Vol. 20, núm. 4 julio-agosto 2019

“Tuneo” de proteínas: herramientas para modificarlas

José Fernando García Guevara Cita

Resumen

Las proteínas son componentes moleculares esenciales que se encargan de realizar gran parte de los procesos que nos mantienen vivos. Las proteínas que existen naturalmente son muy diversas y cada una de ellas cumple una tarea. A continuación, se presenta la disciplina que se encarga de su “tuneo”, la ingeniería de proteínas, que estudia cómo funcionan las proteínas y utiliza este conocimiento para desarrollar herramientas con las que se puedan realizar modificaciones específicas en ellas. Asimismo, se exponen algunas de las herramientas en dicha disciplina, junto a casos particulares donde se han empleado. Al final, se propone cómo combinar dichas herramientas para mejorar los resultados de las modificaciones deseadas.
Palabras clave: proteínas, enzimas, ingeniería de proteínas.

“Tuning” of proteins: tools to modify them

Abstract

Proteins are essential molecular components of life; they have a role in almost every of its processes. Proteins in nature are diverse and each one of them performs a particular task. In this article we introduce the discipline in charge of “tuning” them, protein engineering, which studies how proteins work and uses this knowledge to develop tools to make custom modifications on them. Also, we present some of the tools employed in it and particular cases where they have been used. Finally, we propose how can we combine such tools to improve the results of desired modifications.
Keywords: protein, enzymes, protein engineering.

Introducción

Todos hemos visto alguna vez (por lo menos en películas) un automóvil “tuneado”, es decir, un carro con modificaciones sobre su diseño de fábrica que cambian sus características y le dan una nueva personalidad. Estas alteraciones permiten tener autos más ruidosos, más rápidos y más furiosos. Usando una caja de herramientas, los mecánicos de algunos talleres especializados averiguan cómo funciona cada coche y luego cambian o agregan las piezas necesarias para cumplir las especificaciones del cliente. En nuestro grupo de trabajo, de manera semejante, usando otras herramientas, tratamos de “tunear” las proteínas y modificar sus características de acuerdo a nuestras necesidades.

Podemos imaginar a las proteínas como máquinas diminutas encargadas de realizar los procesos que nos mantienen vivos. Existen veinte piezas distintas que componen a las proteínas y son llamadas aminoácidos. Un aminoácido es una molécula formada por tres partes: una parte amino, una parte carboxilo y una cadena lateral. La parte amino y carboxilo son el elemento en común en los veinte tipos de aminoácidos, mientras la cadena lateral distingue a cada uno de ellos y les brinda propiedades físicas y químicas distintivas. La parte amino de un aminoácido va enlazada con la parte carboxilo de otro aminoácido, hasta formar una larga cadena. Las cadenas laterales quedan libres y están ordenadas en una secuencia particular, ésta es la secuencia de la proteína (figura 1). Las propiedades físicas y químicas de las cadenas laterales, ordenadas en una secuencia determinada, provocan el plegamiento de la proteína para que adquiera una estructura particular, con la que es capaz de realizar su función. Al igual que las piezas en un motor están colocadas con precisión y forman una estructura compleja, las piezas de una proteína quedan orientadas en forma precisa para funcionar (figura 2).

Figura 1. Ensamblaje y secuencia de las proteínas.
a) Ejemplo de la estructura de una de las veinte piezas que forman parte de las proteínas, se trata del aminoácido llamado tirosina. En azul se muestra la parte amino; en rojo, la parte carboxilo, y en verde, la cadena lateral.
b) La parte carboxilo de un aminoácido (en color rojo) se enlaza a la parte amino de otro aminoácido (en color azul), formando un enlace peptídico. Los aminoácidos se van uniendo uno al lado de otro para formar una cadena con una secuencia particular.; en el ejemplo mostramos sólo un fragmento de la secuencia en una proteína. Este fragmento está constituido por cinco aminoácidos distintos (alanina, valina, fenilalanina, glicina y asparangina), que forman la secuencia AVFGN –cada letra en la secuencia es un código que corresponde al nombre del aminoácido–.

Figura 2. De la secuencia a la estructura de una proteína.
Arriba se muestra la secuencia de aminoácidos de la proteína precursora de la insulina y abajo su estructura. Después de que se sintetiza la cadena de aminoácidos, ésta adquiere una estructura definida; la cual, después de una ligera modificación se convierte en insulina, hormona de naturaleza proteica que regula el nivel de azúcar en la sangre.

Las proteínas cumplen una amplia variedad de papeles: pueden ser estructurales como el colágeno en nuestra piel y huesos, o transportar oxígeno como la hemoglobina en la sangre, o también pueden acelerar reacciones químicas (ver figura 3). Las proteínas hacen (literalmente) posible nuestra vida, aunque cuando se descomponen también pueden arruinarla: ejemplos dramáticos de ello lo representan más de un centenar de enfermedades de origen genético. Un caso es la fenilcetonuria, una enfermedad hereditaria que provoca que el aminoácido fenilalanina, proveniente de los alimentos, se acumule en el cuerpo, lo que a largo plazo daña al sistema nervioso central y al cerebro. La enzima fenilalanina hidroxilasa controla los niveles de fenilalanina, pero variaciones genéticas provocan ligeros cambios en la secuencia de aminoácidos, dejándola inactiva y causando así la enfermedad (Blau, 2016).

Figura 3. Ejemplos de algunas proteínas.
Se muestra la estructura de algunas proteínas presentes en el cuerpo humano y que participan en distintos procesos. Arriba a la izquierda, la estructura del colágeno; esta proteína forma fibras que constituyen la mayor parte de la estructura de la piel y los huesos. Arriba a la derecha, la estructura de la proteína supresora de tumores p53, que se une a la cadena de ADN para realizar su función; con frecuencia se ha encontrado que esta proteína ha mutado en algunos tipos de cáncer. Abajo a la izquierda se muestra la estructura de la lactasa, que ayuda a digerir la lactosa; cuando no se sintetiza en cantidades suficientes produce intolerancia a la lactosa. Abajo a la derecha, la estructura de la hemoglobina, presente en las células de la sangre y encargada de unir y transportar el oxígeno que requieren las demás células en nuestro cuerpo; algunas mutaciones en esta proteína causan una enfermedad conocida como anemia falciforme.

Las proteínas que aceleran reacciones químicas se conocen como enzimas. Las enzimas actúan sobre moléculas llamadas sustratos, y las transforman químicamente en moléculas distintas denominadas productos. La actividad de una enzima se mide como la velocidad a la que transforma un sustrato en producto. La velocidad en los autos se mide como la distancia que recorre por unidad de tiempo, en las enzimas, se mide como el número de moléculas de sustrato que transforma en producto por unidad de tiempo. El sitio activo de una enzima es una zona de la enzima donde la orientación precisa de las cadenas laterales permite reconocer al sustrato y acelerar la reacción química.

Herramientas en la ingeniería de proteínas

La secuencia de una proteína determina sus propiedades, por ejemplo, qué tan rápida es o a qué temperatura puede trabajar; esto significa que si modificamos la secuencia de una proteína, entonces, podemos modificar sus propiedades. Pero el problema que enfrentamos es saber cuáles son los cambios que necesitamos para “tunear” a una proteína de acuerdo a nuestras especificaciones; por ejemplo, que sean más veloces, usen nuevos sustratos o resistan temperaturas más altas. La ingeniería de proteínas es la disciplina que se encarga de resolver este problema y para lograrlo estudia la relación que existe entre la secuencia, la estructura y la función de las proteínas; además, desarrolla y emplea las herramientas o estrategias que nos permitan resolverlo.

Retomemos el ejemplo de un motor e imaginemos que queremos modificarlo para que ahora tenga mayor potencia. Lo primero que debemos saber es cómo funciona, cómo son las piezas que lo componen y cómo es que cuando se ensamblan generan movimiento. Este conocimiento permite saber qué herramientas usar y qué cambios hacerle al motor para lograr nuestra meta. Algo semejante pasa con la ingeniería de proteínas, primero debemos adquirir el conocimiento acerca de cómo funcionan las proteínas, y luego lo aplicamos en el desarrollo de herramientas y estrategias para “tunearlas”.

Una de las herramientas desarrolladas es el diseño por computadora: un programa especializado que modela las interacciones a nivel atómico que ocurren en la proteína y predice los cambios adecuados para que una proteína cambie su función original. Desafortunadamente, nuestro conocimiento acerca de la relación entre la secuencia, la estructura y la función de las proteínas todavía no es completo, por lo que los modelos usados en el diseño de proteínas por computadora no siempre son acertados. Por lo anterior, es necesario usar otras herramientas. Entre las que dan mejores resultados se encuentra la evolución dirigida.

Las proteínas han sido optimizadas a través de un proceso conocido como evolución: naturalmente algunas proteínas sufren cambios al azar, cuando esos cambios presentan alguna ventaja para la supervivencia y la reproducción del organismo, entonces, ese cambio permanece y se transmite a generaciones posteriores, es decir, se selecciona (Valero y Jardón, 2006). El proceso de evolución es algo así como prueba y error, primero se realizan cambios al azar y si son útiles se quedan, si no, se van. Con la evolución dirigida tratamos de emular el proceso de evolución. Primero generamos muchas variantes sin saber qué efecto van a tener, y después usamos un sistema de selección que nos permita quedarnos con las variantes que cumplan con nuestros criterios. Un punto crucial de la estrategia es contar con un sistema de selección eficiente, que nos permita probar el mayor número de variantes y que elija con precisión la característica deseada. Con un buen sistema de selección, dicha herramienta es grandiosa. Desafortunadamente no siempre contamos con la mejor forma de identificar las mejores proteínas, es entonces cuando usar esta herramienta se vuelve una tarea ardua y costosa.

La ingeniería de proteínas ha logrado avances significativos en las herramientas desarrolladas, pero el camino que falta recorrer es largo. En nuestro grupo, propusimos tomar una herramienta ya existente, conocida como ingeniería de consensos, y darle una nueva aplicación como herramienta auxiliar al diseño por computadora. La ingeniería de consensos consiste en tomar un grupo de secuencias de aminoácidos de proteínas semejantes y con ellas construir una nueva secuencia, usando aquellos que se presentan con mayor frecuencia (ver figura 4). Esta estrategia se usa para obtener proteínas que puedan trabajar a temperaturas más altas de las que normalmente lo hacen, pero algunas observaciones sugieren que se podría usar para aumentar la actividad con nuevas moléculas (Aerts, Verhaeghe, Joosten, Vriend y Soetaert, 2013; Loening, Fenn, Wu y Gambhir, 2006). La ingeniería de consensos aprovecha los recursos y la diversidad que nos ofrece la naturaleza; las mutaciones que propone esta herramienta ya han probado ser exitosas, lo cual disminuye la probabilidad de introducir cambios que perjudiquen nuestro diseño.

Figura 4. Ingeniería de consensos.
En la ingeniería de consensos se construye una nueva secuencia basada en el “voto” de la mayoría. En el ejemplo, primero se reúne la secuencia de cinco proteínas similares y se alinean. Luego se selecciona el aminoácido más frecuente en cada posición del alineamiento, y es así como al final se termina con una secuencia consenso. En el ejemplo resulta que la secuencia consenso es idéntica a la secuencia 1, es decir, no hay mutaciones consenso.

Las primeras secuencias consenso que se construyeron fueron en proteínas denominadas inmunoglobulinas. Estas proteínas forman parte del sistema inmune y se encargan de detectar y neutralizar elementos extraños. Se observó que las inmunoglobulinas consenso resistían temperaturas más altas (Steipe, Schiller, Pluckthun y Steinbacher, 1994). Sin embargo, dentro de las funciones de esas proteínas no está la de acelerar reacciones químicas. Viendo las propiedades producidas por la ingeniería de consensos, un grupo de investigadores de la compañía farmacéutica Roche propuso aplicar la estrategia a una proteína que sí acelera reacciones químicas. Eligieron a la proteína fitasa, la cual pensaban usar para suplementar el alimento de aves de corral. El fósforo es un elemento importante en la dieta de aves de corral, por eso su alimento se adiciona con fosfato inorgánico, lo malo es que esto provoca un daño ambiental. El alimento para aves de corral contiene fósforo en forma de ácido fítico, el cual proviene de las plantas con las que se prepara el alimento; pero las aves no lo pueden asimilar porque su sistema digestivo carece de fitasas, las enzimas que liberan el fósforo del ácido fítico (ver figura 5). La solución propuesta: agregar fitasas al alimento para liberar el fósforo del ácido fítico. Sin embargo, el proceso de preparación del alimento requiere temperaturas superiores de las que resisten las fitasas naturales. Al aplicar la ingeniería de consensos, usando las secuencias de las fitasas conocidas crearon nuevas secuencias de fitasas que toleran temperaturas más altas, sin perder su capacidad para liberar el fosfato del ácido fítico (Lehmann et al., 2000).

Figura 5. La enzima fitasa.
Se muestra la estructura de la enzima fitasa (en color verde), la cual se une al ácido fítico en su sitio activo (en color blanco). La fitasa libera los grupos fosfato del ácido fítico, al realizar un corte enzimático (conocido como hidrólisis) en los enlaces señalados con flechas rojas.

La ingeniería de consensos siempre ha tenido en la mira obtener proteínas capaces de trabajar a temperaturas más elevadas. Pero algo que a nosotros nos llamó la atención es que en algunos trabajos probaron la actividad de las proteínas consenso con nuevos sustratos, y encontraron mayor actividad sobre los nuevos sustratos comparados con la proteína original (Aerts et al., 2013; Loening et al., 2006). Estas observaciones nos llevaron a pensar que podemos aprovechar la ingeniería de consensos para mejorar la actividad con nuevos sustratos y poder complementar otras herramientas como el diseño por computadora.

Un pedido frecuente: intercambio de actividad de NADP a NAD

Las reacciones químicas dentro de un organismo se parecen a una línea de ensamblaje: una molécula inicial se va modificando paso a paso hasta llegar a un producto final, y cada paso lo realiza una enzima específica. Algunas de esas reacciones involucran la transferencia de electrones (reacciones de oxidación-reducción) y las enzimas encargadas de acelerar dichas reacciones, por lo general, necesitan de otras moléculas. Así, las coenzimas son moléculas accesorias de algunas enzimas, pero indispensables para su actividad; algo así como las baterías en un control remoto, no son parte del control, pero éste las requiere para funcionar. De esta manera, el sitio activo de una proteína reconoce a su coenzima junto con el sustrato y los modifica químicamente durante la reacción. Dos de las coenzimas más comunes en las células son la Nicotinamida Adenina Dinucleótido (NAD) y la Nicotinamida Adenina Dinucleótido Fosfato (NADP). Éstas moléculas son muy parecidas, pero en la naturaleza tienen papeles diferentes. NAD se usa principalmente en reacciones de oxidación, mientras que NADP usualmente está presente en reacciones de biosíntesis. Por ejemplo, cuando comemos azúcar la quemamos (oxidamos) para liberar energía y luego usamos esa energía para realizar nuestras actividades; algunas de las enzimas involucradas en ese proceso usan NAD. Si comemos mucha azúcar puede que liberemos energía de sobra, la cual se puede almacenar en forma de grasa corporal: para su síntesis participan enzimas que usan NADP.

Un pedido frecuente en el “tuneo” de proteínas es modificar a las proteínas que naturalmente usan NADP para que ahora usen NAD. NAD y NADP poseen propiedades similares, pero en ocasiones usar NAD presenta ventajas sobre NADP, pues el primero es más abundante dentro de la célula y en las condiciones adecuadas puede ayudar a mejorar la producción de algunos compuestos de interés comercial. Podríamos comparar este problema con intercambiar el sistema de combustible en un automóvil, digamos que en lugar de que consuma gasolina, como en general funciona un auto de fábrica, ahora queremos que consuma etanol o gas natural.

Tamiflu, influenza y shikimato deshidrogenasa

La proteína con la que trabajamos en nuestro laboratorio se llama shikimato deshidrogenasa; su nombre refleja la actividad que realiza: producir shikimato (producto de esta reacción) a partir de 3-dehidroshikimato (sustrato de la reacción, ver figura 6). El shikimato es un compuesto de interés en la industria farmacéutica, en especial porque es la materia prima para producir un fármaco usado para combatir la influenza, llamado oseltamivir-fosfato, mejor conocido como Tamiflu de Roche. En el año 2009, la compañía farmacéutica Roche reportó que consume alrededor de 500 toneladas de shikimato para la producción anual de Tamiflu; aun así, esa cantidad no sería suficiente en el caso de una pandemia de influenza, ya que se estimó que para cubrir un caso semejante se necesitarían cerca de 39 mil toneladas de shikimato, esto es ocho veces la producción anual (Martínez, Bolívar y Escalante, 2015; Scheiwiller y Hirschi, 2010).

Figura 6. La enzima shikimato deshidrogenasa.
a) La enzima shikimato deshidrogenasa de E. coli usa al 3-deshidroshikimato como sustrato y lo convierte en shikimato. Para llevar a cabo la reacción, la enzima usa NADP como coenzima, tomándolo en forma de NADPH y convirtiéndolo en NADP+.
b) En color verde se muestra la estructura completa de la enzima shikimato deshidrogenasa. La coenzima (en color amarillo) y el sustrato (en color azul) se unen al sitio activo (en color rojo) de la enzima para comenzar la reacción química.

La fuente principal del shikimato es el fruto del anís estrella chino. La compañía Roche usa cerca del 90% de la cosecha total en el mundo. Extraerlo es costoso y poco eficiente: la planta requiere crecer durante seis años antes de la cosecha, la cual se debe realizar en septiembre y octubre. Esto dificulta cubrir la demanda creciente del fármaco, sobre todo después de los brotes recientes de influenza porcina y aviar (Kogure, Kubota, Suda, Hiraga y Inui, 2016).

Para realizar su función, la shikimato deshidrogenasa necesita NADP que, como comentamos arriba, es más escasa que NAD. De ahí que a nosotros nos interesó obtener una shikimato deshidrogenasa que pueda utilizar NAD y deje de usar NADP. Con la visión de que una enzima así pueda contribuir a las estrategias para producir shikimato, usando bacterias en lugar de cultivar plantas.

El objetivo de nuestro proyecto fue realizar un cambio de coenzimas en la enzima shikimato deshidrogenasa, para que prefiriera NAD en lugar de NADP. La enzima shikimato deshidrogenasa que seleccionamos proviene de una bacteria llamada Escherichia coli, la cual habita en el colon humano y que ya se ha usado antes para producir shikimato (Martínez et al., 2015; Rodríguez et al., 2014).

Primero empleamos el diseño por computadora. Usamos un programa para el rediseño de enzimas conocido como Rosetta y desarrollado en la universidad de Washington. El programa recibe un modelo de la estructura de la enzima original junto a la nueva coenzima, en este caso NAD, y busca nuevas secuencias que mejoren la interacción con la coenzima. El resultado del programa es una nueva secuencia, la cual (según el programa) debería mejorar la actividad con la nueva coenzima. Después, introdujimos los cambios propuestos por el programa en la enzima shikimato deshidrogenasa y probamos su actividad. Sólo logramos que la proteína aumentara 50% su actividad con NAD, pero disminuimos la actividad con NADP 1000 veces. La proteína ya prefería NAD, sin embargo, aún tenía baja actividad.

Por otro lado, construimos una secuencia consenso de la enzima shikimato deshidrogenasa usando la secuencia de E. coli y otras cincuenta secuencias de shikimato deshidrogenasa, provenientes de otras especies de bacterias. La secuencia consenso presentó 15 mutaciones comparada con la secuencia proveniente de E. coli; a estos 15 cambios los llamamos mutaciones consenso. Construimos la enzima consenso y vimos que conservaba su actividad con NADP. Observamos también actividad con NAD, no tanta como con NADP, pero sí mayor que la actividad con NAD de la enzima original de E. coli.

Por último, nos preguntamos si podíamos aprovechar la ingeniería de consensos para mejorar el diseño por computadora. Para averiguarlo añadimos las mutaciones consenso sobre la secuencia de la proteína que obtuvimos con el diseño por computadora. Usando los cambios propuestos por la ingeniería de consensos pudimos aumentar la actividad con NAD otras siete veces. También nos dimos cuenta de que las mutaciones consenso cercanas al sitio activo fueron las que provocaron este aumento en la actividad. Usando ambas herramientas para el diseño de proteínas (diseño por computadora e ingeniería de consensos) pudimos transformar a la shikimato deshidrogenasa (García-Guevara, Bravo, Martínez y Segovia, 2017), generando una proteína con “nueva personalidad” (ver figura 7). A pesar de este éxito, aún falta probar si podemos usar nuestra proteína modificada en la producción de grandes cantidades de shikimato.

Figura 7. Intercambio de cofactores en la enzima shikimato deshidrogenasa de E. coli.
El esquema muestra los pasos que se siguieron para probar la ingeniería de consensos como herramienta auxiliar para mejorar la actividad en la proteína diseñada por computadora. Las mutaciones consenso cercanas al sitio de unión son las que nos ayudan a aumentar la actividad sobre la proteína rediseñada.

Conclusiones

Así como un desarmador es diferente de una llave de tuercas, las herramientas que empleamos en la ingeniería de proteínas también son distintas entre sí, se complementan unas con otras y se aplican dependiendo del lugar donde nos encontremos y el destino al que vayamos. El uso en conjunto de herramientas puede ser más útil que usar una sola. Como vimos, el diseño por computadora nos muestra una lista clara de cuáles mutaciones debemos introducir para ir hacia nuestra meta. Por otro lado, con la ingeniería de consensos aprovechamos los recursos y la diversidad que nos ofrece la naturaleza. La ingeniería de proteínas sigue avanzando para ampliar la caja de herramientas, para que podemos combinarlas y expandir nuestra capacidad para “tunear” proteínas.

Referencias

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  • Garcia-Guevara, F., Bravo, I., Martínez, C. y Segovia, L. (2017). Cofactor specificity switch in Shikimate dehydrogenase by rational design and consensus engineering. Protein Engineering, Design and Selection, september, 1-9. DOI: http://doi.org/10.1093/protein/gzx031.
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  • Martínez, J. A., Bolívar, F. y Escalante, A. (2015). Shikimic Acid Production in Escherichia coli: From Classical Metabolic Engineering Strategies to Omics Applied to Improve Its Production. Frontiers in Bioengineering and Biotechnology, 3, 1-16. DOI: http://doi.org/10.3389/fbioe.2015.00145.
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  • Steipe, B., Schiller, B., Pluckthun, A. y Steinbacher, S. (1994). Sequence statistics reliably predict stabilizing mutations in a protein domain. Journal of Molecular Biology, 188-192. DOI: https://doi.org/10.1006/jmbi.1994.1434.
  • Valero, A. y Jardón, J. (2006). ¿Qué es la evolución biológica? ¿Cómo ves?, 97, 14-17 [impresa]. Disponible en: http://www.comoves.unam.mx/assets/revista/97/el-agente-secreto-de-la-evolucion.pdf.


Recepción: 01/01/2018. Aprobación: 16/05/2019.

Vol. 20, núm. 4 julio-agosto 2019

Un tecnólogo en medio de sus raíces

Guillermo Alfredo Vásquez Ortiz Cita

Resumen

A lo largo de los años hemos entrado en una carrera loca por alcanzar los últimos avances tecnológicos para beneplácito de nuestra curiosidad, o por la utilidad de hacer más con menos. Hemos adoptado costumbres y formas de vida de otros países a través del uso de nuestro smartphone. No se ha considerado que en nuestro entorno y por las formas de vida de los pueblos indígenas existe también una manera de inundar de gigabytes a esta carretera de información llamada internet.
A través de una reciente experiencia de investigación de campo, se narra el encuentro entre las comunidades indígenas y la capacidad tecnológica, lo que permite mostrar al mundo las maravillas de reencontrarnos con nuestras raíces y con nuestra identidad. Se prueba que con ingenio y un poco de conocimiento de la web, podemos aportar historias que contribuyen a mantener vivas nuestras tradiciones y que además sirven para el disfrute de todos.
Palabras clave: Oaxaca, tecnología, festividades, rasgos culturales, identidad.

A technologist in the middle of his roots

Abstract

Throughout the years we have adopted a crazy race to achieve the latest technological advances. For the sake of our curiosity or the convenience of doing more with less, we have adopted customs and lifestyles from other countries using our smartphone. We have not considered that in our own environment and in the lifestyle of indigenous people there are ways that would overflow with Gigabytes this highway of information called Internet.
Through a recent field research experience, indigenous communities and technology converge to show the world the importance and wonders of rediscovering our roots, our identity. We prove that creativity and knowledge can contribute to keep our traditions alive and also become enjoyable.
Keywords: Oaxaca, technology, festivities, cultural traits, identity.

Introducción

Las siguientes líneas de texto van dedicadas a todos aquellos alumnos y usuarios de tecnologías que han abierto las puertas a nuevas formas de comunicarse y que encuentran en las redes sociales, los canales de video y el internet “el sentir de su mundo”, con la invitación para arriesgarse a conocer lo que nuestros antepasados han dejado para estas generaciones y que sería interesante rescatar para beneplácito de todos.

A lo largo de los años vamos adoptando nuevas formas de relacionarnos, ya sea a través de videos virales que circulan en la web o cosas que nos gustan y se comparten en Facebook, Twitter e Instagram, permitiendo, además de entretenernos, y sin que sea esa la intención, la transculturación. Dicho término está definido por la Real Academia Española (2014) como la “recepción por un pueblo o grupo social de formas de cultura procedentes de otro, que sustituyen de un modo más o menos completo a las propias”. Estas formas de cultura externas se dan por moda o tendencia, pero ¿no habrá manera de compartir, como espectador o protagonista, las formas de vida de nuestro pueblo, presentes y pasadas al mundo, mostrando lo valioso de nuestra tierra y sus habitantes? Si ya contamos con la creatividad, así como con algunos instrumentos tecnológicos como el smartphone, internet, redes sociales, y vivimos en espacios donde aún se observan las formas de vida de los pueblos originarios, ¡sería fabuloso compartirlas!

Quiero narrarles la aventura reciente que tuvimos al hacer investigación en la Mixteca alta, concretamente en las comunidades de San Andrés Sinaxtla, Santo Domingo Yanhuitlán y San Juan Bautista Coixtlahuaca del Estado de Oaxaca, México (ver mapa 1). Su objetivo era la recopilación de las festividades de desarrollo de vida humana (bautizos, bodas y funerales) y su difusión a través de talleres culturales. Dicha investigación fue lo que generó esta reflexión que ahora tiene en sus manos y cuya valía corresponde al trabajo interdisciplinario que hicimos en el equipo, cada uno, con sus aportes en diversas áreas del conocimiento.



Mapa 1. Mixteca alta (Ortiz, 2019).

En algún taller de tecnologías…

Encontrándome en medio de los equipos de cómputo con los que habitualmente suelo trabajar, junto al rack polvoso que me ha acompañado a lo largo de estos últimos años, ese armazón donde colocamos equipos electrónicos e informáticos, recibí vía WhatsApp un mensaje del maestro Soto, un amigo de la Universidad La Salle. Me invitaba a realizar investigaciones en materia de cultura, turismo y festividades de una población cercana a la capital del estado. En ese momento vino a mi mente el recorrido hacia la Mixteca, lugar que Terraciano (2013) explica como una denominación histórica y cultural, en el sur de México a partir del nombre de sus habitantes más prominentes, los mixtecos. Sus límites abarcan, en dirección oeste-este, desde la frontera entre Guerrero y Oaxaca hasta el Valle de Oaxaca y, en dirección norte-sur, desde el sur de Puebla hasta el Océano Pacífico; y está dividida en cuatro regiones principales: Mixteca Alta, Mixteca Baja, Mixteca Costa y Valle de Oaxaca (ver mapa 2). El destino apuntaba hacia la Mixteca Alta del estado de Oaxaca y, para serles francos, no iba a dejar pasar la oportunidad de unirme al equipo y adicionar la perspectiva de la tecnología al equipo interdisciplinario conformado por la maestra Guadalupe, y los maestros Ramón, Eric y José Luis, especialistas en turismo y gastronomía.



Mapa 2. Regiones de la Mixteca (Lind, 2018).

Una vez presentada la propuesta ante la Universidad la Salle Oaxaca y con la alegría de haber sido aceptada para llevarla a cabo, nos reunimos para repartir funciones y planear lo que realizaríamos. No obstante, nunca, nadie, consideró otros factores que encontraríamos a pocos minutos de la ciudad.

Nos embarcamos en busca de nuevos conocimientos, que así consideramos los que nos encontramos visitando esos lugares, mismos que nos compartieron personas con más de 50 años de vivir en esas regiones. La coincidencia y el tono de nostalgia en sus narrativas nos hacen pensar que los jóvenes y adultos de la región, quizá sin darse cuenta y a paso veloz, están dejando sus costumbres sepultadas junto con sus ancestros.

Ese es el caso de doña Crescencia (C. M. Cruz, comunicación personal, 3 de junio de 2017), quien nos comentó que recuerda, de cuando era joven, los preparativos de las bodas. Las personas se organizaban en la cocina, en equipos de trabajo comandados por el llamado Parangonero o Tonixano (leyenda hecha personaje, que más adelante se describe por la importancia que tiene en estas poblaciones). El Toxiano contaba en su ejército con cocineras, atoleras, molenderas, chocolateras y lavatrastes, para atender a las decenas de comensales que se congregan en la festividad. A esta congregación, que no recibía sueldo alguno y que ayudaba por invitación a quien lo requería, se le llama gueza, De ella se espera un “pago” futuro: que los beneficiados apoyen cuando se necesite.

De la señora Minerva (M. S. Cruz, comunicación personal, 30 de abril de 2017) escuchamos los relatos de su casamiento que se llevó a cabo de acuerdo con la tradición del acompañamiento. El novio y sus padres llevan una canasta de pan o algún presente, con la algarabía de comenzar la petición de la novia. Desde luego, cada familia debía llevar a su Tonixano, para que hablará en su nombre (ver fotografía 1).

Fotografía 1. Boda en Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca, 1949 (Exposición del museo comunitario de Yahuitlán, 2017).

Éstas y otras personas de la región también nos compartieron información sobre las rutas que, con el paso de los años y de los habitantes, se configuraron para el acceso de los visitantes. La explicación, desde luego, venía acompañada de esa calidez natural de quien ve en el otro a un amigo que recibe, y al que le muestra con orgullo las bellezas ancestrales que vivieron y que ya pocas veces en estos días se observa.

No sólo encontramos riqueza en sus palabras, también palpamos vestigios imponentes de culturas que nos narran, a cal y canto, sus formas de vida, confrontándonos con edificios de piedra, templos y hasta la preparación de comida, la cual es un manjar para los gustos más exigentes, preparada con alimentos regionales. Se trata de esa noción de cultura que Chávez (2014) nos explica como un conjunto de elementos materiales e inmateriales (lengua, ciencias, técnicas, instituciones, normas tradicionales, valores, símbolos, modelos de comportamiento socialmente transmitidos y asimilados, etcétera) que caracteriza a un determinado grupo humano en relación con los otros.

Obviamente, en muchos de estos lugares dejé de tener la “cobertura amplia” que garantiza la compañía contratada en mi smartphone, lo que me permitió estar sólo con los sonidos de la naturaleza y, en una que otra ocasión, con el de una campana lastimera, cuyo repique, comentaron los pobladores, anunciaba la muerte de una persona adulta del lugar, y que emitía un ritmo sereno, acompasado, triste, hacia la antesala de un funeral. Este sonido no es, sin embargo, el mismo que anuncia la muerte de un niño, a éste le llaman “agonías”.

Y la leyenda toma forma

Caminando por el sendero de los días y con las entrevistas realizadas a varios pobladores, cuyas arrugas nos mostraban el devenir de los años y sus ojos, las formas de vida de sus antepasados, entendimos el códice mixteco Vindobonensis (Anders, 1922), que narra el inicio de la luz. Cuando salió el sol por el oriente, llegaron hombres de descomunal tamaño y los seres sagrados (ñuhus) volvieron a entrar la tierra. En seguida se formaron los días, se asentó la muerte y su culto, se trazó el camino de las aguas. A esos seres se les conoció como gentiles, seres que dejaron huella en los mixtecos de esa época, y cuyos aportes perviven hasta nuestros días, salpicando de virtudes y enseñanzas a personas que transforman sus vivencias y contribuyen al fortalecimiento de sus raíces. Se trata de formas de vida que se niegan a morir y que ayudan de forma desinteresada a la sana convivencia de sus pobladores, personas enigmáticas que construyen las sociedades y la paz de los pueblos.

Nuestra sorpresa fue que, aún en estos días, se puede ver en algunas zonas a los encargados de transmitir el conocimiento y la cosmovisión mixteca, a los Parangoneros o Tonixanos. Sus raíces en la lengua mixteca están en toho, que significa noble, digno, señor, elegante, y nisanu que refiere a lo antiguo. Los términos juntos denotan a una persona que observa la tradición y que es sabio (Stephanie Wood, 2012).

Su representación en nuestros días existe en la conservación de enseñanzas, como nos lo dejó ver en una entrevista el señor Pastor (comunicación personal, 3 de junio de 2017). Él es Tonixano desde hace 15 años y fue nombrado por otro Tonixano. Su antecesor vio en el señor Pastor a un hombre con conocimientos de la población, regido por la moral y buenas costumbres (ver fotografía 2). El Tonixano actual nos explicó, entre otras cosas, la participación que tiene, ya en menor medida, de “la cerrada de palabra”: cuando se llega al término la petición de la novia. Así, su papel era primordial para la celebración de la boda, o para el fallecimiento de una persona, con su rol en los avisos trágicos a las autoridades e iglesia del municipio; también es él quien dice las palabras de resignación para despedir al difunto, hablando en representación de la familia y amistades.

Fotografía 2. En el centro Sr. Pastor Román Bazán, Tonixano desde hace 15 años.

Del mismo modo, conversamos con el Tonixano Constantino Onofre, con 27 años de experiencia. Él nos narró que antes se acompañaba a pedir a la novia y se esperaba un plazo de dos o tres meses, para ver si los padres y la novia estaban de acuerdo. Después se arreglaba el casamiento civil y se ponía el plazo para la boda eclesiástica, momento en donde se pasaba al ofrecimiento y a la bendición de los papás del novio. Ahí el Tonixano encontraba las palabras sabias y adecuadas sobre la responsabilidad, obligaciones y derechos que obtendrían los novios.

De esta manera, durante algunos días más, los profesores y alumnos involucrados en la investigación vivimos en carne propia lo que los libros describen, como si se hubiera detenido el tiempo para contemplar el relato que las personas mayores nos proporcionaban sobre el pasado. Fue un encuentro impactante y cara a cara con nuestra identidad. Al encontrar las raíces de nuestras familias en esas regiones, los alumnos que nos acompañaron, como Viniza, Adriana, Efrén, Jesica y Eleuterio, y yo pensamos que debíamos compartir estas experiencias. Entonces, de manera natural, empleando la tecnología de nuestros smartphones e internet, presurosos tomamos fotografías y videos. Algunas de las entrevistas se pueden ver aquí, para que los demás, como nosotros, disfrute de los avances de la investigación.

Además, fuimos más allá de encontrar documentos que narraron lo ocurrido hace años, sentimos las leyendas en la voz de los hijos de esos ancestros que un día se aparecieron en esas tierras, le encontramos sabor a las costumbres de esa región, a través de guisos como la barbacoa de borrego que se servía en los bautismos, o la particular forma de hacer la vitualla, platillo que por su color y sabor representa el momento de tristeza de un funeral. Todos estos momentos que los compartimos a través de éste video, en donde la Sra. Josefina López Pérez usa la preparación que hace ya 30 años no se realizaba en las manos expertas de la cocinera.

Lo maravilloso de esto es que permitió una reflexión de todos los que nos encontrábamos descubriendo un mundo rico en templos, en comida, en tradiciones. Tanto los maestros como los estudiantes aportamos ideas de cómo evitar que mueran estas formas de vida, desde talleres, cursos, tesis, hasta la creación de un portal multimedia donde se pudiera difundir todo aquello que motive interés.

Conclusión

Si bien es cierto que existen algunos portales que muestran la vida de los pueblos indígenas, como el sitio web Cartografía Lacustre, queremos aportar uno donde se estén recuperando las tradiciones de una zona como la Mixteca, a través de las delicias culinarias que antes se realizaban. De esta manera, se hizo el esfuerzo de llevarlo a los alumnos de gastronomía y turismo para su reproducción y difusión.

Este encuentro entre las formas de vida en los pueblos indígenas y de la tecnología en los medios de comunicación para traerlas al presente, para hacerlas visibles, es algo que debe compartirse entre todos: profesores, alumnos y cibernautas, para contar, desde nuestra perspectiva, la historia de nuestros abuelos y no sólo lo que los libros de texto narran. Para ello se emplea internet y una cámara, que reduce las distancias a un sólo “clic”. Estamos convencidos de que combinar el interés con la tecnología da resultados extraordinarios y que no deja de lado los procesos que según Cobo (2016) deben existir para generar conocimiento significativo en los estudiantes, como son: convivencia escolar, autoestima y confianza, asistencia y retención escolar, estímulo, acompañamiento, reforzamiento, motivación, pertenencia, comunidad, etcétera.

Estimada y estimado estudiante: ¿te imaginas poder llevar relatos a la web de esta naturaleza, combinando toda la parafernalia multimedia, entrevistas a los pobladores y las manifestaciones culturales de bautismos, bodas o despedidas a seres queridos a través de los funerales? Sin duda ayudarías a enriquecer la cantidad de gigas que se observan cada día en internet.

En ese sentido, te compartimos en el canal de Youtube, Un tecnólogo en medio de sus raíces lo que nos sorprendió al escudriñar las maravillas de nuestra tierra, esperando que sea de tu agrado. Nos vemos en la web.

Referencias



Recepción: 04/09/2017. Aprobación: 17/05/2019.

Vol. 20, núm. 3 mayo-junio 2019

¿El financiamiento público de las artes es relevante?

Ana Beatriz Díaz Conty Colunga Cita

Resumen

El financiamiento público de las artes es un tema ampliamente discutido, quizás aún más en sociedades con economías de mercado. En este artículo se presentan perspectivas distintas sobre lo que conlleva financiar las artes con recursos gubernamentales. Primero, desde un enfoque que justifica la eficiencia y la necesidad de un equilibrio de mercado óptimo y socialmente deseable respecto a la producción de arte. Y, después, desde un enfoque centrado en el contenido de las obras y la importancia de asegurar que éstas realmente existan, papel que le correspondería a las instancias gubernamentales. Finalmente, se puede concluir que ambas perspectivas apuntan hacia la misma dirección: la de asegurar la difusión social del arte. Así, ambos enfoques podrían presentarse en debates sobre la asignación del presupuesto gubernamental a la cultura y las artes.
Palabras clave: financiamiento público, subsidio, demanda, arte crítico, economía terciarizada.

Does public financing of the arts matter?

Abstract

Public financing of the arts is a greatly discussed topic, maybe, even more in market economies. This article presents different perspectives about what it takes to finance the arts with public resources. Firstly, from an approach that justifies efficiency and the need of a sociably desirable and optimum market equilibrium with respect to art production. Secondly, from an approach that is centered in the content of the artworks and the importance of reassuring that these contents indeed exist, role that would correspond to government institutions. Finally, we can conclude that both perspectives aim to the same direction: reassuring art’s social dissemination. Consequently, both approaches are complementary or could be addressed in that way, especially in debates for budget allocation for the arts and culture.
Keywords: public financing, subsidy, demand, critical art, tertiary economy.

Introducción

Aunque quizá bastante dialogado, discutido, defendido o polemizado, el otorgar recursos públicos a las artes es una realidad que prevalece aún en territorios con diversos e innovadores esquemas de financiamiento. Incluso en sociedades mayormente capitalistas la intervención gubernamental para regular algún mercado o proveer algún bien o servicio es necesaria. Hay algunas áreas de intervención bastante claras como la educación, la salud o el transporte, en las que son pocos los debates sobre si se debe o no financiar, aunque el sector privado está cada vez más involucrado.

Y ¿por qué no son tan debatidos los apoyos gubernamentales en dichos sectores? Porque generalmente a la producción o al consumo de los bienes o servicios en estos sectores se les pueden asociar beneficios sociales a mediano o corto plazo. Por ejemplo, la educación forma individuos con una mayor productividad y participación, lo que tiene efectos positivos en la comunidad en general y la hace socialmente deseable. Sin embargo, este valor social no necesariamente se refleja en el indicador de precio que los consumidores están dispuestos a pagar ni el que los productores necesitarían para ofrecer la educación en mayor cantidad. A esto se le llama externalidades positivas que pueden darse a través del consumo o de la producción. El precio de equilibrio, al cual se llega según la oferta y la demanda, no termina por incentivar a los productores a ofrecer más o a los consumidores a consumir más, pero debido a que existen externalidades positivas se justifica el financiamiento público para que haya más cantidad del bien o servicio y con esto se beneficie a toda la sociedad.

A las artes también se les asocian externalidades positivas en su consumo y producción que quizás no están tan claramente difundidas. Éstas se abordarán posteriormente y se utilizará éste y otros conceptos para justificar el apoyo público. Y, aunque en la mayoría de los presupuestos gubernamentales se asignan un rubro para la cultura y las artes, también se sufre de grandes recortes. Sería interesante abordar en otra investigación los recortes presupuestales al sector cultural y estudiar su comportamiento al compararlos con otros rubros del presupuesto gubernamental.

El objetivo de este escrito es argumentar en favor del financiamiento público a la cultura y las artes desde la economía de mercado; así como complementar dicha justificación con una visión de la importancia del financiamiento público desde los estudios culturales.

Definición del bien cultural y las industrias culturales

¿Qué estudian los economistas cuando hablan de arte? Para el análisis económico del arte, Rascón (2009) afirma que “Un economista no dice ni pretende definir qué es arte”. Es decir, no se intenta definir el arte en términos estéticos, sino que la economía lo define en términos del bien cultural para poder analizar su comportamiento e importancia social.

Por su parte, los bienes (o servicios) culturales los define Throsby (2001) como aquellos que: “[…] involucran la creatividad en su producción, incorporan hasta cierto punto la propiedad intelectual y transmiten significados simbólicos”. Se puede hacer la distinción entre los bienes culturales y los bienes ordinarios debido a que los primeros tienen otras características que permiten o, más bien, necesitan un análisis diferenciado.

¿Pero por qué es necesario definir también a las industrias culturales? La aclaración es pertinente debido que desde esa perspectiva el argumento del autofinanciamiento es mucho más factible y puede contraponerse al del financiamiento público. Throsby (2001) propone que las industrias culturales están centradas en las ideas creativas. A partir de éstas, las industrias se perfilan hacia afuera, a medida que sobrevienen otras contribuciones para generar una mayor y más amplia gama de productos. La unión del arte y la cultura, o el bien cultural, está al centro de estas industrias y forma parte del estudio de las industrias culturales. Sin embargo, hay muchas más actividades que les permiten ser lucrativas por sí mismas en el mercado y en las que los artistas o el arte por sí solo no caben o no tienen posibilidad de participar bajo las mismas condiciones.

Es importante precisar la diferencia entre el bien cultural y las industrias culturales debido a que también existen iniciativas de apoyo y de fomento para estas últimas. Sin embargo, en este escrito no nos referiremos precisamente a ellas, ya que son mucho más amplias y abarcan más actividades que la artística. En este sentido, la UNESCO define las industrias culturales como:

Aquellos sectores de actividad organizada que tienen como objeto principal la producción o la reproducción, la promoción, la difusión y/o la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial.

También establece que las industrias culturales vinculan el arte y la cultura con dimensiones concretas como la economía, el mercado y la propiedad intelectual. Los bienes culturales son parte y centro de las industrias culturales, pero cuando se habla de ellas no necesariamente se hace referencia a los bienes culturales.

¿Por qué se otorga presupuesto a las artes según los economistas?

Partiendo de un argumento económico, el apoyo a las artes debe ser justificado como cualquier intervención a otra industria o bien. Heilbrun y Grey (2001) explican las razones válidas para ello en el contexto de una economía de libre mercado –aquella que se basa en mercados competitivos y la óptima distribución de los recursos–, mencionan que una intervención gubernamental sólo debe suceder cuando existan imperfecciones en el mercado o cuando la distribución del ingreso no sea óptima, y esto conlleve a que la cantidad demandada de cierto bien sea menor a la cantidad socialmente satisfactoria. ¿Sucede algo de esto en el mercado de las artes que justifique su financiamiento público? Para explicar la intervención gubernamental en el financiamiento a las artes hay que entender primero por qué la producción y consumo de arte sería menor a la óptima.

Efectivamente, es posible asociar imperfecciones de mercado al consumo y producción de arte. Throsby (2001) menciona dentro de ellas a las externalidades positivas asociadas a las artes y el arte como bien público. Las externalidades positivas son una imperfección del mercado ya que el consumidor individual no percibe o identifica los beneficios colectivos de su consumo o producción para el resto de la sociedad. Heilbrun y Grey (2001) definen las externalidades como los efectos que “existen cuando la actividad de un agente económico afecta a otros agentes en maneras por las que no se recibe ninguna compensación”. Es decir, hay efectos asociados al consumo o producción de ciertos bienes que no se ven reflejados en su precio. Y estos efectos pueden ser negativos o positivos. Por ejemplo, una externalidad negativa podría ser la contaminación al producir determinado producto; sin embargo, dicho bien no se encarece por ese efecto que como sociedad sí tiene un costo. O, al contrario, el consumo del transporte público produce externalidades positivas como reducir el tráfico, por lo tanto, es socialmente deseable que más personas lo utilicen; no obstante, su precio de equilibrio no refleja esta externalidad positiva y quizá no sea lo suficientemente bajo para incentivar una mayor demanda del bien a la cantidad conveniente a la sociedad.

El arte es uno de estos bienes que producen externalidades positivas, por lo tanto, hay una demanda social, ya que es de interés público que exista una mayor cantidad, de la que el mercado produce sin ninguna intervención, de ese bien cultural. Consecuentemente, la demanda total de los bienes artísticos deberá ser la sumatoria de las demandas individuales y la demanda social. Se sabe que, en la ley de oferta y demanda, a una mayor cantidad demandada, mayor es el precio que el productor puede cobrar por el bien en cuestión. El diferencial entre lo que el individuo está dispuesto a pagar y el precio, para que el productor ofrezca la cantidad socialmente deseable, es la cantidad del subsidio, un tipo de financiamiento público. El apoyo gubernamental en forma de subsidio es una compensación por dicho diferencial para incentivar a los productores a producir una mayor cantidad de arte, y a los consumidores de consumirla.

Y ¿qué externalidades positivas son las que se le atribuyen al arte para justificar esa intervención? Entre las que mencionan Heilbrun y Grey (2001) se encuentran la contribución del arte a la identidad de un territorio; la formación de un legado a generaciones futuras que permita conocer cómo se pensaba y vivía, para cuestionar el antes y el ahora; beneficios a la economía local mediante la atracción de consumidores no residentes; y el fomento a la innovación y experimentación mediante la creación.

Otra de las llamadas imperfecciones en el mercado asociadas a las artes que menciona Throsby (2001) es que el arte, o al menos cierto tipo, tiene características de un bien público. ¿Qué quiere decir esto? Que posee dos peculiaridades: la primera es la no rivalidad, que significa que alguien puede consumirlo sin afectar que otros lo consuman de igual manera. Una pintura o una pieza de música no se agota al verla o escucharla por muchas personas, respectivamente. La segunda es la no exclusividad, es decir, que no hay manera de prohibir que cualquier persona disfrute o se beneficie del arte (ver imagen 1).

Imagen 1. Una persona o cien pueden escuchar un mismo concierto con el mismo resultado, esto es el principio de la no rivalidad.

La información imperfecta o la falta de información es otra imperfección del mercado que justifica la intervención. “Las artes pueden funcionar como un ‘gusto adquirido’, significando que el consumidor tiene que estar familiarizado con ellas para disfrutarlas, y que una vez que los consumidores tienen este conocimiento, es probable que su demanda de arte incremente notablemente” (Heilbrun y Grey, 2001: 237). Sin un acceso inicial, los individuos no podrán experimentar el placer o los beneficios de consumir arte. Este acceso puede ser “negado” por recursos o falta de información. Pierre Bourdieu en “Elementos de una teoría sociológica de la percepción artística” también hace referencia a cómo la familiarización y exposición del individuo con obras de arte es lo que favorece su entendimiento. Así, se puede hablar de que el arte tiene beneficios marginales crecientes a diferencia de otros bienes ordinarios. Esto se refiere a que no hay saciedad y, a medida que más se consume, más aumenta su necesidad y utilidad. Este principio económico de los beneficios marginales crecientes se puede relacionar con lo que Bourdieu menciona como la capacidad de “descifrar” la obra de arte y el aumento de los medios para dicha decodificación a medida que el individuo se habitúa y se expone de manera continua a él. Entonces, el financiamiento público a las artes tiene también un argumento de equidad, el de garantizar el acceso a todos los individuos con el fin de no limitar los beneficios potenciales del consumo de arte.

Existe un contraargumento al subsidio de las artes: la idea de que aquellos que más la consumen comúnmente pertenecen a los grupos más enriquecidos en una sociedad determinada. Para debatir esto, es necesario que la política cultural esté rotundamente dirigida: “Debemos reconocer que los subsidios a las artes pueden tener resultados perversos en cualquier país, a menos que el sistema tributario sea justamente progresivo o la asistencia a los artistas incluya un gran número de programas claramente dirigidos al beneficio de la población de bajo ingreso” (Heilbrun y Grey, 2001). Además, dicho juicio también se puede contrastar con la teoría de los estudios culturales, que definen el arte con una visión más amplia. Plantean que no se limita a un determinado grupo de poder y sus propias formas de legitimización. De esta manera Ana María Guasch explica en “Los estudios visuales. Un estado de la cuestión” (2003) el propósito de reivindicar obras que anteriormente habían sido excluidas por un canon definido por determinados valores estéticos. Así, incorporando estas nociones de cultura y arte, el financiamiento público tendría objetivos de acceso, equidad e inclusión.

¿Cómo intervienen las instancias gubernamentales en el financiamiento a las artes?

Rascón (2009) explica el apoyo a las artes con recursos públicos debido a la naturaleza del bien cultural: “En términos económicos, el mercado funcionaría eficientemente si todo artista financiara su arte por completo, pero para ello los consumidores deberían consumir y pagar precios de equilibrio, los cuales serían más altos de los que suelen pagar en la realidad, debido a los factores de tiempo, riesgo y naturaleza mixta del bien cultural”. ¿Y cómo intervienen las instancias gubernamentales? Rascón responde que con tres formas: la regulación y las condiciones institucionales, el apoyo financiero indirecto y las subvenciones directas. En la regulación y condiciones institucionales menciona principalmente la creación de incentivos para la producción y consumo por medio de la legislación. El apoyo financiero indirecto es aquel que se logra de la reducción de costos donde caerían dentro de este rubro la exención de impuestos a donadores, por ejemplo. Y en las subvenciones directas sí se otorga una transferencia directa de capital al artista.

Aunque Heilbrun y Grey se pueden utilizar para entender el porqué del apoyo gubernamental; con Rascón se puede ampliar el concepto, entendiendo dos clasificaciones de financiamiento y la de la regulación. Y también atribuye a la naturaleza del bien la justificante de esta intervención, además de los factores de tiempo y riesgo que conlleva la actividad artística.

Imagen 2. Es imperativo garantizar el acceso para cumplir con los objetivos de eficiencia. Artista: Ernesto Neto, Obra: GaiaMotherTree, Fotografía: art_inthecity.

Como se menciona, los mecanismos de financiamiento pueden ser diversos. Sin embargo, es pertinente su evaluación, no sólo para determinar si se cumple con el principio de eficiencia, sino para designar los incentivos correctos que permitan alcanzar otros objetivos antes mencionados como el acceso.

Una visión no economicista de la pertinencia del financiamiento público de las artes

Con lo expuesto anteriormente se entiende el porqué del financiamiento público de las artes, sin embargo, la teoría económica expuesta no menciona qué arte se pretende financiar. Se entiende por arte a un consenso o las artes en sus tradicionales disciplinas. No obstante, en el contexto actual, y sobre todo con la introducción de los estudios culturales, que permiten otras visiones de la cultura, se amplía el concepto y a su vez la diversidad de formas y tipos de manifestaciones artísticas.

En un contexto de globalización y con el crecimiento de la economía terciarizada, donde predominan bienes de naturaleza intangible, el arte y la creatividad están tomando un papel preponderante, y es aquí donde también se desarrollan las industrias culturales. Nelly Richard (2007) en “Estudios Visuales, políticas de la mirada y la crítica de imágenes” habla sobre la necesidad de un arte crítico, de no hacer las distinciones tradicionales de arte alto y caer en clasificaciones elitistas, sino de poder distinguir entre las obras que se construyen con simplicidad de significado y decodificación, en ocasiones con el propósito de insertarse en un mercado, o el de la espectacularización; versus aquellos que producen significados, conocimiento y conflicto. Asimismo, Guerra Miranda (2015) habla del arte como una herramienta de discursos críticos y reflexivos que permite no sólo exponer a las sociedades contemporáneas, sino también construir y forjar acuerdos.

Entonces, en esta situación de predominio de la economía terciarizada con nuevos roles y reglas, ¿cuál es el papel del financiamiento público o el de las instituciones públicas en el arte? Ana María Guasch (2003), haciendo referencia a Rosalind Krauss y Hal Foster, menciona cómo la obra de arte se convierte en un tipo de resistencia ante la mercantilización. Es por esto que el apoyo público es necesario e importante, de lo contrario muchos contenidos desaparecerían en el libre mercado.

En este orden de ideas, J. Luis Brea propone que “La función de las instituciones públicas respecto a las nuevas prácticas, con vistas a garantizar su inscripción en lo público, será más bien la de promover u optimizar en entornos protegidos la circulación social de aquellos contenidos que el libre mercado de las industrias culturales desestimaría en su regulación interesada por la ley de la audiencia” (2004). También propone que las instituciones públicas aseguren que los contenidos se difundan, que lleguen, y así, que existan. Que aquellos contenidos que se definan dentro de un arte crítico, como lo propone Richard, y que en una economía de mercado no tendrían garantizada su existencia, cuenten con, podríamos decir, apoyos públicos.

Conclusiones

Es una realidad que conforme las instituciones culturales y artistas independientes se enfrentan con mayor frecuencia a los recortes presupuestales han encontrado alternativas de financiamiento que son cada vez más importantes en su actividad. Sin embargo, el objetivo de este escrito es resaltar que aun cuando es necesario que la cultura y las artes diversifiquen sus financiamientos, las subvenciones públicas son relevantes debido a fines sociales. La distribución social del arte debe garantizarse para todos, así como la circulación de contenidos que aporten beneficios y externalidades positivas, y que, muchas veces, podrían ser los que los mecanismos del libre mercado rechazarían.

Entender la importancia del financiamiento público de la cultura y las artes, y por qué éste es eficiente y necesario desde una perspectiva económica y social, es vital para justificar su prioridad en un presupuesto público o, en su caso, para incentivar a la iniciativa privada a formar parte, sin dejar de garantizar los objetivos sociales, a pesar de que la naturaleza del apoyo privado debe analizarse por sí misma.

Referencias

  • Bourdieu, Pierre (1970). Elementos de una teoría sociológica de la percepción artística. En Sociología del Arte. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
  • Brea, J. Luis (2004). APÉNDICE. Redefinición de las prácticas artísticas. En El Tercer Umbral. Murcia, España: CENDEAC.
  • Guasch, A. (2003). Los Estudios Visuales. Un Estado de la Cuestión. Estudios Visuales, 1, 8-16.
  • Guerra, L. R. (2015). Democracy & Art, The New World Academy and the Out-Of-Place Space of the Inexistent. Revista De Estudios Globales Y Arte Contemporáneo, 3(1), 413-432.
  • Heilbrun, J. y Gray, C. (2001). The Economics of Art and Culture (2° edición). Nueva York, Estados Unidos de América: Cambridge University Press.
  • Rascón, Cristina (2009). La Economía del Arte. México, D.F.: Nostra Ediciones.
  • Richard, Nelly (2007) Estudios visuales, políticas de la mirada y crítica de las imágenes. En Fracturas de la Memoria. México; FCE.
  • Throsby, David (2001). Economics and Culture. Cambridge: Cambridge University Press.


Recepción: 08/09/2016. Aprobación: 15/05/2019.

Vol. 20, núm. 4 julio-agosto 2019

¿Dónde aprendo o enseño mejor? Concurso de imágenes fijas UNAM 2019

Julio Arnoldo Prado Saavedra y Patricia González Flores Cita

Entre marzo y junio de 2019, se realizó el concurso universitario de imágenes fijas “Espacios de aprendizaje y enseñanza de la comunidad unam”, con la intención de documentar la perspectiva de la comunidad universitaria sobre los espacios de enseñanza y aprendizaje que prefieren, incluyendo a los estudiantes y a los docentes. Se buscó reconocer esos lugares, promover la reflexión universitaria sobre sus prácticas de estudio y docencia, ampliar los ámbitos de expresión creativa y brindar información para el diseño de futuros espacios.

La convocatoria se lanzó el 25 de marzo de 2019, la recepción de trabajos del 1 de abril al 4 de mayo. Se recibieron 56 trabajos provenientes de 40 entidades académicas de la unam, con aportaciones de diversos niveles y regiones, lo cual contribuye al enriquecimiento de los diálogos colectivos. Los resultados se dieron a conocer el 7 de junio y la premiación ocurrió el 14 de junio. Te invitamos a acercarte a las imágenes ganadoras.






En las instalaciones de la unam, los lugares idóneos para adquirir aprendizajes son las muchas áreas verdes de los planteles. Leer y demás actividades se realizan con materiales proporcionados por la escuela. El apoyo de otros alumnos o docentes es útil.


El aprendizaje va más allá de lo que adquirimos en el aula, nuestro crecimiento como universitarios también lo cultivamos de manera individual, tomados de la mano de nuestra historia y mirando hacia enfrente; abrazados por todos los espacios de nuestra universidad.


Para aprender es necesario muchas veces valerse de trucos a veces impensables, la imagen infiere que cada persona encuentra su propio método de aprendizaje y que la escuela proporciona todos los espacios y herramientas necesarias para lograr dicho proceso.




Aprendo junto a la “cerca caída” y sobre la verde alfombra que cubre mi facultad; aprendo con apuntes, libros y hasta celulares, pero más aprendo en compañía, pares, tercios o equipos; aprendo de mis compañeros y de las otras disciplinas.



Busque capturar desde mi punto de vista el momento en que comenzamos a aprender, y esto es desde pequeños, fijando metas y sueños, es por ello que la silueta es de una pequeña mirando hacia arriba, con la imagen de la biblioteca central iluminando.



Esta imagen pretende transmitir que todas las personas somos diferentes. Hay diversidad de pensamientos, formas y lugares en que cada uno se siente cómodo estudiando, algunos preferirán sitios más sistemáticos: aulas o bibliotecas; mientras que otros preferimos lugares como los que elegí.



Enseñar a partir de proyectos que permiten al profesor y los alumnos salir del aula y participar en ferias en donde junto con los asistentes construyen un nuevo sentido de las ciencias experimentales, uno más cercano a su realidad.


Compilación de imágenes expresando el quehacer de la práctica docente en CCH Azcapotzalco en específico de las asignaturas de Administración i y ii; con el título: Aula “cchaera“. Innovando desde la construcción de un espacio colaborativo.


El aula, el salón de clase, sigue siendo el mejor espacio en el que enseño. En la imagen pretendo reflejar que lo más relevante todavía es la interacción docente-alumnos (as), con apoyos como libros, dispositivos y al fondo el inicio de una presentación.




El conocimiento se enseña en diversos espacios de la Facultad de Derecho, utilizamos materiales didácticos y tecnología avanzada que fomenta la creatividad. El trabajo colaborativo de dos profesores fortalece a los alumnos del sistema escolarizado.



La práctica en las áreas quirúrgicas, permiten el desarrollo de habilidad, al mismo tiempo que se instruye en una formación apegada a normatividad con responsabilidad social y pasión.

Conclusiones

Gracias a la participación de todos los concursantes, pudimos evidenciar la diversidad de expresiones y realidades de nuestra comunidad en torno al fenómeno educativo. Las distintas imágenes son un testimonio vivo que nos permiten reconocer que la enseñanza y el aprendizaje no sólo se dan en el aula; que nuestros estudiantes y profesores se valen de una gran variedad de estrategias, recursos y herramientas de aprendizaje y enseñanza en su respectiva formación y práctica docente; que las áreas verdes, los espacios abiertos o los celulares pueden conectarnos también al conocimiento; que “cada persona encuentra su propio método de aprendizaje”, pero que la comunidad con su acompañamiento, retroalimentación y colaboración son esenciales; que también se enseña y aprende “fijando metas y sueños”; que existe una diversidad de pensamientos y lugares en los que cada uno se realiza aprendiendo o enseñando; que de todas estas diferencias se conforma y enriquece nuestra máxima casa de estudios.

Recepción: 07/06/2019. Aprobación: 14/06/19.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079