10 de marzo de 2004, Vol. 5, No. 2 ISSN: 1607-6079
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Células Troncales de adulto: La verdadera esperanza


No se habla mucho de ellas como opción en los medios masivos de comunicación porque no generan debate ético como las células troncales de blastocisto pero son la verdadera esperanza de la clonación terapéutica y con las que debe experimentarse para estudiar el fenómeno de diferenciación celular para eventualmente producir órganos y/o tejidos propios del paciente a tratar.

Se pensaba que eran menos “manipulables” que las de blastocisto pero se pueden identificar en el cuerpo adulto (tejido graso, médula ósea, cerebro, mesénquima de órganos), cultivar con factores de crecimiento específicos y proteínas reguladoras. (Ejem. MMP-9). Actualmente se analiza el programa genético de las células troncales y la transducción de genes capaces de restituir funciones específicas. Por ejemplo: las de médula ósea tienen por proteínas marcadoras la (CD34) y la (BMP2) para convertirse en células hemáticas. Para orientarlas a células nerviosas o glía se tratan con neuroregulina; para convertirlas a músculo liso la proteína señal necesaria es la 2 osteomorfogénica. Si en el blastocisto sirven para formar un embrión en el adulto sirven para “reparar”. El Dr. Lapidot del Instituo Weizmann de Jerusalén ha reportado que el hígado dañado envía una proteína de señal (HGF) que viaja por el torrente sanguíneo, llega donde están las células troncales, las atrae y lleva al hígado donde se convierten en hepatocitos sanando el órgano. El Dr. Marc Penn cardiólogo de la Cleveland Clinic reporta que el corazón envía la proteína (SDF-1) como señal y las células troncales responden con mucha atracción a ella. En otra modalidad de clonación terapéutica de tejidos con células del paciente, en la Clínica de la Universidad de Navarra y el Hospital de la Universidad de Valladolid se trató un corazón con infarto agudo al miocardio con músculo de la pierna o células de la médula ósea del propio paciente que se diferenciaron a tejido cardiaco. Finalmente, el Dr. Damián García Olmo curó fístulas (llagas en la piel que no cicatrizan) con tejido adiposo subcutáneo del propio paciente que se diferenció a piel. ¿Cómo sucede esta des-diferenciación y re-diferenciación? Aún no se sabe bien. En el mejor de los casos, lo ideal será cultivar las células troncales del paciente en número suficiente para proporcionárselas mediante un transplante autólogo evitando obtenerlas vía la clonación de blastocistos propios.

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