Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Más allá del canto apocalíptico: un vistazo al cambio climático desde el arte

Nadia Maricela Osornio Muñoz Cita

Resumen

La serie fotográfica Más allá del canto apocalíptico busca explorar nuevas formas de abordar la degradación histórica del Zócalo capitalino a través de un ejercicio imaginativo y subversivo. El concepto central es el regreso a la historia acuática de la Ciudad de México para repensar nuestra relación con el agua, en el contexto del cambio climático actual. La serie integra también otros elementos, como la presencia de espacios verdes en la superficie —en forma de chinampas— y en la parte subterránea, junto con el metro, las ruinas prehispánicas y especies animales. A través de esta propuesta, se busca ir más allá de las narrativas apocalípticas y proponer escenarios posibles si la industria y los gobiernos adoptan medidas que permitan una reversión gradual del deterioro ambiental.
Palabras clave: cambio climático; agua; Ciudad de México; historia urbana; arquitectura.

Beyond the apocalyptic chant: a glimpse at climate change through art

Abstract

The photographic series Beyond the Apocalyptic Chant aims to explore new ways of addressing the historical degradation of the Zocalo in Mexico City through an imaginative and subversive exercise. The central concept is a return to the aquatic history of Mexico City to rethink our relationship with water in the context of current climate change. The series also incorporates other elements such as the presence of green spaces on the surface in the form of chinampas and underground, alongside the metro, pre-Hispanic ruins, and animal species. Through this proposal, the aim is to go beyond apocalyptic narratives and propose possible scenarios if industry and governments adopt measures that allow for a gradual reversal of environmental deterioration.
Keywords: climate change; water; Mexico City; urban history; architecture.


Desde una edad muy temprana —dos o tres años—, solía observar el desgaste de las paredes de las casas durante los recorridos a pie con mi madre, de los cuales conservo vagos pero significativos recuerdos. A lo anterior se suman recuerdos más nítidos de caminatas con mi padre cuando lo acompañaba a algunos pendientes de trabajo, donde me señalaba ciertos aspectos de la vialidad y precauciones que debía tener en la calle. Aprender a patinar y andar en bicicleta fueron dos de las actividades más memorables de mi infancia, y creo que fue entonces cuando comencé a desarrollar mi habilidad para observar y fascinarme por la arquitectura y la ciudad, especialmente en términos de movilidad en una capital tan caótica y a la vez tan interesante y emocionante como la Ciudad de México.

Durante mi curso en la licenciatura en Artes Visuales de la enap (Escuela Nacional de Artes Plásticas) —hoy fad (Facultad de Artes y Diseño), unam—, me dediqué a retratar escenas urbanas a través de la pintura, el grabado y la fotografía. Mi enfoque se centró en explorar distintas zonas de la ciudad, lo que fortaleció mi fascinación por la vida urbana, especialmente en la Ciudad de México, mi ciudad natal. Desde entonces, he creado obras plásticas que capturan las transformaciones constantes de la ciudad, su expansión física y su historia, utilizando medios como la pintura, el grabado, la fotografía y los libros de artista.

La serie fotográfica Más allá del canto apocalíptico surgió de mi preocupación constante por un tema que nos concierne a todos: el cambio climático y la crisis ambiental. Desde hace varios años, me he interesado en la arquitectura y el urbanismo —lo que se ha convertido en una verdadera pasión sumada a la oportunidad de conversar con personas que comparten este interés. Poco a poco, fui tomando conciencia de la magnitud del cambio climático y su impacto en la ciudad. La crisis sanitaria mundial fue un factor determinante que me impulsó a reflexionar aún más sobre este tema y decidí iniciar un proyecto fotográfico que aborda la crisis climática, integrando el contexto de la Ciudad de México que tanto me ha intrigado como artista y como ciudadana.

Este proyecto representa un cambio en mi enfoque de trabajo. Aunque anteriormente había creado series fotográficas utilizando técnicas de montaje digital para abordar temas políticos e identitarios, en esta obra busqué incorporar una perspectiva urbana y arquitectónica que considera múltiples variables y sugiere soluciones a problemas específicos. En particular, me propuse imaginar cómo podría ser el Zócalo de la Ciudad de México en un futuro cercano, sin ignorar las características actuales del lugar. Este acercamiento a la arquitectura también acentuó el carácter estético de las imágenes, bajo un tratamiento parecido al render arquitectónico,1 de marcado sentido hiperrealista. La proximidad con lo urbano-arquitectónico también marcó desde el inicio la necesidad de rescatar el pasado lacustre de la ciudad.

Esta imagen marca el inicio de mi serie fotográfica, y por eso es especial para mí. Fue a partir de ella que empecé a moldear mi propuesta tanto plástica como conceptualmente. En mi proyecto anterior sobre la identidad mexicana, incorporé diferentes capas históricas a partir de una revisión de las representaciones de la Ciudad de México. Por lo tanto, para este proyecto, fue importante para mí incluir diversos estratos de la ciudad. Quería integrar una visión desde la arquitectura y el urbanismo, lo que implicaba considerar que ciertas zonas, como el sistema de transporte público, no se podrían eliminar y son muy útiles, pero sí podrían coexistir con la naturaleza. Además, sería posible rescatar los sistemas de cultivo mesoamericanos, como las chinampas, que son menos dañinos para el medio ambiente que los métodos más utilizados en la actualidad. Desde el inicio, el agua fue un elemento crucial en mi obra, ya que es escasa y abundante en la ciudad al mismo tiempo, y necesitamos repensar nuestra relación con ella para aprovecharla mejor.

Esta obra busca integrar varias capas de la ciudad y responde a la finalidad de reformular nuestra relación con el medio ambiente y otras especies. En la imagen, el metro aparece como un elemento esencial para el transporte de millones de personas en la Ciudad de México y convive con especies animales y vegetales. La incorporación de fotografías de los pisos del Templo Mayor, cuyas texturas se transparentan a través del agua y los animales, crea una composición única gracias al montaje digital en el software de edición de imágenes. Aunque la imagen tiende a la monocromía, la paleta de colores transmite una cierta tranquilidad a pesar de la capa superior que sugiere suciedad y caos. En conjunto, la imagen propone una posibilidad de modificar el entorno apocalíptico en el que vivimos para un bien común y nos da una esperanza para nuestro medio ambiente deteriorado.

La estación Zócalo de la línea 2 del Metro es un espacio que he recorrido en innumerables ocasiones, al igual que muchos habitantes de la capital. Aunque a menudo no tengo tiempo para detenerme y observar las maquetas, siempre me llaman la atención por su detalle y por el hecho de estar en el corazón de la ciudad —¡Uno se encuentra en el centro del centro!— Este lugar evoca una amplia gama de emociones, algunas de ellas tal vez desagradables, pero en general, transmite una energía profunda e intrigante. En esta imagen, se fusionan fotografías de la escalera inundada de agua del sistema de transporte, que sugiere la forma de una pirámide mesoamericana, junto con un par de ajolotes que nadan libremente en la base. La presencia de estos animales nos remite de nuevo a nuestro pasado prehispánico y a la posibilidad de convivir y preservar especies.

En esta imagen de la colección Más allá del canto apocalíptico —serie que continúa en proceso—, los árboles y las plantas colgantes se adueñan del espacio de una estación del metro desierta, en ausencia de cualquier presencia humana. Esta imagen me lleva a reflexionar sobre cómo hemos usurpado y descuidado el espacio natural que nos rodea, y sobre la importancia de pensar críticamente acerca de nuestras necesidades y deseos en relación con el sistema económico actual. El mapa del lado izquierdo, que remite al pasado de la ciudad, nos recuerda una época en la que nuestra relación con el entorno natural era más armoniosa y específica. Aunque esta serie puede transmitir una sensación apocalíptica, me gusta pensar que, si nos detenemos a observar y reflexionar en cada imagen, podremos encontrar un rayo de esperanza y posibilidad para un futuro mejor.

Como mencioné anteriormente, la ejecución y conceptualización de esta serie fotográfica se han visto enriquecidas por la lectura de textos sobre el cambio climático y su abordaje en el arte, incluyendo el arte ecológico y la amplia gama de activismos, arquitectura, urbanismo, periodismo y otras disciplinas. En particular, destaco la influencia del seminario “Iconografía política del Antropoceno”, impartido por el Dr. Peter Krieger como parte de mi posgrado en Historia del Arte en el iie de la unam, ha sido una actividad que ha contribuido significativamente en la creación de estas imágenes. El contacto con otras personas involucradas en el tema del cambio climático ha nutrido de manera importante el desarrollo de este trabajo fotográfico.

Para mí, como artista y ciudadana, es importante seguir trabajando en torno al tema del cambio climático. He adquirido un compromiso con esta causa, y más allá de las cualidades estéticas de las imágenes que he creado, me interesa que funcionen como un llamado a la acción y la conciencia sobre nuestros hábitos y su impacto en el planeta, tanto para la especie humana como para otras especies animales. Considero que no podemos dejar todo en manos de gobiernos y empresarios, aunque sí debemos exigirles constantemente que reduzcan los efectos nocivos que la industria tiene sobre el medio ambiente. La serie todavía se encuentra en proceso, por lo que espero compartir más acerca de su desarrollo en el futuro.

Referencias



Recepción: 18/11/2022. Aprobación: 03/03/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Marea roja en La Malinche: el ataque del descortezador

José Manuel López Vásquez Cita

Resumen

El cambio climático y sus consecuencias se han ido materializando de forma cada vez más evidente en la vida diaria del ser humano, sin embargo, otros seres vivos, como los insectos, también están siendo seriamente afectados. Los efectos causados por el cambio climático, como el aumento de la temperatura atmosférica y oceánica, influyen directamente en la dinámica de sus poblaciones, su tasa de reproducción y su propia existencia. Estas alteraciones inician una reacción en cadena que pueden devastar poblaciones completas de otros seres vivos. La quinta montaña más alta de México, La Malinche, con el aumento desmedido del escarabajo descortezador (Dendroctonus mexicanus) es un ejemplo de dicha problemática.
Palabras clave: Descortezador, calentamiento global, La Malinche, insecto, Tlaxcala.

Red tide in La Malinche: the attack of the Barker

Abstract

Climate change and its consequences have been materializing in an increasingly evident way in the daily life of human beings, however, other living beings such as insects are also being seriously affected. The effects caused by climate change, such as the increase in air and ocean temperatures, directly influence their population dynamics, their rate of reproduction and their very existence, these alterations initiate a chain reaction that devastates other living beings and the fifth highest mountain in Mexico, La Malinche, is an example of this with the attack of the bark beetle (Dendroctonus mexicanus).
Keywords: Barker, global warming, La Malinche, insect, Tlaxcala.

Introducción

A dos mil setecientos metros de altura sobre el nivel del mar, los árboles se tornan de un color escarlata como la sangre, la presencia de aserrín y grumos de resina blanquecina, en las ya pálidas cortezas, abren paso al cementerio de árboles muertos en pie, como se les conoce a estos cadáveres en La Malinche. Este escenario es el resultado del festín del escarabajo descortezador (Dendroctonus mexicanus), cuyo alimento primordial es la madera de varias especies vegetales del bosque templado.


Durante siglos este escarabajo ha coexistido con el bosque, son organismos degradadores y recicladores dentro de los ecosistemas templados, es decir, cuando están presentes en bajo número en los bosques de coníferas, cumplen una función de saneamiento del bosque, explica la doctora Susana Guillén, investigadora de la Universidad Veracruzana. Lo anterior quiere decir que ayuda a eliminar a los árboles enfermos o poco vigorosos, dando lugar a que crezcan árboles sanos. Sin embargo, cuando las poblaciones del descortezador crecen exponencialmente, saliéndose de las proporciones naturales, debido al mal manejo de los recursos naturales o a factores ambientales, se convierten en un problema al provocar la muerte de un gran número de árboles (figura 1).

Agujero en corteza del árbol

Figura 1. Agujero en corteza del árbol que indica que un descortezador ha comenzado a alimentarse de su tejido.
Fotografía: Susana Guillén.

Actualmente, debido a la sequía atípica y a otros estragos asociados al cambio climático registrado desde hace más de una década, muchas especies de plantas y animales no han sido capaces de adaptarse. Tal es el caso de este coleóptero, cuyos ciclos de reproducción se han acelerado, lo que ha derivado en una sobrepoblación que está arrasando con todo a su paso.

Los insectos, al igual que los reptiles, no producen su propio calor y dependen de la temperatura ambiente para regular su temperatura corporal. Esta circunstancia aumenta su vulnerabilidad ante el calentamiento global, pues, como menciona la entomóloga de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Sandra García, los episodios climáticos extremos y cortos, como las olas de calor o las variaciones de temperatura estacionales, pueden tener efectos en su desarrollo, movimiento, reproducción y comportamiento.

Sólo en México, los escarabajos descortezadores forman un género (Dendroctonus sp.), con once especies, se caracterizan por ser de cuerpo cilíndrico, su tamaño oscila entre tres y nueve milímetros, son de color café oscuro o negro y presentan un declive en el ápice de las alas. Estos coleópteros habitan en todos los bosques templados mexicanos.

Descortezadores cavan galerías

Figura 2. Los descortezadores cavan galerías por debajo de la corteza de los árboles para alimentarse del floema o tejido vegetal por donde se transporta la savia de los pinos.
Fotografía: Susana Guillén.

Hoy en día, la montaña más alta de la región limítrofe entre los estados de Tlaxcala y Puebla, La Malinche, está perdiendo gran parte de su cobertura vegetal en su gradiente más bajo. Influenciado por las altas temperaturas que imperan, especies como Pinus leiophylla y Pinus montezumae asociados con encinos y Alnus, están muriendo dos meses después de ser invadidos por el descortezador; además, el peligro de que continúe subiendo por el gradiente es latente.

Lo anterior cobra importancia debido a que, de seguir en la misma situación, estaría en riesgo una amplia diversidad faunística, cerca de 937 especies, decenas de ellas endémicas (semarnat, 2016), que dependen directamente de las interacciones con la flora que habita en esta montaña. Además, al formar parte de las cuencas del río Atoyac y Guadalupe, el abastecimiento de agua en los estados colindantes, a partir de los mantos freáticos de la región, se vería seriamente disminuido.

Lamentablemente, de acuerdo con el Informe de Emisión de Notificaciones de Saneamiento de Plagas Forestales de la Secretaría de la Comisión Nacional Forestal (conafor), el descortezador, como plaga, se identificó en bosques de Tlaxcala desde 2010, y pasó de destruir 2 ha y 39 m2 en ese año, a 619 ha y 41 m2 en 2021, distribuidos en más de la mitad de los sesenta municipios del estado.

De seguir así, el “pino de las alturas” podría desaparecer en La Malinche para 2060, explica la doctora Guillén, pues diferentes procesos fisiológicos vitales para las plantas están regulados por la temperatura, de tal manera que un pequeño cambio en esta condición ocasiona que los árboles se debiliten y tengan baja capacidad de producir defensas y de reproducirse, porque toda su energía está enfocada en sobrevivir. De esta manera, los árboles adultos que mueren no pueden ser sustituidos por individuos juveniles, lo que finalmente provocaría la extinción de bosques enteros.

Galerías de descortezador

Figura 3. Galerías de descortezador.
Fotografía: Susana Guillén.

Además de modificar directamente la cobertura vegetal, estas condiciones de temperatura ambiental influyen también en la actividad de oviposición o alimentación de los insectos, lo que genera una presión de selección sobre los árboles, por parte de las poblaciones de insectos bajo condiciones de sequía extrema. Algunos estudios han demostrado que bajo estas condiciones las plagas que más se ven favorecidas son aquellas denominadas invasoras. Se ha confirmado que insectos pertenecientes al orden Hemiptera, Thysanoptera y Coleoptera, como las chinches, trips y descortezadores, son los más beneficiados, puesto que el aumento en la temperatura favorece su tasa reproductiva (Quiroga, s/f).

“Él (descortezador) no es malo, son organismos degradadores y recicladores dentro del bosque”, menciona la doctora García, pero la actividad humana ha hecho que los procesos de este insecto, como los de la biodiversidad de La Malinche, sufran graves consecuencias y sus relaciones inter-especie se modifiquen.

Y el tiempo sigue corriendo. Se ha determinado la presencia del descortezador en zonas forestales de 28 estados de la República Mexicana. Tlaxcala, y en específico el gradiente más bajo de La Malinche, es una de las zonas con riesgo alto, a pesar de los esfuerzos de saneamiento por parte de instancias gubernamentales, como la conafor, para que se aminore este problema.

A nivel local, los aserraderos locales y foráneos acallan el grito desesperado de la montaña con motosierras, cortando los árboles infectados por el escarabajo descortezador, uno de los métodos menos invasivos para evitar la propagación de la plaga; sin embargo, este tipo de estrategias son apenas efectivas, pues dependiendo de la situación y la especie de descortezador, en algunos casos también se debe trozar, descortezar, quemar, astillar o aplicar un químico en puntas, ramas y tronco (conafor, 2021), lo que no sólo vuelve más lento el proceso, sino que también se irrumpen las condiciones de las especies que habitan los lugares donde se lleva a cabo.

Árbol rojo y seco

Figura 4. Árbol rojo y seco por ataque de descortezador.
Fotografía: Susana Guillén.

“La madera de los árboles afectados por el descortezador es considerada de baja calidad, sin embargo, sigue siendo útil, aunque su valor económico disminuye”, afirma la investigadora de la Universidad Veracruzana, quien también propone “vacunar” a los árboles a través de una inyección compuesta de insecticidas, fungicidas, aminoácidos y fertilizantes, una medida preventiva poco implementada en México.

Otra idea novedosa y que ha conllevado un largo debate es la reforestación asistida, la cual consiste en sembrar árboles por arriba de su límite de distribución altitudinal, explica la doctora Guillén. Sin embargo, algunos investigadores sugieren que debería migrar no sólo la especie de pino, sino además varias de las especies con las que los pinos establecen una asociación positiva o de “ayuda mutua”, como aquella que se establece con los hongos. Además, se debe de llevar a cabo después de una minuciosa planeación y amplio conocimiento de las especies endémicas, indica la doctora García, pues han surgido muchos grupos cuyas acciones, aunque bienintencionadas, irrumpen el ecosistema.

Ante tal situación, la investigación para la identificación de posibles soluciones en México es extensa. Por un lado, la evaluación de los factores que limitan la regeneración natural de los bosques en especies afectadas como P. montezumae contribuyen a la identificación de disfunciones en sus múltiples fases: producción y dispersión de semillas, germinación y establecimiento de las plántulas, tal como ha trabajado la doctora Guillén en La Malinche; por otro lado, identificar y correlacionar mediante trabajos interdisciplinarios otros factores como el estrés hídrico y la interacción con determinadas especies, además del estudio propiamente del escarabajo descortezador.

El panorama no luce esperanzador, de hecho, se estima que este insecto continúe su paso por La Malinche y más bosques templados de la República Mexicana, mientras los árboles literalmente lloran resina desde su interior, en un intento desesperado por protegerse de la intromisión del insecto, lo que resulta inútil.

El final de esta situación se consideraría agridulce. Al parecer, es inminente la pérdida del bosque como lo conocemos actualmente, pero “¿qué viene detrás de todas las especies ya afectadas? Las especies de árboles latifoliadas, los encinos, por ejemplo”, menciona la investigadora de la Autónoma de Tlaxcala, pues habrá una especie de rotación de cobertura vegetal, es decir, las especies arbóreas serán sustituidas por otras cuya resistencia sea mayor, “con nuestra ayuda o sin ella a ese bosque le van a salir árboles”.

Y aunque la situación es inexorable, como humanos causantes del cambio climático, podemos llevar acciones que aminoren la problemática, como cuidar los bosques y prevenir el inicio de los incendios forestales, que pueden arrasar con las plántulas y los bancos de semillas naturales, proteger de la sobreexplotación de los recursos forestales, la tala ilegal y localmente no perturbar aún más el ecosistema, pues este puede ser el punto de inflexión en donde el bosque se recupere o acelere su pérdida.

El tiempo de los árboles, comparado con nuestra percepción del tiempo, es diferente. Como humanos no veremos crecer en su totalidad a muchos árboles, pero ellos atestiguarán el crecimiento de muchos humanos, y, cuando el bosque se recupere, quizá ya hayan pasado muchas generaciones que sólo vieron agonizar innumerables especies vegetales por nuestra negligencia.

Referencias

  • Quiroga, I. (2022) Impactos del cambio climático en la incidencia de plagas y enfermedades de los cultivos. Crop Life Latin América. https://bit.ly/3YSkhJh.
  • semarnat (2016, 6 octubre). Parque Nacional La Malinche o Matlalcuéyatl. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. https://bit.ly/3ls8js5.
  • conafor (2021, 27 agosto). Descortezadores, enemigos de los bosques templados. Comisión Nacional Forestal. https://bit.ly/3TkiprJ.
  • conafor (2021). Informe de Emisión de Notificaciones de Saneamiento de Plagas Forestales. Comisión Nacional Forestal. Gerencia de Sanidad. https://bit.ly/3mTt1l3.


Recepción: 10/11/2022. Aprobación: 16/02/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático y diversidad sexogenérica: reducir la vulnerabilidad también es cuestión de equidad

Francisco Almonacid Buenrostro Cita

Resumen

El cambio climático tiene una gran afectación sobre los grupos vulnerables, incluidas las personas que conforman la diversidad sexogenérica. En este artículo se explora la relación entre la vulnerabilidad ante el cambio climático y la diversidad sexogenérica en distintos contextos; también se presentan algunos ejemplos de los impactos desbalanceados del cambio climático para estos grupos. Es importante visibilizar este tema con la finalidad de perfilar alternativas que permitan reducir la inequidad y la vulnerabilidad ante el cambio climático para esta población. En este trabajo se identifican algunos de los factores considerados como causantes de dicha vulnerabilidad y se mencionan algunas alternativas para reducirla.
Palabras clave: diversidad sexogenérica, cambio climático, vulnerabilidad.

Climate change and gender diversity: reducing vulnerability is also a matter of equity

Abstract

Climate change will affect vulnerable groups, including sexual and gender-diverse communities. This text aims to explore the relationship between vulnerability to climate change and sexual and gender diversity. Even though this topic is becoming increasingly relevant, there is a theoretical gap in its approach. It is critical to analyze it in order to outline alternatives that will allow reducing inequity and vulnerability to climate change for this population. Here, we identify some of the factors considered as causing this vulnerability. In addition, we mention some alternatives to reduce vulnerability to climate change.
Keywords: sexual and gender diversity, climate change, vulnerability.

Introducción

Los reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés ipcc (2021), señalan que los grupos vulnerables se verán afectados en mayor medida a causa de los impactos del cambio climático. Entre las causas se encuentran la inequidad y marginalización ligadas al género (United Nations y Framework Convention on Climate Change, 2019). En el caso de las poblaciones que integran a la diversidad sexogenérica, la afectación provoca una mayor vulnerabilidad que se traduce en estigma social, falta de empleo formal y acceso limitado a espacios seguros (Goldsmith y Bell, 2022).

Es decir, para las poblaciones que integran la diversidad sexogenérica, la vulnerabilidad ante el cambio climático constituye una amenaza a sus medios de vida, su salud y seguridad. De esta situación todavía no hay suficiente documentación, existen pocos textos que hablen de cómo estas poblaciones se ven afectadas por el cambio climático (Vinyeta et al., 2015). Lo cual, más que negar que exista una relación entre ambas cuestiones, es una prueba de la invisibilidad sistemática que origina que estas comunidades se enfrenten a desafíos únicos para hacer frente al cambio climático (Borderon et al., 2021; Dwyer y Woolf, 2018), así como a otros peligros que se ven agravados por las experiencias de discriminación y violaciones a los derechos humanos en su vida cotidiana (por ejemplo, Takács, 2006).

Con la finalidad de contribuir a subsanar ese vacío en la literatura, en este texto se identifican algunos de los factores a los que se asocia la vulnerabilidad de las poblaciones que integran a la diversidad sexogenérica ante el cambio climático. También se describen algunos ejemplos que consideran que la reducción de esta vulnerabilidad contribuye a la equidad de género.

La relación entre la población de la diversidad sexogenérica y la vulnerabilidad que enfrentan ante el cambio climático

Como punto de partida, consideramos que el término diversidad sexogenérica hace referencia a una categoría de subalternidad, porque proporciona un corpus teórico-analítico que se centra en los sectores que se consideran marginados y en las clases inferiores de las sociedades (ver Carbalido Coria y Torres Cruz, 2014). También, diversidad sexogenérica se refiere a todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir su sexualidad, así como su identidad y su orientación sexual (González Barreda y Raphael de la Madrid, 2019; ver video 1).



Video 1. ¿En qué consiste y cómo se nombra la diversidad sexual? (Cultura UNAM, 2019).


De hecho, este concepto permite la inclusión de otras identidades, como la idea de tercer género que existe en otros países no occidentales (ver Castañeda Camey et al., 2020); aunado a las categorías ampliamente usadas para referirse a las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (ver video 2).



Video 2. Terminologías LGBTI (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2018).


En este sentido, debemos señalar que por primera vez México cuenta con una encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género, la endiseg (inegi, 2022). La figura 1 muestra algunos de los datos más relevantes contenidos en ella. Se destaca el porcentaje y número de personas que se identifican como parte de la diversidad sexogenérica, el rango de edades, su estado civil, y las principales entidades que concentran la mayor cantidad de personas que son parte de la diversidad sexogenérica.



Datos INEGI 2022 encuesta nacional diversidad sexual y de género

Figura 1. Datos relevantes presentados en la encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género.
Crédito: elaboración propia a partir de datos del INEGI (2022).

Teniendo esto en mente, para tratar de entender cómo afecta el cambio climático a las poblaciones que integran la diversidad sexogenérica debemos de enfatizar que éste afecta a las personas de manera diferente, y los más discriminados son los más afectados, alterando su capacidad para garantizar sus derechos a la seguridad y el acceso a la justicia social (Whitley y Bowers, 2023). Incluso se ha documentado que, en general, las poblaciones de la diversidad sexogenérica tienen menor seguridad financiera que sus contrapartes heterosexuales y cisgénero (DeFilippis, 2016) y, por lo tanto, menor capacidad para responder ante eventos climáticos.

Es decir, los eventos como olas de calor extremo o huracanes afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables, en particular, a las personas de la diversidad sexogenérica (Castañeda Camey et al., 2020, p. 143; Kivioja et al., 2023, p. 2). Esto es importante porque, entre los adultos jóvenes, las personas de la diversidad sexogenérica tienen un riesgo mayor de quedarse sin hogar que las personas que no son parte de estas poblaciones (ver Takács, 2006). Asimismo, las personas transgénero son más propensas a quedarse sin refugio debido a la discriminación que sufren en los espacios destinados para cuando ocurre un desastre (Takács, 2006, p. 3). Estas poblaciones vulnerables corren el riesgo de hipotermia, hipertermia, dificultad respiratoria por el humo de los incendios forestales y enfermedades infecciosas por inundaciones, entre otras condiciones (Reta, 2022).

De manera adicional, durante los desastres naturales, es posible que las familias homoparentales y lesbomaternales no reciban apoyos destinados para este fin si el Estado no las reconoce como parejas legítimas en los marcos normativos que operan al respecto (Whitley y Bowers, 2023). De forma similar, las personas no binarias no siempre tienen acceso a servicios específicos, pueden ser rechazadas en los refugios de emergencia o enfrentar otros desafíos para recibir ayuda durante los esfuerzos de rescate y recuperación (Castañeda Camey et al., 2020, p. 143). El estigma en torno a la diversidad sexogenérica provoca que algunos miembros de la comunidad desconfíen de buscar ayuda por temor a ser discriminados o condenados al ostracismo (Badgett, 2014).

Factores a los que se asocia la vulnerabilidad ante el cambio climático

Después de haber considerado algunos datos sobre las poblaciones de la diversidad sexogenérica y las afectaciones que sufren a causa del cambio climático, ahora revisaremos cuáles son los factores a los que se asocia la vulnerabilidad ante el cambio climático. Para ello, la figura 2, basada en los trabajos de Gee y Payne (2004) y Goldsmith y Bell (2022), muestra algunos de los principales factores causantes de la vulnerabilidad ante el cambio climático. Si bien no pretende ser exhaustiva, ilustra la complejidad asociada a la vulnerabilidad que enfrentan las poblaciones de la diversidad sexogenérica. De este modo, la vulnerabilidad ante el cambio climático es causada, principalmente, por factores institucionales, factores personales y factores ambientales que actúan como estresores.



Factores asociados a la vulnerabilidad ante el cambio climático para poblaciones LGBTIQ+

Figura 2. Factores asociados a la vulnerabilidad ante el cambio climático para las poblaciones de la diversidad sexogenérica.
Crédito: elaboración propia a partir de los trabajos de Gee y Payne (2004), y Goldsmith y Bell (2022).

Además, los factores asociados a la vulnerabilidad en muchas ocasiones se conjugan entre sí, dando como resultado entornos cada vez más precarios para las personas. En palabras de Vinyeta et al.:

Las mujeres y poblaciones de la diversidad sexogenérica pertenecientes a comunidades originarias se ven afectadas en mayor medida porque interseccionan su raza y su género, dando lugar a un conjunto de retos ambientales y socioeconómicos que afectan su resiliencia ante el cambio climático. (2015, p. 21)

Por su parte, los determinantes sociales de la salud, como las condiciones de vivienda, las oportunidades económicas y el acceso a la atención médica, pueden afectar negativa y desproporcionadamente a la población de la diversidad sexogenérica, y además reducen su capacidad para responder al daño ambiental. Por ejemplo, obtener la atención médica necesaria (Goldsmith y Bell, 2022).

Reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático es una cuestión de equidad

Para comenzar a reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático se requiere de un cambio de paradigma que permita atender esta problemática y que incorpore la perspectiva de equidad de género2. Para ello, son prioritarias las acciones que disminuyan la vulnerabilidad que las poblaciones de la diversidad sexogenérica presentan frente al cambio climático. Dicho cambio de paradigma debe de verse reflejado e ir acompañado de modificaciones en las políticas implementadas desde el Estado. Esto no es un asunto menor, pues, al menos en el caso de México, en términos generales, el Estado ha actuado como el principal mediador entre la naturaleza y la sociedad (Boyer y Cariño Olvera, 2018). Trazar esa ruta es una tarea necesaria, sobre todo para reducir las brechas de desigualdad. De este modo, se considera que una manera viable de reducir la vulnerabilidad, en términos de lo que expresa el reporte del ipcc (2022), sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad, es justo a través de la implementación de políticas públicas. Principalmente, porque las poblaciones de la diversidad sexogenérica han sido objeto de políticas federales y locales que conducen a altos niveles de discriminación institucional en sectores como la vivienda, el empleo, y la salud (Goldsmith y Bell, 2022).

Entre los ejemplos de cambios que consideran una cuestión de equidad la reducción de la vulnerabilidad ante el cambio climático, se encuentra la integración de consideraciones de género en políticas, planes y acciones climáticas nacionales (United Nations y Framework Convention on Climate Change, 2019). Estos tienen en cuenta como grupos vulnerables a las comunidades urbanas pobres, rurales y remotas, personas lgbtiq+, y mujeres. En el mismo sentido, Roy et al. (2022) identifican que las acciones de adaptación al cambio climático deben de incorporar de manera intencional objetivos centrados en el género en las etapas de priorización, diseño, planificación e implementación, para que tengan impactos positivos en la igualdad de género (Kivioja et al., 2023). En otro ejemplo, la empresa estatal de petróleo y gas de México, Pemex (Petróleos Mexicanos), ha implementado, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), una estrategia institucional de inclusión social para crear conciencia sobre la igualdad de género y la no discriminación, y para empoderar a las mujeres y empleados lgbtiq+ en sus lugares de trabajo (Castañeda Camey et al., 2020, p. 122).

Por todo esto, las acciones orientadas a la reducción de la vulnerabilidad en el contexto del cambio climático deben asegurar, como condición necesaria, la igualdad de derechos, oportunidades y trato igualitario para las personas que integran las poblaciones de la diversidad sexogenérica. Además, las acciones deben aplicarse de manera local y en los casos donde exista la oportunidad de modificar los ordenamientos aplicables en la materia. Esto incluye los instrumentos que contemplen la mitigación y adaptación al cambio climático, así como las estrategias locales y los programas de acción climática, al igual que los instrumentos que orientan la atención a las personas de la diversidad sexogenérica para garantizar las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.

Conclusiones

La vulnerabilidad ante el cambio climático que enfrentan las personas que forman parte de la diversidad sexogenérica tiene múltiples causas. Aún queda mucho por avanzar, debido a que hoy la inclusión aún está limitada por las barreras del modelo que no contempla por completo a las poblaciones de la diversidad sexogenérica, y que mantiene invisibilizados los desafíos que viven frente a los impactos del cambio climático.

Existe la posibilidad de que se orienten las acciones necesarias para reducir la vulnerabilidad en el contexto del cambio climático, las cuales deben asegurar la igualdad de derechos, oportunidades y trato equitativo para comunidad de la diversidad sexogenérica.

Además, las políticas climáticas, las estrategias locales y los programas de acción climática, así como los instrumentos que dan atención a las personas de la diversidad sexogenérica, representan un área de oportunidad. Esto permite enfrentar los desafíos que representan los impactos del cambio climático, especialmente para grupos vulnerables como el que conforman la diversidad sexogenérica.

Referencias

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Recepción: 15/11/2022. Aprobación: 15/02/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático: amenaza para la ballena gris

Omar García Castañeda y Lorena Viloria Gómora Cita

Resumen

El cambio climático está teniendo efectos en prácticamente todas las zonas oceánicas, entre las que destacan sitios tan importantes como el Océano Ártico, debido a su gran número de especies y procesos oceanográficos. El aumento de temperatura y derretimiento de hielo oceánico genera alteraciones tales como el incremento de la productividad en la columna de agua y la disminución en los nutrientes del fondo marino. Una de las especies más impactadas por estos cambios es la ballena gris (Eschrichtius robustus), que se alimenta durante el verano de pequeños invertebrados del fondo ártico y durante los meses de invierno realiza una de las migraciones más grandes a las lagunas de reproducción en la península de Baja California, México. Asociado a una falta de alimento, a partir de 2019 se reportó un Evento de Mortalidad Inusual de la ballena gris, en el que además de organismos varados, se registró un incremento en el número de ballenas con una condición nutricional pobre y una disminución en la cantidad de crías. Aquí describimos los efectos que el cambio climático está provocando en la ballena gris a nivel global y compartimos algunos de los resultados de estudios realizados por el Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Palabras clave: cambio climático, ballena gris, océano ártico.

Climate change: threat to the gray whale

Abstract

Climate change is having effects in areas such as the Arctic Ocean, an important site for a large number of species and oceanographic processes. The increase in temperature and melting of ocean ice is having effects such as increased productivity in the water column and a decrease in nutrients from the seabed. One of the species most impacted by these changes is the gray whale (Eschrichtius robustus), which feeds during the summer months on small invertebrates from the Arctic seabed and during the winter months makes one of the largest migrations to the lagoons of reproduction in the peninsula of Baja California, Mexico. Associated with a lack of food, as of 2019 an Unusual Mortality Event of the gray whale was reported, in which, in addition to stranded organisms, an increased number of whales with a poor nutritional condition and a decrease in the number of calves. In this paper we describe the effects that climate change is having on the gray whale at a global level, and we show the results of the studies carried out by the Programa de Investigación de Mamíferos Marinos of the Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Keywords: climate change, gray whale, arctic ocean.

Introducción

El cambio climático está provocando distorsiones sin precedentes en los ecosistemas marinos de todo el mundo, obligando a la biota oceánica a adaptarse a nuevos estados ambientales. Quizá uno de los indicadores más claros de las alteraciones observables en el clima, es la pérdida de hielo en los mares del Ártico. En 2020 el Artic Report Card reportó un aumento de 1.9°C respecto al promedio anual en la temperatura correspondiente a 1981-2010, lo que trajo consigo una disminución significativa en el espesor del hielo marino de 12.6% por década (figura 1) (Notz y Stroeve, 2018).



Océano Ártico y extensión de hielo histórica

Figura 1. Océano Ártico y extensión de hielo histórica. A) Se muestra la diferencia entre la superficie de hielo marino en septiembre 2017, la línea amarilla muestra la extensión media histórica en el mismo mes (disponible en: earthobservatory.nasa.gov). B) Porcentajes mensuales de anomalías en la extensión de hielo marino (disponible en: nsidc.org). Crédito: elaboración propia.

Cabe mencionar que el hielo marino ártico desempeña un papel transcendental como plataforma para mamíferos marinos y aves, además funge como hábitat para una comunidad altamente especializada de algas, bacterias, invertebrados y microrganismos que contribuyen a los ciclos biogeoquímicos de los mares polares. Los organismos de esta zona se han especializado y adaptado a los ciclos de congelación en invierno y derretimiento de hielo en la primavera y verano. Al inicio de la primavera, cuando el agua aún está muy fría, el fitoplancton (algas unicelulares) crece poco debido a la temperatura, permitiendo que nutrientes como el carbono puedan llegar al sedimento y sean aprovechados por los organismos del fondo marino (bentónicos). Sin embargo, el cambio climático está propiciando un calentamiento anormal del océano, así como cambios en las dinámicas oceanográficas, por lo que ahora el fitoplancton crece rápidamente desde inicios de la primavera, disminuyendo la exportación de carbono al fondo marino, lo que repercute negativamente sobre las comunidades bentónicas (Frey et al., 2022).

La ballena gris: especie centinela

La ballena gris (Eschrichtius robustus) se alimenta en los mares árticos durante el verano y realiza uno de los viajes migratorios más sorprendentes en el mundo, nadando cerca de 11,000 km hasta las aguas cálidas de Baja California Sur en México, para aparearse, parir y cuidar a sus crías durante los meses de invierno (figura 2). Aunque la ballena gris también puede alimentarse de microorganismos en la columna de agua (plancton), es la única especie de ballena que se alimenta dragando el sedimento del fondo marino. Sus principales presas son pequeños crustáceos marinos llamados anfípodos, que viven en el suelo de los mares de Bering y Chukchi (figura 1). Dada la alta sensibilidad de las ballenas grises a los cambios en el Ártico, fue una de las primeras especies de cetáceos en ser reconocida como centinela del ecosistema (Moore et al., 2014).



Movimientos de una ballena gris

Figura 2. Movimientos de una ballena gris marcada el 12 de febrero en la zona de reproducción y su migración a las zonas de alimentación en verano
(Tomado de: Urbán et al., 2021).

Efectos del cambio climático en la ballena gris y su visita a aguas mexicanas

Mortalidad inusual y ballenas flacas

Directamente relacionado con el efecto que el cambio climático está provocando en las comunidades bentónicas del ártico, incluyendo el principal alimento de la ballena gris, recientemente se declaró un Evento de Mortalidad Inusual (ume por sus siglas en inglés). El ume fue derivado de un reporte realizado por la nooa, en el cual 384 ballenas grises vararon muertas entre 2019 y 2020 en las costas de México, Estados Unidos y Canadá. Esta cifra contrasta enormemente con los 15 organismos varados registrados por año entre 2000 y 2018 (nooa, 2021). En México, entre 2019 y 2022 se reportaron anualmente entre 38% y 78% de las ballenas varadas, principalmente adultos y jóvenes, tanto hembras como machos.

La evaluación visual de las poblaciones de ballena gris por medio de fotografías a nivel del dorso y a partir de vehículos aéreos no tripulados (drones), que forman parte del monitoreo del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (primmauabcs) y Laguna San Ignacio Ecosystem Science Program (lsip) en la laguna de reproducción de San Ignacio, bcs (lsi), han permitido describir un aumento en la proporción de ballenas flacas (principalmente ballenas solitarias y jóvenes) entre 2018 y 2020 y un aumento en la proporción de hembras lactantes en condición ‘regular’ entre 2018 y 2019 (figura 3) (Christiansen et al., 2021; Ronzón-Contreras et al., 2020).



Aumentó la proporcion de ballenas grises lactantes en condición regular

Figura 3. A) Ballenas con condición corporal normal y pobre a partir de técnica de fotografía. Las flechas señalan la depresión de la escapula, lo que indica una condición corporal pobre (Fotos de PRIMMA-UABCS y LSIP).
B) Serie de fotos tomadas con drones. Se observan tres condiciones de cuerpo, normal, regular y pobre (Fotos: Fabián Rodríguez-González de PRIMMA-UABCS y LSIP).

Efecto en la producción de crías

Hasta ahora se piensa que la mala nutrición podría haber afectado la tasa reproductiva de las ballenas, de acuerdo con datos generados por el primmauabcs, en los últimos cinco años (2018-2022) en las lagunas de San Ignacio y Bahía Magdalena (bmag), en México hubo una caída importante en el número de crías de ballena gris. En LSI la cantidad de hembras con cría contadas entre 2011 y 2017, promedió 60 pares, hasta casi 130 durante marzo, sin embargo, para 2022 durante toda la temporada se mantuvo un conteo de menos de 10 parejas de hembras con cría y un máximo de 18 pares en marzo. En el caso de bmag, particularmente en el canal Santo Domingo, un área históricamente descrita como importante para las hembras con cría, se contaron 55 y 44 pares de madres con cría durante 2016 y 2017, respectivamente, mientras que en 2019 sólo se contabilizaron 6 y únicamente 2 para 2022. Sin embargo, estas pocas hembras con crías fueron observadas con buena condición corporal (Valerio-Conchas et al., 2022). Esto puede deberse a que las hembras están tomando más tiempo para recuperar la energía invertida en alimentar a las crías. Al pasar más tiempo en la zona de alimentación, evitan migrar bajo un déficit de energía y posponen la reproducción hasta obtener reservas adicionales de grasa (Perryman et al., 2020).

También se ha descrito que la cantidad de ballenas grises en las lagunas de reproducción depende de la temperatura del agua. Con temperaturas menores al promedio, las ballenas viajan más al sur, e incluso entran al Golfo de California (Salvadeo et al., 2015; Urbán et al., 2022).

Posibles respuestas de la ballena gris al cambio ambiental

Se ha descrito que la ballena gris tiene la adaptabilidad para alimentarse de presas en la columna de agua, secundariamente a las presas de fondo (su principal comida). Este cambio ayudó a que la especie lograra adaptarse a los eventos de glaciaciones del pleistoceno (Pyenson y Lindberg, 2011), por lo que se presume, podría ayudar también en la situación actual. De hecho, se reconoce que un grupo de alrededor de 200 ballenas grises identificadas entre las costas de Canadá y California, puede cambiar entre varias especies de presas según su disponibilidad a lo largo de todo el año (Nelson et al., 2008). De acuerdo a lo anterior, actualmente algunas investigaciones están dirigidas a conocer qué tanto el resto de la población de ballenas grises podría presentar esta misma capacidad y si este cambio puede cubrir el requerimiento energético para sus actividades de migración, preñez y amamantamiento de crías, entre otras (Moore et al., 2022).

Conclusión

El cambio climático está influyendo negativamente en la región del Océano Ártico y en las comunidades biológicas que lo habitan. Los impactos observados en el comportamiento de las ballenas grises hasta ahora se relacionan con el cambio de presas, la forma de alimentación y el tiempo que podrían tardar en recuperar la energía gastada en la migración. Si bien, las ballenas tienen facilidad de adaptación para alimentarse de presas diferentes, es posible que estas no le aporten la suficiente energía para realizar la migración y la reproducción. Aún no conocemos del todo el impacto que el cambio climático vaya a tener en el futuro, tampoco si la población de ballena gris se recupere de este evento de mortalidad y desnutrición. Por ahora, es fundamental que se incrementen los estudios que permitan conocer mejor los cambios futuros en los mares árticos, así como los efectos sobre su dinámica oceanográfica y sobre las especies que lo habitan.

Referencias

Recepción: 10/11/2022. Aprobación: 16/02/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático para mí, para ti, para todas, todos, todes

Guillermo Murray-Tortarolo y Rafael Ojeda-Flores Cita

El cambio climático ya nos alcanzó, como lo muestra indudablemente el último reporte de El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (el famoso ipcc). Estamos experimentando un incuestionable aumento térmico planetario, debido a la constante emisión de gases de efecto invernadero ligada a las actividades humanas. Junto con ello se acompañan cambios en la precipitación, en los extremos climáticos (como las sequías, las inundaciones y los huracanes) y en la estacionalidad dentro del año. Los impactos que esto trae y traerá son muchos, pero con eso también las oportunidades para generar una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza y nuestro mundo. En este número especial de la Revista Digital Universitaria abordamos el tema del cambio climático moderno desde muchas perspectivas.

En un comienzo tenemos una hermosa colección de artículos sobre cambio climático y nuestra propia humanidad. En el primer artículo, Fabiola Murguía nos cuenta cómo han sido los cambios en el clima durante toda la historia de la humanidad en “Los cambios climáticos durante el tiempo del Homo sapiens; esto da paso a preguntarnos si como humanidad hemos vivido tantos extremos, ¿será que el cambio climático tiene algo realmente que ver con nosotros?, la respuesta está en el artículo “Más allá de la negación: aceptar nuestro papel en el cambio climático” por Harumi Takano. Más allá, se trata también de pensar en los grupos marginados, en las minorías y como este fenómeno les está impactando, esto nos lo cuenta Francisco Almonacid en “Equidad frente al cambio climático: la diversidad sexogenérica importa”.

Pero no se trata sólo de los impactos a la humanidad, sino también a los seres con los que compartimos el planeta. En la segunda parte se compila una serie de artículos sobre el impacto del cambio climático en la vida. Primero partimos con las marcas que ya han ocurrido desde los genes hasta los biomas, donde Rafael Ojeda y Guillermo Murray les contamos “La huella del cambio climático en la vida”. Nos encontramos también con insectos que han sido muy beneficiados por el calor, y Erika Gómez-Pineda y M. Isabel Ramírez nos cuentan sobre “Descortezadores y cambio climático: una relación preocupante”, así como José Manuel López nos describe la “Marea roja en La Malinche: el ataque del descortezador”. Por otro lado, ha habido insectos muy perjudicados por la falta de humedad como es el caso de las luciérnagas, del cual Carla Isabel Arreguín y Leticia Gómez nos cuentan su historia en “Encendiendo las luces: una llamada de acción para salvar a las luciérnagas”. Las ballenas no se quedan atrás y dos artículos nos narran el “Cambio climático: amenaza para la ballena gris” por Omar Castañeda y Lorena Viloria; así como Lili Pelayo, Enrique Martínez, Guillermina Alcaraz y Lenin E. Oviedo nos cuentan sobre “Ballenas jorobadas: mensajeros transoceánicos en la coyuntura climática”.

La tercera parte tiene dos artículos sobre nuestras actividades productivas y cómo se están viendo afectadas por el cambio climático. En particular, Esther Sánchez-Villalba, Hernán Celaya-Michel y Miguel Angel Barrera-Silva nos cuenta cómo “El calentamiento global está afectando a todos los cerdos del mundo” y Lizbeth Ferrer, Adriana Lucía Trejo y Francisco de Jesús Guerra nos traen a la mesa los impactos marinos en “Un futuro de océanos desiertos: pesca, acuicultura y cambio climático”.

Frente a escenarios tan alarmantes, necesitamos buscar soluciones novedosas. La cuarta parte de este número se centra en ese aspecto. Guillermo Castillo nos cuenta el papel de las “Intervenciones en el paisaje urbano desde la funcionalidad ecológica”. Siguiendo con los temas urbanos Israel Rosas nos trae alternativas de empleo en “Ciudades sostenibles y empleos verdes: soluciones disruptivas para el cambio climático”.

No es raro que estos temas también nos causen mucho malestar, pero por suerte tenemos el artículo de Karen Hinojosa y Amanda Melissa Casillas en el que nos proponen “El parque como cura de la ecoansiedad” y la bella historia de Zuleyma Espinosa y Ana Cristina Gómez de cómo una botella de plástico las hizo pensar globalmente y actuar localmente “Escuelas por el reciclaje: un proyecto local con visión global”, para motivarnos a llevar a cabo acciones para cambiar nuestro mundo. Asimismo, en la sección Universidades contamos con un texto de Ana Bohne, Mónica Bruckmann y Adrián Martínez que nos habla de “Las universidades y su contribución al desarrollo sustentable: un modelo de evaluación”.

Cerramos el número con los matices artísticos del cambio climático. Primero, Alma Mendoza nos habla del impacto de este fenómeno en la música, en un artículo sumamente original titulado “Sonidos en peligro de extinción: la música frente al cambio climático”. Finalmente, Nadia Osornio nos muestra una fusión de lo pasado y lo moderno, en su exposición fotográfica que va “Más allá del canto apocalíptico: un vistazo al cambio climático desde el arte”.

Esperamos que disfruten los artículos de este número tanto como nosotros el haber sido invitados como editores al mismo. Las perspectivas aquí plasmadas son muy diversas y nutritivas, muestran muchas facetas de este complejo problema y nos traen esperanza para hacerle frente.

Sitios de interés

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079