionado se reduce a localizaciones muy concretas, dispersas en el territorio, y que salvo excepciones tienen poca duración.

 

 

Las estrategias que se observan como las más comunes, son las próximas al confort, como las necesidades de calefacción, la solar pasiva, y para la refrigeración las estrategias de ventilación y refrigeración por alta masa térmica. Pueden diseñarse elementos que cumplen perfectamente con ambas situaciones, siempre y cuando se observen las medidas de precaución recomendadas.

 

Por otro lado, las condiciones propias de cada territorio nos indican la gran capacidad de adopción que este tipo de medidas de adecuación pueden tener, si bien hay que decir que dentro de cualquiera de las situaciones puede haber localizaciones concretas en las que las condiciones sean diferentes, pueden darse una serie de microclimas perfectamente diferenciados.

 

En las actuaciones arquitectónicas puntuales, es necesario descender hasta el nivel del microclima del entorno más inmediato, para poder adaptar las condiciones del medio a las de confort humano.

 

Un asunto importante es que, en muchos casos, las condiciones de este microclima pueden ser variadas por el proyectista, a través del manejo de los parámetros bioclimáticos, el diseño del propio edificio y sus elementos constructivos, y culminando en espacios de cualidades intermedias que atemperan las condiciones climáticas del lugar, que crean microclimas propios.

Por tanto, hay que decir que son las condiciones de cada lugar son las que determinan las exigencias y capacidades, que hay que pedir a la Arquitectura, para mejorar, a través de la edificación, las situaciones base. No existe por lo tanto "la casa bioclimática" única, sino "casas bioclimáticas" para cada lugar, para cada situación, pero ésto se observa mucho mejor en su aplicación a un caso concreto.

 


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