Contextos de enseñanza como ámbitos para motivar

La mayoría de los alumnos considera que la asignatura música en el colegio secundario y las propuestas pedagógicas que a su interior priman, así como los contenidos y la postura de los docentes, no generan en ellos interés hacia la música, creándose una actitud de baja motivación en tanto que la perciben como monótona y aburrida; los alumnos responden sólo por un interés extrínseco de aprobar la materia. No obstante, lo anterior marca un contraste con la percepción que tienen del aprendizaje de la música en el contexto del conservatorio. Generalmente, obtienen mejores notas al interior de él, siendo que las temáticas impartidas tienen un nivel más elevado de exigencias. Por otra parte, resaltan el placer y el gusto por la música como motor de sus aprendizajes, el clima de apertura y participación en las aulas y la riqueza de la interacción profesor-alumno-alumno.

El placer y el gusto por lo que se hace se encuentra en consonancia con los planteos de autores que estudian la creatividad (Amabile, 1996). Se remarca la importancia de dos factores para que el sujeto pueda desplegar su inteligencia y mostrarse creativo e innovador, se alude por un lado a la motivación intrínseca, aceptada como clave para la producción creativa, y los motivadores más importantes en este sentido son el interés y la pasión personal en el trabajo que se realiza. Y por otro lado al contexto de aprendizaje entendido en contraposición al clima de reproducción y trasmisión del saber (Amabile, 2008).

Producciones creativas

Dentro de lo que consideramos como inteligencia musical, desde la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, la mayoría de los alumnos, reconoce poseer cierto semblante de originalidad e innovación en sus producciones musicales. Se apreciaron dos instancias de producciones creativas: 1. composición de letras y 2. ritmos, melodías, armonías. Ambos aspectos se manifiestan, según ellos afirman, en el propio contexto del conservatorio o en bandas musicales en las que participan. Aseguran poner un toque personal a lo que hacen.

Los estudios en esta línea de trabajo, argumentan que aquellos sujetos que experimentan sus aprendizajes en un medio creativo, como los alumnos del conservatorio de música de nuestro estudio, se encuentran más comprometidos en sus actividades y como resultado, exploran más profundamente sus ideas, experimentan nuevos enfoques para resolver los problemas y, en última instancia, terminan siendo más creativos en su área de interés (Baer y Oldhan, 2006). Al respecto, la configuración del ambiente de trabajo es central en las producciones resultantes de los emprendimientos encaminados por los sujetos; en otras palabras, ser creativo depende de la capacidad del sujeto de hacer uso de las diversas perspectivas y de las posibilidades que brinda el contexto en la que se produce la obra creativa.

Amplitud de intereses

Se observó que los alumnos estudiados participan en una diversidad de actividades extracurriculares: no sólo asisten al conservatorio, sino que poseen en su mayoría otro tipo de intereses, en áreas como el deporte o el idioma, además de cursar sus estudios obligatorios. Son sujetos que se muestran abiertos constantemente a nuevas experiencias y desafíos, se caracterizan por ser curiosos y dispuestos a nuevas iniciativas que suponen asumir riesgos, en tanto se encuentran en ambientes que propician tales aptitudes. Autores como Sternberg (1997) y Adams (2005), marcan un perfil característico de las personas creativas, subrayando que buscan oportunidades para tomar elecciones, decisiones y aprovecharlas, lo cual es importante para que la creatividad emerja. Los estudiantes estarán más motivados en proyectos que sean escogidos por ellos, en tanto son percibidos como un desafío; al mismo tiempo son sujetos que sortean con éxito los obstáculos y tienen claro sus intereses.

Investigaciones que se vienen realizando (Baer y Oldham, 2006; Harry, 2004 y McCrae, 1987) mencionan que la apertura a la experiencia es una característica de los sujetos creativos, ésta se identifica con la curiosidad intelectual-estética, la sensibilidad, y la libertad, y queda definida como una tendencia a implicarse en tareas desconocidas. Los individuos creativos han sido descriptos como sujetos motivados a buscar situaciones y tareas novedosas, por lo tanto la creatividad es vista como un indicador de una faceta que conocemos como apertura a la experiencia.

Concepción de Inteligencia

Por último, la mayoría del grupo entrevistado, considera que, para la música se necesita inteligencia, además, encuentran acertada la noción de ostentar una multiplicidad de habilidades para hacer música, las que, entrelazadas de manera armónica, den buenos resultados. Esto coincide con los planteos de Gardner (2001), sobre la necesaria combinación de varias inteligencias para desempeñar diversas actividades. Simultáneamente, los entrevistados resaltan el papel de la inteligencia emocional y práctica como ingredientes decisivos para llegar a ser un buen músico Al respecto entendemos que la tendencia exhibida por los sujetos que han compuesto la muestra a implicarse en tareas diversas se haya en consonancia con la inteligencia social como se evidencia en sus perfiles intelectuales, pero además, es de destacar el rol que el hacer práctico adquirido desde la experiencia tiene sobre el quehacer de aprender y hacer música.

 

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