Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

¿Pueden los bosques tropicales resistir o recuperarse del impacto de los huracanes?

Georgina García-Méndez, Víctor J. Jaramillo, Angelina Martínez-Yrízar, Manuel Maass, José Sarukhán, Maribel Nava-Mendoza, Raúl Ahedo y Salvador Araiza Cita

Resumen

El estudio de largo plazo (35 años) sobre los procesos ecológicos funcionales del bosque tropical caducifolio en la región de Chamela, Jalisco, en la costa del Océano Pacífico, ha sido una herramienta científica muy útil para entender las propiedades del ecosistema y su variabilidad natural. Nos ha permitido documentar, por ejemplo, las alteraciones del bosque en términos de la pérdida de suelo por erosión, y la caída de hojas y árboles debido a huracanes originados tanto en la costa del Pacífico como en la costa Atlántica. Ahora sabemos que el bosque de Chamela tiene alta capacidad de recuperación ante el impacto de los huracanes, pero que dicha recuperación depende en gran medida de la cantidad de lluvia que cae de manera posterior a los mismos. Hemos podido documentar que existe una gran incertidumbre en la cantidad y en la distribución estacional de la lluvia, y cómo es que ésta determina si el bosque es capaz de recuperarse y con qué rapidez. Proponemos que es necesario incorporar dicha incertidumbre tanto en el diseño de estrategias para lograr su conservación, como en estrategias adaptativas y de manejo de ecosistemas que disminuyan la vulnerabilidad de los habitantes de las regiones del trópico estacionalmente seco, expuesto a los impactos de estos eventos.
Palabras clave: resiliencia, huracanes, variabilidad climática, bosque tropical caducifolio, Chamela, proyectos de largo plazo.

Can tropical forests resist or recover from hurricane impacts?

Abstract

The long-term study (35 years) on the functional ecological processes of the tropical deciduous forest of the Chamela region, Jalisco, on the Pacific coast of México, has been a very useful scientific tool for the understanding of the ecosystem processes and their natural variability. It has allowed us to document, for example, the degree of forest disruption in terms of soil loss due to erosion, and the loss of the canopy and tree fall due to hurricanes originating both in the Pacific and the Atlantic coasts. We now know that the Chamela forest has a high capacity to recover from the impact of hurricanes, but such recovery depends on the amount of precipitation occurring after their impact. We have been able to document that the uncertainties in the amount and seasonal distribution of rainfall determine whether and how fast the forest is capable of recovery after disturbance. We propose that there is a need to incorporate such uncertainty in the design of forest conservation, adaptive and management strategies, to reduce the vulnerability of the communities in seasonally dry tropical regions exposed to the impacts of these extreme events.
Keywords: resilience, hurricanes, climatic variability, tropical deciduous forest, Chamela, long-term projects.

Introducción

Antes de adentrarnos en el tema, es preciso explicar que la tendencia actual de calentamiento de la atmósfera del planeta está provocando también un aumento en la temperatura de los océanos, que es donde se originan los huracanes. Y como es bien sabido, a mayor temperatura, mayor es la energía disponible para su formación. Por ello, se predice que, con el calentamiento global, motor del cambio climático, los huracanes se volverán cada vez más intensos, con vientos más veloces y con mayor capacidad destructiva. Es por ello que el estudio del impacto de los huracanes, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo, se ha convertido en un tema de gran importancia desde las perspectivas biológica, ecológica, económica y social.

Nuestro país es vulnerable ante el cambio climático

México tiene características geográficas que lo colocan como uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático (encc, 2013; pecc 2014-2018), entre los que se encuentran el aumento proyectado en la intensidad de los ciclones tropicales en años venideros (semarnatinecc, 2012). Su localización entre dos océanos, su latitud y relieve accidentado y montañoso, lo exponen a diferentes fenómenos hidrometeorológicos, como los huracanes (encc, 2013; pecc 2014-2018), que pueden presentarse tanto en los litorales del Golfo de México y del Océano Atlántico, como en el litoral del Océano Pacífico. Prueba de ello son los 22 huracanes de gran intensidad (categorías 3, 4 y 5 de la escala de vientos de Saffir-Simpson) que han hecho tierra en distintos puntos de las costas del país entre 1970 y 2017 (semarnat, 2018, ver Imagen 1). Ciertamente, los más afectados son los ecosistemas costeros y sus habitantes; sin embargo, sus efectos se extienden en ocasiones a muchas otras regiones del país situadas tierra adentro. Si la intensidad de los huracanes aumenta significa que diversos ecosistemas estarán expuestos a eventos cada vez más devastadores, poniendo en riesgo tanto a las especies de plantas y animales que los conforman como a los seres humanos que se proveen de los bienes y servicios que se derivan de sus funciones, como son la obtención de alimento, agua, suelo fértil, plantas medicinales, madera y leña.



Imagen 1. Incidencia de huracanes en México de acuerdo con semarnat, 2018. Fuente: Semarnat. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Compendio de Estadísticas Ambientales. Indicadores Clave, de Desempeño Ambiental y de Crecimiento Verde. Edición 2015. Semarnat. México. 2016.

La resiliencia del bosque tropical caducifolio

La capacidad de los ecosistemas para recuperarse de perturbaciones naturales o causadas por los humanos, así como para permanecer en el tiempo se conoce como resiliencia. El estudio de esta característica ha recibido gran atención en la literatura científica, ya que es fundamental para entender cómo persisten los ecosistemas ante eventos extremos de perturbación.

Imagen 2. Bosque tropical caducifolio en época de sequía de diciembre a mayo. Foto de Víctor J. Jaramillo, junio de 2013.

Ubicado sobre la línea de costa del Pacífico mexicano y directamente expuesto al paso de huracanes se encuentra el bosque tropical caducifolio, así llamado porque la mayoría de los árboles tiran sus hojas en la época de sequía cada año (ver imágenes 2 y 3). En México, cubre grandes extensiones: desde el sur de Sonora y el suroeste de Chihuahua hasta Chiapas, e ingresa hacia el interior del país por las vertientes de los ríos Santiago y Balsas y hacia la Depresión Central de Chiapas, a través del Istmo de Tehuantepec. De acuerdo con el libro Vegetación de México de Rzedowski (1978), los árboles de estos bosques no son muy altos; generalmente alcanzan alturas de ocho a doce metros y coexisten con otras plantas de menor estatura como los arbustos o con plantas de troncos más delgados como las lianas o bejucos y con numerosas cactáceas y hierbas. El clima es cálido, con una temperatura que cambia muy poco a lo largo del año (de 22 °C en promedio en enero a 26 °C en julio-agosto), pero con lluvias anuales que sí pueden variar mucho, desde escasas (400-600 mm) hasta abundantes (1,000 -1,300 mm). La lluvia cae normalmente entre junio y noviembre, pero en años excepcionales, como en los que se presenta el fenómeno climático conocido como El Niño, se presentan lluvias durante los meses invernales, que suelen ser secos. Entonces el bosque responde al producir nuevo follaje que pronto, ante la falta de agua, se vuelve a tirar.

Imagen 3. Bosque tropical caducifolio en época de lluvias de junio a noviembre. Foto de Manuel Maass, agosto de 2011.

¿Y cuál es la importancia biológica del bosque tropical caducifolio en nuestro país? La respuesta es que este bosque tiene un gran número de especies, tanto de plantas, con más de 4,500 especies (por ejemplo, barcino, copal chino, copal santo, tepeguaje, bonote, tetechos y candelabros), como de animales (armadillo, mapache, comadreja, tejón, puma, venado cola blanca, ocelote, jaguarundi y chachalaca, ver imagen 4). Además, muchas de ellas sólo se encuentran en este tipo de bosque tropical (casi la mitad de las especies de plantas y un tercio de las especies de vertebrados), lo que se conoce como especies endémicas. Tal es el caso de la codorniz cresta dorada, la rata arrocera y el murciélago platanero (Ceballos y García, 1995).

Imagen 4. Chachalaca, ave representativa del bosque tropical caducifolio. Foto de Manuel Maass, febrero, 2012.

El ser humano ha mostrado su preferencia por ocupar estas áreas debido a la relativa facilidad para su aclareo, que es la remoción de los árboles con maquinaria o machete para darle un uso diferente a la tierra, por la fertilidad de los suelos y por su clima benigno. También, porque en estas zonas de clima seco la incidencia de enfermedades es menor cuando se le compara con las que se pueden contraer en las zonas de los bosques tropicales lluviosos. Todo esto ha provocado que exista una gran presión por parte de las comunidades que lo habitan para convertir el bosque a campos agrícolas y de pastoreo. Ello ha tenido como consecuencia que el bosque tropical caducifolio sea considerado un tipo de vegetación amenazado y altamente perturbado, tanto a nivel nacional como de manera global, donde se le conoce como bosque tropical seco.

Los huracanes en la costa de Jalisco

La transformación del ecosistema por acción humana, como la deforestación, no es la única amenaza a la integridad del bosque tropical caducifolio mexicano. La presencia de huracanes, como ya se mencionó, es un factor importante de perturbación porque llegan a causar una gran alteración no únicamente a los cultivos, a infraestructura de las comunidades y sus pobladores, sino a la vegetación nativa, dejando a su paso daños inmediatos visibles.

En octubre de 2011, la costa de Jalisco fue severamente afectada por el huracán Jova, de categoría 2, con vientos máximos sostenidos de 160 km por hora y rachas de hasta 195 km por hora (conagua, 2011; ver cuadro 1, imagen 5), causando daños considerables al bosque en el área de Chamela-Cuixmala, ya que por ahí tocó tierra. Este huracán depositó en dos días una lluvia equivalente a 213 litros de agua en cada metro cuadrado de terreno (213 mm), cantidad casi 2.5 veces mayor a la que llueve normalmente durante todo el mes en años sin huracán.

Imagen 5. Imagen de satélite del Huracán Jova en 2011. Fuente: Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad, National Aeronautics and Space Administration- Earth Observing System (2011) Imagen de satélite MODIS, 12 de octubre 2011. Resolución 1 km, bandas 4,3,1. México, Conabio.

Nombre Año de incidencia Categoría máxima alcanzada Vientos máximos sostenidos Costa en la que se formó Período de ocurrencia Estados afectados directamente
Dean 2007 5 270 km/h, con rachas de 350 km/h Atlántico 13 al 23 de agosto Quintana Roo, Yucatán, Campeche, San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Tamaulipas, Tlaxcala, Querétaro, México, Nuevo León, Distrito Federal y alcanzó la costa de Jalisco
Jova 2011 3 205 km/h, con rachas de 250 km/h Pacífico 5 al 12 de octubre Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit
Patricia 2015 4 325 km/hora, con rachas de 400 km/h Pacífico 20 al 24 de octubre Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán

Cuadro 1. Fuente: conagua, s.f.

Tan solo cuatro años más tarde, en octubre de 2015, la zona fue nuevamente afectada por otro huracán, el huracán Patricia, considerado uno de los más intensos registrados en la historia moderna en el Pacífico (ver cuadro 1, imagen 6). Incluso, llegó a ser clasificado en la categoría 5, pero tocó tierra como categoría 4 en las costas de los municipios de la Huerta y Cihuatlán, en Jalisco. Los registros meteorológicos apuntaron a vientos máximos sostenidos, superiores a los del Jova, de 324 km por hora, con rachas de hasta 400 km por hora y lluvia muy copiosa, pero no tan abundante como la de Jova. Un fenómeno así no había ocurrido en la zona de Chamela-Cuixmala en más de 60 años y mucho menos dos en un lapso tan corto.

Imagen 6. Imagen de satélite del Huracán Patricia en el 2015. Fuente: Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad, National Aeronautics and Space Administration- Earth Observing System (2015) Imagen de satélite MODIS, 23 de octubre 2015. Resolución 1 km, bandas 4,3,1. México, Conabio.

Las características de estos eventos hidrometeorológicos, como se les conoce a las tormentas tropicales y a los huracanes, en términos de la presencia de vientos de alta intensidad y de la cantidad de lluvia depositada en unos cuantos días, rebasaron la variabilidad considerada como normal para la región. Su ocurrencia y la notable alteración que causan a la estructura y el funcionamiento del ecosistema plantean, entonces, una pregunta: ¿qué capacidad de recuperación, como expresión de su resiliencia, tiene el bosque de Chamela ante estos eventos? En virtud de la posibilidad de que aumente la frecuencia de perturbaciones naturales asociadas al cambio climático, dicha capacidad adquirirá mayor relevancia, ya que de ella depende la provisión de un amplio conjunto de servicios para la sociedad entre los que se encuentran el suministro gratuito de madera, de leña y de productos no maderables, la conservación del suelo y de especies silvestres únicas de la región, así como la regulación del clima y de los ciclos de nutrientes.

El funcionamiento del bosque y los estudios de largo plazo

Las funciones que realiza el bosque están relacionadas con cuatro tipos de procesos ecológicos fundamentales: los del ciclo del agua, los ciclos de nutrientes, el flujo de energía y la dinámica de los grupos de organismos que viven juntos e interactúan entre sí en diferentes partes del bosque, conocidos como comunidades bióticas (conabio, 2019). Dichos procesos, todos interconectados, pueden cambiar drásticamente en respuesta a las perturbaciones causadas por los huracanes, que, como ya vimos, modifican significativamente la cantidad, la calidad y la temporalidad de la lluvia. La alteración se manifiesta en importantes procesos como la cantidad de agua que se infiltra en el suelo y la que escurre hacia las partes bajas del terreno, en las cantidades de nutrientes disueltos en ella o adheridos al suelo que se erosiona, en la productividad del ecosistema y en las variaciones en la composición de especies y su distribución en el paisaje.

Los estudios de largo plazo que analizan estos procesos ecológicos por décadas proveen una herramienta científica fundamental para entender no sólo la variabilidad natural, sino también las alteraciones causadas en los ecosistemas por los huracanes, y para determinar su resiliencia, ya que proveen de información de las condiciones del bosque antes del disturbio y posterior a cada evento. En la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala, particularmente en la Estación de Biología Chamela, estamos realizando un estudio de largo plazo, con una base sólida de conocimientos generada a lo largo de más de 35 años, en cinco pequeñas cuencas hidrográficas (12-28 hectáreas) cubiertas por bosque tropical caducifolio sin perturbación de origen humano, en las que ha sido posible cuantificar los cuatro tipos de procesos ecológicos fundamentales. Hemos analizado la variación temporal de las entradas de agua (midiendo la precipitación o lluvia), así como las salidas (midiendo la cantidad que escurre) en la parte baja de cada una de las cuencas. Con el análisis químico del agua, la de la lluvia y la que escurre, hemos podido medir los nutrientes que circulan en el ecosistema, adheridos a partículas de suelo y materia orgánica o en forma disuelta en el agua. Tenemos también registros de la abundancia, crecimiento y mortalidad de los árboles, así como de la productividad del ecosistema y de su variación año con año.

Parte de la información generada por el proyecto sobre el impacto de los huracanes ya ha sido publicada en la literatura científica (ver por ejemplo, el número especial coordinado por Álvarez-Yépiz, Martínez-Yrízar y Fredericksen, 2018) que ha recibido una gran atención internacional, pues se han mostrado por primera vez, para el bosque tropical caducifolio en el Pacífico de México, los patrones de respuesta y de recuperación de diferentes procesos ecológicos ante esta singular combinación de eventos climáticos extremos. La información recabada hasta la fecha indica que de los últimos 33 años el más húmedo fue el 2015, cuando impactó el huracán Patricia con una precipitación de 1,329 mm y que fue cuatro veces más húmedo que el año más seco de toda la serie, el 2005, con solo 340 mm (Maass et al., 2018). Es decir, la variación en la cantidad de lluvia que experimenta el bosque de Chamela puede ser muy grande. Esta alta variación también se debe a la mayor intensidad de la lluvia (la cantidad de agua por unidad de tiempo) y que curiosamente no la ha provocado, hasta ahora, un ciclón del Pacífico, sino uno originado en el Océano Atlántico: el huracán Dean. Este huracán depositó, en agosto de 2007, 236 mm de agua en menos de 24 horas, el equivalente a aproximadamente 12 garrafones de agua de 20 litros por cada metro cuadrado en un solo día. Se trata de una cantidad enorme de agua si consideramos que la lluvia producida por el huracán Patricia en un mismo período fue aproximadamente la mitad (115 mm). Que las lluvias generadas por Dean hayan alcanzado la costa del Pacífico habla de la vulnerabilidad y el riesgo al que está expuesto el país respecto a los huracanes, debido a la presencia de ambas costas y a la poca distancia que existe entre ellas en el centro y sur del territorio nacional. Este huracán ha sido considerado el más intenso registrado en la cuenca del Océano Atlántico, después del huracán Wilma, en el 2005.

Es importante señalar que, con las tormentas intensas, el agua que cae frecuentemente supera la capacidad del suelo para infiltrarla por lo que, al haber una pendiente, escurre sobre la superficie arrastrando material vegetal y sedimentos fuera del ecosistema. Estos procesos de escurrimiento se agravan durante los huracanes, que en el caso de Dean produjo en nuestras cuencas de estudio el mayor escurrimiento en el período de 33 años y también la mayor acumulación de sedimentos acarreados que fue casi seis veces superior a la producida por el huracán Patricia y nueve veces mayor a la de un año típico y sin la presencia de ciclones. Igualmente, la porción de nutrientes en solución que se movieron fuera de las cuencas, producto del escurrimiento asociado a los huracanes, fue también mayor, y en el caso del Jova, por ejemplo, duplicó las salidas de fósforo orgánico disuelto del ecosistema, en contraste con la cantidad que sale en años sin huracanes (Jaramillo et al., 2018). El fósforo orgánico representa uno de los constituyentes más importantes entre los nutrientes del suelo del bosque ya que es la forma en la que el fósforo puede ser aprovechado por los microorganismos del suelo y por las plantas. Entonces, su salida frecuente por eventos extremos como los ciclones puede representar una pérdida de fertilidad para el bosque a largo plazo. Esto habla del poder de los huracanes para alterar los procesos relacionados con los ciclos del agua y de los nutrientes en el bosque.

La actividad de los huracanes puede incorporar no sólo demasiada agua para el ecosistema, sino que se acompaña de fuertes vientos, los cuales causan la caída de material vegetal vivo al suelo y la muerte de árboles derribados por los vientos, como ocurrió con el huracán Patricia. El efecto instantáneo del viento de Jova y Patricia fue la caída masiva de hojas, ramitas, flores y frutos, conocidos en conjunto como hojarasca. La caída de hojarasca es un proceso clave del ecosistema, ya que representa una vía muy importante de transferencia de energía y nutrientes al suelo, al tiempo que es un indicador de la productividad primaria, la cual da soporte a las cadenas alimenticias del ecosistema. Nuestros estudios indican que este proceso fue fuertemente alterado por los dos huracanes. Las cantidades de hojarasca que cayeron durante los meses de octubre de 2011 y 2015, el mes del paso de los huracanes sobre la reserva de Chamela, superaron en casi cuatro y siete veces, respectivamente, el promedio de la hojarasca producida en el mismo mes en un período de 28 años previos a la entrada de estos dos huracanes (Martínez-Yrízar et al., 2018). Este pulso de caída de material vegetal tuvo un efecto en la cantidad de nutrientes que normalmente entran al suelo por esta vía. Por ejemplo, el nivel de nitrógeno y fósforo que regresó al suelo después del paso del huracán Patricia representó de dos a tres veces la cantidad total de dichos nutrientes que normalmente se reciben durante la temporada de lluvias completa (julio-octubre) en años sin huracán. De igual forma, las ramas y troncos derribados por los fuertes vientos de Patricia aumentaron la cantidad de material leñoso muerto, acumulado sobre la superficie del suelo del bosque en más de cincuenta toneladas por hectárea.

Lo anterior indica que los árboles del bosque de Chamela presentaron una baja resistencia a los fuertes vientos y a las grandes cantidades de lluvia provocadas por los huracanes, lo que cambió también de forma significativa la apariencia del bosque. Antes de Jova, el bosque medía 6.8 m de altura en promedio y era cerrado, con una muy baja fracción de claros (0.025 o 2.5%) o aperturas en las copas de los árboles. Después del paso del huracán, el bosque perdió altura (5.9 m), se abrieron las copas de los árboles y el porcentaje de claros subió a 37.5%. Cuatro años más tarde, después del huracán Patricia, el bosque disminuyó aún más en altura (3.5 m) y aumentó notablemente la fracción de claros a 65% por la caída de ramas grandes y de muchos árboles que fueron arrancados de raíz (Parker et al., 2018). Estas transformaciones aún son visibles en el paisaje (ver imagen 7).

Imagen 7. Daños inmediatos, visibles causados por los vientos del huracán Patricia en el bosque tropical caducifolio en Chamela, Jalisco. Otros daños ocurren en el suelo, se alteran los ciclos de nutrientes y del agua, y las consecuencias no se observan necesariamente de manera inmediata. Foto de Angelina Martínez Yrízar, enero de 2016.

Como lo mencionamos anteriormente, un proyecto de investigación de largo plazo (de décadas), como el que realizamos en el bosque de Chamela, tiene un valor científico único, pues permite documentar no sólo la resistencia, sino también la velocidad de recuperación del ecosistema posterior a la ocurrencia de eventos climáticos extremos como los huracanes. La información obtenida en los años posteriores a Jova mostró una recuperación rápida del bosque. Por ejemplo, la caída de hojarasca tuvo valores similares a los años previos al huracán (Martínez-Yrízar et al., 2018). Dicha respuesta se debió probablemente a que los árboles no sufrieron serios daños y tuvieron una mayor disponibilidad de agua al presentarse lluvias inusualmente copiosas en la estación seca, favoreciendo una nueva producción de hojas y la recuperación de la copa de los árboles. Igualmente, las concentraciones de nitrógeno y fósforo en la hojarasca mostraron valores similares a los períodos anteriores a Jova, lo que sugiere una resiliencia alta de los ciclos de nutrientes (Jaramillo et al., 2018). En contraste, el paso de Patricia, de mayor intensidad que Jova, fue seguido de un año muy seco, con una precipitación anual 20% por debajo del promedio, lo que redujo la producción de hojarasca relacionada con la que hubo en 2015, el año del huracán (Martínez-Yrízar et al., 2018). Esta información nos indica que la resiliencia de los ecosistemas estacionalmente secos, como el de Chamela, parece estar estrechamente relacionada con la disponibilidad de agua después del fenómeno de perturbación y que si se presenta una sequía por más tiempo ésta puede limitar su capacidad de recuperación en corto plazo y comprometer su resiliencia a eventos climáticos extremos futuros.

Los resultados de nuestro estudio de largo plazo en Chamela han mostrado que el bosque tropical caducifolio está expuesto a tormentas tropicales y huracanes originados en el Océano Pacífico o en el Atlántico, que son fuentes importantes de lluvias atípicas y de perturbación por viento. También nos ha permitido documentar que la resiliencia del bosque se encuentra menos en su resistencia a estas perturbaciones y más en su velocidad de recuperación después de los eventos. Sin embargo, dicha recuperación depende fuertemente de la disponibilidad de agua en los períodos posteriores al paso de los ciclones. Con la información de largo plazo hemos podido mostrar que la incertidumbre en la cantidad y en la distribución estacional de la lluvia determinan lo que sucede y cómo sucede en este bosque. Reconocer esta incertidumbre e incorporarla en la toma de decisiones resulta esencial para establecer no sólo estrategias de conservación del bosque, sino también estrategias adaptativas y de manejo que disminuyan la vulnerabilidad de los habitantes de las regiones del trópico estacionalmente seco, en particular de los agricultores que dependen de los sistemas de producción agrícola de temporal. Es importante que gobernantes, líderes y la sociedad en general conozcan el valor de los bosques, estén conscientes de las amenazas asociadas a los huracanes y que estén preparados para responder ante tales contingencias.

Referencias

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  • Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat). (2018). Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Compendio de Estadísticas Ambientales. Indicadores Clave, de Desempeño Ambiental y de Crecimiento Verde. Semarnat.

Financiamiento

El proyecto recibió financiamiento de papiit-dgapa-unam, PROYECTO No. IN209117, “Resiliencia del bosque tropical seco de Chamela ante el impacto de eventos climáticos extremos” y del conacyt, Proyecto 174094, “Respuesta del socio-ecosistema del bosque tropical seco de la región de Chamela al Huracán Jova: un evento catastrófico infrecuente”.



Recepción: 30/07/2019. Aprobación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

Las lágrimas y sus padecimientos

Anabel Socorro Sánchez Sánchez y Alejandro Rodriguez Mercado Cita

Resumen

Las lágrimas son un componente esencial para nuestra visión, son el primer punto de contacto con la luz que entra a los ojos. Sin embargo, resulta común vivir con uno o varios síntomas asociados con padecimientos lagrimales y estar tan acostumbrados a ellos que los pasamos por alto. Cualquier problema de este tipo afectará nuestra visión y la manera en la que percibimos el mundo. En este artículo, te hablaremos sobre qué son las lágrimas, también llamadas películas lagrimales, de qué están hechas y cómo podrías identificar si vives con algún problema en ellas.
Palabras clave: lágrima, visión, ojos, padecimientos.

Tears and its affections

Abstract

Tears are an essential component for our vision; they are the first contact of the light when it passes through our eyes. It is common to live with one or more symptoms associated to issues in the tears, overlooking that fact. Any tear-related problem compromises our vision and our world perception. In this article, we will talk about what tears are, which are their components and how you can assess yourself to identify if you are living with some problem in them.
Keywords: tears, vision, eyes, health condition.

Introducción

¿Te ha pasado que sientes que nadie merece tus lágrimas? O tal vez has imaginado como sería tu vida sin lágrimas, quizá porque el viento se las llevó o porque fueron derramadas en la sequedad o aspereza.

Quizá simplemente las has secado, sin considerar lo importantes que son para tus ojos, pasando por alto también la labor de las glándulas que intervienen en su formación. Las diferentes cualidades ópticas de las lágrimas hacen posible ver una imagen definida, además de cumplir funciones de lubricación y otras más de defensa ante agentes microbianos. A continuación, se dan a conocer más detalles.

Las lágrimas, lágrima o película lagrimal: una capa de capas

La lágrima o película lagrimal es una capa líquida muy delgada; tiene un espesor mínimo de 4 milésimas de milímetro (micrones, µ) y máximo de 40µ; se podría pensar en ella como un gel líquido compuesto de agua, grasa, moco y muchos nutrientes. Esta fina capa a su vez está formada por tres subcapas más delgadas, una de mucina, otra de agua y la última de lípidos o grasas, cada una con origen en glándulas diferentes, distribuidas en el aparato lagrimal. La acción mecánica del párpado combina estos 3 componentes, y forma, como tal, la película lagrimal (ver figura 1). Una definición más reciente, describe a la lágrima como un gel interactivo de mucina hidratada, con lípidos asociados a proteínas, distribuidos por todo el gel (Gayton, 2009).

Figura 1. Capas de la lágrima.
Fuente: elaboración propia.

Las lágrimas tienen muchas funciones: sirven como lente óptica, ya que son el primer punto de contacto que tiene la luz al entrar a nuestros ojos, son la principal fuente de oxígeno de la córnea, actúan como lubricante entre los párpados y la córnea, se encargan de la eliminación de cuerpos extraños y células muertas, además de prevenir infecciones por microorganismos.

Figura 2. Ubicación de las glándulas responsables de la producción de la película lagrimal.
Fuente: elaboración propia.

La subcapa de mucina es la más próxima a la superficie ocular, y se genera en las células de Globet y epiteliales, en las glándulas de Manz y de Moll, y en las criptas de Henle (ver figura 2). Está constituida principalmente de sulfomucina y sialomucina (Caffery, 1990), proteínas de alto peso molecular; encargadas de proteger la superficie ocular al actuar como barrera ante microorganismos. Ayuda a crear una superficie hidrófila lisa sobre las microvellosidades de la superficie corneal y con esto favorecer la adherencia de la lágrima sobre el ojo (ver figura 3).

Figura 3. Adherencia de la mucina.
Fuente: elaboración propia.

La subcapa acuosa se halla en la parte intermedia de la lágrima, y constituye la mayor parte de la película. Aunque su producción más grande procede de la glándula lagrimal principal, se complementa con la de las glándulas de Krause y Wolfring1 (ver figura 2), células acinares,2 vasos sanguíneos de la conjuntiva, epitelio corneal y conjuntival. Está integrada por un alto contenido de agua, proteínas y enzimas (amilasa, lizosima, lactoferrina, prealbúmina), glicoproteínas, inmunoglobulinas (IgA e IgG), sodio, cloro, urea, piruvato, glucosa, potasio, calcio, magnesio e, incluso algunos otros componentes que aún no se han descubierto. Se encarga principalmente en llevar oxígeno y nutrientes a la córnea; además de lubricar, eliminar tanto partículas como desechos metabólicos, y gracias a la presencia de inmunoglobulinas, enzimas y otras proteínas bacteriolíticas de evitar infecciones (Caffery, 1990; Kaufman y Alm, 2004).

La inervación3 de la glándula lagrimal principal es regulada mayormente por el sistema nervioso involuntario, se conecta con la retina, la capa del ojo encargada de percibir la luz, y con el sistema límbico, el cual regula las emociones. Por este motivo podemos llorar en casos de deslumbramientos o por tristeza. Las concentraciones de electrolitos y proteínas de la subcapa acuosa variaran dependiendo del origen del estímulo (Kaufman y Alm, 2004).

Finalmente, la subcapa lipídica es la más externa, pues entra directamente en contacto con el aire. Proviene de las glándulas de Meibomio (ver figura 2) y se forma de la combinación de alcoholes con ácidos orgánicos (ésteres) y colesterol. Retrasa la evaporación de nuestras lágrimas, permitiendo que permanezcan por más tiempo sobre la superficie externa de nuestro ojo (Caffery, 1990; Kaufman y Alm, 2004).

Una vez que las lágrimas han cumplido su función…

En condiciones normales, se pierde entre 10% y 20% de la película lagrimal por evaporación. El parpadeo hace un efecto de sifón que bombea las lágrimas para su deshecho, iniciando con los puntos lagrimales en el borde interno de los párpados, continuando por los canales lagrimales y saco lagrimal hacia la nariz (Saraux, Lemasson, Offret, y Renard, 1985; ver figura 4).

Figura 4. Aparato lagrimal.
Fuente: elaboración propia.

Cuando las lágrimas tienen problemas se pueden presentar alteraciones

El síndrome de ojo seco es la más frecuente, aparece por deficiencias en uno o en varios componentes. Entre sus síntomas, puede presentar sensación de tener arena o algo en el ojo, comezón, ardor, sensibilidad a la luz, pesadez en los párpados y a veces hasta dolor.

¿Has tratado de enfocar y no puedes? Si la película lagrimal se vuelve irregular, cuando la luz pase a través de ella también tendrá anormalidades (llamadas microaberraciones), lo que suele ocasionar que mientras fijamos la mirada en un objeto no se vea completamente definido (aun usando lentes). A veces, durante esos momentos empezamos a parpadear buscando mejorar el enfoque, porque al hacerlo volvemos a distribuir la lágrima de manera uniforme y a lubricar la superficie ocular, pero como ésta desaparece rápidamente resurgen las imágenes borrosas o distorsionadas que disminuyen la nitidez, por lo tanto continuamos parpadeando.

Otras causas del síndrome del ojo seco pueden ser mecánicas o autoinmunes:

  • Mecánicas: los párpados laxos, el cierre incompleto del párpado o la disminución de la frecuencia del parpadeo propician un ojo seco pero funcional, ya que las capas de la lágrima se encuentran en una excelente condición de salud.
  • Autoinmunes (enfermedades donde nuestro propio sistema inmunológico ataca nuestros órganos sanos): síndrome Sjögren,4 queratoconjuntivitis sicca,5 desordenes de la glándula lagrimal,6 entre otros.

El síndrome de ojo seco, de igual modo, tiende a manifestarse por problemas en el resto del aparato lagrimal, en los puntos y conductos que llevan a su drenaje (Paul-Riorda y Emmet, 2011).

  • Dacriocistitis: infección del saco lagrimal.
  • Dacrioadenitis: inflamación de glándulas lagrimales. Puede volverse crónica, cuya causa más común es el síndrome de Sjögren, o aguda, debido a virus, bacterias u hongos.
  • Epífora funcional u obstructiva: cuando el canal está obstruido por secreciones, lo que provoca lagrimeos excesivos.

Otros padecimientos…

  • Alácrima: carencia congénita de lagrimeo.
  • Lagrimación paradójica o lágrimas de cocodrilo: lagrimeo al comer.
  • Lágrimas sanguinolentas o hemolacria: la presencia de sangre puede estar asociada con conjuntivitis, golpes o tumores.

Evalúa si vives con un padecimiento lagrimal

La siguiente información será de utilidad para descubrir si se vive con un padecimiento debido a problemas lagrimales.

Primero te sugerimos una autoevaluación respondiendo un cuestionario. Existen varios cuestionarios para determinar los síntomas de la resequedad ocular, uno de los más usados es el de McMonnies y Ho (1987). Este cuestionario lo puedes utilizar para autoevaluarte y saber si vives con algún problema en tu lágrima que deba ser atendido por un especialista. Consiste en 13 preguntas de opción múltiple, al final cada respuesta corresponde a un puntaje, cuya suma dirá si tienes un problema o estás en riesgo de tenerlo. Recomendamos tener a la mano un lugar para anotar las respuestas. Comencemos.

El recurso no se encuentra disponible en este momento.

Métodos de diagnóstico

Los especialistas de la visión realizan diferentes métodos diagnósticos que van desde cuestionarios sobre los síntomas, los más conocidos son el de McMonnies y el osdi (Ocular Surface Disease Index), hasta pruebas especializadas de laboratorio. Los exámenes que generalmente se usan son: el test de Schirmer, el tbut por sus siglas en inglés Tear Break up Time (tiempo de ruptura lagrimal, ver figura 5), y otros como hilo fenol, tinción con verde de lisamina o rosa de bengala. Estas muestras evalúan el volumen de producción lagrimal, el tiempo que mantiene su uniformidad sobre la superficie ocular y si existe algún tipo de daño en estructuras anteriores del ojo, como la córnea y conjuntiva, por resequedad. Algunos otros métodos menos invasivos incluyen grabar un video que determine la cantidad de lágrima que hay entre el párpado inferior y la superficie ocular (menisco lagrimal, ver figura 6).

Muestra del tbut. A la izquierda se observa la tinción distribuida uniformemente en el inicio de la prueba; a la derecha aparecen las zonas obscuras señaladas con flechas rojas, secciones donde ya se evaporó la lágrima.
Fuente: elaboración propia.

Otras técnicas no invasivas estiman, a nivel laboratorio, la concentración de las distintas sustancias que componen la lágrima (osmolaridad) y también se ha popularizado el uso de un equipo llamado tearscope, diseñado por Guillon en 1986, que permite dar un diagnóstico de ojo seco en cuestión de segundos (The Vision Care Institute, s.f.).

Menisco lagrimal. En un ojo sano, la altura del menisco debe ser de al menos 100 micras (0.1 mm).
Fuente: elaboración propia.

Novedades en las investigaciones sobre la lágrima

Se estudia la posibilidad de medir los componentes de la lágrima para el seguimiento de diferentes enfermedades. Se ha desarrollado el prototipo de unos lentes con un biosensor para monitorear la glucosa en pacientes diabéticos, sin necesidad de pincharse el dedo. Así como de lentes de contacto que pueden medir el nivel de glucosa a través de la glucosa en las lágrimas (Anteojos que monitorean la diabetes, 2020; unam Global, 2018).

Datos importantes

Entre los factores que favorecen la aparición de deficiencias en la película lagrimal se encuentran el uso constante de dispositivos electrónicos y de aire acondicionado (el parpadeo disminuye, entonces, el ojo se reseca), una dieta deficiente en omega 3 y vitamina A, así como habitar en ciudades con altos índices de contaminación.

Conclusiones

Deficiencias en la producción o en las características de cualquiera de las capas de la película lagrimal pueden dar origen a padecimientos en los ojos que afecten nuestro rendimiento visual.

Los cuestionarios son útiles para distinguir algunos de los síntomas asociados con alteraciones de la película lagrimal; sin embargo, sólo un especialista de la visión podrá determinar el diagnóstico certero y tratamiento en cada caso. Por lo cual, si presentaste un puntaje de riesgo de ojo seco, será prudente acudas a una revisión detallada a fin de que recibas el tratamiento adecuado.

Los tratamientos para las deficiencias lagrimales son variados; algunos consisten en modificaciones en el medio ambiente y en la dieta, otros en el uso de geles, lágrimas artificiales, antiinflamatorios, antibióticos, tapones lagrimales, gafas de cámaras de humedad, lentes de contacto o procedimientos quirúrgicos. Pero cada una de estas opciones dependerá del origen de la afección.

Referencias



Recepción: 19/08/2019. Aprobación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

Políticas educativas e incorporación de las TIC en la educación superior mexicana

Marisol Muñoz Martínez Cita

Resumen

El presente artículo es un análisis sobre la introducción de las Tecnologías de Información y Comunicación (tic) en el sistema educativo mexicano, a través de la documentación de las políticas educativas. En seguida, se comenta la importancia de las tic como mediadoras en el proceso de aprendizaje, particularmente en la educación superior. Las conclusiones apuntan a centrar la atención en los procesos de aprendizaje más que en la inversión de equipamiento.
Palabras clave: educación superior, tecnologías de información y comunicación, políticas públicas educativas, tic.

Educational Policies and ICT Incorporation in Mexican higher education

Abstract

This article is an analysis of the introduction of Information and Communication Technologies (ict) in the Mexican educational system, through the educational policies documentation. The importance of ict as mediators in the learning process is discussed below, particularly in higher education. The conclusions aim to focus attention on learning processes rather than investment in equipment.
Keywords: higher education, information and communication technologies, public education policies, ict.

Introducción

La actualización y renovación permanente del saber científico y tecnológico, y el sistema económico centrado en la producción, han generado cambios en la forma de elaborar política en México. En particular, han orientado la educación al desarrollo de competencias para dar respuesta a nuevas demandas del mercado laboral, en el contexto de la globalización y la transformación digital de la industria y las organizaciones.

En este marco, el presente artículo centra su atención en la introducción de las Tecnologías de Información y Comunicación (tic) en el sistema educativo mexicano, a través de la documentación de las políticas educativas. Además, se aborda la importancia de las tecnologías en la educación superior, como mediadoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, surge la cuestión: ¿cuál tendría que ser la prioridad de las políticas educativas en materia de tic?

Políticas educativas para la introducción de las TIC en México

La incorporación y uso de las tic en las actividades cotidianas humanas ha propiciado que los organismos internacionales se ocupen de la detección de la necesidad de su incorporación al ámbito educativo. Entre dichos organismos se encuentran la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde) y el Banco Mundial (bm).

Resalta el trabajo realizado por la unesco para la adopción de las tecnologías en el ámbito educativo. En la década de los noventa constituyó la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo xxi (1996), presidida por Jaques Delors, y en cuyo informe se indica que, a partir del contexto de un mundo globalizado, multicultural y con problemas de inequidad, se requiere instrumentar una nueva propuesta de construcción de la educación y el aprendizaje. Además de contar con profesores adecuadamente formados, se considera la incorporación de otros elementos para impartir enseñanza de calidad, dentro de los cuales, el uso de medios de comunicación y de las tecnologías cobran gran relevancia.

En el caso de México, los primeros intentos de introducir los recursos tecnológicos en el sistema educativo mexicano datan del sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988). Con el programa de Telesecundarias, inaugurado en 1986, la Secretaría de Educación Pública (sep), en el ya mencionado período de gobierno, incorporó la televisión al ámbito educativo, con el fin de poner al alcance los estudios de secundaria para jóvenes residentes en comunidades alejadas de las zonas urbanas.

Posteriormente, entre 1993 y 1994, se implementó el Proyecto Introducción de la Computación Electrónica en la Educación Básica (oeeba-sep) para educación primaria. Siguieron, de manera consecutiva, el Sistema de Educación Satelital (edusat), inaugurado en 1995, y la Red Nacional de Videoconferencias para la educación, en 1997, con la participación de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), el Instituto Politécnico Nacional (ipn) y la Universidad Autónoma Metropolitana (uam).

Cabe señalar que, en 2003, se hace una adición al artículo seis de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se establece la libertad de expresión y el derecho al acceso de la información, que a letra dice: “el Estado garantizará el acceso a las tic, así como servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha, e Internet […]” (Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2008, p.10).

Para inicios del siglo xxi, durante el gobierno de Vicente Fox Quezada (2000-2006), se impulsó como proyecto sexenal educativo el Programa Enciclomedia (2003), para quinto y sexto grado de primaria. En ese momento se estableció la política de fomento del uso educativo de las tic en la educación básica, cuya tarea sería “impulsar el uso, expansión, y desarrollo de las tic, así como la producción de materiales audiovisuales e informáticos que […] favorecieran el aprendizaje” (sep, 2006, pp.13-14). Lo anterior, a través de la distribución computadoras de escritorio, pizarrones blancos, proyectores y un contenido didáctico, que poco se usó por falta de capacitación hacia los profesores, o bien la carencia de servicios básicos como energía eléctrica.

En 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006–2012), se implementó el Programa Habilidades Digitales para Todos (hdt), en secundaria, para apoyar el aprendizaje de los estudiantes y ampliar sus competencias para la vida. En el gobierno de Enrique Peña (2012-2018), se propuso ampliar la oferta educativa y mejorar la gestión educativa a través del programa Estrategia Digital Nacional (2014).

Los resultados de los proyectos y programas mencionados dejaron en evidencia las deficiencias de una política educativa, que al parecer no está planeada con objetivos pedagógicos ni estrategias apropiadas para lograrlos. Se hizo una inversión en tecnologías (Severin, 2010), con el supuesto de que, por su sola presencia dentro del aula de clases, se estaría a la vanguardia educativa y, por ende, aportarían al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como se aprecia, los proyectos y programas implementados en la mayoría de los casos son una combinación de políticas de equipamiento informático y dotación de contenidos digitales para las tareas de enseñanza. Sin embargo, sólo en la minoría se aborda la sustentabilidad de presupuesto dirigido a la capacitación de las y los profesores, y el mantenimiento y actualización del equipamiento. Por ello, es necesario cuestionar el discurso políticamente correcto, para iniciar un abordaje más amplio en la introducción de las tic en el ámbito educativo, e involucrar a las y los profesores, administradores educativos, estudiantes universitarios y el currículo.

De acuerdo con lo expuesto, Benavides y Pedró (2007) proponen que las políticas educativas deben definir con antelación un perfil del profesor, y proceder a asegurar la disponibilidad de contenidos y aplicaciones, lo que favorecería la implementación de apoyos dirigidos al área de investigación científica y tecnológica.

La importancia de las TIC en la educación superior

Las tic han conformado un fenómeno social de gran alcance, que ha transformado las actividades cotidianas de la humanidad. Éstas, asimismo, avanzan de una manera acelerada y sin pauta alguna, por lo que se requiere que los estudiantes universitarios desarrollen ciertas habilidades, destrezas, aptitudes y un juicio propio, que les permitan hacer uso de las tecnologías, en la adquisición, reforzamiento o divulgación del conocimiento.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, se exterioriza que los estudiantes deben asumir la responsabilidad de ser un participante activo en el apoderamiento del conocimiento, valores y habilidades necesarios para aprender a: conocer, hacer, trabajar en equipo, a ser solidario, tomar decisiones, resolver problemas, etcétera (unesco, 1998). En este sentido, las Instituciones de Educación Superior (ies), en conjunto con las y los profesores juegan un papel relevante. Para Tedesco (2000), la sociedad del conocimiento, en particular la universidad, debe tener en cuenta tres nuevos factores en su acceso al conocimiento:

  • 1. “es necesario educarse toda la vida”;
  • 2. la democratización del acceso a los niveles más complejos del conocimiento no puede quedar confiada solamente a la universidad, debido a que la gran mayoría quedaría fuera del proceso de desarrollo personal y social (generándose un nuevo despotismo ilustrado);
  • 3. se deberán encarar los desafíos que plantean las tecnologías de la información a las instituciones y métodos de enseñanza (pp. 77-78).




    • Pie de video


      Imagen 1. Existe un vínculo entre lo femenino, el ciclo menstrual, la luna y la noche.

      1 conapo conapo

      Referencias

      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo
      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo
      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo

      Sitios de interés





      Recepción: 23/04/2020. Aprobación: 21/05/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

Adecuación de la ley de Gutenberg–Richter al contexto mexicano

Ana Elena Posada Sánchez, Edgar Iram Villagrán Arroyo y Juan Pablo Hidalgo Toxqui Cita

Resumen

En nuestro país los sismos son uno de los fenómenos naturales que despiertan mayor atención, por lo que su estudio requiere contar con un adecuado monitoreo y sistemas de alerta, entre los que el teléfono inteligente parece una buena opción. En este trabajo se presenta un estudio, soportado en la base de datos del Servicio Sismológico Nacional y en la ley de distribución de magnitudes sísmicas propuesta por Gutenberg y Richter –único modelo aceptado a nivel mundial–, para explicar la probabilidad de ocurrencia de eventos sísmicos y sus magnitudes, de acuerdo con las regiones que presentan mayor cantidad de registros.
Palabras clave: sismo, magnitud, probabilidad de ocurrencia.

Adequacy of Gutenberg-Richter’s Law to the Mexican context

Abstract

In our country earthquakes are one of the natural phenomena that arises great interest, so their study requires adequate monitoring and alert systems, among which the smartphone seems as a good option. This work presents a study, supported by the National Seismological Service database and the seismic magnitudes distribution law proposed by Gutenberg and Richter –the only model accepted worldwide–, to explain the probability of occurrence of seismic events, as well as their magnitudes, according to the regions with the highest number of records.
Keywords: earthquake, magnitude, probability of occurrence.

Introducción

Los sismos son uno de los fenómenos que más afectan a la República mexicana, particularmente porque el país se ubica en una región en la que se perciben con gran intensidad, como ocurrió con los eventos del 8 y 19 de septiembre de 2017 (ssn, 2017a, 2017b) y, más recientemente, el 23 de junio de 2020 (ssn, 2020). Aunque mucho hemos avanzado en materia de prevención, lo cierto es que, hasta este momento, nadie puede decir cuándo ni a qué hora sucederá el próximo terremoto. Esta incertidumbre nos hace temer por el bienestar de nuestras familias y el propio, lo que nos lleva a buscar cualquier medio que nos permita estar un paso adelante de la contingencia.

En el presente trabajo encontrarás una estimación matemática de la probabilidad de ocurrencia de eventos de pequeña, mediana y gran magnitud, en función de los datos estadísticos recopilados hasta la fecha, que pretende responder a la pregunta: ¿cómo responde la sismicidad de México a la ley de Gutenberg-Richter?

Antecedentes

Ya desde el año 1944, los sismólogos Beno Gutenberg y Charles Francis Richter (g-r, Gutenberg y Richter, 1944) propusieron un modelo matemático que relaciona la magnitud de un evento sísmico con la ocurrencia de dicha magnitud en un intervalo de varios años –ver ecuación (1)–. A pesar de su simplicidad, el modelo ha demostrado ser muy acertado, independientemente de la región o del tiempo. Estrictamente hablando, los valores sí dependen de la región cuando ésta es relativamente pequeña, pero su variación no es muy significativa.

log10 N = a + b * M —————- (1)1

Figura 1. Representación gráfica del modelo Gutenberg-Richter. . Como se puede observar, existe una cantidad mucho mayor de eventos de magnitud 1 que de magnitud 2 y mayor cantidad de eventos de magnitud 7 que de magnitud 8, pero la proporción entre una diferencia y la otra se reduce considerablemente cuando avanzamos hacia magnitudes mayores en la gráfica.

En la expresión (1), n es el número de sismos que se espera se produzcan con magnitud m. a representa la actividad sísmica de la región en estudio y b la proporción logarítmica2 entre sismos grandes y sismos pequeños. La figura 1 presenta cualitativamente la curva que se genera al aplicar el modelo, en donde el eje vertical representa el número de eventos n y el eje horizontal corresponde a su magnitud. De acuerdo con cada región, los valores de a y b pueden variar y son, precisamente ellos, los que caracterizan el comportamiento de cada región.

La magnitud de un sismo es, en resumidas cuentas, una medida de la energía que se libera al romperse las placas tectónicas (Significados, 2019), cuando chocan o rozan (ver figura 2). La forma en que este valor se mide ha variado con el tiempo, actualmente se cuenta con un procedimiento estandarizado para su cálculo y es al que nos referimos en este artículo, si estás interesado en conocer las distintas formas de cuantificar la magnitud, lo puedes hacer aquí. (ssn, 2019a)

Figura 2. Placas tectónicas en el mundo (tomado de usgs, 2019). Recuperado de Wikimedia Commons.

El hecho de que el término izquierdo de la ecuación (1) sea logarítmico tiene una interpretación física importante y es que el cambio de un entero en magnitud implica una energía liberada 32 veces mayor. Aclaremos esto mediante la analogía de la tabla 1. Si equiparamos la cantidad de energía necesaria para generar un sismo de magnitud 1 con el precio en pesos mexicanos, ésta equivaldría al costo de un dulce o 1 peso. La cantidad de energía para un sismo de magnitud 2 sería equiparable al precio de 6 viajes en metro, o 32 pesos, etcétera. Siguiendo esta lógica, un evento de magnitud 7 correspondería al presupuesto anual para la infraestructura de Ciudad Juárez, Chihuahua, y este no es el valor máximo de la escala.

Analogía entre magnitud sísmica y unidades monetarias.

Magnitud Producto equivalente Precio en pesos mexicanos
1 1 dulce 1
2 6 viajes en el metro 32
3 2 pares de zapatos 1,024
4 Enganche para un auto económico 32,768
5 1 departamento sencillo 1,048,576
6 Un fraccionamiento pequeño 33,554,432
7 Presupuesto anual estimado para infraestructura en Ciudad Juárez, Chih. (Olmos, 2019) 1,073,741,824
8 Presupuesto anual estimado para infraestructura en la CDMX (Cantera, 2019) 34,359,738,368
9 7.2 veces el presupuesto original para la construcción del Tren Maya (Celis, 2019) 1,090,000,000,000

Sismos en México

En México se cuenta con bases de datos de eventos medidos por el Servicio Sismológico Nacional (ssn, 2019). Seleccionamos los estados en los que se genera la mayor cantidad de sismos, más no los estados en los que son percibidos, incluso con gran intensidad. Por lo tanto, no se considera a la Ciudad de México, pues no es zona de generación de sismos de gran magnitud. Al revisar la información publicada, se pudo apreciar que los eventos con magnitud inferior a 3 son escasos en cuanto a número de registros se refiere, lo que indica que o no se registran todos o no se reportan, debido a que son prácticamente imperceptibles para nosotros.

Para este análisis, se tomaron en cuenta los eventos con magnitudes entre 3 y 8, ya que, de acuerdo con los registros del Servicio Sismológico Nacional, no se ha registrado algún evento de magnitud igual o mayor a 9 en el país.

Como lo indica Amador (2016), existe una relación lineal entre el logaritmo base diez del número de eventos y su magnitud; por lo tanto, es posible emplear el método de regresión por mínimos cuadrados3 para calcular los parámetros a y b de cada región.

Figura 3. Distribución de magnitudes por cada 1000 eventos. Se observa que la cantidad de eventos registrados de magnitud 3 es considerablemente superior a los de magnitud 4, la cantidad de eventos de magnitud 4 es mayor que los de magnitud 5, pero en menor proporción, y así sucesivamente. La variación no es exactamente igual para todos los estados, pero los comportamientos de las diferentes curvas son muy similares.

Una vez realizada la correlación matemática correspondiente a cada estado (cálculo de los valores de a y b), se encontró que la forma de la curva que corresponde a la ley de Gutenberg-Richter para los estados analizados es la que se presenta en la figura 3.

Como se puede observar, la ley de Gutenberg-Richter representa con gran precisión la relación entre magnitud y número de eventos para los estados seleccionados. Los parámetros a y b para cada estado oscilan entre 5.95 y 7.75 para el valor de a, mientras que van de -0.743 y -0.971 para el valor de b.

La figura 3 muestra la distribución de los eventos según estos parámetros, mismos que fueron ajustados para 1000 eventos y no de forma temporal como sugieren Gutenberg y Richter, sin embargo, y como se aprecia, este número es suficiente para observar la tendencia.

Aplicando la ley

Plantearemos una segunda pregunta, ¿cuántos sismos de magnitud menor a 3 y cuántos de magnitud 9 o superior se podrían esperar dadas las mediciones realizadas? Para resolver la pregunta se emplearon los valores de a y b del paso anterior para conocer la distribución de probabilidades, no solamente de lo registrado, sino también de lo que no, es decir, sismos “pequeños”, menores a 3, y “muy grandes”, iguales o mayores a 9. Al mismo tiempo, se ajustaron los valores de tal manera que apareciera por lo menos un evento de magnitud 9. A este procedimiento se le conoce como extrapolación. La tabla 2 muestra esta variación.

Proporción entre eventos de diferentes magnitudes respecto de uno con magnitud 9 o superior.

Estados

Magnitud Baja California Chiapas Guerrero Michoacán Oaxaca
1 3,527,246 9,712,500 4,036,145 881,113 58,976,255
2 535,804 1,299,914 602,866 159,185 6,300,029
3 81,391 173,980 90,048 28,759 672,989
4 12,364 23,285 13,450 5,196 71,891
5 1,878 3,116 2,009 939 7,680
6 285 417 300 170 820
7 43 56 45 31 88
8 7 7 7 6 9
9 1 1 1 1 1
Porcentaje de eventos de la base analizada 3% 18% 16% 4% 38%

En la tabla 2 se presentan los porcentajes por estado con respecto al total de eventos de la base de datos, que es de 166,488 temblores, registrados a partir del año 1900 hasta mayo de 2019.

La última fila suma 79%, ya que no incluye los eventos registrados en los estados no considerados, ni aquellos cuya magnitud fue no calculable, por presentar una sismicidad muy pequeña.

La tabla 2 puede crear alguna confusión al hacer una comparación simple de los valores. En primer lugar, no significa que, por ejemplo, en Oaxaca por cada 59 millones de temblores de magnitud 1, sucedan 820 de magnitud 6 o 9 de magnitud 8. Tampoco significa que hay que contar 88 sismos de magnitud 7 para que suceda uno de magnitud 9. Lo que nos dice la ley de Gutenberg-Richter es que es más probable que se generen sismos de baja magnitud a lo largo del tiempo (en realidad muchos años), a que se presenten eventos muy destructivos para nosotros; sin embargo, el que sean poco probables no los convierte en imposibles.

Tampoco se debe pensar que Guerrero requiere menos sismos de magnitud 7 que Chiapas para tener una probabilidad de un evento magnitud 9. Lo que debe interpretarse es que en Guerrero se registran menos movimientos telúricos que en Chiapas para el mismo intervalo de tiempo, lo que significa que en Guerrero se requieren más años para tener la misma probabilidad.

Para aclarar lo anterior, supongamos que se lanza una moneda y se cuenta el número de águilas y de soles. La probabilidad indica que, con el suficiente número de lanzamientos, el porcentaje de unas y otros será del 50%. Esto no significa que en el proceso no puedan salir, por ejemplo, cuatro águilas seguidas. La naturaleza de los sismos es similar, sólo que su moneda tiene 9 caras (y sus fracciones), y está cargada hacia los valores menores.

Otro punto importante es que la división geopolítica de México poco tiene que ver con los mecanismos de generación de terremotos. Una división geográfica más adecuada para comprender la sismicidad consistiría en generar una gran región que abarcara todos aquellos sitios en los que la sismicidad es alta, por ejemplo, Chiapas-Michoacán. Con esto se tendría que la variación de los valores a y b, mencionados al inicio, tienen que ver más con una división arbitraria del territorio que con la sismicidad.

Consideramos ahora los últimos 10 años de reportes del ssn y los presentamos en la tabla 3 (ssn, 2019).

Eventos reportados cada año por el ssn en la última década.

Año Número de sismos reportados
2009 2301
2010 3462
2011 4272
2012 5244
2013 5361
2014 7608
2015 10946
2016 15547
2017 26363
2018 30193

Nuevamente alertamos sobre la interpretación simple de los números. La tabla 3 no indica que el número de sismos sea cada vez mayor, la verdadera razón de este incremento obedece a que hay más y mejores equipos cada año (y con ello más trabajo), lo que habla muy bien del ssn. Sin embargo, el hecho de que empecemos a medir algún fenómeno no significa que acaba de iniciar. Tratar de acoplarnos al conteo es muy complicado porque empezó hace millones de años, pero se espera que, con el tiempo, el número de sismos registrados anualmente se llegue a estabilizar alrededor de una cifra, por lo que los valores de a y b tenderán a tener menor variación.

El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (sasmex) y algunas aplicaciones para dispositivos móviles son hasta ahora la mejor opción que se tiene para mitigar los efectos negativos que puede generar un evento sísmico de gran magnitud sobre la población. Es conveniente conocer las restricciones con las que cuenta cada una de estas aplicaciones, por ejemplo, los segundos previos al arribo de las ondas generadas por un sismo que acaba de ocurrir en un sitio distante.

Conclusión

La apuesta “a que tiembla mañana” es casi segura, siempre y cuando no se establezca ni el epicentro ni la magnitud, puesto que, como podemos ver en la tabla 3, en 2018 se registraron casi 100 sismos por día, en promedio. El conocimiento de la probabilidad de ocurrencia sólo nos permite describir la forma en que el fenómeno se presenta estadísticamente para la república Mexicana y para algunos estados; sin embargo, sigue sin poder considerarse como una herramienta de predicción. Por lo anterior, la mejor recomendación que puede hacerse con respecto a la probable ocurrencia de sismos de gran magnitud es estar alerta y contar con planes de contingencia que incluyan el qué hacer antes, durante y después de un sismo de mediana o gran magnitud (unam, 2020).

Referencias



Recepción: 01/07/2019. Aprobación: 30/06/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

La historia es de quien la trabaja. Documentos indígenas: una ventana al pasado

Leonardo Abraham González Morales Cita

Resumen

La opinión de la historia como materia aburrida puede ser distinta si se usan diversas posibilidades para conocer el pasado. Precisamente para romper esta tendencia, podríamos preguntarnos cómo podemos motivar el gusto por la historia. El presente texto explora una respuesta a esta interrogante mediante el estudio de los títulos primordiales de los pueblos indígenas. El artículo parte de un episodio poco conocido sobre la historia de Emiliano Zapata, en el que, antes de ser revolucionario, se aventuró a descifrar los títulos primordiales del pueblo de Anenecuilco. El ahondar en los títulos primordiales representan una valiosa oportunidad para explorar la memoria indígena como un cuerpo de creencias vivas y en contante transformación, muestra de que hay otras formas mirar la historia.
Palabras clave: títulos primordiales, indígena, códice, Zapata, derechos.

History belongs to those who work it. Indigenous documents: a window to the past

Abstract

The view of history as a boring class can change if other possibilities are explored in order to know the past. To break this trend, we could ask ourselves how we can motivate people to like history. This paper explores one answer to this question, through the study of primary titles of indigenous towns. The article begins with a little-known episode of Emiliano Zapata, in which, before becoming a revolutionary, he ventured to research the meaning of primary titles of Anenecuilco town. In this way, primary titles are a valuable opportunity to explore indigenous memory as a body of living beliefs in constant transformation, showing that there are other ways to look at history.
Keywords: primary titles, indigenous people, codex, rights, Zapata.

“Y ciertas cosas que no deberían haber sido olvidadas se perdieron. La historia se convirtió en leyenda, la leyenda se convirtió en mito”

J. R. R. Tolkien, El señor de los anillos

¿Para qué enseñamos historia?

La respuesta a esta pregunta ha inspirado tesis, libros y artículos para justificar la obligatoriedad de la materia en el mapa curricular, aunque sólo los necios dudan sobre la necesidad de su enseñanza. La problemática no es el para qué, sino el cómo la enseñamos. En teoría, el conocimiento histórico tiene nuevas opciones con la era digital y las nuevas pedagogías; sin embargo, aún hay quienes siguen enseñando de forma enciclopédica y memorística.

Por esta razón, me atrevo a proponer otro escenario para la enseñanza de la historia. Imaginemos una clase donde los alumnos se sientan comisionados de paz, con la tarea de diseñar estrategias para llegar a un acuerdo en un conflicto agrario. Así, en vez de rellenar páginas y páginas de un libro de texto, les indicamos que cada parte cuenta con sus títulos primordiales y, por lo tanto, la comisión debe estudiarlos. Seguramente se preguntarán: ¿qué es un título primordial? Se brindará la respuesta más adelante.

La curiosidad en los alumnos puede detonarse si los títulos primordiales tienen códices, ya que suelen atrapar la atención por su belleza y composición policromática. De esta forma, la formulación de estrategias de paz los lleva a estudiar los documentos. Es una oportunidad para poner en juego la creatividad y el análisis crítico, así como el conocimiento de un pasado, sin lugar a duda, poco estudiado en nuestro país.

En México, cientos de pueblos se encuentran en serios conflictos agrarios que requieren el estudio de la historia por varias razones. Una de ellas es la importancia que tienen los títulos primordiales como testimonios de sus derechos agrarios. Emiliano Zapata, Caudillo del sur y líder revolucionario del Ejército del sur, lo vivió en carne propia.



Imagen 1. Códice Azcatitlan, fol. 29. 37 folios. Papel europeo, 21 x 28 cm. 1530. Biblioteca Nacional de Francia. Biblioteca Digital Mundial. Recuperado de https://www.wdl.org/es/item/15280/ (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Los pobladores de Anenecuilco, su pueblo natal, vivieron una serie de profundos cambios políticos, legales, económicos, sociales y culturales después de la Independencia de México. Sin embargo, el más difícil fue hacia el último tercio del siglo xix, cuando los gobiernos liberales en colusión con hacendados cañeros comenzaron un acoso sistemático para apoderarse de las tierras comunales. Para hacer frente a los abusos causados por la corrupción, los pobladores decidieron organizarse y renovar su oposición, al depositar el espíritu de lucha en los más jóvenes. Uno de ellos fue Emiliano Zapata, nombrado albacea de los títulos primordiales del pueblo.

La búsqueda de Zapata para descifrar el significado de los títulos se cuenta en la primera parte de este artículo. Después, se retoma la influencia de su lucha en la restitución de tierras de la Reforma agraria y la problemática emergente. El texto cierra con un catálogo sobre los títulos primordiales y su revaloración como fuentes de la historia, a partir de los estudios multidisciplinarios de finales del siglo xx. De esta forma, se intentará mostrar otra mirada hacia el pasado a través de la memoria indígena.

I. Los títulos primordiales

Cuando Emiliano Zapata fue nombrado albacea de los títulos primordiales de Anenecuilco, recibió un juego de documentos viejos, algunos mucho más que otros. Entre esos documentos había manuscritos en español y un mapa muy pintoresco con leyendas en idioma azteca, algo parecido a los jeroglíficos. ¿Por qué algunas veces se referían a ellos como jeroglíficos en idioma azteca? Porque su composición estética contiene pictografías, es decir, una forma de escritura que emplea representaciones simbólicas como figuras y dibujos. Uno de los ejemplos más bellos es el Códice Azcatitlán (Imagen 1), fuente colonial que desde tiempo inmemorial ha motivado el estudio y comprensión del pasado de los pueblos indígenas.


Imagen 2. Códice del Marquesado del Valle, página 33. 28 hojas sueltas de gran formato, con pinturas y texto en náhuatl escrito con caracteres latinos. 1550 – 1560 Biblioteca Nacional de Francia. Biblioteca Digital Mundial. Recuperado de https://www.wdl.org/es/item/9681/view/1/33/ (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Los documentos de Anenecuilco aún se mantienen en secreto y su exposición digital no parece tener fecha; sin embargo, algunos investigadores se han acercado a ellos para estudiar la lucha del Caudillo del sur (Hernández, 1993). Posiblemente, estos documentos comparten características visuales con el Códice del Marquesado del Valle (Imagen 2), tales como la mezcla de elementos pictográficos con caracteres latinos para expresar palabras en español o náhuatl. Además, este códice también fue empleado por algunos pueblos del actual estado Morelos contra la usurpación de tierras e ingenios cañeros desde el siglo xvi.

La necesidad de conocer el significado de dichos documentos motivó a Zapata a peregrinar por Morelos, ya que en el pueblo ese conocimiento se había olvidado. Visitó varios lugares donde aún se hablaba náhuatl, aunque el resultado fue poco alentador. Finalmente, sólo encontró a un cura que le ayudó a identificar algunos nombres (Krause, 1987).

El regreso de este peregrinaje estuvo marcado por el aumento de las tensiones entre los pobladores de la región: hacendados y autoridades gubernamentales, que detonaron la violencia. Ante ello, Zapata y sus allegados iniciaron un movimiento revolucionario que interrumpió la búsqueda del significado de los títulos. Un siglo ha transcurrido y aún sabemos poco de esos documentos. Sin embargo, la inquietud de Zapata es algo que podemos plantearnos en estas preguntas: ¿qué son los títulos primordiales?, ¿quiénes los hacían?, ¿cómo se heredaban? y ¿por qué se fue olvidando su significado?

A finales del siglo xix, un número importante de pueblos aún hablaba náhuatl dentro de México. En la mayoría de ellos, la lengua continuó en su tradición oral, adaptándose a los profundos procesos de cambio como la Conquista, la Colonia española, la Independencia y la modernización. Sin embargo, la escritura del náhuatl y la pintura de códices habían quedado en el olvido desde mucho tiempo atrás.

El arte de pintar códices se remonta a la época prehispánica y sólo se enseñaba a una élite. Como la mayoría de las pinturas estaban relacionadas con las creencias y prácticas religiosas, al concluir la Conquista, los españoles y la iglesia católica condenaron e intentaron eliminar todo rastro de ellas. Hacia finales del siglo xvi, casi todos los libros de pinturas habían sido quemados y los sabios-artistas prácticamente se habían extinguido.

Algunos aprendices sobrevivientes, herederos de la élite de las familias gobernantes, así como frailes, intentaron rescatar algunas tradiciones mediante negociaciones culturales. La pintura de códices fue una de ellas, aunque la mezcla de elementos prehispánicos y españoles fue inevitable. Al principio, algunos pueblos aprovecharon el intercambio cultural e intentaron defender sus derechos de tierras mediante testimonios orales. Después, agregaron documentos donde adaptaron la mezcla de elementos prehispánicos y españoles.

Catalogamos el resultado como documentos coloniales híbridos, porque mezclan varios elementos lingüísticos y jurídicos. Ejemplo de ellos son códices, mapas, planos, narrativas en español y en lenguas locales con letras del latín, líneas genealógicas, íconos cristianos, colores, firmas y sellos. Algunos trabajos fueron elaborados por tlacuilos.1

Los pueblos conservaron estos documentos porque las autoridades reales o eclesiásticas los aceptaron como testimonios de sus derechos. Desde entonces, los custodiaron como títulos primordiales, es decir, los primeros títulos escritos en los que constan sus derechos. Los documentos podían ser custodiados por la iglesia local, el palacio del gobierno local o mediante albaceas.

La custodia continuó por siglos, aunque la comprensión de los documentos se fue olvidando. Dos de las causas fueron la extinción de los tlacuilos y la adopción del español como lengua principal o “civilizatoria”. Por ello, la generación de Zapata desconocía las leyendas aztecas. Cabe mencionar que algunos aficionados, historiadores, anticuarios e intelectuales modernos, intentaron estudiar los “jeroglíficos mexicanos”, aunque su mirada y esfuerzo estaban encaminados al campo académico y el coleccionismo.

II. La caja de Pandora

Inició la Reforma agraria, impulsada por los gobiernos de los caudillos revolucionarios. En el discurso político, la reforma representaba el triunfo de la lucha armada y los ecos de la justicia social. Uno de ellos fue la restitución de tierras, tema fundamental en la lucha revolucionaria, que quedó plasmado en el artículo 27 de la Constitución de 1917. Una victoria pírrica para el Ejército del sur.

La implementación de la reforma tuvo varios mecanismos de reparación de “justicia”. Por ejemplo, se creó la colectivización de la tierra, el sistema ejidal y la organización de instituciones crediticias para el campo. Sin embargo, entre 1930 y 1970, estos procesos demostraron ser sumamente complejos y no estuvieron exentos de polémicas sobre favoritismos, clientelismo político, corrupción o proselitismo.

La restitución de tierras fue un tema aparte. Consistía en la revaloración de los derechos de un pueblo para devolverle aquello de lo que fue despojado de forma “injusta” hasta antes de la lucha armada. Por supuesto que la cantidad de injusticias cometidas habían sido incalculables, por lo tanto, se pidió el soporte documental necesario para reparar el daño. Es entonces que los pueblos sacaron sus títulos primordiales y comenzaron otra lucha: la de los tribunales.

La cantidad de casos desbordó la capacidad de los tribuales, pues no contaban con los recursos necesarios para interpretar los títulos primordiales. Se pidió ayuda a académicos, bibliotecarios y archiveros, pero la cantidad y la variedad de documentos hizo imposible la tarea. El resultado fue una problemática que avivó viejos y creó nuevos conflictos agrarios. Fue como abrir la caja de Pandora.2

¿Cómo es que los títulos primordiales contienen los derechos de un pueblo?

El contenido de los títulos primordiales es muy variado y su legitimidad depende de múltiples factores. En general, un documento es legítimo cuando un gobierno lo expide o lo acepta como testimonio y lo valida mediante firmas, sellos, marcas de autenticidad, etcétera.

Sin embargo, el caso de México es complejo porque el proceso de Independencia y las constantes guerras en el siglo xix causaron estragos en los archivos coloniales. Muchos documentos se perdieron o terminaron presas de saqueos o en colecciones privadas o en el extranjero. Por lo tanto, sólo se cuenta con copias o referencias secundarias.

Además, las grandes áreas del territorio mexicano que fueron sometidas a la modernización político-económica sufrieron transformaciones profundas, al pasar de paisajes de tierras comunales a fincas, haciendas, fábricas, vías de comunicación, tiraderos o drenajes. De esta forma, la dinámica capitalista desplazó a la vieja economía colonial y las leyes modernas socavaron la validez de los documentos coloniales híbridos, en gran medida porque sus jeroglíficos (códices) no se podían descifrar o eran inconmensurables con el sistema métrico decimal (Vera y García, 2011).

A pesar de ello, los pobladores de Anenecuilco, como muchos pueblos y barrios de origen indígena, transmitieron, mediante la tradición oral, la creencia de que sus derechos se encontraban depositados en los títulos primordiales. Además, durante siglos rememoraron sus derechos mediante prácticas agrarias, el marcaje de límites territoriales, la organización del riego, fiestas patronales, ritos religiosos y mayordomías. Por estas razones, la restitución de tierras representaba una valiosa oportunidad de refrendar derechos inmemoriales, es decir, de tiempos muy antiguos. La problemática y la falta de recursos llevaron a simplificar el reconocimiento de títulos primordiales: se catalogaron conforme al conflicto, se recogieron y enviaron a un archivo gubernamental, se registró la querella y la resolución del conflicto se dejó en manos de los técnicos, quienes intentaron hacer repartos de tierras “equitativos”.

La restitución se convirtió en un discurso político lejos de la realidad agraria, pues para jueces y legistas resultaba imposible trasladar o traducir los títulos e interpretarlos en el marco de la ley moderna. Tal vez, esta sea la razón por la que este episodio no viene en los libros de historia, pues representa un fracaso revolucionario o una medida contraproducente.

III. Una nueva esperanza

Entre el siglo xix y el xx, algunos códices fueron estudiados y descifrados desde la historia del arte. Sin embargo, esta misma curiosidad estética que despertaron entre intelectuales fue la causa principal de su peregrinaje a destinos desconocidos: incluso algunos aún se encuentran “desaparecidos”. Por esta razón, hay títulos primordiales en colecciones privadas y en el extranjero (Noguez, 2017).

El gobierno mexicano custodia aquellos títulos que fueron enviados a los archivos, aunque, están desperdigados en varias dependencias. Algunos se encuentran en el Archivo General de la Nación, otros en el Archivo Histórico del Agua o en el Archivo de la Reforma Agraria. Otro problema es que no todos están catalogados, lo que dificulta su localización. Tal vez, en un futuro no muy lejano, se pueda acceder a ellos en plataformas como la Biblioteca Digital Mundial, la Biblioteca Digital Mexicana o el Archivo de Indias de Sevilla.

Aunque la presentación de títulos primordiales a tribunales tiene siglos, la encomienda de descifrar su significado e interpretar su contenido en el marco de las leyes modernas comenzó a finales del siglo xx, gracias a un grupo de expertos que retomó los conflictos agrarios mediante estudios multidisciplinarios (Mohar, 1994; Oudijk y Romero, 2003; Ruiz, Barrera y Barrera, 2012).

El significado del contenido de los títulos primordiales requiere de disciplinas como la historia, la jurisprudencia, la arqueología, la antropología, la etnología, la lingüística, la matemática, la cartografía, por mencionar algunas. También necesita de técnicas como la paleografía y la traductología, entre otras.

Asimismo, deben considerarse la peregrinación y los propósitos. La peregrinación es el recorrido que un título ha tenido, desde su elaboración hasta su localización actual. Algunos se mantuvieron en el mismo lugar, aunque su contenido sufrió modificaciones. Otros cambiaron de propósito, por ejemplo, hay documentos coloniales híbridos que se adaptaron a las Relaciones Geográficas enviadas a la corona española (Mundy, 2000). Por estas razones, el significado, la peregrinación y los propósitos de los títulos primordiales muestran la capacidad de la memoria indígena para adaptarse a los cambios. Podemos llamar a este fenómeno la circulación metamórfica del significado en la memoria de los pueblos.

La nueva ola de investigaciones multidisciplinarias renovó el interés en los títulos primordiales, convirtiéndolos en una valiosa, y poco explorada hasta ahora, fuente para el estudio de la historia. Además, estos estudios han impulsado la revisión y la conformación de comisiones de paz para los conflictos agrarios. A continuación se proporciona un breve catálogo de documentos coloniales híbridos que pueden formar parte de los títulos primordiales de un pueblo.

Catálogo de documentos coloniales híbridos que pueden formar parte de los títulos primordiales.

Imagen 3. Códice Vergara, fol. 97. Papel europeo 22 x 31 cm. Año: circa 1539. Biblioteca Nacional de Francia. Fuente: Biblioteca Digital Mundial, https://www.wdl.org/es/item/15278/ (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Códices jurídicos. Se trata de documentos con pictografías del arte de la tlacuilloli –escritura de tradición mesoamericana–, mezcladas con textos en español o alguna lengua indígena escrita con caracteres latinos. Se elaboraron y presentaron en tribunales de justicia desde el siglo xvi.

Imagen 4. Mapa de Amoltepec, 1 hoja. Papel europeo 30 x 32 cm. Año: 1580. Biblioteca de Austin Universidad. Biblioteca Digital Mexicana A. C. Recuperado de http://bdmx.mx/documento/galeria/mapa-relacion-geografica-amoltepec-1580 (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Mapas. Son representaciones del espacio que mezclan las formas coloridas del arte tlacuilloli y la proyección paisajística europea, que ya era una combinación previa del dibujo renacentista y la ciencia cosmográfica. Algunos los llaman cartografía de tradición hispanoindígena o mapas códices.

Imagen 5. Mapa de Culhuacán, 1 hoja, 1 folio, papel europeo 70 x 54 cm. Año: 1580. Biblioteca de la Universidad de Texas. Biblioteca Digital Mundial Recuperado de https://www.wdl.org/es/item/457/view/1/1/ (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Relaciones geográficas. En un principio fueron representaciones geográficas y descripciones escritas del territorio colonial en América, elaboradas para el Rey Felipe ii, en la segunda mitad del siglo xvi. En su hechura participaron algunos indígenas. Con el paso del tiempo, ciertos pueblos convirtieron las relaciones en testimonios legales.

Imagen 6. Códice Techialoyan de Cuajimalpa, foja 23. Libro cosido de 26 fojas y un frontispicio. La primera y la última foja presentan faltantes. Circa 1680-1700. Archivo General de la Nación. Biblioteca Digital Mundial. Recuperado de https://www.wdl.org/es/item/9682/ (Recursos Educativos Abiertos de la unesco desde 2012).

Techialoyan. Son un conjunto de códices producidos de forma genérica por un grupo de artesanos que conservaron algunas técnicas de la vieja tolacuillli, a finales del siglo xvii y a lo largo del xviii. La mayoría fueron elaborados en el centro de México y, a diferencia de otras tradiciones, es clara su intención por representar los linderos y la posesión de tierras. Además, contienen amplia información escrita en español, náhuatl u otras lenguas, con breves pasajes de historia, genealogías y heráldicas. También cuentan con firmas como elementos de autenticidad.

Imagen 7. Lienzo del pueblo de Santo Tomás Ajusco, 1 pieza en piel de venado. Circa 1890-1910. Recuperado de https://books.openedition.org/cemca/docannexe/image/3350/img-16.jpg.

Apócrifos. Son imitaciones modernas de las tradiciones artísticas indígenas. Se caracterizan por los rasgos toscos y las contradicciones en elementos como la temporalidad, los personajes, la historicidad, entre otros. Resalta el caso de Manuel Ramírez Arellano, un conocido falsificador y estafador dedicado a elaborar títulos apócrifos. Las falsificaciones fueron identificadas por Tomás Alarcón, jefe de paleografía de la Comisión Nacional Agraria. Entre los documentos apócrifos de Manuel Ramírez está el Lienzo del Pueblo de Santo Tomás Ajusco (Tlalpan, Ciudad de México).

IV. Memoria Viva

A manera de reflexión final quisiera exponer tres puntos. Primero, los títulos primordiales son una valiosa oportunidad para conocer y dialogar con la memoria de los pueblos. Son otra ventana para explorar el pasado y plantear nuevas interrogantes a realidades que necesitamos comprender.

Segundo, el movimiento revolucionario encabezado por Emiliano Zapata motivó una reparación de justicia hacia los pueblos del país, primordialmente, mediante la restitución de tierras. Aunque esta preocupación llegó a ser parte de la Constitución de 1917 y de los mecanismos de reparación de justicia de la Reforma agraria, su implementación se convirtió en una caja de Pandora, ya que detonó numerosos conflictos agrarios y porque hicieron falta recursos para un mejor trabajo en los tribunales.

Tercero, después de siglos, los títulos primordiales fueron revalorados en el marco de sus tradiciones lingüísticas, gracias al trabajo multidisciplinario de varios expertos. A partir de entonces se estudian como nuevas fuentes para la historia. Uno de los descubrimientos más notables es el reconocimiento a la capacidad que tienen los pueblos para adaptarse a los cambios mediante el trabajo de su memoria.

Por estas razones, me atrevo a decir que la memoria de los pueblos de origen indígena es una memoria viva, opuesta a la historia oficial donde el pasado es inerte, lineal y “lejano”, porque se trata de una memoria que nos enseña a explorar el pasado para defender el presente.

Referencias

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Recepción: 29/08/2019. Aprobación: 24/07/2020.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079