Vol. 23, núm. 3 mayo-junio 2022

Recordar para olvidar: cómo la reactivación de una memoria permite su modificación

Eugenio Leyva-Figueroa y Jorge Tovar-Díaz Cita

Resumen

La capacidad de recordar experiencias pasadas es sumamente importante, ya que nos permite tomar decisiones en el presente, dar ilación a nuestra vida y coherencia a nuestra personalidad. Sin embargo, las experiencias particularmente negativas generan memorias persistentes que pueden afectar nuestra salud mental, como en el caso del estrés postraumático. No obstante, al recordarse, el contenido de una memoria traumática puede cambiar, lo cual permite manipularla positivamente. La finalidad del presente escrito es describir la reconsolidación y la extinción, dos fenómenos neurobiológicos en los que una memoria se modifica tras su reactivación. Éstos subyacen a procedimientos clínicos como la exposición prolongada, ampliamente usada para tratar estrés postraumático.
Palabras clave: memoria, reconsolidación, extinción, reactivación, trastorno de estrés postraumático, terapia de exposición prolongada.

Remembering to forget: how reactivation allows memory modification

Abstract

The ability to remember past experiences is extremely important, since it allows us to make decisions in the present, give continuity to our lives and coherence to our personality. However, particularly negative experiences generate persistent memories that can affect our mental health, as in the case of post-traumatic stress. However, when recalled, the content of a traumatic memory can change, allowing it to be manipulated, in a positive way. The purpose of this paper is to describe reconsolidation and extinction, two neurobiological phenomena in which a memory is modified after its reactivation. These underlie therapeutic approaches such as prolonged exposure therapy, strongly recommended for treating post-traumatic stress disorder.
Keywords: memory, reconsolidation, extinction learning, memory reactivation, forgetting, post-traumatic stress disorder, prolonged exposure therapy.

Introducción

Recordar nos permite revivir el pasado y sentir nuevamente lo que alguna vez gozamos o sufrimos. Nuestras memorias son la huella perdurable de un presente efímero. Son el cúmulo de información retenida en el sistema nervioso que nos permite darle sentido al paso del tiempo, tomar decisiones y construir nuestra personalidad.

Contrario a creencias previas, hoy sabemos que las memorias son altamente modificables. Para servir a su propósito adaptativo, mantienen cierto equilibrio entre estabilidad y flexibilidad. Por ejemplo, de niños podemos temerle a la oscuridad, pero, al crecer, perdemos ese miedo, e incluso disfrutamos una vez que aprendemos que no representa peligro. Sin embargo, en situaciones particularmente estresantes, que activan fuertemente respuestas defensivas y de miedo, se forman memorias inflexibles y resistentes al olvido. Si bien estas memorias ayudan a evitar situaciones peligrosas, también pueden transformase en recuerdos traumáticos que afectan la salud mental. Tal es el caso del trastorno por estrés postraumático (tept), que se desarrolla en personas que sufrieron agresión física o sexual, accidentes, catástrofes u otros eventos que amenazaron su seguridad física o psicológica.

Clínicamente, el tept se caracteriza por: 1) recuerdos intrusivos, 2) síntomas de evasión, 3) síntomas de hipervigilancia y reactividad y 4) síntomas cognitivos y del estado de ánimo.1 Es normal que durante la situación traumática y unos días después se presenten estos síntomas, pero cuando persisten más de un mes y son tan intensos que afectan la vida diaria, las relaciones personales o laborales, se emite el diagnóstico de tept (American Psychiatric Association, 2013; American Psychological Association, 2017; Watkins et al., 2018). Para más información recomendamos visitar el sitio web del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (nimh). En México, cerca de 70% de la población ha experimentado por lo menos un evento traumático en su vida (Borges et al., 2014; Norris et al., 2003) y aproximadamente 11% ha padecido tept (Norris et al., 2003), aunque en zonas altamente urbanizadas hasta 50% presentan síntomas de probable tept (Calderón-Garcidueñas et al., 2021).

Conservar memorias duraderas es necesario, pero para adaptarnos a situaciones cambiantes también las memorias deben de cambiar. El objetivo de este escrito es explicar algunos procesos neurobiológicos en los que, paradójicamente, recordar ayuda a olvidar. Para ello, primero describimos cómo se forma, almacena y recuerda una memoria, y luego describiremos dos procesos en los que ésta se modifica tras recordarse: reconsolidación y actualización.

¿Cómo formamos las memorias? Los dos significados de memoria

La palabra memoria tiene dos significados. El primero se refiere a la capacidad general de almacenar información (Zlotnik y Vansintjan, 2019). Esto implica que el sistema nervioso puede adquirir e interpretar información, proceso que simplemente llamamos aprendizaje. El segundo significado se refiere al “archivo” metafórico en el que se guarda información aprendida. Cada ítem de aprendizaje genera una memoria que queda representada por cambios específicos en las conexiones anatómicas y funcionales de diferentes circuitos neuronales. A este tipo de memoria también se le llama engrama, huella o trazo de memoria. Como ejemplo, pongamos que una noche caminando por un callejón nos ataca un perro poco amigable (ver figura 1). La información del contexto es captada —oscuridad del callejón (vista), ladridos del perro (oído), etcétera— e integrada en el cerebro con las respuestas defensivas —palpitaciones, miedo, dolor de la mordida—, formando una memoria asociativa del evento.

Formación de una memoria asociativa

Figura 1. Formación de una memoria asociativa.

Las experiencias estresantes y emocionalmente negativas activan el circuito del miedo, compuesto principalmente por el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal (ver figura 2). El hipocampo procesa información sobre el contexto mientras que la amígdala inicia las respuestas defensivas que nos preparan para correr o pelear; éstas incluyen manifestaciones fisiológicas (dolor, sudoración, aceleración del corazón), emocionales (miedo) y conductuales (patear al perro o correr). La corteza prefrontal interconecta y modula la actividad del hipocampo y la amígdala. La secuencia de los eventos queda asociada en la memoria de tal forma que posteriormente el contexto predice la agresión y por lo tanto activa las respuestas defensivas.

Principales estructuras cerebrales que procesan experiencias emocionalmente negativas

Figura 2. Principales estructuras cerebrales que procesan experiencias emocionalmente negativas.2

Durante la formación del engrama, los circuitos neuronales se mantienen activos por períodos que pueden durar varias horas, proceso que Donald Hebb describió como reverberación de la actividad neuronal, similar al eco que perdura tiempo después de la emisión de un sonido (Hebb, 1949). Hoy en día la reverberación Hebbiana es entendida como memoria de corto plazo e implica que una memoria está activa. Cuando el engrama se estabiliza, puede almacenarse a largo plazo. Este proceso de estabilización se llama consolidación y requiere síntesis de proteínas como creb y cbp (Chatterjee et al., 2020). Mientras un engrama permanezca activo puede ser modificado, pero una vez consolidado se hace resistente a cambios (Alberini y LeDoux, 2013). Para modificar un engrama consolidado es necesario reactivarlo a través del recuerdo.

A lo largo de la vida formamos muchas memorias, pero no todas están activas al mismo tiempo. Las memorias se reactivan a través del recuerdo, que puede inducirse de tres formas: 1) espontáneamente, como en los flashbacks o en los sueños, 2) voluntariamente, como cuando le queremos contar a alguien, y 3) por exposición a estímulos asociados a la memoria. En nuestro ejemplo, visitar, ver o pensar en el callejón reactiva las respuestas defensivas provocadas por el ataque del perro (ver figura 3). Lo relevante es que durante la reactivación el engrama se puede modificar, por lo cual a continuación describiremos dos posibles modificaciones dependientes de la reactivación: reconsolidación y extinción (Frankland et al., 2019).

Reactivación de una memoria

Figura 3. Recuerdo / reactivación de una memoria.

La reconsolidación se define como una nueva fase de consolidación que ocurre en una memoria reactivada por el recuerdo (Alberini y LeDoux, 2013). Tiende a fortalecer la memoria original, incluyendo las respuestas defensivas (ver figura 4, recordatorio 1). Debido a que durante el recuerdo no hay consecuencias negativas, se requiere que las respuestas defensivas se reactiven con suficiente intensidad, lo cual ocurre si el contexto es muy similar al original, si la exposición es esporádica y breve (~5 min en ratas de laboratorio) o si la persona no tiene control sobre la exposición. Desde luego que si la experiencia completa se repite (contexto + consecuencia nociva) la memoria también se refuerza, pero a esto se le llama repetición del aprendizaje, no reconsolidación.

Extinción de una memoria

Figura 4. Reconsolidación / extinción de una memoria.

La extinción se define como la desaparición gradual de las respuestas fisiológicas, emocionales y conductuales asociadas a una memoria, debido a exposición repetida o prolongada (~45 min en ratas de laboratorio) a los recordatorios, pero sin consecuencia negativa (Kida, 2019). La extinción genera un aprendizaje nuevo que termina imponiéndose sobre el aprendizaje anterior. En nuestro ejemplo, con la exposición repetida al callejón, sin perro que nos ataque, se aprende que ahora es seguro y se extinguen las respuestas defensivas (ver figura 4, recordatorios 2…n). La exposición debe ser gradual, el contexto ligeramente diferente, y la persona debe sentir control sobre la situación —puede ir acompañada de alguien de confianza o terminar la exposición cuando quiera—.

En este orden de ideas, Iván Pavlov, mejor recordado por sus experimentos de condicionamiento en perros, definió la extinción como dejar de expresar una respuesta ante los recordatorios de una memoria (Pavlov, 1927). Durante la exposición se activa el circuito del miedo, lo que da la oportunidad de que la corteza prefrontal disminuya la actividad de la amígdala (Lacagnina et al., 2019). Hay que aclarar que la extinción no implica olvido, sino nuevo aprendizaje acerca del mismo contexto. Podríamos decir que la extinción promueve la transición desde el miedo hacia la pura precaución.

¿Cómo modificamos las memorias?

El equilibrio de una memoria entre estabilidad y flexibilidad depende de la reconsolidación y la extinción, mientras que su borrado o pérdida depende del olvido, que es un proceso inherente al mantenimiento general de la memoria. La neurobiología del olvido es muy compleja e interesante, por lo que recomendamos la revisión de Davis y Zhong (2017) para apreciar sus mecanismos.

Es común escuchar que sólo el tiempo trae el olvido, así que hay que ser pacientes. No obstante, en casos graves de tept, donde los recuerdos insidiosos incapacitan al individuo en su vida cotidiana, depender del tiempo no parece la mejor opción. A continuación, revisaremos tres estrategias basadas en la reactivación que promueven la modificación de memorias traumáticas en un contexto terapéutico: 1) terapia de exposición prolongada, 2) bloqueo farmacológico de la reconsolidación y 3) actualización de la memoria.

Terapia de exposición prolongada

La terapia de exposición prolongada es de las más efectivas para reducir los síntomas de tept (Stojek et al., 2018) y es recomendada por la Asociación Americana de Psicología (apa) y el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos (va) (Watkins et al., 2018). Esta terapia se enfoca en reactivar las memorias traumáticas a través de la exposición repetida, real o virtual, a lugares, objetos o situaciones que recuerden el evento, asegurando un desenlace positivo y la integridad del paciente. Típicamente, al cabo de entre 8 y 15 sesiones se suprimen significativamente los síntomas de tept (Watkins et al., 2018). Esta terapia se basa en la extinción, no en el olvido, por lo que las respuestas defensivas pueden reaparecer espontáneamente (Kida, 2019).

Bloqueo farmacológico de la reconsolidación

Se han utilizado diferentes fármacos que interrumpen la reconsolidación cuando se administran durante el período de inestabilidad posterior a la reactivación. El más usado es el propranolol, un fármaco β-adrenérgico que ha mostrado buenos resultados en algunos ensayos preclínicos en personas con tept. No obstante, debido a resultados controversiales no se usa extensivamente a nivel clínico (Wright et al., 2021; Thomas et al., 2017; Young y Butcher, 2020).

Actualización de la memoria

Durante la reconsolidación no siempre se reafirma el contenido de una memoria, a veces se actualiza con nueva información. En general, entre más difieran las consecuencias tras la reactivación respecto al aprendizaje original, más se actualiza la memoria. Aprovechando esta función se han desarrollado estrategias como la reconsolidación de memorias traumáticas (rmt) y la reactivación-extinción (re).

La rmt consiste en relatar la experiencia traumática en tercera persona, como viendo una película en blanco y negro, por lo que también se le conoce como técnica del cine o rebobinado. Esta técnica promueve la disociación entre los recordatorios y la respuesta emocional, por lo que se reconsolida una memoria actualizada (Tylee et al., 2017). Es una terapia nueva que promete efectividad similar a la exposición prolongada con sólo tres sesiones, pero requiere más evidencia clínica (Bisson et al., 2019).

La re consiste en reactivar la memoria con un recordatorio breve de diez minutos antes de iniciar la extinción (Schiller et al., 2010). A diferencia de la extinción estándar, en la que se forma una memoria nueva, en la re se modifica la original, lo cual previene la reaparición espontánea. Pareciera que al combinar los efectos de la reconsolidación con los de la extinción la re sería el procedimiento más efectivo para modificar una memoria, pero hay evidencias contradictorias que han impedido su aplicación clínica (Chalkia et al., 2020).

Conclusión

Aprender y recordar información nos permite interactuar coherentemente a las situaciones cotidianas. Sin embargo, cuando los recuerdos persistentes afectan la salud mental, esperar a que llegue el olvido no parece la mejor opción. Las investigaciones neurobiológicas acerca de la memoria, específicamente de las consecuencias de su reactivación, han beneficiado enormemente el tratamiento de memorias traumáticas. En comparación con las intervenciones farmacológicas, los procedimientos conductuales, como la terapia de exposición prolongada, han mostrado mayor eficacia en el tratamiento del tept y mejor aceptación por parte de los pacientes (Coventry et al., 2020; Watkins et al., 2018). Recordar puede doler, pero también puede curar; quizá no puedas evitar las malas experiencias, pero puedes controlar lo que recuerdas.

A dónde acudir

Referencias

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Recepción: 15/08/2021. Aprobación: 03/03/2022.

Vol. 23, núm. 3 mayo-junio 2022

El cuerpo como discurso a través del tatuaje

Melissa Priego Díaz Cita

Resumen

Hasta hace un par de décadas, en el siglo xx, llevar la piel tatuada generaba diversos prejuicios. En la actualidad, el tatuaje ya no se relaciona exclusivamente con la pertenencia a ciertas subculturas o contraculturas, sino como un medio de expresión de la individualidad que, incluso, puede ser considerarlo como arte. Desafortunadamente, los tatuajes continúan sufriendo rechazo por cierta parte de la sociedad. Por ello, el presente texto tiene como objetivo principal brindar información sobre los tatuajes, buscando generar la oportunidad de ver y entender con mayor aceptación el concepto tatuaje y a aquellos que lo portan.
Palabras clave: tatuaje, arte, expresión, discriminación, sociedad.

The body as speech through tattoos

Abstract

Until a couple of decades ago, in the 20th century, having a tattooed skin generated various prejudices. Nowadays, tattoos are no longer exclusively related with certain subcultures or countercultures, but are regarded instead as a way of expressing individuality, even as art. Unfortunately, tattoos continue to be rejected by a certain part of society. For this reason, the main objective of this text is to provide information about tattoos, seeking to understand with acceptance the concept tattoo as well as those who wear them.
Keywords: tattoo, art, expression, discrimination, society.

Introducción

¿Cómo es que el cuerpo humano puede considerarse un medio de comunicación? Esta investigación pretende funcionar como una herramienta de comprensión de la manera en la que los tatuajes forman parte de la expresión del individuo. Este principal objetivo sirve como punto de partida para difundir la historia de los tatuajes, el camino que han recorrido a través de los años y la manera en que poco a poco han sido integrados dentro de la sociedad.

Se brinda información precisa sobre los tatuajes corporales, buscando que se pueda entender con mayor aceptación el concepto tatuaje, en toda la extensión de la palabra. Para algunas personas, el tema de los tatuajes sigue siendo tabú, por lo que es importante difundir información veraz y puntual para que la sociedad pase de la desestimación a la aceptación de los tatuajes.

Asimismo, esta investigación tiene como propósito abrir un espacio para aquellas personas que forman parte del mundo de los tatuajes y que por medio de ellos hacen uso de sus cuerpos como instrumento de expresión personal. De hecho, la hipótesis de la que se partió es que debido a que el tema de los tatuajes ha ganado mayor popularidad durante los últimos años, mayor es el número de personas que han utilizado su cuerpo como lienzo convirtiéndolo en un instrumento de expresión simbólica que narre su esencia.

Se recopiló información a través de métodos exploratorios y descriptivos. Los primeros para observar y estudiar la problemática escasamente definida y lograr una comprensión más clara. Los segundos, por medio de entrevistas y estudios de casos reales, con la finalidad de identificar si los tatuajes van más allá de la expresión artística o si funcionan como la representación general de la persona que los porta en su piel.

El inicio de todo

Se cree que los tatuajes nacen en el mundo moderno y que su práctica es contemporánea. A pesar de esta creencia, el primer registro que se tiene de ellos es en dos momias egipcias, un hombre y una mujer, que datan del año 3100 antes de la era común (a. e. c.). De acuerdo con los registros del British Museum en Londres, estos hallazgos se realizaron cerca de Gebelein a finales del siglo xix (Forssmann, 2020).

Por un lado, gracias a los avances tecnológicos, se pudo determinar que la momia masculina, conocida como Gebelein Man A, fue un jóven de entre 18 a 21 años, que falleció a causa de una puñalada en la espalda (ver figura 1). Por medio de rayos infrarrojos, se pudo notar que tenía tatuajes que simbolizaban el poder o la fuerza, lo que se representaba mediante animales con cuernos. Por otro lado, la momia femenina, nombrada Gebelein Woman, también tenía el cuerpo tatuado. Cuatro de los tatuajes formaban una “S” de manera lineal. Además había otro que representa un bastón torcido. Al estudiarlos en conjunto, se llegó a la conclusión de que posiblemente representen el estatus de aquella época: valentía, magia y hasta protección.

Momia masculina de Gebelein, que tenía tatuajes en su cuerpo

Figura 1. Momia masculina de Gebelein, que tenía tatuajes en su cuerpo (Jack1956, 2008).
Atribución-CompartirIgual 3.0 No portada (CC BY-SA 3.0).

Tiempo después, en septiembre de 1991, durante una expedición por los Alpes de Ötzal, dos alpinistas descubrieron el cuerpo de un hombre momificado con 77 tatuajes: 68 de ellos estaban ubicados de forma lineal en su muñeca izquierda, otros 2 en la zona lumbar, 5 en la pierna derecha y 2 en la izquierda. Esta momia, llamada Ötzi, data del milenio iv a.e.c. y se le conoce como “el hombre de hielo” (ver figura 2).

Momia Ötzi, “el hombre de hielo”, con 77 tatuajes

Figura 2. Momia Ötzi, “el hombre de hielo”, con 77 tatuajes (120, 2011).
Atribución-CompartirIgual 3.0 No portada (CC BY-SA 3.0).

Los tatuajes han estado presentes en las sociedades a través de los años, en diversas épocas y culturas, y cada una de éstas le ha dado un sentido y connotación totalmente diferente. En Egipto se descubre la momia de la sacerdotisa de la diosa de Hathor, Amunet, que tiene tatuajes en forma de puntos y líneas. Después, se descubrió que la momia de Asecond tenía tatuados los mismos patrones, lo que sugiere que los tatuajes eran exclusivos de las sacerdotisas.

En la cultura oriental, el tatuarse era un hábito meramente comercial, debido a que se encontraba dentro de las rutas de India, Japón y China. Además en Japón los tatuajes eran utilizados para identificar y diferencias a los criminales. Posteriormente, la mafia japonesa llamada Yakuza destinó el tatuaje como prueba de lealtad y valentía, y, en el siglo xviii cuando Matshuhito se convierte en emperador gracias a sus ideologías, el tatuaje comienza a considerarse como arte (asr, 2018).

En América del Norte, en cambio, los tatuajes eran una marca simbólica que representaba el vencimiento de obstáculos para poder así llegar a la muerte; por lo tanto, se les relaciona con el mundo mágico, religioso y espiritual. En América Central, el tatuaje era símbolo de representación de los dioses aztecas, en específico, para rendirle honor al dios Quauhtli (asr, 2018).

En el mismo sentido, en la civilización Marquesina, se escribió sobre los tatuajes 200 años después de su descubrimiento. Aquí los tatuajes tenían una relación erótica y sexual en las mujeres, mientras que para los hombres eran lo contrario, ya que representaban lo mágico y religioso. Ahora bien, dentro de la cultura polinesia, a los tatuajes se les daba un sentido mucho más artístico debido a que eran realizados con elementos geométricos, embellecidos con una constante renovación, hasta que se logra cubrir todo el cuerpo. Esto significaba respeto dentro de la comunidad y, al mismo tiempo, imponía miedo en la batalla para que el enemigo no se acercara (ver figura 3). En la isla de Pascua, el tatuaje tenía un fin estético, pues gracias a ellos el cutis se conservaba libre de arrugas. Para la elaboración de tatuajes se utilizaban huesos afilados o espinas de pescado. Además, cada parte del cuerpo tenía un nombre especial. De manera particular, este hábito era realizada en todo el cuerpo como parte de sus ritos, fiestas o ceremonias y a su vez era elemento fundamental de su vestimenta (asr, 2018).

Tatuajes en un guerrero Nuku Hiva de las islas polinesias

Figura 3. Tatuajes en un guerrero Nuku Hiva de las islas polinesias (Tilesius von Tilenau, 1813).

Significado

La Real Academia Española menciona que la palabra tatuar significa “Grabar dibujos en la piel humana, introduciendo materias colorantes balo la epidermis, por las punzadas o picaduras previamente dispuestas. Marcar, dejar huella en alguien o algo” (rae).

No obstante, la palabra tatuaje en realidad proviene del samoano tatú, que significa marcar o golpear dos veces; haciendo referencia al método tradicional de aplicación de los diseños (Lafuente, 2013). A partir del año 306 de la era común (e. c.) esta práctica pierde totalmente ese significado debido a que Constantino i, emperador romano, comenzó a utilizar los tatuajes como distintivo de los criminales y, en el siglo xv, en Edad Media se los relacionaría con lo diabólico. En el período de la segunda guerra mundial, se empleó el tatuaje para marcar a los prisioneros en los campos de concentración para identificarlos y humillarlos, ya que la religión judía prohíbe marcas en el cuerpo de cualquier tipo (Canales, 2022).

El arte del tatuaje y la adversidad de los prejuicios

Es entre los sesenta y setenta cuando los tatuajes se popularizan alrededor de todo el mundo. Durante esta época se comienzan a considerar como un arte, gracias a la cultura hippie y sus diseños multicolores. A pesar de este cambio visual, la sociedad continuó con los prejuicios anteriormente impuestos. Por desgracia, hoy en día el tatuaje sigue en la batalla de ser aceptado socialmente.

José Rivera expone en su artículo “El tatuaje en México: prejuicio, clandestinidad y aceptación” que, en este país, la aceptación social de dicha práctica es reciente. Hasta antes de 1990, ser tatuador o estar tatuado no significaba, bajo ningún concepto, tener un alto orden jerárquico. Al contrario, quien tuviera cualquier trazo en su cuerpo era considerado un exconvicto, pues se suponía que esa marca se la habrían realizado en la cárcel. Por lo tanto, dentro de la sociedad civil, era casi un asunto delincuencial (Guadarrama, 2020).

El concepto de los tatuajes ha sufrido diversos cambios simbólicos y, aunque actualmente las ideologías se han transformado a un sentido más positivo, se sigue teniendo la idea de que desvalorizan a las personas. Asimismo, en el ambiente laboral es mucho más probable que una persona con tatuajes sufra algún tipo de rechazo o discriminación, en especial si son muy visibles, lo que puede disminuir las probabilidades de ser contratado en comparación con alguien que no tienen ningún tatuaje. Por fortuna, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (scjn) publicó el 9 de diciembre del 2019 una norma que expresa que el uso de los tatuajes está protegido, por regla general, por derecho de libertad de expresión y desarrollo de la personalidad (scjn, 2019).

En la actualidad, los tatuajes se realizan con distintos estilos y técnicas, y su significado es totalmente personal. Por ende, poco a poco van ganando mayor aceptación dentro de la sociedad, además de que en los últimos años se ha estado debatiendo si deben de ser considerados como un arte. En este sentido, se puede decir que el arte nace de la necesidad de expresar algo, y puede generar sentimientos en quienes lo miran, oyen y/o presencian. Sin embargo, con el paso de los años definir lo qué es el arte y cuáles son los límites de lo artístico se ha convertido en una tarea complicada; por ello, existen defensores y detractores de la idea del tatuaje entendido como un concepto artístico (González Trejo, 2019).

Aún hoy en día, aspectos que engloban el tema de los tatuajes suelen someterse a un juicio desfavorable. Este vínculo negativo implica sentimientos o creencias de desvalorización, con un desacuerdo explícito, que muchas veces conlleva al desprecio hacia condiciones o características de las personas que tienen tatuajes, sin tener en cuenta que nuestros antepasados lo contemplaban y apreciaban como algo mágico, espiritual y religioso (Pereira, 2018). Al mismo tiempo, existen interpretaciones basadas en los diversos prejuicios establecidos por la sociedad.

No sólo los tatuajes han ido evolucionando, también los tatuadores. Estos últimos han puesto su trabajo y arte al servicio de las personas, lo que ha contribuido a un antes y un después en su percepción. Como ejemplo está el caso de Tatiana Makandaxu, diseñadora de profesión, que tatúa sin fines de lucro la aureola de las mujeres que padecieron cáncer de mama, con la finalidad de ayudarlas a recuperar la confianza y seguridad en ellas mismas (Miranda, 2018; ver figura 4).

Ejemplos de tatuajes en personas que padecieron cáncer de mama

Figura 4. Ejemplos de tatuajes en personas que padecieron cáncer de mama.
Crédito: Tatiana Makandaxu.

Un tatuaje se vuelve distintivo para la persona que lo porta, si el individuo decide que el diseño que se realizó es arte, entonces, lo es. Así, para que un tatuaje se convierta en arte basta con considerar dos visiones claras. La primera alude a la creación desde cero de un diseño que puede o no contener un sentimiento profundo para el artista y el portador: es arte por el simple hecho de ser único. La segunda idea responde a lo emocional, a la subjetividad del portador: si para él su diseño es resultado de una necesidad de llevar impregnado en la piel una imagen que represente un acontecimiento importante en su vida, eso será suficiente para ser considerado una obra de arte (Ayala, 2022).

La tecnología, las redes sociales y las diversas plataformas

Al relacionar el tatuaje con el arte, se refuerza la idea del uso del cuerpo humano como medio de expresión de experiencias y/o pensamientos personales. En pleno siglo xxi, gracias a la llegada de internet y nuevas tecnologías, se han observado avances que favorecen las técnicas utilizadas para tatuar. Las máquinas empleadas para tatuar han recorrido un largo camino de modificaciones y mejoras. Anteriormente éstas estaban fabricadas con materiales como hierro, acero y latón; los modelos más modernos se fabrican hoy en día con materiales más ligeros, como el aluminio, lo que facilita su manejo y les da mayor durabilidad. Al mismo tiempo que la tecnología ayudó a mejorar la fabricación de los instrumentos de trabajo, también trajo consigo una herramienta de mucha utilidad: las redes sociales. Éstas hacen posible que la información con respecto a los tatuajes llegue, informe e impacte a un mayor porcentaje de personas.

Sin duda alguna, la forma en que cada persona se expresa es diferente. Laura Pacheco Cuevas, en su artículo “La psicología detrás del tatuaje”, menciona que la psicología se debate entre dos puntos: el tatuaje por estética y los que lo hacen buscando una marca en su piel de algo importante para ellos; la determinación que conlleva realizarse un tatuaje es simbólica, incluso si es para adornar el cuerpo.

Así, en esta cultura en la que la apariencia física y la imagen son de suma importancia, el decidir tatuarse para hacer más estética alguna parte de nuestro cuerpo puede ser muy significativa (Pacheco Cuevas, 2020). En efecto, el tatuaje se ha convertido en un medio de comunicación para exteriorizar nuestra personalidad. Luis Gabriel Calderón Silva, en su tesis El tatuaje como elemento simbólico, expone lo siguiente, en palabras de Germán Vélez: “para mí el tatuaje es personal, cosas que yo quiero recordar, cosas que yo quiero tener en cuenta y que me hagan recordarme quien soy y para donde quiero ir, es más que todo personal” (cit. en Calderón Silva, 2014).

Dicho de otra manera, quienes se tatúan son seres humanos queriendo manifestar lo que les ha pasado en su vida por medio del arte corporal, a través de colores, figuras, líneas, etcétera. No se ponen un tatuaje pensando en el “qué dirán”, o si se verá bien, toman la decisión para ellos mismos. Esto es importante porque, de acuerdo con el filósofo, sociólogo, economista y psicoanalista Cornelius Castoriadis, no puede haber una sociedad sin las características individuales de cada uno; ya que las particularidades hacen que la sociedad pueda evolucionar cuando cada ser humano va evolucionando. Así, la sociedad es una creación y al mismo tiempo creación de sí misma (Calderón Silva, 2014).

Reflexiones finales

En definitiva, el significado del tatuaje ha ido cambiado en el tiempo, las diferentes culturas, los diversos significados, los variables pensamientos e incluso los prejuicios. Hoy en día esta práctica suele ser tan común entre los jóvenes de nuestra sociedad que buscan poder expresarse a través de su cuerpo, al utilizar su piel como medio de comunicación para transmitir sus ideas, su juicio, su forma de ver la vida.

A través del lienzo que cada individuo posee, éste es utilizado como instrumento de expresión simbólica, narrativa y visual, para así manifestar lo que quiere esa persona. Se trata de trasladarnos al pasado sin movernos del presente, de usar nuestro cuerpo para representar quienes somos, de elegir nuestro discurso individual a través del tatuaje.

Referencias



Recepción: 08/12/2021. Aprobación: 03/03/2022.

Vol. 23, núm. 4 julio-agosto 2022

Esperanza frente a la emergencia climática

Guillermo Murray-Tortarolo Cita

Resumen

El cambio climático nos ha alcanzado. Como lo muestra el último reporte del ipcc, sus impactos ya son visibles en múltiples formas. La emergencia climática está sobre nosotros y se necesita de manera urgente un cambio de actuar, a nivel individual, nacional y global. Por suerte, este cambio ya ha comenzado a brotar en distintas formas: como una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero; en una transformación en la dieta global, y en la sustitución de tecnologías viejas y contaminantes, por otras prometedoras. La conciencia global para hacer frente al cambio climático sigue aumentando y en este artículo te cuento dónde están los granitos de esperanza que nos indican que posiblemente logremos modificar el catastrófico rumbo que llevamos hasta ahora.
Palabras clave: cambio climático, gases de efecto invernadero, tecnologías limpias, dieta global, reducción de emisiones.

Hope to face the climate emergency

Abstract

Climate change is now upon us. The last ipcc report clearly shows the plethora of measurable impacts that have already occurred. This climate emergency pushes for an urgent agenda of individual, national and global actions. Luckily, it seems that the first steps for this change in actions are already occurring: from national reductions in greenhouse gas emissions, to changes in global dietary arrangements, and the substitutions of old polluting technologies. These global measures are on the rise, shedding a light of hope: that we might be capable of shifting our current catastrophic course.
Keywords: climate change, greenhouse gases, green technologies, global diet, emissions reductions.

Un reporte desalentador

El pasado mes de julio fue publicado el más reciente reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, mejor conocido como el ipcc, por sus siglas en inglés (ipcc, 2021). Este organismo reúne a todos los expertos de distintas áreas del conocimiento, para proveer al mundo de información actualizada sobre el estado del clima global. Cada siete años lanza este tipo de informes, que incluyen la revisión de miles de trabajos y conjugan a cientos de científicos. Es un labor inmensa, que además es revisada con lupa por más de diez mil personas de toda clase de áreas del conocimiento. Una verdadera obra de colaboración internacional.

El nuevo reporte es bastante devastador: el cambio climático ya nos alcanzó y, como sociedad global, estamos lejos de detenerlo. Hasta el anterior informe, publicado en 2013, todavía se hablaba del potencial impacto del cambio climático; ahora la narrativa es totalmente distinta y se hace énfasis en los eventos que ya estamos experimentando. Y es que hay de todo: ondas de calor más extremas, derretimiento de glaciares, cambio en los regímenes de lluvias, aumento de la intensidad y frecuencia de huracanes extremos, por mencionar algunos.

Yo como papá quedé muy impresionado. Soy consciente de que el clima que viví cuando era niño no será el mismo que experimentarán mis hijos, pero tengo plena confianza en que las cosas mejorarán, y es que muchas ya están cambiando. Tengo esperanza en que mis hijos podrán tener un futuro seguro, en el que la relación de la humanidad con la naturaleza y el clima mejore cada día.

En este artículo te voy a platicar de dónde vienen esos granos de esperanza y las oportunidades que esta enorme crisis climática plantea para nosotros como individuos y sociedad. Te contaré sobre los comienzos de este cambio y te hablaré de los esfuerzos que están llevando a cabo distintas naciones para cambiar el rumbo catastrófico del último siglo. Espero que para cuando termines de leer el artículo tú también compartas mi esperanza y propongas ideas para cambiar el mundo que te rodea y quién sabe…, con suerte también al país completo.

Un alto para los grandes emisores

El principal motor del cambio climático actual es el aumento en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (gei). Cuando éstos se acumulan en la atmósfera, atrapan la radiación terrestre que quería escapar al espacio y la regresan a la superficie, como resultado, el planeta se calienta. Entre mayor sea la concentración de estos gases, mayor será la temperatura. Al haber más energía disponible, se aceleran los flujos hídricos (la evapotranspiración1 y la precipitación) y, junto con esto, también se modifican los patrones de lluvia, huracanes, etcétera. En otras palabras, cada gramo de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) u óxido nitroso (N2O) que se escapa al cielo, significa un clima más impredecible y extremo.

La solución al problema pareciera muy sencilla: dejar de liberar estos gases a la atmósfera. Con eso dejaríamos de calentar el mundo y problema resuelto —a pesar de que las emisiones que ya hemos aventado a la atmósfera posiblemente sigan allí por muchos años más—. No obstante, esto significaría quedarnos sin industria, electricidad, transporte y básicamente todos los modos de vida de la modernidad. Tal parece que en la actualidad no podemos dejar de liberar gases de efecto invernadero sin afectar nuestro estilo de vida… ¿O será que sí podemos?

Todo es una cuestión de adaptación y mitigación, y muchos factores apuntan a que tal vez logremos reducir las emisiones. Aquí viene mi primer granito de esperanza: muchas de las principales naciones emisoras han logrado estabilizar e incluso reducir sus emisiones en la última década. Por ejemplo, Estados Unidos, que en su momento emitió hasta una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero, ha disminuido sus emisiones en 14%, hasta niveles no vistos desde 2000 (Feng et al., 2015; Hausfather, 2017). Lo mismo en Rusia, que emite 5% de todos gei, pues en la última década ha reducido sus emisiones en 7%. Asimismo, los países de la comunidad europea, responsables de 13% de todas las emisiones, son otra historia de éxito, al reducir en 21% sus emisiones desde 1990 hasta la fecha.

Si bien la victoria aún no es total, porque faltan naciones como India, China y Brasil, las emisiones en estos últimos países se están desacelerando lentamente (Ritchie y Roser, 2020). Con un poco de suerte, para 2030 veremos el pico máximo de emisiones anuales y de allí todo será cuesta abajo; de hecho, todos estos grandes emisores se han comprometido a una reducción de sus emisiones de entre 30-50% en esta década. ¿Quién sabe? A lo mejor en un futuro hasta logremos comenzar a remover parte del dióxido de carbono que ya lanzamos a la atmósfera. Mientras tanto tú también puedes ver que hace cada país, año con año, en la página del monitor global de carbono.

El principal motor de esta estabilización y reducción ha sido un cambio general en la política y la conciencia global. Las naciones han comenzado a apostar por el uso de energías alternativas (nuclear, eólica, solar e hídrica, principalmente) y se ha sustituido el uso de carbón —altamente contaminante— por gas LP —menos contaminante—. Sólo para darte una idea, en 1990 únicamente 6% de la energía global venía de fuentes limpias; mientras que en el último año esta cifra se ubicó en el 12.5% (un poco más del doble), de acuerdo con la revisión estadística de la energía mundial (2022). Si bien todavía nos queda un largo camino, la tendencia a la sustitución es muy clara.

Así, por ejemplo, en Estados Unidos, la industria y el transporte han disminuido su contribución a través del uso de motores y aparatos electrónicos eficientes, reduciendo hasta en 18% sus emisiones. De igual manera, se ha registrado una disminución en el consumo de energía en los hogares, que ha contribuido en una reducción de 12% en las emisiones totales. También China ha pasado de usar 4% de fuentes alternativas en 1990 a 12.74% en el último año, de manera particular, al desarrollar fuentes hidroeléctricas y de energía solar. Otros países con trayectorias similares son Australia, Brasil, Estados Unidos, Canadá y prácticamente toda la comunidad europea (si quieres revisar más, puedes consultar la página de nuestro mundo en datos. Lento pero constante estamos caminando hacia una verdadera sustitución energética. Pero esto no es la única buena noticia.

Menos bisteces y más verdura

El otro gran motor del cambio climático global es el cambio de uso de suelo. Este en realidad es un nombre elegante para decir destrucción de los bosques y hábitats naturales, para poner pastos y cultivos. En este proceso se emiten enormes cantidades de gei a la atmósfera. Y es que somos muchas bocas que alimentar y además nos gusta comer bien. No estamos felices con un cerealito o un taco de frijol; nos gusta comer una buena hamburguesa de 300 g de carne importada, con papas fritas y un enorme vaso de refresco —para darnos una idea, el número de restaurantes de hamburguesas de comida rápida se ha triplicado en los últimos 20 años a nivel mundial—. Pero la decisión de qué dieta seguimos tiene un gran impacto en el mundo, en otras palabras, no es lo mismo chutarse esa hamburguesa que elegir una opción vegetariana —o de pollo al menos—, como te explico a continuación.

El impacto que tiene sobre el medio ambiente un kilo de carne de res es exponencialmente mayor que el que tiene un kilo de cereales, frutas o verduras. Esto incluye elementos como el uso de agua, terreno y las emisiones de gases de efecto invernadero. Aun cuando comparamos a las vacas con el pollo o el cerdo, las reses son más contaminantes y perjudiciales para el ambiente. Por ejemplo, para producir un kilo de carne de res se necesitan 15,000 litros de agua, contra 6,000 para producir un kilo de puerco, 4,000 para uno de pollo, 950 en promedio para todas las frutas y sólo 350 para las verduras (Weber y Matthews, 2008). El área que se requiere es también mucho mayor, siendo hasta 25 veces más el espacio necesario para producir 1kg de carne de res que 1kg de maíz. Además, nos encanta poner vacas donde no deberían estar, como en las selvas tropicales del Amazonas o del sur de México, donde se deforestan preciosos hábitats para dar paso al pasto de forraje (Tilman y Clarck, 2014).

Como resultado, para producir un kilo de carne de res hay cinco veces más emisiones que para uno de pollo, puerco o pescado; tres veces más que para uno de fruta, y diez veces más que uno de cereales (Weber y Matthews, 2008). No es de sorprender que a raíz de lo anterior el ganado vacuno sea responsable de 62% de todas las emisiones de gei de la agricultura y la ganadería de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mejor conocida como la fao (2022).

Nuevamente está claro que la solución es sencilla: reducir o eliminar nuestro consumo de carne de vaca. Por supuesto que aquí me dirás: “Oye, pero hace dos párrafos mencionaste el aumento en los restaurantes de hamburguesas. Eso no parece muy alentador”. Y te daría toda la razón. Pero la realidad es que, por suerte, el consumo de carne roja de muchos países se ha estabilizado e inclusive empieza a disminuir. Por ejemplo, en Estados Unidos, uno de los grandes consumidores de vacas —en su mayoría en forma de hamburguesas— ha reducido el consumo promedio por persona en 20% en los últimos 20 años. Países como Francia, España e inclusive los carnívoros argentinos o uruguayos también siguen una trayectoria similar, con reducciones entre el 10-30% en las últimas dos décadas (faostat, 2022). Si esta tendencia sigue con el mismo camino, es muy probable que en 10 o 20 años no necesitemos deforestar más bosques y hasta podremos comenzar a reforestarlos. Pero antes tenemos que seguir convenciendo a la población mexicana, uno de los pocos países donde el consumo de carne promedio por persona sigue aumentando cada año (Ritchie y Roser, 2017).

Esperanzas tecnológicas

Otro importante gramo de esperanza viene de los nuevos desarrollos tecnológicos. En la actualidad se están desarrollando toda clase de aparatos de uso energético más eficiente o que utilizan energía alternativa. Algunos ejemplos de las últimas décadas son los focos de led, los coches eléctricos y los motores de gasolina de tres cilindros. A gran escala también se ha dado un boom en el desarrollo de la arquitectura verde —por ejemplo, en México se ha disparado el uso de calentadores solares que disminuyen hasta en 80% el consumo de gas LP en los hogares (Rosas-Flores y Morillón Galvez, 2009)—, el uso de energía nuclear más eficiente —incluso a partir de desechos radiactivos—, y también el uso de biocombustibles sólidos y líquidos.

Pero lo más interesante es lo que potencialmente viene a futuro. Los avances en la tecnología de fusión nuclear son muy prometedores, por lo que podrían llevar a una profunda revolución energética global. Este tipo de energía, al contrario de la actual impulsada por la fisión, es completamente limpia y genera mucha más energía. El reto ha sido lograr crear reactores funcionales, pero esta realidad está cada día más cerca.

Asimismo, el uso de combustibles alternativos para la aviación es también, día con día, una realidad más cercana. En la actualidad, la aviación en todas sus formas —comercial, de productos y de pasajeros—, es responsable de 4% de todas las emisiones de dióxido de carbono globales y de 12% de todas las emisiones del transporte (Staples et al., 2018). Los motores a diésel necesitan enormes cantidades de combustible para poder surcar los cielos y con ello contaminan sin par la atmósfera. A raíz de ello, en la última década, se han creado grandes alianzas de investigación para desarrollar alternativas menos contaminantes. La noticia más prometedora es que el gobierno de Estados Unidos, principal consumidor de combustible para aviones, se ha comprometido a que para 2050 todo el combustible aéreo sea de fuentes alternativas.

El camino adelante

No cabe duda de que aún nos queda mucho camino por recorrer. Varios expertos mundiales han llamado al momento actual un momento “bisagra” para la humanidad. Esto quiere decir que como bien podemos destruirnos, si vamos en el camino correcto, podemos encontrar un equilibrio nunca visto con la naturaleza. El panorama actual, de acuerdo con el reporte del ipcc, no es nada alentador y hay mucho por hacer. Necesitamos frenar urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero, dejar de deforestar y destruir los hábitats además de cambiar nuestros estilos de vida —empezando por la dieta—, y comercio. El reto no es menor, pero de esto depende el futuro de nuestra humanidad. Y yo, como papá, confío en que lo lograremos. Hay un largo camino por recorrer, pero las semillas del cambio, esos granos de esperanza, ya están brotando.

Referencias



Recepción: 26/08/2021. Aprobación: 22/05/2022.

Vol. 23, núm. 4 julio-agosto 2022

Ferdinandea: origen y evolución de las islas volcánicas

Benedetto Schiavo, Thania Elizabeth Arredondo Palacios, Claudio Inguaggiato y Diana Meza Figueroa Cita

Resumen

Las islas volcánicas son estructuras que pueden tener diferente origen dependiendo el contexto geodinámico. Algunas están formadas por lava solidificada surgida de volcanes que originariamente se encontraban por debajo del nivel del mar. Sin embargo, existen otras clases de islas volcánicas provenientes de volcanes sumergidos que formaban parte de una dorsal centrooceánica. Otro tipo de islas volcánicas son las que están formadas por una placa tectónica que fluye por debajo de otra. La subducción crea una cadena de volcanes que, a medida que emergen, forman una cadena de islas. Un último tipo está formado por un punto caliente sobre el que se mueve una placa tectónica. En este trabajo se abordan ejemplos de los tipos de islas volcánicas y su evolución, y en específico se analiza el caso de la isla Ferdinandea, isla de origen volcánico situada en el sur del mar Mediterráneo (Sicilia, Italia), cuya formación y desaparición en el siglo xix desató un conflicto diplomático de unos pocos meses.
Palabras clave: islas volcánicas, montes submarinos, isla Ferdinandea, punto caliente.

Ferdinandea: Origin and evolution of volcanic islands

Abstract

Volcanic islands are structures characterized by different origins depending on the geodynamic context. Some volcanic islands are formed by solidified lava emerged from volcanoes that originally were below the sea level. However, there is other class formed from previously submerged volcanoes that were part of a mid-oceanic ridge. Another type of volcanic island is the one formed by flowing a tectonic plate beneath another. Subduction creates a chain of volcanoes that, as they emerge, form a chain of islands. The last type is formed by a hotspot on which a tectonic plate moves. In this paper examples of the types of volcanic islands and their evolution are addressed, and the case of Ferdinandea Island is specifically analyzed. It is an island located in the south of Mediterranean Sea (Sicily, Italy), whose formation in the 19th century sparked a diplomatic conflict that lasted a few months before its disappearance.
Keywords: volcanic islands, seamounts, Ferdinandea island, hotspot.

Introducción

Las islas volcánicas, también conocidas como islas oceánicas, son estructuras consideradas geológicamente excepcionales, que se encuentran en cuencas oceánicas y que se forman por erupciones de volcanes submarinos que se generaron en el fondo del océano (Condie, 2016). La erupción volcánica submarina acumula capas de lava, que en algunas ocasiones pueden romper la superficie del agua. Una vez que la lava llega a la superficie, se solidifica y se forma una isla volcánica (ver figura 1).

Esquema estructural de una isla volcánica

Figura 1. A) Esquema estructural de una isla volcánica. B) La isla de Vulcano, Eolie, ubicada al norte de Sicilia (Italia).
Crédito: Claudio Inguaggiato, 2012.

La más famosa isla volcánica que se formó en las últimas décadas es la isla de Surtsey (del nombre de un gigante de fuego en la mitología nórdica), que apareció en 1963 frente a la costa sur de Islandia (Schipper et al., 2015). Se originó por una erupción freatomagmática (también llamada surtseyana), es decir, un tipo de erupción donde el magma y el agua entran en contacto y provocan violentas explosiones (Houghton et al., 2015). Otros ejemplos de islas volcánicas de origen reciente y que sobrevivieron a la erosión del agua y el viento son: i) Nishinoshima y Nijima, formadas en 1974 y 2015 respectivamente (ambas cerca de Japón); y ii) Zubari, isla Yemenita que surgió en 2013.

Las islas volcánicas pueden ser caracterizadas por diferentes tipos y niveles de actividad volcánica: desde i) activa o intermedia, como las islas Hawái, localizadas en el océano Pacífico; hasta ii) un vulcanismo considerado extinto, como el caso de Rapa Nui (isla de Pascua), territorio chileno ubicado en la Polinesia, en medio del océano Pacífico. Las islas volcánicas que se elevan desde las profundidades marinas tienen diferentes tamaños, desde menos de 1 km2 hasta más de 100 km2; además, pueden tener arrecifes que se comportan como una barrera natural y poseer relieves montañosos con varias cumbres. En muchos casos, las pendientes elevadas y la densa cobertura vegetal (bosques tropicales) pueden limitar las posibilidades de uso de tierras y desarrollo comunitario (por ejemplo, carreteras, edificios, infraestructuras). Las comunidades que residen en una isla volcánica, que principalmente se desarrollan en la zona costera, están expuestas a varios riesgos, volcánico y costero, este último debido a la erosión. Las islas más grandes pueden llegar a tener ríos y ello involucra un riesgo adicional de inundaciones para las comunidades.

Desde hace varios años, la vulcanología se ha encargado de estudiar el origen de los volcanes submarinos, cómo éstos generan islas volcánicas y cómo evolucionan con el tiempo. La génesis de las islas volcánicas está relacionada con el contexto geodinámico y el aporte de magma en el tiempo (Plank et al., 2020). Sin embargo, el origen de las islas volcánicas está sujeto a anomalías de fusión del manto y a dinámicas relacionadas con los movimientos de las placas tectónicas.

En este sentido, la estructura interna de la Tierra (Jordan, 1979), descubierta mediante estudios sismológicos, está dividida en diferentes capas: i) la corteza terrestre y oceánica, que es la parte más externa, donde residen los seres vivos; ii) la litosfera, la capa exterior sólida de la Tierra, que incluye la corteza y el manto superior; iii) el manto, a su vez dividido en manto superior, intermedio e inferior, es considerado la porción donde se concentra la mayoría de la masa terrestre; y iv) el núcleo, dividido en externo e interno, caracterizado por diferentes estatus de la materia, líquido el externo y sólido el interno (Tarbuck y Lutgens, 2005; ver figura 2).

Estructura interna de la Tierra simplificada

Figura 2. Estructura interna de la Tierra simplificada en la que se aprecian las diferentes capas y espesores que la componen (corteza, manto, núcleo externo e interno). Las capas están divididas por discontinuidades: i) Mohorovicic (corteza – manto); ii) Gutenberg (manto – núcleo externo); y iii) Lehman (núcleo externo – núcleo interno).
Crédito: elaboración propia.

Los modelos para explicar el origen del magma de las islas volcánicas se propusieron desde 1970 y toman en cuenta varias hipótesis. Campbell y Griffiths (1990) presentaron un primer modelo convectivo, desarrollado en laboratorio, que sugiere la existencia de una capa límite entre manto y núcleo donde se origina el magma. Otro modelo, llamado de placas, atribuye a procesos superficiales extensivos (estrés tectónico) las anomalías de fusión (Anderson, 2000 y 2001). Los modelos más recientes (Koppers et al., 2021) sugieren la presencia de mantle plumes (plumas magmáticas del manto), regiones donde el magma profundo (a miles de km) asciende hasta la superficie. Además, los modelos tectónicos extensivos (dorsal medio oceánica) y compresivos (subducción) son también aceptados y están comprobados (Geología activa, 2020).

Formación de las islas volcánicas

La formación de una isla volcánica es un proceso complejo, donde entran en juego diferentes factores y procesos. Sólo recientemente se están conociendo más a fondo los mecanismos de formación, pero algunos procesos todavía no resultan totalmente claros. Las islas volcánicas pueden formarse de diferentes maneras, además de generar varios tipos de volcanes con distintas características eruptivas. Principalmente existen tres tipos de procesos tectónicos magmáticos para la formación de una isla volcánica (Foulger, 2007): i) extensivos (ej. Islandia; Denk et al., 2011); ii) compresivos (ej. Islas Eolias; Inguaggiato et al., 2018); e iii) intraplaca o punto caliente (por ejemplo, Hawái; Carey et al., 2015).

Los procesos extensivos generan islas que surgen entre dos placas tectónicas y que son la expresión superficial de la dorsal centrooceánica. La dorsal centrooceánica —por ejemplo, la Atlántica—, es una dorsal que se formó en medio del océano por el ascenso del magma y la expansión del piso oceánico. La anteriormente citada isla de Surtsey, localizada frente a la costa sur de Islandia, se originó por la tectónica extensiva típica de la dorsal mesoatlántica.

Los procesos compresivos se caracterizan por la subducción entre dos placas tectónicas, el ascenso de magma en superficie y la formación de islas volcánicas. En general, las islas originadas por procesos de compresión presentan fenómenos fumarólicos superficiales y submarinos, así como actividad hidrotermal. El magma de estas islas es generado por el descenso y fusión parcial de la placa tectónica.

El último caso es el magmatismo intraplaca, definido como una ruptura de la corteza donde el material magmático profundo del manto asciende hacia la superficie. Estos tipos de islas volcánicas se forman cuando una placa litosférica se desplaza arriba de un punto caliente, que se mantiene relativamente estable a lo largo del tiempo. Alrededor del mundo varios volcanes se formaron por la presencia de un punto caliente, por ejemplo, la isla Tristán da Cunha o las islas Canarias, ambas ubicadas en el océano Atlántico.

La isla Ferdinandea

La isla Ferdinandea es una particular isla volcánica ubicada en el mar Mediterráneo, al sur de Sicilia, Italia (ver figura 3). La isla se originó por los ciclos eruptivos de Empédocles, un volcán submarino en el canal de Sicilia (Lodolo et al., 2019), que se generó por la presencia de un punto caliente (Cavallaro y Coltelli, 2019). Un punto caliente (o hotspot, en inglés) es una ruptura de la corteza donde el material magmático profundo del manto asciende hacia la superficie. Estos tipos de islas volcánicas se forman cuando una placa litosférica se desplaza arriba de un punto caliente, que se mantiene relativamente estable a lo largo del tiempo.

Imagen histórica de la erupción del volcán Empédocles

Figura 3. Imagen histórica de la erupción del volcán Empédocles y formación de la isla Ferdinandea en el Mar Mediterráneo en 1831 (De Vito, 1831).

Los primeros registros históricos de la isla Ferdinandea datan de la Primera Guerra Púnica, siglo 3 antes de la era común (a.e.c.). La isla apreció y desapareció entre 4 y 5 veces (según los registros históricos), y se registraron diferentes erupciones del volcán Empédocles desde el siglo xvii (Pantaloni y Console, 2017). Los primeros signos de actividad reciente de Empédocles fueron algunos choques sónicos y temblores percibidos el 28 de junio de 1831 por algunas poblaciones residentes en la costa de Sicilia y por la tripulación de un barco que navegaba cerca del volcán. Unos días después, los pescadores vieron hervir (burbujear) la parte del mar ubicada arriba del volcán submarino, además de encontrar peces muertos y percibir un fuerte olor a azufre. El 10 de julio de 1831, el capitán de un barco notó una columna de gases de unos 15 metros de altura que provenía de una pequeña isla de unos 4 metros sobre el nivel del mar. La noticia de una nueva isla se difundió primero por Sicilia y Nápoles, y luego por otras naciones. En pocos días la isla alcanzó los 20 metros de altura y los 250 metros de diámetro. Sin embargo, en unos meses alcanzó una altura de 63 metros y un diámetro de 4.8 km. La isla había aparecido en una ubicación considerada táctica para muchas naciones, principalmente para el control de las rutas marítimas (tráfico comercial y militar) a través del Mediterráneo (Pantaloni y Console, 2017; ver video 1).




Los británicos fueron los primeros en reclamar la isla, la llamaron Graham, pero el rey de Sicilia y Nápoles, Fernando ii (el mismo que le puso su nombre a la isla), lo consideró como un acto de invasión de las aguas territoriales sicilianas y envió una corbeta a reclamar la nueva tierra. Los franceses, así como lo españoles, mostraron interés por la nueva isla y la llamaron Julia, por ser julio el mes en el que apareció la isla. El conflicto, principalmente periodístico y diplomático, entre estas naciones duró por varios meses. Durante este período, la isla iba retirándose lentamente pero inexorablemente hacia el mar (Kozák y Čermák, 2010).

Lo anterior es porque la isla Ferdinandea estaba compuesta de material fragmentado y blando, sobre todo ceniza volcánica. Una vez acabada la erupción y el aporte de material por parte del volcán Empédocles, la isla no pudo soportar los efectos erosivos del viento y de las olas de mar. El cráter desapareció y lo único que quedaba era una isla plana y una colina de escorias con una elevación de 60 metros. En diciembre de 1831 la isla desapareció de los mapas y junto a la isla también tuvo conclusión la disputa territorial. La isla Ferdinandea apareció brevemente en 1863 luego de una pequeña erupción de Empédocles, pero actualmente se encuentra 7 metros bajo del nivel del mar.

El volcán submarino Empédocles y sus productos volcánicos fueron y están siendo estudiados por geólogos y geofísicos, revelando la presencia de varios cráteres monogenéticos (es decir, cráteres formados por una sola erupción). En los años 2000 una renovada actividad sísmica en la zona de la isla Ferdinandea dejó especular nuevos inminentes episodios eruptivos, pero dos años más tarde, en 2002, investigadores observaron una disminución de la sismicidad y de la emisión de gases volcánicos (Rotolo et al., 2006). Para prevenir futuras disputas en el caso del resurgimiento de la isla, buzos colocaron una bandera italiana en la cima del volcán (i geotv, 2013).

Conclusión

La mayor parte de la actividad volcánica de la Tierra, incluso la actividad magmática ubicada en las islas volcánicas, sucede en los límites de placas tectónicas, pero las excepciones son las islas formadas por la presencia de un punto caliente (anomalías de calor). El principio detrás de estos fenómenos es el mismo que el de la convección térmica: el material más caliente y menos denso tiende a subir, mientras que el material más frío y denso tiende a descender. Las erupciones submarinas que dan lugar a la formación de nuevas islas volcánicas son bastante raras y es aún más raro tener evidencia directa de ellas, lo que dificulta la comprensión de las razones del fenómeno. La isla Ferdinandea es uno de los diferentes casos de islas que sobrevivieron sólo pocos meses, a causa de la erosión, luego de su formación. En los últimos años, varios trabajos de investigación se han enfocado en el estudio de los procesos superficiales y profundo de la isla Ferdinandea, principalmente con técnicas indirectas, por ejemplo, métodos geofísicos y sismológicos.

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Recepción: 09/08/2021. Aprobación: 19/05/2022.

Vol. 23, núm. 4 julio-agosto 2022

La zarzamora: un delicado tesoro del campo mexicano

Joel Ernesto Martínez Camacho, Claudia Gutiérrez Antonio e Irineo Torres Pacheco Cita

Resumen

México es uno de los principales productores de zarzamora en el mundo y este fruto es uno de los cultivos nacionales con mayor demanda en el extranjero. Sin embargo, su corta vida de anaquel y las condiciones especiales de almacenamiento que requiere para conservarse representan un reto constante para llevarla a partes lejanas del mundo. Hasta el momento, los esfuerzos para su conservación se han enfocado en estrategias que se aplican después de la cosecha del fruto; no obstante, estos métodos tienen limitaciones. Por lo tanto, el objetivo de este artículo es abordar una propuesta reciente relacionada al manejo de la zarzamora previo a su cosecha, como una herramienta para lograr su exitosa comercialización a nivel internacional.
Palabras clave: zarzamora, vida de anaquel, elicitores, fisiología vegetal.

Blackberry: a delicate treasure of the Mexican fields

Abstract

Mexico is among the top blackberry producers in the world, and these fruits are one of the most demanded by foreign markets. However, their short shelf life and the special conditions required for their conservation are challenging for commercialization in distant parts of the world. Nowadays, efforts have been focused on postharvest handling to preserve the blackberry features for a longer time; however, these methods have limitations. Therefore, this article aims to present a preharvest treatment as an option for the successful commercialization of blackberries worldwide.
Keywords: blackberry, shelf life, elicitors, plant physiology.

Introducción

En la última década, la producción de zarzamora ha tenido un crecimiento muy grande, debido a lo cual se ha convertido en uno de los cultivos de mayor importancia en el sector agrícola mexicano. Anualmente, se producen 298 mil toneladas de zarzamora en una superficie de 15 mil hectáreas; esta producción tiene un valor comercial de 13 mil millones de pesos (Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera [siap], 2019). Aunque la zarzamora se cultiva a lo largo de 13 estados de la República mexicana, Michoacán aporta 93% de la producción nacional, seguido por Jalisco (4.5%) y Colima (1%). Del total de la zarzamora producida en México, entre 40-60% se exporta a Estados Unidos, Canadá, Chile y Reino Unido (Sistema de Información Arancelaria Vía Internet [siavi], 2021).

La zarzamora es un alimento muy valorado debido a su sabor atractivo, así como a su alto contenido de proteínas, vitaminas, y complejos orgánicos, que le han otorgado la clasificación como alimento funcional; es decir, además de su valor nutricional, contiene componentes que aportan algún efecto positivo para la salud y reducen el riesgo de padecer ciertas enfermedades (Beltrán de Heredia, 2016). No obstante, la zarzamora tiene una vida de anaquel muy corta en comparación con otros frutos. Esto es porque esta fruta se caracteriza por una delgada piel (fragilidad biomecánica) y por su tendencia a perder humedad rápidamente (alta tasa de respiración); por ello, debe mantenerse en condiciones especiales para así mantener su calidad. Lo anterior representa un reto debido a las restricciones de almacenamiento y transporte a las que está sujeta durante su comercialización; ya que se requiere mantener en una cadena de frío para evitar su deterioro.

A nivel industrial, la zarzamora se utiliza para la elaboración de jugos, pulpas, extractos y concentrados; en la generación de estos productos las condiciones para de manejo de la zarzamora son menos demandantes. Sin embargo, la zarzamora también se comercializa fresca, y esta presentación es la que mayores beneficios aporta, y por ende es la de mayor demanda.

En este orden de ideas, en la conservación de la zarzamora los esfuerzos se han enfocado en el desarrollo de métodos para el manejo posterior a la cosecha del fruto —también conocido como poscosecha—, a pesar de que, como se detallará más adelante, estos presentan importantes limitaciones respecto a su efectividad. Así, en el presente artículo discutiremos los retos y limitaciones de los métodos empleados actualmente para la conservación de la zarzamora después de su cosecha. Además, se abordará una propuesta de conservación que se aplica previo a la cosecha de esta fruta, la cual permite prolongar su vida de anaquel.

No todo es dulce…

En México, del total de la zarzamora que se exporta, se han reportado pérdidas de hasta 5% durante el almacenamiento y transporte (Pérez et al., 2016). Los principales problemas que la afectan durante los procesos de comercialización son la reversión, un cambio de coloración posterior a la cosecha; la aparición de hongos en su superficie, que degradan la fruta, y el goteo, que es el escurrimiento del contenido de la zarzamora por daño mecánico o vibraciones fuertes durante el transporte (ver figura 1).

Zarzamoras sanas y dañadas

Figura 1. A) Zarzamora sana. B) Zarzamora con daños durante el transporte y almacenamiento (reversión y goteo).
Crédito: elaboración propia.

Los problemas antes mencionados deben evitarse; es decir, debe mantenerse el color, sabor, apariencia, y textura de la zarzamora. Para ello, la estrategia principal es la refrigeración. Se ha reportado que la zarzamora puede mantenerse en buen estado hasta 14 días a temperaturas entre 2 y 5º C, con una humedad relativa entre 90-95% (Perkins-Veazie, 2017). El transporte terrestre a países como Estados Unidos y Canadá en contenedores refrigerados es la principal estrategia empleada para su conservación, a nivel comercial. No obstante, la refrigeración no se encuentra disponible en el transporte aéreo, el cual es requerido para destinos fuera del continente, o que se encuentran a mayor distancia.

También se pueden emplear otros métodos de conservación, tales como cubiertas comestibles, atmósferas controladas, empaques modificados, e irradiación. para prolongar la vida de anaquel (Huynh et al., 2019). El uso de atmósferas modificadas está disponible en el transporte marítimo y terrestre; en esta estrategia se usan concentraciones de dióxido de carbono entre 10 y 15%, las cuales han mostrado una disminución en la pudrición de los frutos (Perkins-Veazie, 2017); sin embargo, no sustituye el almacenamiento en frío, por lo que deben de considerarse los costos extra asociados a este tipo de manejo.

Otra táctica que se ha utilizado para la conservación de alimentos es la aplicación de cubiertas comestibles biodegradables. El uso de estos recubrimientos provoca efectos similares al de una atmósfera modificada; no obstante, en la zarzamora se han reportado algunos efectos adversos, que incluyen la formación de compuestos que afectan de manera significativa el sabor del producto.

Por otra parte, se han desarrollado métodos enfocados en disminuir el deterioro en la fruta, tales como la desinfección por irradiación y la desinfección con agentes químicos (Huynh et al., 2019). La irradiación consiste en exponer la fruta a luz del tipo ultravioleta (uv), con el objetivo de inactivar posibles organismos patógenos que causen pudrición. Aunque en algunos casos se ha logrado disminuir la incidencia de pudrición, la exposición a este tipo de radiación también ha provocado daños no deseados, como manchas en la superficie del fruto de zarzamora. De manera similar, la desinfección con agentes químicos busca disminuir el efecto de microorganismos de pudrición; sin embargo, durante su uso se pueden presentar daños mecánicos y un aumento no deseado del contenido de humedad en el fruto de zarzamora durante su almacenamiento. Es importante mencionar que si la zarzamora es sometida a un tratamiento posterior a ser cosechada, hasta 85% de ésta desarrolla algún tipo de daño que afecta su calidad (Edgley et al., 2020). Por ello, se debe ser muy cuidadoso con el uso de métodos para su conservación.

Los elicitores

Las estrategias mencionadas previamente para la conservación de la zarzamora están enfocadas en el manejo posterior a su cosecha; en todos los casos, representan costos adicionales y no están disponibles para todos los escenarios de comercialización. De igual manera, implican la realización de otras operaciones en el fruto, lo cual incrementa el riesgo de daño.

Debido a lo expuesto anteriormente, el uso de tecnologías de mínima intervención sería más apropiado para frutos tan delicados como la zarzamora. En este contexto, se ha reportado que las condiciones de crecimiento y desarrollo de las plantas de zarzamora repercuten en sus características (Chávez-Bárcenas et al., 2012). Adicionalmente, la presencia de ciertas sustancias en etapas de formación de frutos también influye en las características finales de la zarzamora; dentro de ellas destacan los elicitores.

Los elicitores son sustancias que promueven las respuestas defensivas en las plantas (Guevara-González et al., 2020). Analicemos esta definición: las plantas, al no tener la capacidad de moverse de un lugar a otro, son más susceptibles a sufrir daños por las condiciones ambientales y por el ataque de insectos (ver figura 2); sin embargo, tienen mecanismos para defenderse mediante la identificación de las condiciones del medio ambiente. Por ejemplo, cuando un insecto se posa sobre nosotros, podemos ahuyentarlo o alejarlo fácilmente usando nuestras manos. Pero en el caso de las plantas, éstas no pueden remover al insecto de manera directa, por lo que producen sustancias especiales para ahuyentarlo. Los elicitores promueven la generación de esas sustancias, es decir, las defensas fisiológicas. Lo interesante es que las sustancias promovidas por los elicitores también tienen efectos positivos en la conservación de la zarzamora.

Factores que pueden provocar daños en las plantas

Figura 2. Factores que pueden provocar daños en las plantas. A) Radiación solar y calor excesivo. B) Lluvia y granizo. C) Bajas temperaturas. D) Vientos intensos. E) Ataque de insectos y plagas.
Crédito: elaboración propia.

El uso de los elicitores en la zarzamora representa una propuesta de mínima intervención para contrarrestar fenómenos de daño, degradación, y deterioro del fruto. Cuando un elicitor se aplica, éste simula ciertas condiciones que las plantas detectan como señales de alerta; por ejemplo, el ataque de un insecto. Dentro de estas respuestas se encuentran el reforzamiento de barreras físicas; es decir, que las paredes celulares de la zarzamora se fortalecen, lo que se traduce en el aumento de la resistencia de los frutos al daño mecánico.

Otra medida de defensa es la producción de sustancias antimicrobianas y repelentes de insectos. Por ejemplo, la aplicación de ácido salicílico en frutos de zarzamora reduce la aparición del fenómeno de reversión, y de pudrición en condiciones de almacenamiento. De manera similar, la aplicación de soluciones de quitosano sobre frutos de zarzamora, antes de ser empacados, puede reducir el goteo, mejorar su firmeza y disminuir el ablandamiento sin afectar sus características comerciales (contenido de azúcares y acidez) (Martínez-Camacho, 2022). Tanto el quitosano como el ácido salícilico son elicitores; el quitosano es de origen natural, mientras que el ácido salicílico se produce de manera interna en las plantas. Ambos compuestos han mostrado tener potenciales efectos positivos en la conservación de la zarzamora y frutos similares (Moreno et al., 2015; Lo’ay y El-Boray, 2018; Lucini et al., 2018).

Cabe resaltar que los elicitores deben aplicarse en bajas concentraciones para lograr estos efectos; de igual manera, su aplicación se puede llevar a cabo con los medios tradicionales, por ejemplo, mediante aspersiones foliares o en el agua de riego. En este contexto, la normativa para la producción agrícola es cada vez es más estricta. Por ello, los elicitores son una estrategia de origen natural y poca residualidad en el ambiente para la conservación de la zarzamora. Sus características los hacen idóneos para cumplir con los requerimientos de los mercados, y al mismo tiempo contribuir a disminuir el uso de agroquímicos.

El uso de elicitores y sus efectos en la conservación de frutos están ampliamente reportados en la literatura especializada; sin embargo, a nivel comercial, son poco conocidos, por lo que existe poca disponibilidad de productos en el mercado elaborados con base en ellos. Por ello, es necesario continuar con la investigación y divulgación relacionada con los elicitores, para así contribuir a su aplicación de manera comercial.

Conclusiones

La zarzamora es un fruto de gran relevancia en el sector agrícola mexicano, así como de alta demanda por todos sus beneficios a la salud. No obstante, este fruto es de manejo especial, debido a su fragilidad. En este contexto, el uso de tratamientos previos a la cosecha de la zarzamora representa una oportunidad para aumentar su vida de anaquel, y mantener sus características por un período mayor de tiempo. En particular, el uso de elicitores es un método con un alto potencial, debido a su alta efectividad, que ha sido demostrada en diversas investigaciones; sin embargo, se requiere promover su aplicación a nivel comercial en la producción de zarzamora. El uso de elicitores es una opción prometedora para la obtención de productos agrícolas de alto valor, con mejores características, lo que contribuye a la sustentabilidad del sector agrícola.

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Sitios de interés



Recepción: 13/09/2021. Aprobación: 19/05/2022.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079