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El desarrollo sonoro ha estado
directamente relacionado con las experiencias auditivas, sus
antecedentes se remontan a las vanguardias, concretamente a
los experimentos futuristas, especialmente de Luigi
Russolo, Giacomo
Balla, Marinetti, Depero,
entre otros; lo que marcaría las bases para redefinir
al ruido y al sonido, convirtiéndose en herramientas
para una nueva disciplina artística: el arte sonoro. Muchos han sido los caminos del ejercicio auditivo, pasando por la música concreta, la música electrónica, el experimentalismo en los Estados Unidos con exponentes tan importantes como John Cage y la música por ordenador, |
asimismo su trayecto
en las diversas corrientes artísticas como el dadaísmo,
futurismo, fluxus,
artistas como Max
Neuhaus, Annea
Lockwood, Merce
Cunningham, Robert Wilson, Nam
June Paik, Laurie Anderson, que también
han involucrado al sonido en su trabajo, dieron la pauta para el
surgimiento de este nuevo género y fue hasta 1970 que
el término comienza a ser utilizado.
De esta manera el arte sonoro se independiza de la practica musical; dejó de ser realizado sólo por músicos y se convirtió en un formato susceptible de ser ejecutado por artistas de las más variadas disciplinas. Entonces, se generó un nuevo panorama dentro de la música y las artes: una dimensión en la que el sonido es explotado a partir de su potencial formal, conceptual y político.
Arte sonoro en México
En México la historia es otra; en los años
sesentas también se comienza a darle forma al arte sonoro.
Sus origenes se remontan a la experimentación musical de Julián
Carrillo (1875 – 1965), con su famoso Sonido
13 y su música microtonal y los estudios para
pianola del norteamericano Conlon
Nancarrow en la década de los cuarenta. Otras
referencias de “arte sonoro mexicano se dan en la música
electroacústica con las obras pioneras de carácter
concreto. Se cree que “El
paraíso de los ahogados” de Carlos Jiménez
Mabarak (1919-1994) para cinta sola, fue la primera obra de este
tipo en México, creada en el año de1960 para un ballet
con coreografía de Guillermina Bravo” (Manuel Rocha,
2005: 3).
Otros aportes importantes son los realizados
por varios músicos
mexicanos en la década de los setentas, como los de Mario
Lavista, quien dirigiera el grupo Quanta y las experimentaciones
de Julio
Estrada, como aquella llamada “Música habitacional” que
se realiza en un recinto con 10 pianos distribuidos en tres niveles
distintos, y en donde un microfonista recorre el espacio para transmitir
en vivo por la radio lo que está amplificando. (Manuel Rocha,
2005: 3)
En la misma década, pero en el arte, creadores
como Ulises Carrión y Felipe
Ehrenberg experimentaron también
con este medio.
No es sino hasta la década de los ochentas
que comienzan a darse manifestaciones mas estructuradas como arte
sonoro, en donde tanto artistas como músicos generan obra
con plena conciencia de lo sonoro, entre los que podemos mencionar
están Antonio
Russek, Eduardo Soto Millán, Vicente Rojo Cama, Ariel Guzik,
entre otros.
Ante el crecimiento del género, los espacios de arte se vieron en la necesidad de integrarlo en sus programaciones. En 1999, en el Ex Teresa Arte Actual, se llevó a cabo el Primer Festival Internacional de Arte Sonoro, encabezado por Guillermo Santamarina y con la curaduría de Manuel Rocha, dicho evento dio pie al desarrollo de la disciplina y a su legitimización en México. De 1999 al 2002 se realizaron cuatro festivales de arte sonoro en Ex Teresa y en el 2007, con la dirección de Carlos Jaurena y la curaduría de Taiyana Pimentel, se realizó la última edición del festival. Sin embargo el contexto y las condiciones de la disciplina, dentro del mundo del arte y técnicamente, son otras.
Por lo que la importancia de las emisiones del festival, ahora muestra internacional de arte sonoro, radica en la exposición y exhibición de las constantes y condicionamientos histórico - sociales en lo sonoro, tanto en el arte como en lo cultural.
De lo sonoro a lo social y sus fragmentaciones
La última edición de la Muestra Internacional de Arte Sonoro, se efectuó del 15 al 24 de noviembre del 2007, y se títuló “Fragmentos Sonoros”. La importancia de las anteriores emisiones marcó un precedente dentro del campo artístico, sin embargo a casi diez años de la primera emisión, el campo y la aceptación del arte sonoro cambio fuertemente, convirtiéndose en una herramienta ya no sólo del gremio de artistas dedicados a dicha disciplina, sino como herramienta y ejercicio artístico. Siendo así, la curadora Taiyana Pimentel lo interpretó desde dos vertientes: como herramienta de trabajo de los artistas, y como catalizador de contenidos conceptuales, los cuales le dieran connotaciones más allá de la idea de lo sonoro y la tecnología, por lo que varias de las piezas incluídas hacían énfasis en problemáticas sociales y culturales acerca del sonido. |
Fragmentos sonoros ofreció un programa heterogéneo, que incluyó a 17 artistas. Dicha muestra usó como elemento generador las fragmentaciones sonoras que ofrecen tanto la realidad social como la auditiva, esto fue expresado en doce acciones en vivo, cinco instalaciones sonoras y una instalación fotográfico-sonora.
De esta manera hace un recorrido desde la experimentación
sonora hasta la musicalidad, justo será la musicalidad de
lo sonoro algo de lo más partícular de la muestra,
ya que varias de las piezas hacían énfasis no sólo
en una fragmentación sonora, sino que integraban a la musica,
con esto quiero decir que había piezas que acercaban la diferenciación
entre música y arte sonoro, postulado que se generó en
la década de los setentas y que se retomará como una
partícularidad de la práctica de lo sonoro. En este
rubro de artistas encontramos las piezas de Los
Lichis, Israel Martínez
y Ensamble Psycoacústico.
Por otra parte la muestra cumplió con un cometido que se generó desde
sus inicios, promover a diversas generaciones de artistas, tanto
a aquellos que ya tienen una larga trayectoria en el arte y el ámbito
del arte sonoro, como Iván
Abreu, Mario
de Vega, Francis Alys,
Luz María
Sánchez, Gilberto Esparza, Gerardo Monsiváis,
Marcela
Armas e Ivan
Puig.
Destacaron la presencia de tres jóvenes mexicanos: el jalisciense Israel Martínez quien presentó dos piezas que tienen que ver con el panorama más reciente de intervenciones y proyectos sonoros: primeramente "Epidermis", que registraba los sonidos de la aguja penetrando la piel en un tatuaje, mientras estos eran mezclados con sonidos previamente registrados en la computadora del artista. Mientras que “26 clásicos en uno”, transforma en ruido 26 canciones obtenidas de un disco pirata. Por su parte, Jeimy Marisol Martínez presentó "Gritos", acción en la que la artista hizo sonar un piano sin tocarlo, sólo con gritos, es decir con la fuerza y aire emitido de su garganta provocó vibraciones en las cuerdas de un piano, generando sonidos melódicos.
El artista más jóven del programa fue Juan Pablo Villegas, su acción BH(XT), instaló sensores de sonido a un grafito con el cual realizó una serie de dibujos en una estructurada montada en una de las paredes de la nave principal de Ex Teresa Arte Actual.
Dicha muestra reveló que el arte sonoro es una disciplina legitimizada y utilizada por una diversidad de artistas visuales, lo cual no limita a la disciplina a un campo o gremio, lo que genera una amplitud tanto para los creadores como para la misma disciplina.
Conclusión
En la actualidad, el arte sonoro está íntimamente ligado a la tecnología y muchos de sus creadores recurren a dispositivos electrónicos y computadoras para su creación, pero cabe reiterar también que este término se refiere a las manifestaciones que a través de la experimentación sonora buscan encontrar maneras distintas de interactuar con el público y de relacionarse con otras formas del quehacer artístico. Éstas pueden incluir radioarte, poesía sonora, música electrónica, electroacústica y experimental, paisaje sonoro, escultura sonora, improvisación electrónica, intervención sonora, instalaciones y acciones sonoras.
Estas distintas formas de trabajar con el elemento sónico se traducen en una amplitud del misma, brindando opciones tanto a los creadores como al mundo del arte. Siendo así el arte sonoro más que una disciplina aparte y alejada del mundo artístico, se estructura como una herramienta de trabajo y creación no sólo para los llamados artistas sonoros, sino para los artistas en general. Como es lógico lo sonoro también es alcanzado por los procesos de delimitación artística, y en muchos de los casos lo que se secucha y ve como arte sonoro se limita a ciertos sectores, gremios y espacios que lo difunden o presentan, así que el trabajo es simplemente trabajarlo como una disciplina que se inserta en el mundo del arte y la cultura y no de ciertos sectores.
Bibliografía
ROCHA, Manuel. El Arte Sonoro en México. 2006. (www.artesonoro.net)
WOLFFER, Lorena. Serie documental las Siete Nuevas Artes. Capítulo Arte Sonoro. México, 2006.
Links:
Ex Teresa Arte Actual
www.exteresaarteactual.blogspot.com
Arte Sonoro. org
www.artesonoro.org
Luz María Sánchez
www.luzmariasanchez.com
Marcela Armas
www.marcelaarmas.blogspot.com
Manuel Rocha
www.artesonoro.net
Israel Martínez
www.israelm.com
Iván Abreu
www.ivanabreu.net
Iván Puig
http://www.area-jija.net/FRIENDS/IvanPuig/AUTO-PASEO.html
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