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Inicio


De acuerdo con la Dra. Liliana Chamó, (1999) en su artículo “Enfoque ecosistémico de las drogadicciones”:

(…) la drogadicción junto a otras situaciones o enfermedades de riesgo como la violencia, accidentes, tabaquismo, SIDA, abuso sexual y explotación en la niñez entre otras, quienes aparecen como responsables de la crisis humana y las que abren el espacio para la investigación y la modificación del cambio biológico, psicológico, sanitario, jurídico y social. Se trata de una reflexión acerca del concepto transdisciplinario de la salud, basada en la posibilidad del pleno desarrollo de nuestra libertad y autonomía y de las condiciones para ejercerlas. (p. 148)

En tiempos actuales, los males relacionados con problemas mentales constituyen una problemática de considerables consecuencias a nivel mundial:

Tal es la gravedad de las enfermedades del comportamiento, que éstas implican el 34% de la Carga Mundial de Enfermedad, de acuerdo a un informe del Departamento de Medicina Social de Harvard y O.P.S. (Salud Mental en el Mundo, 1995), en el que figuran otras causas además de las mencionadas, tales como diarreas, tuberculosis, guerras y homicidios:
Más de un tercio de la Carga Mundial de Enfermedad puede ser prevenida por cambios en el saneamiento ambiental, inmunizaciones, reducción de las demandas de drogas, alcohol, tabaco, reducción de la violencia y de accidentes viales. En general los problemas mentales, sociales y del comportamiento se agrupan en conjuntos parcialmente superpuestos que, interactuando con los recientes cambios mundiales, se intensifican mutuamente en sus efectos sobre la conducta y el bienestar. (Chamó, 1999. pp.148 , 149).

Entre ese yo y el mundo global hay una máquina, un artificio de la ciencia, no uno semejante. Hay también un discurso: el de la ciencia y la tecnología. Entre el mundo globalizado y el yo hay una relación dialéctica, para que el yo pueda mantener esta relación globalizada con el mundo tiene que apelar a una reflexión generalizada; debe estar continuamente revisando conocimientos, pautas y criterios. En este contexto las adicciones se instalan para relajar al yo de esta reflexión que abarca la vida cotidiana y que se refleja claramente en el lenguaje diario; para dar un ejemplo basta escuchar una conversación: una persona le pregunta a otra — ¿qué comiste hoy?— la respuesta es —500 calorías—; alguien que realiza una dieta para adelgazar comenta: —ahora se puede comer plátano, porque contiene potasio—; otro puede decir que el efecto de las drogas estimulantes en el organismo es generar o provocar el aumento de la adrenalina.

Existen grupos de reflexión para una diversidad múltiple de temas: hombres golpeadores, mujeres golpeadas, violencia doméstica, niños maltratados; –un grupo para cada fobia- para neuróticos, trastornos de ansiedad, ataque de pánico, entre otros.

El discurso de la ciencia tiende a lo universal, a la generalización, y a la verdad. Siguiendo con el ejemplo: en la planta de coca la cocaína es la verdad de esa planta o del plátano es el potasio o de la comida son las calorías que contiene la dieta que ingerimos. A través de la tecnología se introducen en el sistema productivo grandes cantidades de drogas disponibles, ya que hoy en día son productos industriales, no naturales, ni de producción artesanal. También debido a la aplicación de la ciencia hoy las drogas se producen en serie y en grandes volúmenes. En función de la oferta masiva en el mercado los sujetos acceden a la satisfacción, que tienden a la uniformidad, es decir, a una uniformidad en los modos de goce de acuerdo a lo que ofrece el mercado. Este sistema ha precipitado las instituciones fuera del tiempo y del espacio; porque efectivamente, parte de lo que se trata en el mundo son negocios electrónicos, transferencias y pagos de dinero en un espacio virtual y no físico como en el que nos movemos. Este rasgo es notorio en las toxicomanías, se trata de la satisfacción perentoria, instantánea.

Al desanclar las referencias del sujeto a su lugar, a su localización o localidad, se produce un efecto en el espacio, se quitan y se ponen capitales vertiginosas, se trasladan fácil y rápidamente de un sitio a otro: esto es la globalización. Todas estas cuestiones que se están produciendo en las sociedades han instalado la maquinaria automática que los estados ya no regulan. El sujeto queda solo, y se proclama el sálvese quien pueda. La gente reflexiona, en función de la economía, si se queda a vivir en su país o si le conviene pasar a otro a trabajar; si se lleva o no a su familia o si se puede casar con una mujer de aquel país para así conseguir la residencia. Los individuos están calculando desde la globalidad: ¿dónde conviene más vender la fuerza de trabajo? Esto implica lo siguiente: el yo debe iniciar la reflexión generalizada, como sostiene Giddens, y es así como se desancla de sus referencias, de sus tradiciones locales, regionalismo, etc. También los sujetos necesitan relajarse; y es ahí en donde entran las drogas para permitir un respiro y un distanciamiento de la misma.

En estos tiempos posmodernos quizá crear un ser a través de una sustancia es una manera de integrar un conjunto para alguien a quien esto le opera como suplencia en cierta cuestión desorientada de su ser.


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Desarrollo

Un ámbito laboral favorable podría relevar la función perdida y permitirle integrarse a un grupo, un conjunto, una pertenencia social, un nombre al que le devuelvan su ser, ya que en la era de la virtualidad es difícil que nos ubiquen socialmente por nuestro nombre y apellido. Debemos agregar otros datos para permitir que nos ubiquen: nuestra profesión, dónde trabajamos, a qué nos dedicamos, en dónde vivimos, una suerte de currículum para que alguien nos sitúe.


El campo del trabajo no está al margen de los problemas del uso indebido de sustancias psicoactivas sino que, por el contrario, éstos se encuentran muchas veces estrechamente vinculados a lo que ocurre en él.


La comunidad laboral es el espacio en que el hombre desarrolla gran parte de su vida, en ella enfrenta diferentes problemas y comparte con los demás las formas de afrontarlos. Es un ámbito complejo donde la prevención requiere de un análisis cuidadoso y un plan desarrollado de acuerdo a éste. Es decir, se requiere del diseño de series de acciones, de una línea de prioridades, que permitan disponer con anticipación los medios para evitar problemas de adicciones.

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Prevención desde la perspectiva transdisciplinaria

En su artículo, Chamó (1999) estima conveniente que tener en cuenta el modelo eco sistémico: “Considerar ecológicamente a una comunidad significa ver cómo están interrelacionados personas, roles, organizaciones y acontecimientos” (p. 149), como una manera de pensar, conocer y decidir qué se ocupa de la relación entre grupos humanos y su ambiente tanto físico como social

Basándonos en el modelo del ecosistema, la comunidad laboral es, a la vez que implica:

1) Un sistema organizador, constituido por elementos diferentes y articulados;
2) es el conjunto de interrelaciones entre individuos, recursos y estructura social.
3) todo cambio en uno de los integrantes del sistema o aun una parte del mismo produce una modificación del todo que se halla en cada una de las parte. (p.149)

Según Chamó, se trata de: “un proceso de construcción permanente, tanto individual como colectivo, un sistema abierto a través de un intercambio dinámico que posibilita la potencialización de los recursos de cada miembro”. (p.150) Que también implica: “la interacción de las redes biológicas y psicológicas de las personas, las redes familiares, las redes sociales formales e informales, las redes de información a través de los medios de comunicación, las redes existentes en la naturaleza, las redes políticas y económicas”. (p. 150)

Y es que es hay que resaltar que:

Ya Hipócrates hace casi dos mil quinientos años sostenía que las enfermedades no eran causadas por dioses caprichosos o fuerzas irracionales sino que: 1) en el bienestar del ser humano influyen factores ambientales como la calidad de agua, de los alimentos, vientos, estaciones, topografía, etc.; 2) la salud es una expresión de la relación armónica entre el ambiente, las formas de vida y la naturaleza del hombre; y 3) lo que ocurre en la mente influye en el cuerpo y éste ejerce su acción sobre aquélla.

Pero es nuestro siglo, cuando la sociedad se muestra más contradictoria, dado que al mismo tiempo que el hombre va dominando la naturaleza a través del avance científico y tecnológico creando mejores condiciones de subsistencia, también opta por la destrucción del entorno, muchas veces resultado del dominio. He aquí que nos encontramos con los desequilibrios ecológicos más graves, como la desaparición de la capa de ozono, las extensas deforestaciones, los vertederos nucleares en los mares, el uso de sustancias químicas en la agricultura y de hormonas en la ganadería y finalmente el consumo incontrolable de alcohol, tabaco, fármacos, marihuana, cocaína, heroína, etc., como un fenómeno de “autoenvenenamiento social”. (p. 150)

Pero en el entorno también contribuye otros factores, como el aislamiento de los seres humanos: “El hombre está muy sólo para cuidar sus heridas. Es un momento en que el discurso socioeconómico, el cambio permanente de valores, la falta de credibilidad en las instituciones, la brecha generacional acortada, la huida frente a los sentimientos como el sufrimiento, dolor, amor, miedo, frustración, ocupan la escena pública”.(p.151)

La salida, comenta Chamo, está en: “… encontrar espacios de creación. Coincido con F. Guattari en que la estética será la contrapuesta a un mundo excesivamente técnico-cientificista de las últimas décadas:

‘En las brumas y miasmas que oscurecen nuestro planeta el fin de milenio, la cuestión de la subjetividad retorna como un leitmotiv. ¿Cómo producirla, captarla, enriquecerla, reinventarla permanentemente para hacerla compatible con Universos de valores mutantes? El psicoanálisis, el análisis institucional, el cine, la literatura, la poesía, las pedagogías innovadoras tendrán que conjugar las situaciones de barbarie, de implosión mental de espasmo caótico que se perfilan en el horizonte para transformarlas en riquezas y goces impredecibles…’ (Guattari citado en Chamó,1999. p. 151).

La trama entorno a la drogadicción, de acuerdo con Chamó:

Es una organización de redes múltiples en continua interacción e interdependencia, que se hallan en el proceso integral de las personas y sus familias, en el contexto sociocultural que las rodea y en la oferta-disponibilidad de las drogas:
• Redes biológicas y psicológicas de las personas
• Redes intra y extrafamiliares del usuario
• Redes sociales: barriales, educativas, recreativas, laborales, amistosas
• Redes de información de los medios de comunicación
• Redes políticas y económicas nacionales e internacionales
• Redes sociosanitarias de prevención, asistencia y reinserción social
• Redes de consumo y cultura de la droga
• Redes de oferta y distribución de las drogas
• Redes de producción y comercialización de las drogas (p.153)


El sujeto finalmente recurrirá las drogas, para utilizarlas, de acuerdo con F. Guatarri, como “corazas neurolépticas para huir de toda singularidad intrusiva” (F. Guattari). El toxicómano manifiesta ser “normal” bajo el efecto de la droga y “enfermo” sin ella.

Tener un enfoque del entorno, de acuerdo con Chamó, “significa ver cómo están interrelacionadas las personas que demandan atención, el personal sociosanitario que se ocupa de las intervenciones, los organismos donde se resuelven las prestaciones y la estructura socio-político-económica de la sociedad” (p.155), así como “saber cuando se toman las decisiones en las operativas preventivo-asistenciales frente al usuario como sujeto diferenciado”. (p.155)

Chamó apunta que los objetivos de la prevención, desde esta perspectiva, son:

1) Transformación subjetiva de los individuos, potencializando su capacidad autogestiva y solidaria, elaborando proyectos de vida diferentes.
2) Optimización de redes de apoyo informal: familia, amigos, trabajo y/o entorno social.
3) Optimización de redes de apoyo formal: educativas, laborales y asistenciales. (p.155)



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Prevención de la drogadicción


Finalmente, como apunta la Dra. Chamó: “para una verdadera prevención de la drogadicción es preciso que se fomenten los lazos de solidaridad, que seamos protagonistas de nuestro destino, que cuidemos nuestro planeta, que humanicemos la tecnología y la economía…”. (p.156)

La oportunidad de prevenir tal problema desde la comunidad tiene un valor excepcional. Una comunidad organizada con áreas y funciones delimitadas y una representación establecida para los grupos que la conforman implica un territorio de gran interés, en el que se puede trabajar para prevenir problemas de consumo sin detección y en riesgo de dependencia.

Se propone entonces la siguiente metodología de trabajo, que tiene la intención de aportar una herramienta más de comprensión y mejor abordaje a situaciones de alto riesgo social que producen las adicciones y sus problemáticas asociadas, permitiendo la posibilidad de instrumentar y operar sobre las cuestiones antes propuestas:

Objetivos

I. Informar y sensibilizar a las personas de todos los niveles, con énfasis en quienes tienen roles de liderazgo tanto en la administración como en las agrupaciones de trabajadores.
II. Buscar un consenso entre las distintas agrupaciones que componen las instituciones.
III. Programas que deberán ser concordados, de modo que logren el compromiso de todos.
IV. Contemplar a todos los segmentos de las instituciones como población objetivo.
V. Identificar los factores de protección y riesgo de las mismas.
VI. Generar mecanismos de apoyo para quienes consumen, realizando visitas a centros de atención especializada.
VII. Formar agentes de prevención, capacitados especialmente para que trabajen en la implementación de los programas. Ellos son una herramienta fundamental en los planes de prevención. Sobre este punto el presente programa propone la creación de talleres participativos reflexivos e interactivos sobre la temática que nos ocupa.


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Conclusiones


Considero que un programa de prevención y atención del abuso de sustancias en el ámbito laboral es fundamental y deberá adecuarse a la singularidad de la organización laboral.
• La prevención en el trabajo tiene un efecto multiplicador, ya que el trabajador puede proyectar un estilo de vida saludable en su familia y en sus otros grupos de pertenencia.
• En términos de tratamiento, el pronóstico en personas que se mantienen incorporadas al trabajo tiene las mayores posibilidades de éxito.
• La estrategia de prevención del abuso del consumo de alcohol y drogas legales (psicofármacos) e ilegales (toxicomanías) supone fortalecer los elementos o variables que protegen a la persona del consumo, llamados factores de protección, y minimizar aquellos que pueden inducir o facilitar el consumo, llamados factores de riesgo, de acuerdo al diagnóstico que se haga en cada situación.



Factores de protección:
A aquellos que dan fortaleza emocional a la persona, favorecen su desarrollo y su inserción social, le permiten manejar adecuadamente las dificultades propias de su situación de vida, le facilitan enfrentar exitosamente los riesgos de consumir drogas, y pueden ser amortiguadores o moderadores de los factores de riesgo.

La interacción entre los trabajadores puede contribuir a reducir las probabilidades de que aparezcan problemas relacionados con el consumo de drogas.
Una estrategia de prevención en el trabajo debe considerar el refuerzo o desarrollo de los siguientes factores de protección:

• Fomentar la comunicación, desarrollar redes de ayuda o apoyo en el lugar de trabajo.
• Implementación de espacios para actividades sociales y artístico-culturales en el lugar de trabajo, desarrollo de oportunidades de capacitación y de estudio.
• Información sobre los efectos del uso de drogas, consecuencias a corto y largo plazo; actuación ante la detección de los primeros consumos; información; orientación sobre tratamientos de rehabilitación; información sobre las políticas y normas de la empresa /institución al respecto; diseño de mecanismos para impedir el acceso y venta de drogas en el trabajo.

Factores de riesgo:
Son aquellas situaciones, conductas o características de la persona y del contexto, que la hacen más vulnerable a consumir drogas, y que, a la hora de planificar una intervención es indispensable tener en cuenta. Pueden considerarse como factores de riesgo las situaciones siguientes:
• Jornadas excesivamente largas, que piden mantenerse alerta.
• Sistemas de turnos que alteran el ciclo sueño-vigilia.
• Trabajos aislados.
• Autoritarismo, prepotencia, exceso de la burocracia en los niveles de mando, esto provocan situaciones de stress y promueve la consecuente medicalización.
El consumo de alcohol o drogas legales (antidepresivos, ansiolíticos, etc.) o ilegales (el universo de las toxicomanías) por parte de los trabajadores afecta, además de su salud, el proceso productivo, los resultados, el clima laboral y la identidad de cualquier organización.
Entre los problemas específicos que pueden aparecer se encuentran:

En el trabajo:
• Accidentes del trabajo.
• Ausentismo.
• Conducta arriesgada o inadecuada producida por la falsa seguridad que provocan los estimulantes.
• Presencia de otras enfermedades o problemas de salud.
• Disminución y/o deterioro del rendimiento laboral.
• Fallas o errores por decisiones impulsivas o por alteración de las destrezas
psicomotoras.
• Falta de compromiso o lealtad con la empresa/institución.
• Conducta antisocial.

En la organización:
• Malas relaciones laborales.
• Inestabilidad en el empleo.
• Estrés laboral o ambiente estresante.
• Falta de supervisión.
• Estilo de liderazgo o supervisión inadecuado.
• Exigencia de rendimiento muy alta o muy baja.
• Asignación de cargo o responsabilidad para el cual la persona no tiene las competencias necesarias.
• Existencia de microtráfico en el lugar de trabajo.
Estos factores de riesgo determinan en las instituciones un sistema de costos asociados:
• Los costos económicos que tiene la presencia de personas consumidoras en la empresa /institución, además de la salud, son los siguientes:
• Disminución de la productividad.
• Aumento de riesgo y tasa de accidentes.
• Aumento de tasa de ausentismo y licencias médicas.
• Deterioro del clima laboral producido por conflictos debido a cambios de estados de ánimo o a otras conductas que afectan al grupo.
• Pérdida de clientes por problemas de relación, incumplimiento, calidad del producto o servicio, deterioro de la imagen institucional.
• Deterioro de la calidad de servicios.
• Errores por supervisión inadecuada.
• Conflicto en las relaciones laborales.
• Malas decisiones estratégicas (cuando se trata de ejecutivos).
• Deterioro de la identidad de la institución

 

 

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Bibliografía

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