Vol. 22, núm. 2 marzo-abril 2021

Alumnos en pandemia: una mirada desde el aprendizaje autónomo

Larisa Enríquez Vázquez y Myrna Hernández Gutiérrez Cita

Resumen

El aprendizaje autónomo es un concepto que refiere a la formación de los estudiantes como aprendices, con la capacidad de tomar el control sobre su propio proceso de aprendizaje, para el resto de la vida. El año 2020 ha sido determinante para mostrar la necesidad y urgencia de fomentar habilidades que permitan a los estudiantes ser autogestivos, y regular sus procesos de aprendizaje. En este contexto emergente actual, es necesario preguntarnos, como docentes, cómo apoyamos a los estudiantes en el fomento de estas habilidades, cuáles son las prioritarias y cuáles las que se tendrían que impulsar, ya sea porque existe una deficiencia en ellas o un mayor interés entre los jóvenes, y cómo podemos ayudar a los alumnos en la mejora de su proceso de aprendizaje.

Con la intención de generar opciones viables en el marco de la pandemia de la covid-19, se inició una investigación sobre el nivel de autonomía que tienen los estudiantes en México. Para ello, durante el mes de mayo de 2020 se aplicó el “Cuestionario aprendizaje autónomo en tiempos de covid-19”. Este trabajo presenta los resultados de dicho sondeo.
Palabras clave: aprendizaje autónomo, pandemia, evaluación del aprendizaje autónomo.

Students in pandemic: a glimpse from autonomous learning

Abstract

Autonomous learning is a concept that refers to training students as lifelong learners, with the ability to take control over their own learning process. The year 2020 has shown the need and urgency to promote skills that allow students to be self-managed and regulate their learning processes, including the development of skills to plan their activities and self-evaluate. In this current emerging context, it is necessary to ask ourselves, as teachers, how can we support students in fostering these skills, which of these should be considered as priorities and which ones should be promoted, either because there is a deficiency in them or a greater interest among young people, and how can we, as teachers, help students in its training.

With the objective of generating viable options in the framework of the covid-19 pandemic, an investigation was initiated on the students’ level of autonomy in Mexico. To do this, during May 2020 we applied the “Autonomous learning survey in times of covid-19”. This work presents the results of such exploration.
Keywords: autonomous learning, pandemic, evaluation of autonomous learning.

Introducción

El aprendizaje autónomo es un concepto que ha ido tomando mayor fuerza e interés en el ámbito educativo. La autonomía del aprendizaje, como indican Rodríguez, Hernández y Dávalos (2018), se refiere a que el alumno se gobierne a sí mismo, y que pueda tomar decisiones sobre su aprendizaje, gracias al entrenamiento y desarrollo de competencias o habilidades cognitivas, afectivas, interactivas y metacognitivas. Otros autores, como Tassinari (2012), indican que la autonomía del alumno es la meta-capacidad para tomar el control del proceso propio, en diferentes grados y de diferentes maneras, según la situación de aprendizaje.

Si se considera que la autonomía es uno de los componentes para aprender a aprender, la función de formar a los estudiantes como aprendices para el resto de la vida, con la capacidad de controlar su propio proceso de aprendizaje, se vuelve indispensable. Así, el papel del docente y el impacto que puede lograr en el desarrollo de la autonomía para aprender es relevante. Señalan Hernández et al. que el rol del docente es incentivar y provocar, ser acompañante, tutor y guía del alumno, ayudándole a descubrir sus capacidades, recursos y destrezas (2018, p. 350).

El año 2020 ha mostrado la necesidad y urgencia de fomentar habilidades que permitan a los estudiantes ser autogestivos y autoregulados, incluyendo además competencias para planear sus actividades de aprendizaje y autoevaluarse. En este sentido, durante el mes de mayo de 2020 se aplicó el “Cuestionario aprendizaje autónomo en tiempos de covid-19”, con la intención de identificar el nivel de autonomía que tienen los estudiantes en México. Este instrumento se realizó con base en el modelo de Tassinari, e incluye las cinco dimensiones que contempla el aprendizaje autónomo según la autora. Las dimensiones evaluadas fueron las siguientes:

  • Afectiva. Vinculada con los sentimientos, emociones, voluntad y motivación que poseemos para aprender algo.
  • Social. Es el aprendizaje y la negociación del aprendizaje que logramos a partir de la interacción con pares, asesores, profesores, entre otros.
  • Cognitiva. Referente al conocimiento y las estrategias que empleamos para avanzar en el logro de una actividad u objetivo.
  • Metacognitiva. Sobre la conciencia y conocimiento que poseemos sobre el proceso que empleamos para aprender algo.
  • Orientada a la acción. Considera el comportamiento, habilidades, actitudes y toma de decisiones que ponemos en práctica al momento de aprender algo.

Sobre el cuestionario

El cuestionario se aplicó vía web. Lo respondieron 725 estudiantes, de ellos sólo 574 contestaron el total de 20 preguntas. Suponemos que algunos alumnos fueron dejando de responder debido a la extensión, y a que sintieron que se repetían preguntas.

En cada bloque se incluyó un espacio para agregar comentarios relacionados con las preguntas y la dimensión en cuestión. A partir del análisis de los resultados cuantitativos y los cualitativos, tenemos consideraciones para cada una de las dimensiones.

Datos sociodemográficos

Hubo representación de personas de diferentes niveles educativos, que viven en 20 estados de la República. 67% vive en la zona metropolitana del valle de México (ver video 1).



Video 1. Datos sociodemográficos.

Dimensión afectiva

Las preguntas están divididas en dos bloques. El primero corresponde a emociones y sentimientos involucrados al aprender algo. El segundo, al sentimiento de aprender en la modalidad a distancia.

En el primer bloque, 48% señaló conocer y controlar la motivación que tiene para aprender, mientras que 50% indicó que intenta elevar la motivación por el estudio cuando ésta decae. Además, 21% y 25% de los estudiantes mencionaron querer aprender a convertir sentimientos negativos en positivos y hablar de la manera cómo se sienten durante el proceso de aprendizaje, respectivamente.

En el segundo bloque, 40% de los alumnos pudo identificar claramente cómo se siente aprendiendo con el uso de las tecnologías y 47% indica que logra buscar los canales de comunicación con los que se siente cómodo para interactuar. En contraste, casi 17% de los alumnos señala querer aprender a pedir apoyo para desenvolverse mejor en un ambiente digital.



Video 2. Dimensión afectiva.


En lo referente a los aspectos cualitativos, los estudiantes indican que éstos impactan su motivación para estudiar. Existen casos de alumnos que no saben manejar sus emociones y sentimientos, y también mencionan el no tener una persona con la cual hablar. En la situación de aprendizaje en el nuevo entorno digital, diversos alumnos mencionan, no sólo depresión por la situación de confinamiento y enfermedad, sino también desánimo y frustración porque los profesores no responden sus mensajes ni ayudan a aclarar dudas. Parece ser que los docentes no están cubriendo las expectativas en cuanto a la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, en opinión de los alumnos, tampoco los están apoyando para afrontar emocionalmente la pandemia.

Dimensión social

Las preguntas se enfocaron en el estudio a distancia. El primer bloque integra preguntas relacionadas con la intención de buscar ayuda y apoyo en otros para entender un tema o estudiar juntos, mientras que el segundo se refiere a las habilidades y actitudes que ejerce el estudiante ante aquellas actividades que se realizan en grupo.

En el primer bloque, 50% de los alumnos manifestó que puede localizar a alguien que les aclare una duda o explique un tema. La actividad que más les interesa (14%) aprender es el decidir cuándo es el mejor momento para trabajar o completar una tarea con la ayuda de otros. 6% de los estudiantes considera que no es importante tener un compañero o equipo con quien estudiar.

En el segundo bloque, cuando hay debates y negociación de ideas, 77% de los alumnos indicó que puede escuchar las posturas de los otros, aunque sólo 39% intenta expresar sus propias posturas y 13% quisiera aprender a expresarlas. Para 6% no es importante la actividad de comparar su postura con la de otros.



Video 3. Dimensión social.


En lo cualitativo, se destacan los aspectos que impactan en el trabajo en equipo y la colaboración. Hay un porcentaje de alumnos (6%) que no considera importante tener un compañero o un equipo con quien estudiar, así como tampoco le interesa comparar sus posturas con las de otros. Llama la atención que existan algunos comentarios relacionados con la poca credibilidad que los estudiantes le dan a otras personas que no sean los profesores y que por ello no existe la confianza para trabajar con compañeros. Así, el reto para los docentes está en ayudar a los alumnos a identificar los momentos y los canales por los cuales pueden pedir apoyo. El profesor tiene una participación fundamental en el cambio de paradigma de un aprendizaje individual y en solitario hacia un aprendizaje con y de otros, lo que implica una valoración positiva del conocimiento que tiene cada individuo.

Dimensión cognitiva

Está centrada en las habilidades de control y gestión de una tarea de aprendizaje. Implica habilidades de planeación, selección de métodos y estrategias, y evaluación de los resultados obtenidos, para una actividad concreta. Aquí se incluyen tres bloques de preguntas.

El primero considera preguntas relacionadas con la valoración de la tarea o actividad de aprendizaje a realizar. De entre los estudiantes, 68% indica poder determinar si la tarea es fácil o difícil. Sobre la posibilidad de identificar actividades adicionales que ayudarán a cumplir con la tarea, 42% de los alumnos indica que intenta hacer dicho reconocimiento, mientras que 13% quisiera aprender a reconocer otras actividades.

Para el bloque relacionado con la valoración del progreso obtenido, 54% indica que puede reconocer si los materiales y los recursos empleados fueron adecuados para su nivel de conocimiento. De la muestra, 46% intenta valorar si los métodos y las estrategias utilizadas son acordes con el aprendizaje esperado, mientras que 6% señala que le gustaría aprender a llevar a cabo ese reconocimiento.

En el tercer bloque, sobre la evaluación del progreso, 57% de los alumnos señala que pueden hacer dicha valoración con la ayuda del profesor, 35% intenta hacerlo con la ayuda de otros (no necesariamente el profesor) y 17% indica que le gustaría aprender a hacer la evaluación con listas de cotejo.



Video 4. Dimensión cognitiva.


En el aspecto cualitativo, según comentarios concretos, el apoyo que requieren los alumnos de los docentes se centra en las habilidades para reconocer actividades adicionales, que apoyen y contribuyan a la realización de tareas, así como para identificar estrategias y métodos para realizarlas, y para poder hacer evaluaciones entre pares. Por ello, es fundamental que el docente oriente su práctica a enseñar técnicas a los estudiantes, así como estrategias y herramientas que puedan utilizar en el desarrollo de tareas, distinguiendo las posibilidades y limitaciones de cada una.

Dimensión metacognitiva

Está vinculada con la conciencia y control del proceso de aprendizaje que emplean los estudiantes en general. En el cuestionario, existe un bloque relacionado con el establecimiento de metas de aprendizaje, otro con la planeación del aprendizaje, uno más sobre la selección de estrategias y métodos de estudio, y un último bloque que refiere a la autoevaluación de las decisiones tomadas.

Relacionado con las metas, 69% señala poder establecerlas, teniendo en cuenta sus necesidades e intereses personales. Asimismo, 43% indica que intenta establecer las metas de acuerdo con los objetivos de aprendizaje de un curso, mientras que 9% quisiera poder establecerlas de acuerdo con los objetivos del curso, y 8% quisiera aprender a establecer metas, de acuerdo con las condiciones bajo las cuales deben de estudiar.

En cuanto a las acciones y decisiones que toma un alumno para alcanzar las metas de aprendizaje, 54% indica que puede hacer un plan de trabajo, mientras que 43% intenta organizar su tiempo adecuadamente, evaluar sus avances y logros progresivos y alcanzar dichas metas. Por último, 18% indica que quisiera aprender a evaluar los logros y avances que va obteniendo.

Sobre los métodos y estrategias que utilizan para alcanzar metas de aprendizaje, 51% de los alumnos señala que puede analizar si son factibles dichos métodos y estrategias, y 44% intenta evaluar si son adecuados para el tipo de contenidos que están estudiando. Hay un porcentaje que dice requerir la asesoría de alguien para la selección, y el análisis de los métodos y estrategias de estudio que emplea (13%).

En lo referente a la conciencia y autoevaluación, 64% de los alumnos indica que puede identificar cuando alcanza sus objetivos de aprendizaje y 50% intenta valorar si pudo ceñirse o no al plan de aprendizaje previamente planteado, mientras que 12% quisiera aprender a hacer esta valoración.



Video 5. Dimensión metacognitiva.


En lo cualitativo, acerca de la conciencia y control del proceso de aprendizaje que emplean los estudiantes, éstos incluyen acciones que van desde la identificación y definición de metas de aprendizaje, hasta la evaluación del desempeño y logros obtenidos, no sólo al final del proceso, sino también durante el mismo, y es precisamente en la evaluación donde se identifican mayores problemas. Sería importante que el docente realizara un diseño didáctico que integrara autoevaluaciones progresivas y continuas, que ayuden a los alumnos a adquirir hábitos y estrategias de planeación, autogestión y autoevaluación.

Dimensión orientada a la acción

Está relacionada con la toma de decisiones y ejercicios reflexivos que realiza el alumno para encauzar su aprendizaje. Las preguntas están divididas en tres bloques. En el primero, 58% de los alumnos menciona poder establecer, por sí mismo, sus metas de aprendizaje, mientras que 40% lo puede hacer con ayuda de otros. A 17% le gustaría poderlo hacer con ayuda del asesor o profesor.

Al momento de realizar una tarea, 61% indica que puede identificar cuál es el objetivo de la misma y 37% intenta identificar si requiere aprender algo de manera previa, para poder desarrollar la tarea.

Sobre la reflexión de las estrategias empleadas, 37% de los alumnos intenta valorar si las estrategias utilizadas sirvieron para alcanzar el objetivo de aprendizaje, y 6% quisiera aprender a valorar si sirvieron para realizar una tarea específica.



Video 6. Dimensión orientada a la acción.


Si bien los alumnos mencionan la importancia de hacer una planeación, buscar apoyo, del trabajo colaborativo y de organizar el tiempo, el aspecto más relevante es el referente al fortalecimiento de la responsabilidad de los estudiantes con su propio aprendizaje, donde ellos deben involucrarse de manera más profunda en las tareas antes mencionadas. La conciencia del estudiante sobre el beneficio que obtiene con el logro de aprendizaje, acerca de mejorar su propio proceso, y del impacto que esto tiene en los diferentes ámbitos de su vida es una tarea en la que el docente tiene gran participación.



Video 7. Comentarios de los alumnos.

Discusión

La sociedad en el contexto actual tiene como reto un sustancial cambio educativo, para formar ciudadanos autónomos y críticos, que puedan ser aprendices a lo largo de la vida (Ehlers y Kellermann, 2019). Si bien las propuestas didácticas realizadas a partir de metodologías centradas en el alumno promueven el desarrollo de la autonomía, es fundamental resaltar el papel del docente en este tránsito, que se preocupe por crear experiencias formativas basadas en las características, necesidades e intereses del individuo que aprende. Un docente que impulse la participación del alumno y lo oriente para que conecte el aprendizaje con sus intereses, y para que construya redes de aprendizaje y seleccione métodos para autoevaluarse (Cobo, 2016).

Por ello, consideramos que, a partir de esta evaluación, es clara la participación que debería tener el docente en, además de la tradicional dimensión cognitiva, las dimensiones metacognitiva, social, y la orientada a la acción. Pero, sobre todo, en el contexto generado por la covid-19, en la dimensión afectiva-emocional, ya que la emergencia actual evidencia la necesidad de acompañamiento y escucha.

Referencias



Recepción: 7/10/2020. Aprobación: 9/02/2021.

Vol. 22, núm. 2 marzo-abril 2021

¿Cómo prevenir la caries dental?

Federico Morales Corona Cita

Resumen

Este podcast tiene como objetivo brindar información importante y puntual acerca de qué son las caries, su origen y cómo se pueden prevenir.
Palabras clave: caries, salud dental, podcast, divulgación de la ciencia.

How to Prevent Tooth Cavities?

Abstract

The goal of this podcast is to give relevant and specific information about what tooth cavities are, their origin and the way we can prevent them.
Keywords: tooth cavities, dental health, podcast, science popularization.

Introducción

A través de mi experiencia como odontólogo, uno de los principales retos que he identificado ha sido la divulgación de la información. Sé sin duda que, comparado con las importantes enfermedades cubiertas por el esquema de vacunación, por ejemplo, la caries dental no parece tan importante. Es precisamente por razones como ésta, que las autoridades del país descuidan la importancia de la salud bucal. No es sino con el esfuerzo del gremio, como en el caso de la odontología, que temas de importancia como la caries dental se logran rescatar y se puede difundir información seria y consensada a la población en general, con el objetivo de reducir los problemas, en este caso, de la caries dental.

Por supuesto que este pequeño podcast es sólo una minúscula parte de toda esa información por difundir, pero, en él, quiero aplicar algo que les comento a los pacientes cuando toco el tema:

—Gran parte de la responsabilidad de la situación de la caries dental en México no es de los pacientes, sino de nosotros los odontólogos, que somos quienes contamos con la información puntual, pero que no la difundimos lo suficiente para provocar un impacto.

La información es una gran herramienta para la solución de los problemas, el contar con ella puede hacer la diferencia.

El desarrollo de este podcast me ha dejado como aprendizaje la motivación para utilizar las nuevas herramientas digitales en la divulgación de la información. Ésta ha sido una actividad que he ido incrementando con el paso del tiempo. Esta experiencia me deja en claro que, no importa lo pequeño que parezca, la aportación puede ser muy grande.

No puedo dejar de agradecer a la cuaieed por la oportunidad de aprendizaje que brindan en las diferentes herramientas digitales, con buenas plataformas, y el desarrollo de nuevas habilidades académicas. Ejemplo de ello es el taller “Herramientas para la educación docente. De lo oral a lo digital”, que sin su ayuda no hubiera sido posible lograr esta participación.



Sitios de interés



Recepción: 14/01/2021. Aprobación: 12/02/2021.

Vol. 22, núm. 3 mayo-junio 2021

De sobrevivir a vivir

Miguel Ángel Hernández Alvarado Cita

A lo largo de todo el período de contingencia, la cotidianeidad ha cambiado, al pasar por situaciones que la llevan de un lado a otro, agotando la expectativa de volver a la antigua normalidad, que se ve cada vez más lejana. En esta nostalgia por cómo eran las cosas, la constante ha sido adaptarse a lo que ocurre, a los eventos que suceden y sorprenden, así como a los cambios, con sus consecuencias de diversas dimensiones.

Es así como las pérdidas, los accidentes y las batallas van esculpiendo el nuevo rostro de la neonormalidad, que se promete latente y próxima. Sobre esta nueva cara, el presente número de la Revista Digital Universitaria nos regala líneas para aprender, cuestionar y reflexionar en torno a la adaptación, identidad, emergencia y potencialidad humanas y de la naturaleza de adecuarse a lo que sucede, para crear nuevas normalidades.

Un aspecto importante acerca de la construcción y percepción colectivas de lo social, en esta edificación de nueva normalidad, es el referente a lo educativo. En este número de la rdu hay un par de artículos sobre el tema. El primero de ellos, “Universitarios mexicanos: lo mejor y lo peor de la pandemia de covid-19”, expone la percepción estudiantil acerca de lo bueno y lo malo durante la contingencia. Mediante los resultados de un cuestionario, los estudiantes nos dejan ver sus impresiones sobre pérdidas y ganancias en esta crisis sanitaria.

El segundo, llamado “Aprendizaje autodirigido en la educación superior: una perspectiva para la modalidad en línea”, nos presenta la definición, relevancia y componentes del aprendizaje autodirigido. También nos impulsa a pensar sobre la posibilidad y los desafíos de este proceso formativo en la situación de la educación superior en nuestro contexto actual de educación remota.

Desde otro enfoque, en una serie de artículos sobre la vida natural de otras especies, este número de la rdu nos lleva a conocer diversas conductas de algunos organismos. El escrito “Insectos suicidas: irregularidades de su comportamiento” nos interpela en torno al valor del autosacrificio para conservar a la comunidad, los genes o la descendencia. En el mismo sentido, en “Comunicación entre bacterias: el WhatsApp de Pseudomonas aeruginosa descubrimos las “conductas” de estas bacterias y el papel indispensable de la comunicación para el triunfo de la especie. Esto lo demuestran sus acciones de interacción de comunicación inmediata, que bien parecen un WhatsApp pero con luz.

También en este número se puede apreciar que las conductas de los seres vivos fortalecen la supervivencia. Muestra de ello es la variedad de especies que da a conocer el artículo “Parásitos y pelos: historias de la selva de Chamela”, parte de la biodiversidad del lugar; así como el artículo “Arañas: tejiendo un eslabón crucial para le equilibrio de los agroecosistemas”, que habla de la interacción de las arañas con los agrocultivos, y que describe su uso como controladoras de plagas. De esto podemos reflexionar cómo la depredación de los arácnidos y la adaptabilidad de los parásitos equilibran un entorno en el que luchan por sobrevivir, pues se ven amenazados (en su diversidad y adaptabilidad) por la acción humana.

En el escenario de sobrevivencia a la pandemia, la Revista presenta artículos sobre la ciencia del cuerpo, que nos revelan caminos asombrosos para comprender la dinámica de la vida que nos constituye. Un ejemplo es la exposición que se hace a modo de diálogo sobre la biotecnología, en la colaboración “Conversando de biología sintética en el gimnasio”, y su utilidad para resolver necesidades y problemas de salud y de desarrollo. Por otro lado, el artículo “Aminoácidos no esenciales en la síntesis de partículas de oro y sus potenciales aplicaciones” desarrolla el valioso aporte de las nanopartículas como transporte para vacunas (tan fundamentales en nuestro contexto) y cómo el empleo de los metales puede contribuir en la salud humana.

Continuando con el tema de salud, este número nos comparte dos artículos al respecto. El primero, llamado “Bebidas azucaradas: la batalla contra el sobrepeso y la obesidad en México”, presenta una discusión sobre las bebidas azucaradas y expone la relación entre la ley de impuestos y la disminución de su consumo, así como la aún alarmante cifra de abuso en la ingesta de azúcar en la dieta promedio nacional. El segundo, “Energías renovables y sustentabilidad: una eficiente forma de gestionar los recursos naturales”, en cambio, habla sobre la salud del planeta y el beneficio que implica el uso de energías renovables, así como la educación en su uso y desarrollo, éstas como acciones que pueden prevenir el colapso de la biósfera. Por lo tanto, la salud personal y el bienestar del planeta pueden ser resultado de una reflexión ética y medioambiental, que exige actitudes de autocuidado y sustentabilidad.

Esta adaptación, resiliencia y exhortación a la reflexión sobre la conservación y la salud nos pueden dar pistas sobre la adaptabilidad a las nuevas forma de vivir que estamos generado y de las que también somos responsables. Normalidades físicas y sociales que dependerán de lo que hacemos en esta adecuación personal y colectiva, resultado de la contingencia.

En ese sentido, este número de la rdu nos lleva también a reconocer que hay espacios que requieren ser transformados, para dejar de resistir o sobrevivir y empezar a ser habitados de forma común. Así, en el artículo “¿Dónde quedó el poder de las mujeres?” se cuestiona la accesibilidad al desarrollo laboral y profesional de las mujeres, las cuales aún son relegadas por el machismo implícito en las prácticas organizacionales, que no les permiten crecer. Resulta urgente que se vuelvan naturales las posibilidades, iguales para todos, de crecer como profesionales y trabajadores en cualquier organización.

A esta misma resistencia y contribución de lucha se suma la aportación del artículo “¿Miradas desde adentro? Dinámicas de representación de mujeres yalaltecas en la actualidad”. En él, se habla de visibilización de la comunidad, la intimidad y la identidad de las mujeres indígenas, mediante el ejercicio de la fotografía, que se sincretiza en la fotografía “Melina”. Ésta, comenta la autora, es una obra performativa que atestigua y revela la presencia fuerte y determinante de la mujer para el desarrollo real de la sociedad.

Otro aspecto importante en medio de esta misma contingencia es la adaptación de las prácticas docentes. En la educación remota de emergencia la creatividad no sólo ha sobrevivido sino que ha sobrepasado todas las limitantes, dejando evidencia de su resiliencia y fortaleza. Dos muestras de ello son los productos que podemos ver en los artículos “¿Sabías que el japonés tiene miles de onomatopeyas?”, sobre los Gifs para aprender japonés, y “El cómic y el arte pop”, un video de ArtPop. Ambos son recursos digitales y son resultado de la vocación y el talento de dos académicas que han sabido responder ante la contingencia.

A lo largo de los artículos que le dan cuerpo, la Revista nos invita a pensar las formas que tiene la vida, las emociones, las relaciones sociales, y en sí el conocimiento, de adecuarse a los más diversos y cambiantes escenarios. Nos propone descubrir la capacidad de sobrevivir a los cambios y de vivir cualquier nueva normalidad con buenos resultados.

Las voces que dialogan en este número de la Revista crean un discurso de lucha, adaptabilidad, desarrollo y creatividad a los escenarios en que cada objeto estudiado habita. De igual manera, nos comparten una invitación a vivir (no sobrevivir) la realidad siempre cambiante, que promete nuevas formas de ser y de estar en ella, así como a aprender de la pandemia y la contingencia, con perspectiva de futuro, traduciendo este aprendizaje en acciones presentes de cambio e innovación. ¡Disfruten su lectura!



Vol. 22, núm. 3 mayo-junio 2021

¿En dónde quedó el poder de las mujeres?

María Teresa Reyes Chacon Cita

Resumen

La mujer del siglo xxi persiste a la sombra del género masculino en el ámbito laboral. El discurso social, político y organizacional pregona equidad; sin embargo, en la cotidianeidad la realidad es otra: tras un análisis de publicaciones en escenarios políticos y corporativos, se detectan y describen diferencias que persisten entre los géneros al interior de las organizaciones en cualquier ámbito. En este sentido, el peso de la cultura sobre el comportamiento de las mujeres en lo laboral aún ejerce un impacto decisivo para su desarrollo corporativo. El objetivo del presente ensayo es enunciar algunos factores que prevalecen como limitantes para el ascenso de las mujeres dentro del área laboral.
Palabras clave: equidad, participación, ámbito laboral, género.

Where is the power of women? The problem of the gender gap

Abstract

In the 21st century, women at the workplace are still at the shadow of male gender. The social, political and organizational discourse proclaims equality and/or equity; however, in everyday life the reality is other: after an analysis of publications in political and corporate settings, we describe the differences that persist between genders within organizations in any field. The weight of culture on the behavior of women at the workplace still exerts a decisive impact on their corporate development. The objective of this essay is to state some factors that prevail as limiting for the promotion of women at workplaces.
Keywords: equity, participation, work environment, gender.

Introducción

Las mujeres, desde la década de los años 50, han salido a trabajar y han participado en las actividades económicas de la sociedad. Así, se ha incrementado el número de mujeres en campos laborales, académicos o culturales, con cargos de poder y en la toma de decisiones. En países como Alemania y Chile las mujeres han desempeñado cargos de alto nivel, como presidentas de la nación; en Inglaterra una mujer ha desempeñado el cargo de primera ministra en dos ocasiones; en México, por otro lado, la mujer ha incrementado el grado escolar que ostenta, ha amplificado las filas laborales y participa activamente en el desarrollo cultural. Sin embargo, no figura en cargos de alta dirección, públicos o privados.

Llama la atención que las mujeres destaquen en áreas específicas como manejo de recursos humanos, áreas sociales y culturales, con lo que persisten las distinciones entre las áreas “masculinas” y “femeninas”.

Imagen 1. Las mujeres han destacado en puestos de manejo de recursos humanos.
Fuente: fotografía propia.

Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (anuies) del año 2013, el porcentaje de titulación para las mujeres a nivel licenciatura es de 48%. En el nivel de posgrado, sólo 50.4% de las mujeres obtiene el título, y en especialidad y maestría, 51%. De esta manera, el poder de las mujeres se asevera en documentos oficiales, discursos, actas internacionales y promocionales de televisión, pero en la vida real la situación dista de ser la acordada.

Así, de acuerdo con María del Carmen Bernal y Alejandra Moreno Maya, adscritas al Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (cimad) de la escuela de negocios mexicana ipade, en México únicamente 4% de las mujeres ocupan puestos de alta dirección o ceo1 (s.f.). Es decir, 84% de los puestos en los consejos directivos están a cargo de hombres, y únicamente 16% los sustentan mujeres, según el Reporte del Censo de Diversidad de Mujeres y Minorías en los Consejos Directivos, de la consultora Deloitte (Diversity y Deloitte, 2019).

El discurso político se ha manifestado abiertamente en favor del empoderamiento de la mujer, por lo que se promueven y alientan nuevas y mayores oportunidades para la participación de las mujeres en la vida social, económica y de gestión en México. Como consecuencia de tal apoyo, es de esperarse que las mujeres despunten en el campo de la política o en el ejercicio del poder dentro del Estado y que asciendan jerárquicamente dentro de la institución.

En este orden de ideas, en el 2014 un boletín emitido por el gobierno de la república y el instituto de las mujeres elevó a rango de obligatoriedad la paridad de género para el registro de representantes a los distintos cargos de elección popular. Lo anterior obliga a los partidos políticos a incrementar la participación de las mujeres en las contiendas electorales. Sin embargo, únicamente cuatro partidos políticos tuvieron 50% de representantes femeninos, lo que representa sólo 30% de los partidos registrados. El resto se ubica en alrededor de 48% en paridad de género a favor las mujeres (Padilla Loredo y Quintero Soto).

En la lxiii Legislatura de la Cámara de Senadores, las mujeres ocupan únicamente 34% de los curules,2 a pesar de su amplia participación en contiendas electorales, lo que no se refleja en su elección como representantes o para desempeñar puestos públicos de decisión. En los estados, la participación de la mujer en las esferas del poder político es aún más raquítica: en la historia de México únicamente seis mujeres han desempeñado el cargo de gobernador constitucional de un estado (de ellas una fue suplente). Los estados con dicha distinción son: Zacatecas, Colima, Tlaxcala, Yucatán y Estado de México. Por lo tanto, de 32 entidades federativas, 27 nunca han sido gobernadas por una mujer.

La inequidad es real, subsiste en el contexto organizacional entre hombres y mujeres, favoreciendo al hombre y señalando a la mujer con una tasa menor de empleo y/o desarrollo profesional. Esto se relaciona con el concepto de techo de cristal, el cual se fundamenta en prejuicios hacia la mujer, que obstaculizan su desarrollo profesional y/o ascenso a posiciones de alto nivel en algunas organizacionales (Agut Nieto y Martín Hernández, 2007). Burin (2008) define el concepto techo de cristal3 como superficie superior invisible que evita el ascenso en la carrera laboral de una mujer. No obstante, aún cuando se ha descrito y visualizado el problema y se ha logrado implementar cambios en las legislaciones, poco se ha hecho para alcanzar una transformación real a nivel operativo (Burin, 2008).

Las mujeres en el contexto laboral mexicano

En México persisten estereotipos en torno a la mujer, fundamentados en una cultura machista,4 que se desprende de generaciones previas y trasciende desde el inconsciente de hombres y mujeres, perpetuando patrones y reproduciendo conductas en torno a hombres y mujeres, permeando en —además de estereotipos culturales— políticas, procedimientos, estructuras, relaciones de poder, creencias, etcétera, de las organizaciones, lo que dificulta el acceso de la mujer a determinados puestos de trabajo.

Imagen 2. Aún cuando han incursionado en campos como las tecnologías de la información, las mujeres no acceden a puestos directivos en dichas áreas.
Fuente: fotografía propia.

Las Naciones Unidas crearon el programa para el desarrollo, que describe expresamente cómo podrían las democracias emergentes, como la de México, mejorar y ampliar las oportunidades para los seres humanos, sin distinción de género. Crearon el índice específico de medición de la potenciación de género (ipg), que permite medir las oportunidades que se presentan a las mujeres en tres esferas de la vida: la participación política, que ya se mencionó es muy pobre en México y donde predomina la manipulación de las cifras; la participación económica, donde la mujeres, a pesar de ser una fuerza laboral creciente y competente, no alcanzan puestos directivos ni en el sector privado ni público; y el nivel de recursos económicos, en donde es evidente la disparidad salarial acorde con el trabajo desempeñado por hombres o mujeres (Zabludovsky, 2015). Los resultados del ipg muestran la necesidad de continuar hablando y luchando por la equidad de géneros y el empoderamiento social y laboral de la mujer, desde el hogar, la escuela y el ámbito laboral, como un factor importante para el desarrollo del país.

¿El trabajo de las mujeres se considera de menor valía? Estadísticas muestran que las mujeres ocupan actualmente más de 40% de los puestos laborales del país y participan principalmente en áreas de comercio y servicios donde alcanzan 45.9% y 44.7%, respectivamente. Persisten áreas con predominio masculino, en las que la participación de la mujer se ha visto considerablemente restringida, por ejemplo: el poder judicial, la suprema corte y la construcción. Adicionalmente, las percepciones económicas de los empleados parecen estar vinculadas con su género: mientras que el porcentaje de hombres que percibe salario mínimo es de 5.1%, las mujeres pueden llegar hasta 13.4%. En el otro extremo, el porcentaje de hombres que llega a percibir más de cinco salarios mínimos es de 17.4%, comparado con el 10.7% de las mujeres. Lo anterior genera dudas en torno a la existencia de la equidad de género (Zabludovsky, 2007).

Imagen 3. Debido al contexto en el que se vive, la maternidad podría provocar dilemas emocionales en las mujeres, referentes a continuar en la escalada del éxito profesional o inclinarse a cuidar de la familia.
Fuente: fotografía propia.

Así, el poder de la mujer se ha quedado en el discurso público, ya que persiste inequidad en oportunidades de desarrollo en el ámbito organizacional. Esto se manifiesta en la ausencia de mujeres en cargos directivos, tanto en organizaciones públicas como privadas, consecuencia de su cultura organizacional.5 Ésta implica la existencia de patrones culturales al interior de la organización, que tienen como consecuencia percepciones sobre diferencias entre los géneros, que a su vez reproducen y perpetúan significados y jerarquías estereotipadas, sobre las que se fundamentan relaciones asimétricas de poder. Pareciera que las oportunidades para hombres y mujeres son diferentes y los perfiles laborales también, así, un hombre con menor experiencia y menor grado escolar tiene mayores probabilidades de ser ascendido en la empresa que una mujer, aun cuando ella cuente con mayores habilidades, conocimientos y destrezas que su contraparte masculina. ¿Por qué se genera esto?

Los patrones culturales arraigados en el consciente y subconsciente de los individuos de una organización se filtran a la cultura organizacional, que en el contexto mexicano se refiere al machismo dentro y fuera de la empresa (Cerva Cerna, 2014). Es así como entre los principales obstáculos que una mujer podría enfrentar para ascender en la unidad de mando estarían las dificultades para compaginar las diferentes áreas de vida —en el sentido de lo que se espera de ellas —con las demandas propias de las actividades laborales. Esto implicaría que la mujer aceptara su rol dentro de la organización como principal y se involucrara totalmente en su desarrollo profesional, lo que generaría un dilema emocional difícil de resolver, que sería el cómo conjugar ambos roles, lo que podría desembocar en la elección del rol de madre sobre el rol de profesional exitosa. Otras limitantes serían las políticas internas de las organizaciones en relación con las mujeres: los empleadores suelen argumentar que el estado incierto de maternidad y su consecuente limitación laboral por “incapacidad” hace que las mujeres vean limitadas las oportunidades de capacitación, ascenso o permanencia dentro de la organización (Villegas y Castañeda, 2017).

¿A quién culpar por la desventura de las mujeres?

Las mujeres, en ocasiones, renuncian a escalar en la pirámide organizacional debido a un conjunto de factores sociales, psicológicos y culturales. Lamentablemente, esta situación se puede volver un círculo vicioso en el que se perpetúan los patrones de sumisión.

Con el objetivo de continuar con su desarrollo profesional, pero en el contexto de la sociedad mexicana, algunas mujeres optan por esquemas profesionales que típicamente han sido asociados con el género, como docentes, enfermeras, asistentes, etcétera. Otras enmarcan su futuro profesional a trabajos informales autodirigidos desde casa o asistenciales debido a que la sociedad patriarcal les ha atribuido (atención del hogar, cuidado de los hijos, cesión de sus derechos en favor de los intereses del marido, presiones sociales, etcétera). En este sentido, las mujeres también se encuentran afectadas por patrones que se han establecido y que han perdurado en la cultura de una sociedad y que se filtran hasta las organizaciones.

Imagen 4. Las mujeres han logrado permanecer y desarrollarse dentro del campo de la salud, sin embargo, los puestos administrativos de alta dirección aún pertenecen a los hombres.
Fuente: fotografía propia.

En México, la tasa bruta de nupcialidad es de 4.6 matrimonios por cada mil habitantes para el año 2015, lo que implica una disminución de 34.3% con respecto al año 2000 (inegi, 2015). Esto podría traducirse en que el estado de matrimonio ha dejado de ser parte importante del desarrollo personal, pues dicha tasa implica una disminución de 34.3% con respecto al año 2000 (inegi, 2015). Por ello, es importante ir cambiando actitudes, concepciones y prácticas culturales.

Hablar sobre diferencias de género en las organizaciones parece ser un tema ya rebasado, una situación del pasado. Sin embargo, sigue siendo una manifestación de poder masculino lo que impera al interior de las organizaciones. Es evidente que los espacios y áreas para el desarrollo de las mujeres permanecen situadas en “áreas femeninas”, como lo social (recursos humanos, actividades de cultura, en el cuidado de otros, dentro de organizaciones y luchas sociales). Al interior de las organizaciones, la estructura permanece rígida, la cultura organizacional no ha cambiado en referencia al posicionamiento de cada género. En este sentido, persiste la necesidad de un cambio estructural profundo dentro de las organizaciones, que implique la transformación de la cultura organizacional donde la regla sea la inclusión.

Una lucha de género

A criterio personal, los hombres y las mujeres son y serán diferentes siempre, por lo tanto, es indispensable reconocer los aportes y el valor que cada género tiene, trabajar en colaboración como equipo, con un fin común. Es a través del ejercicio del respeto, la comunicación y el reconocimiento del valor del otro que se logrará acceder a mayores éxitos dentro de la vida laboral, social y familiar, y que la equidad se convertirá en un elemento de la cultura universal.

Corresponde a hombres y mujeres establecer e implementar las condiciones de este camino de cambio, así como las formas que hagan realidad los discursos políticos, promesas y planteamientos añejos. Hay que enfocarse en las trasformaciones culturales necesarias que permitan hacer realidad los cambios.

Es tiempo de romper estereotipos para modificar conductas, dejar de ser parte del problema para contribuir en la solución, a partir de hombres y mujeres comprometidos con la equidad y el respeto mutuo, que sean modelos a seguir para las generaciones de hoy y las del mañana, donde la constante sean los hechos y no las promesas.

Referencias



Recepción: 03/03/2020. Aprobación: 04/02/2021.

Vol. 22, núm. 3 mayo-junio 2021

Parásitos y pelos: historias de la selva de Chamela

Carmen Guzmán Cornejo y Angel Herrera Mares Cita

Resumen

El parasitismo es una forma común de vida dentro de la naturaleza, sin embargo, los parásitos pocas veces son incluidos como parte de la diversidad biológica. Dependiendo de su ubicación, estos pueden clasificarse en dos grupos, los endoparásitos, aquellos que viven dentro del cuerpo de un huésped, y los ectoparásitos que se encuentran sobre o por fuera de él. Aquí citamos algunos ejemplos de ectoparásitos habitantes del pelo de la piel de los mamíferos, y contamos cómo es un día de trabajo en una reserva de la biosfera localizada en el Pacífico mexicano, dedicada a la recolección y al estudio de estos parásitos. Actualmente, en donde existe una crisis ambiental y de salud, el trabajo taxonómico representa una de las bases más importantes para conocer lo que se quiere preservar.
Palabras clave: ectoparásitos, mamíferos, Rickettsia spp., reserva de la biosfera.

Parasites and hairs: stories from the Chamela forest

Abstract

Parasitism is a common way of life in nature, however, parasites are rarely included as part of biological diversity. Depending on their location, these can be classified as: endoparasites, those who live inside the body of a host, and ectoparasites, those found on or outside the host. Here we cite some examples of ectoparasites inhabiting mammalian skin and describe a workday to collect them in a Biosphere reserve located in the Mexican Pacific. In these times where there is an environmental and health crisis, taxonomic work represents one of the most important bases for knowing what we want to preserve.
Keywords: ectoparasites, mammals, Rickettsia spp., biosphere reserve.

Parásitos y pelo en lugares poco comunes

En la naturaleza existe una gran variedad de especies de animales, de bacterias, de hongos y hasta de plantas que viven como parásitos. El parasitismo es una asociación donde existen un parásito que se aloja y se alimenta de un huésped, y dependiendo de su ubicación, estos parásitos pueden clasificarse en endoparásitos, aquellos que viven dentro del huésped, y ectoparásitos, los cuales se encuentran sobre o por fuera de él.

Algunos ectoparásitos, llamados temporales, utilizan a su huésped como si fuera un hotel, viven sólo por un corto periodo de tiempo sobre él, se alimentan intermitentemente o usan al huésped momentáneamente para poder aparearse; mientras que los otros, los permanentes, consideran al huésped su hogar y hacen todas estas actividades sobre él por el resto de sus vidas.

Los ectoparásitos pueden utilizar como huéspedes a animales invertebrados (que no tienen columna vertebral), como por ejemplo a arañas, alacranes, ciempiés, grillos y hasta a otros ectoparásitos como chinches besuconas. Sin embargo, lo más común es hallarlos sobre diferentes animales vertebrados (que tienen vértebras y un esqueleto como el nuestro).

Quizá lo primero que pensamos cuando escuchamos la palabra “ectoparásitos” sean las pulgas y las garrapatas de nuestras mascotas, pero en realidad hay un mundo de pequeños organismos que viven entre las escamas de los reptiles, las plumas de las aves y hasta en la piel lisa o granulosa de los anfibios. Aunque, sin duda, los que viven en la piel de los mamíferos son los más conocidos.

El pelo es una característica única de los mamíferos, algunos lo presentan abundantemente por todo el cuerpo y otros sólo en algunas partes específicas. Tiene diferentes funciones, por ejemplo, puede ser un receptor táctil como en el caso de las vibrisas de los gatos (los llamados “bigotes”), una protección como en el caso de las “espinas” del puercoespín o puede funcionar como aislamiento contra el frío o el calor como la lana de los borregos (Martin et al., 2001). La piel, además, representa un microhábitat, un hogar utilizado por los diferentes tipos de ectoparásitos, estos se mueven entre el pelo, sobre y por debajo de la piel e incluso pueden vivir en cada uno de los pelos (aunque también existen otros que no son parásitos y que sólo se alimentan de descamaciones de la piel).

Podemos encontrar una enorme cantidad de organismos sobre la piel que encuentran cobijo en el pelo, por ejemplo, en los humanos, los ácaros viven enterrados junto a los folículos pilosos donde consiguen alimento y pareja, sus zonas predilectas son las mejillas y la llamada “zona T”, es decir, el área ocupada por la frente y la nariz. Es preciso remarcar que los humanos no somos los únicos portadores de ácaros, por ejemplo, en una búsqueda de garrapatas asociadas con el murciélago, encontramos ácaros de la misma familia (Demodicidae) en los párpados de estos mamíferos (ver imagen 1).

Imagen 1. Ácaro de la familia Demodicidae. Fotografía: Angel Herrera Mares.

Por otro lado, las pulgas presentan unas estructuras en forma de peinetas (ctenidios) en la cabeza y en el tórax que les facilita el movimiento entre el pelaje. El número y forma de estas estructuras está relacionado con la cantidad de pelo de sus huéspedes. Por ejemplo, la pulga del gato, Ctenocephalides felis, presenta un par de estas estructuras que le permiten moverse con mayor facilidad a través del abundante pelaje del gato, mientras, la pulga del humano, Pulex irritans, carece de estas estructuras ya que, en comparación con los gatos, los humanos somos lampiños.

Es probable que el lector comience a rascarse la cabeza al leer estas líneas, pues existe otro grupo de ectoparásitos que pasan toda su vida sujetándose del pelo por medio de sus uñas, los piojos. Estas uñas pueden variar de grosor dependiendo del grosor del pelo del huésped. Por ejemplo, los humanos pueden presentar dos especies de piojos, los típicos que viven en la cabeza y las ladillas ubicadas en el vello púbico (y a veces otros lugares). Sin necesidad de ver una fotografía, el lector se puede imaginar cuál de las dos especies tiene las uñas más gruesas.

Además, los piojos no sólo se encuentran en los primates, también se han encontrado otro tipo de especies alrededor de la cabeza, el cuello y las axilas de los elefantes (Sudan et al., 2015) y en la unión entre el dorso y las patas traseras de los leones marinos (Ebmer et al., 2019). Aparte, es importante considerar que debido al escaso pelo de algunos mamíferos, como en los rinocerontes, algunos parásitos buscan sitios poco comunes para esconderse, algo así sucede en las garrapatas de la especie Cosmiomma hipopotamensis, estas suelen vivir alrededor y dentro del ano del rinoceronte negro (Horak et al., 2018).

Un día en la selva, en busca de ectoparásitos

A pesar de que el parasitismo es una de las formas de vida más comunes en la naturaleza, los parásitos pocas veces son considerados como parte de la diversidad biológica del planeta. En este sentido, actualmente, miembros del Laboratorio de Acarología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) realizamos un proyecto de investigación en la Estación de Biología Chamela, ubicada en Jalisco, México, con el objetivo de inventariar la fauna de ectoparásitos asociada con mamíferos pequeños y medianos. Este proyecto surgió al percatarnos de que la información disponible sobre los ectoparásitos en la región de Chamela estaba incompleta, a pesar de que la Estación fue fundada hace más de 40 años.

El viaje hasta este lugar es pesado, no sólo por el tiempo que nos toma llegar sino por tener que transportar todo el material necesario para trabajar en el campo. A pesar del cansancio, la Estación nos recibe con paisajes maravillosos, aunque dependen de la época del año en la que nos encontremos, por ejemplo, durante la temporada de secas, la selva baja tiene un aspecto muerto, pero es el sonido de los carpinteros y las chachalacas que nos recuerdan que sí hay vida en ese lugar (ver imagen 2). Por otro lado, durante la temporada de lluvias, la selva se ve verde y llena de vida (ver imagen 3).

Imagen 2. Estación de Biología Chamela, Jalisco, México. Abril, 2018. Fotografía: Carmen Guzmán Cornejo.

Imagen 3. Estación de Biología Chamela, Jalisco, México. Noviembre, 2018. Fotografía: Carmen Guzmán Cornejo.

Pero, sin importar cual sea la época del año, el equipo tiene que trabajar. Así, el primer día colocamos unas trampas por los senderos de la estación. Al siguiente, muy temprano, vamos a revisarlas para evitar que los mamíferos atrapados se sofoquen por la salida del sol. Cada revisión de las trampas es una moneda al aire, pues lo que cayó puede ser algún mamífero, alguna ave intrusa como el cerquero oliváceo, o un travieso coatí que provocó su cierre al aventarlas.

De manera general, cada mamífero es cepillado y revisado con ayuda de unas pinzas de punta fina y de peines piojeros. Los roedores son más fáciles de manipular por su tamaño pequeño, al igual que los tlacuaches, por su estrategia de hacerse los muertos, pero en el caso de los coatíes y los ocelotes estos tienen que sedarse, procedimiento realizado por un médico veterinario, y una vez dormidos, el equipo, en completo silencio, procede a buscar parásitos por todo su cuerpo.

Los ectoparásitos no sólo son encontrados entre el pelo de los huéspedes, algunos de ellos esperan pacientemente su alimento en el ambiente, como es el caso de las garrapatas. Si uno presta atención a la vegetación de Chamela, podemos ver a estos organismos sobre las hojas de algunas plantas (ver imagen 4). Y para evitar el trabajo de buscarlas hoja por hoja, se puede imitar el cruzar de los animales por los diferentes senderos de la Estación, al pasar una manta blanca sobre la vegetación baja. Cada cierto tiempo y distancia, la manta se revisa y las garrapatas atrapadas en la trampa son colectadas.

Imagen 4. Hembra de garrapata sobre vegetación. Fotografía: Angel Herrera Mares.

Tristemente, otra forma de obtener muestras de ectoparásitos es a través de animales atropellados. La Estación se encuentra sobre la carretera Manzanillo-Puerto Vallarta. Algunas veces salimos muy temprano a caminar sobre ella, y en estos recorridos logramos encontrar mamíferos como los mapaches, que no lograron caer en nuestras trampas. Sin importar la forma en la que logramos conseguir las muestras, todos los parásitos recolectados son puestos en viales con alcohol para ser estudiados en el Laboratorio de Acarología, donde son separados, sexados y determinados taxonómicamente.

¿Qué hemos encontrado?

Hasta este momento, visitamos la Estación de Biología Chamela en cuatro ocasiones, dos en temporada de secas (abril) y dos a finales de lluvias (noviembre). De estas cuatro salidas al campo se han colectado 105 roedores de 5 especies, 9 carnívoros de 3 especies, 1 conejo de la especie Sylvilagus cunicularius y 15 tlacuaches de la especie Didelphis virginiana. De todos estos huéspedes obtuvimos 8076 artrópodos: 7021 ácaros, 789 garrapatas, 230 piojos y 36 pulgas. Muchos de ellos los encontramos moviéndose activamente sobre el cuerpo de los mamíferos y otros sólo vivían de una manera más sedentaria, sujetándose de la piel o del pelo. Aunque muchos de estos organismos son verdaderos parásitos que se alimentan de la sangre o de los líquidos de los tejidos de sus huéspedes, hay otros que no lo son, por ejemplo, los llamados comensales, que se alimentan de las descamaciones de la piel (Hoffmann, 2003).

Para ejemplificar lo anterior, en noviembre de 2018, recolectamos más de 1900 ácaros de la especie Leporacarus sylvilagi en el pelo de un solo conejo (ver imagen 5K). Este tipo de ácaros viven agarrados de los pelos, gracias a la modificación de su primer y segundo par de patas, lo cual les permiten embonar con el pelo del conejo. Estos ácaros no son parásitos sino comensales.

Otro ejemplo es el del piojo Neotrichodectes pallidus (ver imagen 5A), especie asociada con los coatíes que viven en la Estación, en un individuo logramos obtener 143 piojos. A diferencia de los ácaros del ejemplo anterior, estos insectos se alimentan del pelo, sin embargo, se sabe que en números más altos pueden causar dermatitis o infecciones secundarias.

Aunque recolectamos garrapatas en la vegetación de los senderos de las Estación, los coatíes y los tlacuaches fueron los únicos mamíferos que presentaron las cuatro especies de garrapatas conocidas hasta este momento. Probablemente, sea porque estos animales recorren grandes distancias en busca de alimento y, en su paso por la vegetación, son aprovechados por las garrapatas (ver imagens 5B-C, 5E-F). Un descubrimiento interesante ocurrió durante el segundo año de colectas (2019), cuando cayó un ocelote en una de las trampas y pudimos encontrarle garrapatas, pulgas y la especie de piojo Felicola (Lorisicola) cf. felis (ver imagens 5F-H), la cual representó el primer registro para México (Guzmán-Cornejo et al., 2019).

Imagen 5. Algunos ectoparásitos encontrados sobre mamíferos en la Estación de Biología Chamela, Jalisco. 1) Nasua narica (coatí), 2) Didelphis virginiana (tlacuache), 3) Leopardus pardalis (ocelote), 4) Heteromys pictus (roedor), 5) Sylvilagus cunicularius (conejo). A) Neotrichodectes pallidus (piojo) B) Amblyomma mixtum (garrapata), C) Amblyomma ovale (garrapata), D) Ornithonyssus wernecki (ácaro) E) Amblyomma cf. oblongoguttatum (garrapata), F) Amblyomma parvum (garrapata), G) Pulex porcinus (pulga), H) Felicola (Lorisicola) cf. felis (piojo), I) Steptolaelaps liomydis (ácaro), J) Geomylichus postscutatus (ácaro), K) Leporacarus sylvilagi (ácaro). Fotografías: Carmen Guzmán Cornejo y Ana Isabel Bieler.

Un oasis por explorar

Durante este proyecto tuvimos la oportunidad de revisar varias especies de mamíferos y a pesar de hacerlo en un corto periodo de tiempo, durante dos años, hemos aumentado el número de especies de artrópodos asociados en la Estación de 22 a 38. Aunque aún faltan muchos grupos de mamíferos por revisar, como murciélagos, musarañas, pecaríes, venados, e incluso algunas especies de ratones que viven en otros lugares, como en la copa de los árboles.

Por otro lado, la Estación representa un sitio para la búsqueda de ectoparásitos en otros grupos de vertebrados como aves, anfibios y reptiles ya que se sabe poco sobre los ciclos de vida de los parásitos, pero es probable que varios grupos de vertebrados están interviniendo en ellos. Por ejemplo, en general, las aves funcionan como huéspedes de los estados juveniles de las garrapatas y es probable que algunas especies, como las chachalacas, tengan un papel importante en el mantenimiento de su ciclo de vida. Sin embargo, para lograr investigar estos casos, hace falta tiempo y proyectos financiados que apoyen este tipo de investigaciones.

Después de tanta información quizá el lector se esté preguntando ¿para qué sirve un parásito? Los parásitos pueden funcionar como reguladores de poblaciones de sus huéspedes ya que cuando las infestaciones son altas o cuando pueden transmitir microorganismos causantes de enfermedades, eliminan a los huéspedes débiles o susceptibles, manteniendo una población sana. Aunque en realidad, lo más importante, como lo mencionamos con anterioridad, es que forman parte de la diversidad biológica dentro de un ecosistema.

En este sentido, otra de nuestras líneas de investigación es la detección de bacterias de importancia médica-veterinaria asociadas con artrópodos hematófagos. Hasta el momento hemos logrado detectar la presencia de especies de bacterias del género Rickettsia por medio de técnicas moleculares. Este tipo de bacterias, pueden llegar a ser un problema de salud pública, como lo es la especie Rickettsia rickettsii, transmitida por la garrapata del perro y que, en Mexicali, México, causó muertes en humanos (Tinoco-Gracia et al., 2018). En Chamela, una de las especies más comunes es Rickettsia amblyommatis, cuya patogenicidad no es muy clara (Ulloa et al., 2019). Al igual que los ectoparásitos no todas las bacterias son peligrosas, muchas de ellas forman parte de la microbiota de las garrapatas y pueden servir como reguladoras de las que sí son peligrosas, sin embargo, esta línea de investigación aún se explora.

Ambiente y taxonomía, dos crisis

Actualmente, debido a la crisis ambiental y a la pérdida de diversidad biológica acelerada, el surgimiento de nuevas enfermedades no es algo inesperado, ya que cada vez es mayor el contacto entre los animales silvestres, los domésticos y el humano. Muchas de estas enfermedades también son resultado del desconocimiento sobre los parásitos, los huéspedes y los agentes causales que pueden existir en una determinada región.

De manera general, cuando se detecta el brote de alguna enfermedad desconocida o poco estudiada, lo primero por hacer es determinar al agente etiológico, es decir, al organismo que causa la enfermedad, ya sea a través de su observación directa bajo un microscopio o de manera indirecta a través de diferentes técnicas de laboratorio (como la prueba de antígeno-anticuerpos, pcr, para detectar el sarscov-2). Y, si se trata de una especie nueva, se tendría que nombrar, describir y publicar para darla a conocer y para que todos tengan acceso a la información.

Este trabajo apasionante, lo realiza un profesional cuya formación requirió seguramente de varios años y con una especialidad en taxonomía o en sistemática del grupo con el que trabaja. La taxonomía o la sistemática es la rama de la biología que se encarga de describir, nombrar y clasificar a las especies. Desafortunadamente a pesar de su importancia, con frecuencia este tipo de estudios recibe poco apoyo para su desarrollo.

Aunado a la crisis ambiental, la taxonomía por sí misma tiene su propia crisis, pocos estudiantes muestran interés en esta área, lo que provoca una disminución en el número de especialistas, particularmente en invertebrados. En el caso de muchas reservas, los inventarios de especies de vertebrados están muy cerca de completarse, pero esto no es así para muchos grupos de invertebrados, como los artrópodos, debido a la falta de especialistas y de apoyo para la realización de proyectos.

Si, además, agregamos una tercera crisis, la económica, es hora de ver los proyectos de manera integral, en donde las colaboraciones con gente comprometida de varias disciplinas ayuden a conocer, entender y atender algunas problemáticas derivadas de la crisis ambiental. Consideramos que la Estación de Chamela es un buen sitio para poner en práctica lo anterior y es una región que permitirá, a futuro, seguir contando historias más allá del pelo.

Referencias

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  • Tinoco-Gracia, L., Lomelí, M., Hori-Oshima, S., Stephenson, N., y Foley, J. (2018). Molecular confirmation of Rocky Mountain Spotted Fever epidemic agent in Mexicali, Mexico. Emerging Infectious Diseases, 24(9), 1723-1725. https://dx.doi.org/10.3201/eid2409.171523.
  • Ulloa, A., Bermúdez, S., Rosario-Cruz, R., Garcia-Rejon, J. E., y Baak-Baak, C. (2019). Rickettsiosis en México, revisión y estado actual del género Rickettsia en el país. En Algunas Enfermedades Infecciosas en México: Morbilidad y Mortalidad (pp. 19-40). Universidad Autónoma de Chiapas.

Agradecimientos

A la Dirección General de Asuntos del Personal Académico-Universidad Nacional Autónoma de México a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (papiit, IN214918). Al personal de la Estación de Biología Chamela, Instituto de Biología, unam por permitirnos el uso de sus instalaciones. Al equipo de trabajo: Laura Del Castillo, Martín Cabrera, Ana Ugalde, Andrés López, Jonathan López, Belem Isaak, José Luis Muciño, Gerardo Contreras y Andrea Rebollo. A Julieta Vargas Cuenca por la determinación taxonómica del conejo.



Recepción: 24/04/2020. Aprobación: 04/02/2021.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079