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Las travesuras de Hermes: ¿conocimiento más allá del lenguaje?
José Manuel Redondo Ornelas
 

Introducción

SócratesHacia el final del diálogo Crátilo (439a) nos advierte Sócrates: “En verdad puede que sea superior a mis fuerzas y a las tuyas dilucidar de qué forma hay que conocer o descubrir los seres. Y habrá que contentarse con llegar a este acuerdo: que no es a partir de los nombres, sino que hay que conocer y buscar los seres en sí mismos más que a partir de los nombres”.1 Esta aserción un tanto enigmática apunta ya a un tema cuyo desarrollo fue central en el platonismo medio posterior a Platón y más aún en el llamado Neoplatonismo2: el tema de la nóesis, o la intuición intelectual, o bien comprensión directa y no mediada (que supone la identidad de sujeto y objeto de conocimiento); pensamiento no-discursivo. El tema es sumamente complejo y extenso pero me parece que la lectura del Crátilo platónico y de los Comentarios de un neoplatónico como Proclo, nos pueden auxiliar en un acercamiento inicial, sugerente y acotado, al mismo.

Si bien para algunos comentaristas modernos de Platón es exagerado o incluso falso hablar de una filosofía del lenguaje en el Crátilo, esto no es así para un comentarista antiguo como Proclo (aun que obviamente él no pensara en un materia o campo de especialidad dentro del quehacer del filósofo). El tema del lenguaje y las limitaciones del pensamiento discursivo, es como decíamos más arriba, central en la tradición neoplatónica. La idea de la razón misma era más amplia y no reducida a una facultad instrumental de cálculo y argumentación; esto último eran tan sólo algunas de sus facultades y ciertamente no la superior. Esto es obvio, por ejemplo, en la imagen de la Línea dividida que nos presenta Platón hacia el final del libro VI de la República, donde por encima de diánoia, razonamiento discursivo que va de premisas a conclusiones, está nóesis, la captación inmediata de los primeros principios. De hecho los conceptos de nous y nóesis (traduzcamos muy tentativamente y de modo solamente indicativo como “intelecto superior” y su función o “intuición intelectual”) son fundamentales en la filosofía griega desde sus inicios (cf. Kurt Von Fritz; Nous, noein, and their derivatives in pre-socratic philosophy).

De acuerdo con W. K. C. Guthrie la palabra griega ónoma, central en el diálogo platónico, puede traducirse no sólo como nombre, sino también, y en algunos casos más exactamente, como palabra. Los ejemplos que se investigan en el Crátilo incluyen no sólo nombres propios, sino también adjetivos e incluso lo que nosotros llamaríamos adverbios.3 Como veremos, el Neoplatonismo fue una tradición sumamente auto-reflexiva, crítica y consciente de la limitación que suponen las palabras y el lenguaje en la búsqueda y expresión de la verdad; ésta es vista como no representable. Por ello se recurría constantemente –y paradójicamente, si se quiere- a diversas tácticas y metodologías textuales que apuntaran o forzaran más allá de la textualidad y en última instancia del lenguaje; entiéndase, de la discursividad o razonamiento. La atención constante a lo no-discursivo de los neoplatónicos, se basa en su propia metafísica; hay una idea común de que la sabiduría no puede ser expresada o transmitida por –diríamos hoy- el pensamiento racional o el lenguaje. Detrás de esto hay una idea de verdad, filosofía y tradición, muy complejas y diferentes a la nuestra. Cito a Sara Rappe, a quien sigo:

the doctrine that intellect is its objects, and the self-disclosing nature of intellectual activity are at the center of Neoplatonic philosophizing and dialectic. This theory of truth is notoriously difficult to demonstrate, and even if the Neoplatonists at times attempt to do so, they leave the central premise of this theory, that is, the existence of a faculty that incorrigibly grasps eternal truths, unargued for. Surely such a conception of truth -truth that by definition cannot be communicated to another because any representation would rupture the unity of subject and object entailed by it- leaves the enterprise of philosophy in a predicament that can be solved only by paradox, compromise or self-contradiction.4

Tema que “En verdad puede que sea superior a mis fuerzas y a las tuyas dilucidar de qué forma hay que conocer o descubrir los seres” (439a).


 

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